Reflejo tricipital: concepto, vía aferente, eferente, fisiología
¿Qué es el reflejo tricipital?
El reflejo tricipital es una respuesta motriz independiente de la voluntad provocada por un estímulo mecánico a la altura del tendón del tríceps. Pertenece al grupo de los mal llamados reflejos osteotendinosos, los reflejos que tienen su origen por estimulación del huso neuromuscular por estiramiento a la altura de las fibras del vientre muscular.
El músculo y el tendón solo funcionan como transmisores de tensión; es decir, el reflejo depende del nervio a explorar. Estudiar este reflejo tiene mucha importancia en el examen neurológico de rutina de cualquier paciente que requiera un examen físico completo, ya que da información sobre el estado de las vías de conducción del sistema nervioso.
El estudio de los reflejos osteotendinosos es de gran utilidad en el diagnóstico diferencial de síndromes como los de motoneurona superior e inferior.
Componentes y vías de conducción
– Receptor.
– Vías aferentes, correspondiente a axones de las neuronas sensitivas ubicadas en los ganglios raquídeos.
– Interneurona.
– Centro nervioso, ubicado en la médula espinal, que a su vez se compone por una neurona sensitiva, una interneurona y una moto neurona a nivel de C7.
– Vías eferentes, constituidas por axones de las motoneuronas.
Las vías de comunicación nerviosa —que en conjunto forman el arco reflejo— está formada por un receptor, vía aferente, integración central, vía eferente y, finalmente, el órgano efector
Vía aferente y eferente
La vía aferente en el reflejo tricipital está representada por las neuronas que se encuentran localizadas en los ganglios raquídeos del asta posterior de la médula espinal.
Por su parte, la vía eferente está constituida por las fibras eferentes, motoras del asta anterior de la médula espinal.
Fisiología
El reflejo tricipital tiene como característica principal ser un reflejo monosináptico, ya que pertenece al grupo de los ROT (reflejos osteotendinosos), lo cual implica que tan solo se realiza una sola sinapsis entre la neurona aferente y la eferente.
El receptor que se activa en el reflejo tricipital se denomina huso muscular. Al estirarse o elongarse, este huso genera un impulso nervioso que viaja a la médula espinal en la columna vertebral por medio de fibras denominadas aferentes.
Una vez en la médula espinal, estas fibras hacen sinapsis con una motoneurona alfa; por retroalimentación, esta motoneurona genera una señal excitatoria que se transmite al músculo para realizar la contracción.
El receptor en este tipo de reflejos se encuentra dentro del músculo como tal, lo que quiere decir que es uno de los pocos ejemplos donde el receptor y el órgano que efectuará el movimiento involuntario están en el mismo sitio. Esta serie de eventos en conjunto se denomina arco reflejo.
Exploración
En el caso de la exploración de este reflejo, deben tomarse consideraciones generales comunes a la exploración de todos los reflejos osteotendinosos.
El paciente debe estar en completa relajación muscular; esta relajación se consigue a través de distintas maneras, entre las que destacan:
- Utilizar la maniobra de Jendrassik, mediante la cual se le pide al paciente que contraiga un grupo muscular distante al grupo muscular que se quiere explorar.
- Desviar la atención del paciente. Puede conversarse con él o pedirle que mire hacia otro lado.
Una vez que el paciente está relajado, el procedimiento para la exploración del reflejo se realiza así: con una mano se toma el antebrazo del paciente a la altura del codo y se deja caer el antebrazo buscando generar un ángulo recto.
Se procede a percutir el tendón del tríceps; como resultado, se consigue la extensión del antebrazo por encima del brazo.
Hallazgos clínicos
El grado de contracción del reflejo debe ser igual en ambos miembros —es decir, en el miembro superior derecho y en el miembro superior izquierdo—, ya que una asimetría podría sugerir alguna alteración en los ámbitos anatómico, neurológico u homeostático.
De la exploración clínica del reflejo tricipital podría obtenerse alguno de los siguientes resultados:
- Un reflejo de características normales; es decir, extensión del antebrazo sobre el brazo.
- Características aumentadas en el reflejo; es decir, hiperextensión del antebrazo sobre del brazo (hiperreflexia).
- Un reflejo de características disminuidas; es decir, hipoextensión del antebrazo sobre el brazo (hiporreflexia).
- Ausencia del reflejo tricipital.
En la historia clínica los resultados descritos anteriormente se representan de la siguiente manera:
- 0: Arreflexia.
- – +: Contracción sin desplazamiento.
- ++: Normal.
- +++: Hiperreflexia.
- ++++: Clonus (contracciones y relajaciones musculares repetidas).
Ausencia
La disminución o total desaparición de este reflejo suele revelar algún tipo de interrupción del arco o un defecto muscular; por ende, el problema puede estar en la vía aferente sensitiva, los receptores, la neurona motora, la interneurona, el aparato efector o la vía eferente.
Otros procesos a través de los cuales pueden generarse hiporreflexia o arreflexia son la anestesia general, el shock medular, el coma profundo, las alteraciones electrolíticas y el hipotiroidismo, entre otros.
La exageración de los reflejos tendinosos se considera una evidencia de una lesión de las motoneuronas superiores por alteraciones del control supraespinal de las células del asta anterior, que se vuelven indebidamente excitables.
En este caso, las motoneuronas son estimuladas por fibras como las reticuloespinales y las vestibuloespinales.
Otras causas de hiperreflexia incluyen la ansiedad, el hipertiroidismo, alteraciones electrolíticas, la tetania, el tétano, entre otras.