Medicina

Degeneración hialina: qué es, tipos, diagnóstico y tratamiento


¿Qué es la degeneración hialina?

La degeneración hialina es el daño que sucede en la sustancia hialina fuera de la célula. Pero para entender el concepto de degeneración hialina debemos primero conocer qué es la sustancia fundamental.

La matriz extracelular o sustancia fundamental es el elemento básico a partir del cual se genera un determinado tipo de órgano o tejido. Pese a su falta de “vida” propia, se ve afectado por todo lo que altere a la célula en sí.

Esta sustancia fundamental le proporciona el medio ideal a la célula para su normal funcionamiento. Algunos investigadores creen que esta matriz proviene de la misma célula, la cual prepara el ambiente circundante de la mejor manera posible, no solo para trabajar mejor, sino para favorecer su multiplicación y desarrollo.

La matriz extracelular también puede sufrir alteraciones. Son varias las enfermedades que afectan a la sustancia fundamental, las cuales se consideran también patologías celulares.

Entre las más conocidas de estas condiciones se encuentran la amiloidosis, la degeneración fibrinoide, la degeneración mixoide y el tópico actual, la degeneración hialina.

Definición de la degeneración hialina

La porción hialina de la sustancia fundamental representa el continente de la misma. Su nombre proviene del latín Hyalus, que significa vidrio, debido a la apariencia vítrea y homogénea que tienen los alrededores de la célula.

La composición de la sustancia hialina es básicamente agua y proteínas, aunque posee pequeñas cantidades de iones y glicanos.

Conceptualmente, la degeneración hialina es el daño de la sustancia hialina extracelular. Las estructuras más afectadas por este fenómeno son las fibras reticulares, fibras colágenas y membranas basales.

Estas se encuentran distribuidas por todo el cuerpo, por lo cual la degeneración hialina puede alterar cualquier órgano o tejido.

No todos los procesos de degeneración hialina se consideran patológicos. La atresia de los folículos ováricos y del cuerpo lúteo, los cuales ocurren cuando el óvulo no es fecundado, se consideran eventos normales y necesarios en la fisiología sexual femenina. Algo parecido ocurre con la degradación de tejido cicatricial y de ciertas inflamaciones.

Tipos de degeneración hialina

La degeneración hialina existe en múltiples tejidos, pero se clasifica en dos grandes categorías, a saber:

Degeneración hialina del tejido conectivo

Es la más común y estudiada. Se presenta después de procesos inflamatorios que afectan a las serosas, durante la etapa en la que se organiza la fibrina.

Es frecuente en enfermedades autoinmunes, reumatológicas y posterior a traumatismos o heridas. También este tipo es el que caracteriza a la involución normal del cuerpo lúteo antes mencionada.

Los ejemplos más conocidos de la degeneración hialina del tejido conectivo a nivel visceral son las lesiones en la serosa del bazo y en la pleura alrededor de los pulmones asbésticos.

En estas superficies se forman placas lisas, blanquecinas, homogéneas, muy delgadas pero firmes. En la literatura médica lo describen como pleura de porcelana o bazo en caramelo.

Cuando la degeneración hialina afecta las fibras colágenas, se dañan los cartílagos y se produce osificación de los mismos. Este fenómeno ocurre con frecuencia en los meniscos de las rodillas y es motivo de consulta habitual en traumatología. El daño de las membranas basales afecta a los riñones, testículos y bronquios.

La degeneración hialina reticular puede afectar al ojo. Aunque es una entidad patológica rara, la Degeneración de Salzmann, también conocida como queratopatía climática en gotas o degeneración esferoidal de la córnea, parece tener su origen en la degeneración hialina de las fibras corneales, causando opacidad y trastornos visuales.

Degeneración hialina vascular

La degeneración hialina de las arterias y arteriolas es una condición conocida desde hace más de un siglo. Es necesario recordar que estos vasos sanguíneos que transportan sangre oxigenada, tienen una pared muscular importante. En la íntima, una de las capas de la pared vascular, y entre las fibras musculares, se depositan restos de proteínas plasmáticas.

La precipitación de restos proteicos a esos niveles ocasiona el engrosamiento de la pared vascular y la atrofia de las fibras musculares. Observados bajo el microscopio, estos vasos lucen un característico anillo de engrosamiento con el diámetro luminal muy estrecho y ausencia de núcleos en sus células.

La degeneración hialina vascular es habitual en los ancianos, los diabéticos y los nefrópatas, especialmente aquellos con hipertensión arterial severa y de difícil manejo.

De hecho, algunos autores afirman que la degeneración hialina vascular es una de las múltiples causas de la microangiopatía y la nefropatía típicas de la diabetes.

Diagnóstico

Llegar al diagnóstico de cualquier alteración de la sustancia fundamental, especialmente de la degeneración hialina, no es para nada sencillo.

De hecho, es un diagnóstico de descarte. Suele confundirse con enfermedades de depósito como la sarcoidosis y la misma amiloidosis, o con artritis reumatoide, lupus, infecciones e incluso cáncer.

Ante la duda, el diagnóstico definitivo lo darán los estudios histológicos. La diferencia fundamental radica en la coloración del tejido y las zonas dañadas. El tejido hialino degenerado siempre se teñirá de tonos eosinófilos con Hematoxilina-Eosina, o de rojo si se utiliza Van Gieson.

La evaluación del tejido muestra cierta indemnidad de la célula pero con lesiones a su alrededor. No significa esto que la célula observada no presente daño, sino que este se ubica predominantemente en la periferia de la misma. En la degeneración hialina siempre habrá presencia de bandas o placas homogéneas extracelulares de contenido proteico.

Tratamiento de la degeneración hialina

La degeneración hialina es una condición fisiopatológica que puede alterar múltiples órganos y tejidos. Dependiendo del sistema afectado y de la sintomatología, se decidirán las estrategias diagnósticas y terapéuticas que correspondan.

Pero la degeneración hialina no tiene un tratamiento propio ni específico. El manejo se decidirá de acuerdo a la clínica.

Los daños articulares y oculares pueden resolverse con cirugía. Al ser las rodillas las más afectadas por la degeneración de las fibras colágenas, las artroscopias se realizan con frecuencia. La cirugía ocular para remover la opacidad es rápida y sencilla. En ambos casos existe un alto riesgo de recidiva.

El bazo en caramelo es muy frágil y puede romperse al contacto. La esplenectomía es de elección si hay riesgo de estallido esplénico. La pleura de la asbestosis puede requerir cirugía también, aunque se prefiere el tratamiento médico con esteroides inicialmente. En la patología genital, masculina o femenina, la cirugía es de elección.

La insuficiencia renal mediada por degeneración hialina vascular, sobre todo en personas diabéticas, es irreversible. Este tipo de pacientes se manejan con fármacos antihipertensivos y diuréticos en un principio, pero usualmente terminan en hemodiálisis o trasplante renal.

Referencias

  1. Universidad Católica de Chile (s. f.). Alteraciones de la Matriz Extracelular. Manual de Patología General, recuperado de: publicacionesmedicina.uc.cl
  2. Acuña, Ezequiel y Peña, Claudio (2011). Patología General, Degeneraciones Extracelulares. Recuperado de: ezzesblack.wordpress.com
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  4. Frising, M. y colaboradores (2003). Is hyaline degeneration of the cornea a precursor of Salzmann’s corneal degeneration? British Journal of Ophtalmology, 87(7): 922-923.
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