Cultura general

Política social: qué es, sectores, tipos y objetivos


¿Qué es la política social?

Política social es el área de un gobierno que pretende mejorar las condiciones de vida de la población mediante una serie de acciones que garanticen el acceso a prestaciones imprescindibles. Las más importantes entre estas son la sanidad, la educación y la protección sociolaboral.

Este tipo de política está ligada a los llamados Estados del bienestar, aunque el desarrollo no es el mismo en cada país. Así, existen muchas diferencias entre las prestaciones ofrecidas en, por ejemplo, los países nórdicos europeos y las que los ciudadanos disfrutan en naciones más liberales económicamente, como los Estados Unidos.

Se considera que la mayoría de las acciones protectoras de la política social nacieron en la Alemania del canciller Bismarck. Allí, al igual que en otras zonas, estas políticas aparecieron como una manera de corregir algunas de las consecuencias de la aparición del liberalismo, que disparó las desigualdades sociales.

Precisamente disminuir esas desigualdades es uno de los objetivos de la política social; igualmente, pretende facilitar la inclusión de los sectores sociales más desfavorecidos. En el caso concreto de México, su política social se caracteriza por la multitud de planes existentes.

En dicho país históricamente ha tenido mucho peso la cuestión agraria, con varias leyes tratando de distribuir la tierra. Sin embargo, la desigualdad, la pobreza infantil, la pobreza extrema y los problemas de vivienda siguen siendo grandes retos sin resolver.

Sectores

Una de las definiciones de la política social señala que se trata de la intervención de los poderes públicos para intentar mitigar algunos efectos originados por el sistema económico de libre mercado.

La manera con la que los Estados han intentado paliar algunas consecuencias es mediante la puesta en marcha de políticas de apoyo a la población; estas van desde los sistemas de Seguridad Social hasta la creación de una estructura adecuada de educación pública.

De esta manera, todos los sectores sociales tienen la posibilidad de acceder a estos servicios esenciales que, así, no quedan a expensas de quien los puede pagar o no. En sentido amplio, la política social es la intervención de los poderes públicos.

En un primer lugar, la lucha por conseguir mejoras sociales se centró en la persecución de derechos políticos, como el voto o el de sindicación. Tras esto se pasó a los derechos económicos y, por último, a los puramente sociales.

Es el Estado el encargado de desarrollar estas políticas sociales. La manera más habitual de costearlo es mediante lo recaudado con los impuestos; en ocasiones, puede existir alguna colaboración con entidades privadas.

Salud pública

Junto con la educación, el principal puntal de las políticas sociales es la creación de un sistema sanitario que alcance a toda la población. Es una medida desarrollada en buena parte del mundo, aunque algunos países —como los Estados Unidos— sigan prefiriendo casi exclusivamente la sanidad privada.

La sanidad pública no solo es la encargada de procurar tratamientos a la población. También se encarga de acciones de prevención fundamentales, como el calendario de vacunación en niños o la promoción sanitaria en la educación.

Educación

Como se señalaba, se trata de uno de los aspectos más importantes de las políticas sociales. La educación pública, fomentada por el Estado, es el sistema nacional educativo de cada país. Se financia mediante los impuestos.

Tiene como principal objetivo que todos los niños y niñas puedan acceder a ella, independientemente de su estatus económico y de su lugar de residencia.

Los gobiernos son los encargados de construir la infraestructura necesaria, como colegios o universidades. Asimismo, elaboran el plan docente, con los contenidos mínimos que cada alumno debe aprender.

Se considera que es la mejor manera de disminuir las desigualdades y favorecer la igualdad de oportunidades para todos los habitantes.

En algunos países la educación pública convive con su equivalente privado. Igualmente, los estudios universitarios no suelen ser gratuitos, pero el gobierno puede ayudar a los estudiantes con una política de becas que permita estudiar a las clases menos pudientes.

Protección sociolaboral

Dentro del sector de las políticas sociales destinado a la protección sociolaboral entran varios tipos de medidas diferentes, abarcando desde las políticas activas de empleo hasta los salarios de subsistencia.

Una de estas políticas son derechos de prestación, cuyos beneficiarios son delimitados por las leyes correspondientes. Así, por ejemplo, las prestaciones de desempleo son cobradas por los que han cotizado un tiempo determinado a la Seguridad Social, mientras que solo los que están en situaciones de extrema pobreza tienen derecho a otros subsidios.

La base de estas políticas es la solidaridad dentro de la sociedad y combatir en lo posible la extrema pobreza. Los impuestos recaudados son los que sirven para sufragar los costes de ayudar a personas en riesgo de pobreza.

Por una parte, se trata de derechos universales, ya que cualquiera en esa situación puede solicitar las ayudas; por otra, son individuales, puesto que no se aplican a un colectivo.

Vivienda

Ha sido un sector que tradicionalmente ha recibido menos atención que otros relacionados con la política social. Además, existe una gran variedad de soluciones dependiendo del lugar del mundo.

Normalmente, se trata de acciones que intentan aportar soluciones a las capas de población con dificultades para acceder a una vivienda. Para ello, algunos gobiernos han fomentado la construcción de la llamada vivienda social.

Ya sean para alquiler o para compra, las casas de protección oficial tienen precios mucho más reducidos. Solo pueden acceder a estas las personas que no cuenten con recursos suficientes para comprar en el mercado libre.

Tipos de política social

Políticas sustantivas y procedimentales

Al hablar de políticas sustantivas, los expertos se refieren a todo aquello que el gobierno tiene que hacer. Desde la construcción de autopistas hasta el pago de los subsidios de desempleo, estas políticas tienen un reflejo directo en las ventajas para los ciudadanos.

En cuanto a las procedimentales, son las que tienen que ver con la manera de desarrollar las acciones. Son las encargadas de organizar los órganos administrativos que se encargan de llevar a la práctica las políticas sociales.

Igualmente, también señalan quiénes serán los responsables de aplicar las leyes que se aprueben.

Políticas distributivas, regulatorias, autorregulatorias y redistributivas

Otra manera de clasificar las políticas sociales es dependiendo del efecto que tengan en la sociedad. En ese sentido, las distributivas son aquellas que proporcionan recursos o servicios a grupos determinados de la población.

Por su parte, las regulatorias son aquellas que regulan los comportamientos, tanto el de los individuos como los de los grupos. Las políticas autorregulatorias son muy similares a las anteriores, aunque tienen como diferencia que esta regulación se produce desde el interior del propio grupo afectado.

Por último, las políticas redistributivas son las llevadas a cabo por la administración para intentar que la riqueza llegue a todos los sectores de la sociedad. Estas son las que caracterizan al Estado del bienestar. Entre las más habituales se encuentran los sistemas de seguridad social.

Políticas materiales y simbólicas

La tercera manera de clasificar las políticas es según los beneficios que aportan a los ciudadanos particulares. En este sentido, las materiales son las que proporcionan ayudas para determinados asuntos, como pueden ser las becas para universitarios.

Por otro lado, en los últimos años se han potenciado mucho las llamadas políticas simbólicas. Estas son las que intentan cambiar la mentalidad general ante grupos tradicionalmente desfavorecidos.

Ejemplo de lo anterior son las campañas contra la xenofobia o la homofobia. Suelen comenzar en el ámbito educativo, abarcando luego al resto de la población.

Objetivos de la política social

Desde los años 20 del siglo pasado las políticas sociales se han definido como aquellas destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas en cada país. A pesar de que anteriormente existía este tipo de legislaciones, es entonces cuando comenzaron a realizarse planes específicos para ello.

Algunos expertos afirman que se trata de una intervención estatal, a nivel macro, con la intención de conseguir una mayor justicia social. Es también una manera de mantener la paz dentro de cada territorio, ya que la existencia de grupos de población en condiciones de pobreza suele desembocar en tensiones y revueltas.

Aunque se pueden nombrar múltiples objetivos dependiendo del sector al que las políticas vayan dirigidas (universalizar la educación, que nadie se quede sin asistencia médica, etc.), se suelen apuntar dos objetivos generales de este tipo de políticas:

Inclusión

El primero de los objetivos de la política social es lograr la inclusión de todos los ciudadanos. Se pretende que nadie, ya sean individuos particulares o grupos completos de población, quede al margen de la estructura social creada.

Esto comienza desde la educación; por ese motivo, todos los países con políticas sociales han tratado de universalizar el acceso de los niños a la enseñanza.

Incluso, como en México, se ha tratado de llevar a los rincones más apartados del territorio y que sectores desfavorecidos, como los indígenas, también puedan ser escolarizados.

Aparte de eso, también se desarrollan políticas activas de empleo, intentando favorecer la creación del mismo. Las subvenciones a los que contraten a mujeres o a mayores de 50 años son ejemplos de estas medidas.

Reducción de las desigualdades

Las estadísticas mundiales señalan que se ha producido una reducción de la desigualdad social; sin embargo, esto no ha sucedido en el interior de los países. La desigualdad interior ha seguido creciendo, provocando grandes disparidades económicas.

Esto se refleja también en los problemas para acceder a los servicios sanitarios o educativos.

Los expertos apuntan que el crecimiento económico y el mercado no son suficientes para reducir las desigualdades. Es necesaria la actuación legislativa de los gobiernos para tratar de disminuirlas, con políticas sociales dirigidas hacia los más pobres.

Otros sectores afectados son las minorías étnicas o la población femenina. Las cuotas que favorecen su contratación por las empresas ha sido una de las vías propuestas por muchos gobiernos.

Diferencias con políticas públicas

Como ya se ha señalado, las políticas sociales son las usadas por las autoridades para mitigar algunos efectos negativos del sistema económico. Son medidas dirigidas a estructurar de manera más igualitaria la sociedad, sin que nadie sufra carencias en asuntos fundamentales.

Estas políticas son generales, con intención de mantenerse en el tiempo y de que formen parte de la legislación general del país; la educación pública es el mejor ejemplo de medida de este tipo.

Lo mismo ocurre con los intentos de favorecer la existencia de un parque público de viviendas o los sistemas de seguridad social.

Por otra parte, las obras públicas se definen como el conjunto de decisiones y acciones que los gobiernos desarrollan para solucionar problemas concretos en momentos determinados.

Frente a las sociales, las políticas públicas suelen estar limitadas en el tiempo, hasta alcanzar los objetivos por las que fueron promulgadas. Una vez el problema a solucionar esté resuelto, la acción política deja de tener sentido.

Características de la política social en México

La historia de México ha desembocado en la necesidad de políticas sociales con rasgos diferentes a las que se desarrollan en Europa. Por una parte, está la comunidad indígena, objeto desde hace décadas de este tipo de políticas, con más o menos éxito.

Por otra parte, el tipo de sociedad agraria mexicana provocó que una de las políticas sociales que más pronto se llevaron a cabo fuera el reparto de tierras. Se trataba de intentar dar a los campesinos la propiedad de los terrenos que trabajaban, y así mejorar sus condiciones vitales.

El último aspecto a tener en cuenta es la desigualdad social en México. Es un problema considerado histórico y que afecta a todos los sectores. Un informe oficial aparecido en 2016 afirmaba que el número de pobres en el país era el mismo que en 2010.

Y debido a la pandemia de 2020, la pobreza en México subió al 43,9% frente al 41,9% de 2018. Esto parece indicar que las políticas sociales no han sido todo lo efectivas que se esperaba.

Población indígena

Según los organismos oficiales, las comunidades indígenas mexicanas son las que padecen mayores condiciones de pobreza. Más de 8 millones vivían en 2012 por debajo de los umbrales mínimos que marcan esa condición; de ellos, 3,5 millones llegaban a la pobreza extrema.

Por tanto, no es de extrañar que las políticas sociales en México tengan en cuenta esa situación. El gobierno federal cuenta con 14 programas diferentes para atender a estos grupos. Se intenta dar soluciones integrales, que cubran todos los sectores.

De esta manera, hay planteadas medidas educativas, sanitarias, de empleo y de vivienda. El objetivo es lograr la integración pero sin la pérdida de la cultura propia.

Reducción de la pobreza

Otras capas de la población también padecen las consecuencias de la pobreza. Esta presenta cifras preocupantes entre los niños, especialmente en zonas rurales.

Hay una Secretaría de Estado encargada del tema, aunque de momento las cifras no parecen haberse reducido.

Políticas de empleo

Uno de los problemas que aquejan a la sociedad mexicana es el índice de desempleo. A esto hay que añadirle la baja calidad de algunos trabajos; se calcula que más de 29 millones de mexicanos tienen empleos informales.

Hay que señalar que en México no se aprobó un subsidio de desempleo y una pensión universal hasta 2014. Antes, ancianos y desempleados podían quedar en una situación muy delicada.

Salud

La crisis de los años 80 supuso que México tuviera que solicitar ayuda económica al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. Entre las condiciones impuestas por ambos organismos estaba la reforma del sistema sanitario; este tuvo que permitir la entrada de empresas privadas en el sistema.

En la actualidad existen varias instituciones que se reparten el sistema sanitario. Los habitantes con menores recursos están cubiertos por el llamado Seguro Popular, que trata de asegurarse de que nadie se quede sin atención médica.

Sin embargo, existen varios puntos negros que resolver. El primero, el bajo ratio de doctores por cada mil habitantes; el segundo, proviene de la mencionada reforma de los años 80, que provocó que la atención sea costosa para parte de los ciudadanos.

Referencias

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