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100 frases de Mario Benedetti sobre la vida, el amor, el tiempo y más


Mario Benedetti (1920-2009) fue un poeta, escritor, periodista y dramaturgo nacido en Uruguay. Formó parte de la Generación del 45 uruguaya y se le considera uno de los autores latinoamericanos más importantes e influyentes.

Al igual que otros artistas de su época, Benedetti se implicó en la política y se excilió a Argentina tras el golpe de Estado de Uruguay en 1973. Volvío en 1985, con lo que él llamó el desexilio. Entre sus obras destacan La tregua, Quién de nosotros, Primavera con una esquina rota, Gracias por el fuego, La muerte y otras sorpresas, entre muchas otras.

Las mejores frases de Mario Benedetti

Hemos realizado una recopilación de frases de Mario Benedetti tomada de sus novelas y poemas. Con ellas podrás reflexionar sobre sus pensamientos y conocer sus ideas sobre la vida, el amor, el dolor, la soledad, la felicidad, la culpa, el odio, el tiempo, el miedo, entre muchos otros temas.

Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio.

El silencio puede generar mucha incomodidad.

Cuando uno soporta sufrimientos propios no tiene necesidad de adjudicarse dolores ajenos.

No tenemos que cargarnos con las penas de las demás personas, debemos preocuparnos y ocuparnos de las nuestras.

El miedo es la condición previa del coraje.

Cuando hay algo nos asusta, esto hace que juntemos fuerzas y lo enfrentemos para librarnos de él.

Lo que uno quiere de verdad, es lo que está hecho para uno; entonces hay que tomarlo, o intentar.

Siempre debemos intentar conseguir lo que pensamos que es para nosotros.

El sentido de culpa le agrega otro sabor al pecado.

Saber que se está haciendo algo indebido hace que lo que se esté haciendo se viva con mayor intensidad.

Esos miedos que inventamos son los más peligrosos.

No tenemos que sumarles dramatismo a las situaciones porque las veremos como imposibles de resolver.

Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.

No debemos temerle a la muerte, ya que esta solo llega cuando se estuvo vivo.

Una de las cosas más agradables de la vida: ver cómo se filtra el sol entre las hojas.

Algunos de los momentos más simples de la vida son los más maravillosos de presenciar.

La envidia es el único vicio que se alimenta de virtudes, que vive gracias a ellas.

Las personas envidiosas se esfuerzan para conseguir lo que los demás tienen.

No tengas vergüenza de llorar. Hace bien. Elimina toxinas.

Llorar hace que aliviemos un poco el dolor que sentimos y comencemos a sanar.

Es casi ley, los amores eternos, son los más breves.

Los amores que no tienen altibajos se tornan muy monótonos y terminan acabándose.

Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores.

No debemos intentar justificar al amor; si lo sentimos, debemos relajarnos y disfrutar de él.

Qué bueno que tengas el valor de ser distinto y no sucumbas al poder unánime.

Siempre debemos hacer lo que sentimos, y no hacer las cosas porque los demás las hacen.

Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.

Al ir adquiriendo más conocimiento, nos van surgiendo nuevas preguntas que antes no contemplábamos. Nunca dejamos de aprender.

A veces hay corazonadas de la razón que el corazón no entiende.

Muchas veces sentimos que algo es lo más lógico de hacer, y lo hacemos, por más que nos duela.

El dolor le pone a uno exageradamente receptivo.

Cuando sufrimos por algo, somos mucho más abiertos que cuando estamos atravesando un buen momento de nuestra vida.

Cada ciudad puede ser tantas como amores la recorren.

La percepción de los lugares cambia dependiendo de las experiencias de cada persona en ellos.

La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida.

En ocasiones, dejamos de hacer algo para esperar otra cosa mejor y acabamos sin hacer nada.

Hablo con ella como si hablara conmigo mismo.

Hay personas con las que sentimos mucha afinidad y nos abrimos completamente.

La soledad es un estado de ánimo, pero puede convertirse en un vicio.

Al estar mucho tiempo solos, podemos llegar a sentirnos muy cómodos y no tener ganas de arriesgarnos a sufrir con la compañía de otra persona.

Pensé en no verte y temblé.

La sola idea de no poder contar más con una persona muy querida por nosotros hace que nos sintamos muy mal.

Me tomó de un brazo y me dijo, casi apoyándose en mí: ¿Sabes lo que te pasa? Que no vas a ninguna parte.

Si no tenemos un objetivo claro de lo que deseamos conseguir, no tendremos un camino que seguir y eso hace que nos veamos desorientados.

Defender la alegría como una trinchera, defenderla del escándalo y la rutina, de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias y las definitivas.

Nunca debemos perder la alegría, sin importar la situación por la que estemos atravesando.

Cinco minutos son suficientes para soñar una vida completa, así de relativo es el tiempo.

Nuestra imaginación es capaz de hacernos proyectar una gran cantidad de cosas en un corto período de tiempo.

Estamos perdiendo la saludable costumbre de la esperanza.

Poco a poco, la humanidad va viendo con menos ilusión el futuro.

Uno no sabe quién es realmente, cuán incinerable o incombustible es, hasta que no pasa por alguna hoguera.

Los problemas y las situaciones límite hacen que nos conozcamos verdaderamente cómo somos.

Estar feliz y, sin embargo, no ser feliz. Ah, pero nunca imaginé que el estar feliz incluyera ¿sabes? tanta tristeza.

Muchas veces nos sentimos muy bien, pero nos parece que algo nos falta.

Ya no quiero que me vendan sueños ajenos, sino sencillamente que se cumplan los míos.

Siempre tenemos que intentar hacer lo que nosotros deseamos, y no hacer las cosas que le interesan a los demás.

Me aburrí de mí mismo, de mi propia paciencia.

A veces nos cansamos de esperar con tranquilidad lo que queremos que nos llegue.

El amor es uno de los elementos emblemáticos de la vida.

El amor es muy importante para todas las personas.

La única interpretación es que el hombre puede ser infinitamente cruel con su semejante.

Nunca debemos perder la empatía por las demás personas, ni cometer actos desalmados contra ellas.

Los odios vivifican y estimulan solo si es uno quien los gobierna; destruyen y desajustan cuando son ellos los que dominan.

Debemos aprender a dominar nuestros sentimientos para que estos no nos causen dolor.

Lo cierto es que la vida desde el principio me sacó ventajas y yo no he podido ni podré jamás recuperar el terreno perdido.

Debemos vivir nuestra vida al máximo, aprovechando cada momento que tenemos en ella para hacer lo que deseamos.

¿Por qué seré tan callado? Cuanto más hablan los que me rodean, menos ganas tengo de decir algo.

Hay personas que son muy retraídas e intentan no llamar la atención cuando se encuentran en grupo.

Cuántas palabras, solo para decir que no quiero parecer patético.

En ocasiones hablamos mucho más de lo necesario para tratar de causar una mejor impresión en la otra persona.

Esta vez la soledad me pesa como suele pesarle el vicio al adicto.

En ocasiones, estar solos se puede volver muy tedioso para nosotros.

Cómo la necesito. Dios había sido mi más importante carencia. Pero a ella la necesito más que a Dios.

Hay personas que se vuelven completamente importantes en nuestra vida y, cuando ya no están, nos sentimos desahuciados.

Lo nuestro es ese indefinido vínculo que ahora nos une.

La incertidumbre puede hacer que dos personas se mantengan juntas.

Cuando uno ve las cosas desde fuera, cuando uno no se siente complicado en ellas, es muy fácil proclamar que es lo malo y que es lo bueno.

Nunca debemos juzgar a las personas por su manera de actuar, ya que no sabemos realmente por lo que están pasando.

Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos.

Muchas veces nos encontramos distanciados de la persona que una vez amamos, sin sentir ningún tipo de sentimiento especial.

Nos conocemos tan precariamente, que respiramos y eso nos asombra.

Hay parejas que están juntas, pero no conocen nada de la otra persona.

Y padecen la más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo.

Debemos aprender a vivir solos y estar felices con lo que somos como personas.

He llegado a pensar que después de todo, la conciencia es simultáneamente nuestro cielo y nuestro infierno.

Juzgar nuestros actos con dureza hace que nos sintamos mal con nosotros mismos.

Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo.

No hay nada más lindo que despertarse al lado de la persona que uno ama.

Sus labios eran una caricia necesaria, cómo podía haber vivido hasta ahora sin ellos.

Hay personas que nos hacen sentir cosas que jamás habíamos sentido.

El confort es muelle, cada vez más muelle, ablanda, aquieta, inmoviliza.

Al sentirnos seguros y tranquilos como estamos, vamos perdiendo la pasión por ver cosas nuevas y dejamos de disfrutar la vida.

Hay que gritarle al oído a la gente, ya que su aparente sordera es una especie de autodefensa de cobarde y malsana autodefensa.

Las personas son cada vez menos empáticas con las demás.

Ella me daba la mano y no hacía falta más.

Un pequeño gesto de la persona que amamos nos alcanza para sentirnos completos.

Si a uno le llega la hora, da lo mismo un boeing que la puntual maceta que se derrumba sobre uno desde un séptimo piso.

La muerte nos llega a todos y cuando es nuestro tiempo, no importa la forma en que sucede.

De todas aquellas manos, la suya era la única que transmitía vida.

Muchas veces nos sentimos atraídos por una persona solo con tocarla.

Pedir perdón es humillante y no arregla nada. La solución no es pedir perdón, sino evitar los estallidos que hacen obligatorias las excusas.

Debemos intentar actuar de manera tal que no hagamos que una persona querida se enfade con nosotros.

Es tan lindo saber que Usted existe.

Hay personas que alegran nuestra vida con solo saber que están ahí.

A veces pienso qué haré cuando toda mi vida sea domingo.

La idea de pensionarnos puede llegar a desesperarnos un poco, al no saber qué hacer con tanto tiempo libre.

Tú no eres esa, yo no soy ese, esos, los que fuimos antes de ser nosotros.

Con el tiempo vamos cambiando nuestra manera de ser y pensar y, a veces, nos sucede que acabamos desconociendo a la persona que tenemos al lado.

Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz.

Nunca debemos permitirnos perder el entusiasmo de vivir, siempre tenemos que buscar nuevas cosas por hacer.

De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la dicha.

A veces, en un acto muy sencillo del día somos capaces de sentirnos más felices que nunca.

La generosidad es el único egoísmo legítimo.

Siempre debemos ser generosos con el prójimo e interesarnos por su bienestar.

Cómo quisiera cerrar los ojos y empezar de nuevo y abrirlos después con la tardía lucidez que traen los años, pero con la vitalidad que ya no tengo.

Todos queremos volver a ser jóvenes, pero con la sabiduría que hemos adquirido con los años.

Cuando uno se deja vencer, se va deformando, se va convirtiendo en una grosera parodia de sí mismo.

Jamás debemos darnos por vencidos, siempre debemos seguir intentando conseguir aquello que deseamos.

No hay que prometer nada porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado tiende a liberarse, eso es fatal.

Al prometer algo, nos sentimos obligados a realizarlo y eso puede llegar a ser un poco frustrante.

La hipocresía es un vicio, pero no estoy tan convencido de que la franqueza sea siempre una virtud.

Muchas veces es preferible no decir lo que realmente pensamos para no causarnos un problema en vano.

Nunca un hombre está más seguro de lo que hace, que cuando un dolor prolongado no logra quitarle el aliento y derrotarlo.

Jamás debemos rendirnos, siempre tenemos que intentar sobreponernos a cualquier situación que nos haga sentir mal.

Hoy fue un día feliz; solo rutina.

Para muchas personas, la rutina hace que no piensen en sus problemas y los ayuda a pasar un mejor día.

Hay fantasías que me prometí y desgraciadamente no he cumplido, y otras que me cumplí sin prometérmelas.

A veces, conseguimos hacer cosas que disfrutamos mucho y no sabíamos que nos iba a gustar tanto.

Contigo no tengo necesidad de vivir a la defensiva. Me siento feliz.

Hay personas que nos generan mucha confianza y nos sentimos libres de ser como somos y sentir sin restricciones.

El cinismo solo es un residuo del odio, y aún no te odio.

La falsedad y la hipocresía llegan cuando odiamos a otra persona.

El gran error de algunos empleados es tratar a sus patrones como si fueran personas.

El respeto se le debe tener a las personas que son respetuosas con nosotros.

Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras menos.

Cuando acabamos una relación amorosa, siempre es mejor soltar a la otra persona para comenzar a sanar.

La sencillez es una de las virtudes más complicadas de este viejo mundo. Cuando uno es sencillo corre el incómodo riesgo de ser tomado por tonto, por babieca.

A muchas personas no les gustan aquellas que son simples, y prefieren a las más complicadas.

Hay ayeres y mañanas, pero no hay hoyes.

El presente es algo que no podemos determinar.

El plan trazado es la absoluta libertad. Conocernos y ver qué pasa, dejar que corra el tiempo y revisar. No hay trabas. No hay compromisos

Comenzar una historia amorosa sin etiquetarla ni ponerle márgenes hará que tomemos decisiones más sinceras, sin sentirnos obligados a nada.

El buen compañerismo consiste muchas veces en callar, en respetar el laconismo del otro, en comprender que eso es lo que el otro necesita en esa precisa y oscura jornada.

A veces, lo que la otra persona necesita de nosotros es que estemos ahí para ella, acompañándola, sin decir nada.

Pero todos se sirven del mismo mazo, todos se alimentan de la misma mentira. Y nosotros leemos, y, a partir de esa lectura, creemos, votamos, discutimos, perdemos la memoria.

Los medios de comunicación presentan la información de forma tendenciosa y hacen que las personas opinen sobre lo que ellos desean mostrar.

Allí donde normalmente va la dignidad, él solo tiene un muñón; se la amputaron.

Hay personas que no se respetan y no se hacen respetar por las demás.

Más que sus ojos, su mirada. Miraba como queriendo decir algo y no diciéndolo.

Muchas cosas pueden comunicarse con una simple mirada.

Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida.

Hay personas con las que sabemos que nos volveremos a encontrar.

La verdadera felicidad es un estado mucho menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiene siempre a soñar.

La felicidad se encuentra en esos pequeños momentos que nos alegran, no en las grandes cosas.

Bastante amarga es la vida como para que, además, nos pongamos plañideros o mimosos o histéricos, solo porque algo se puso en nuestro camino y no nos deja proseguir nuestra excursión hacia la dicha.

No debemos quejarnos de las cosas que nos salen mal, ni dejar que estas detengan nuestra búsqueda de la felicidad.

Algunas cosas del pasado desaparecieron, pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar.

Mucho de lo que hemos hecho en nuestro pasado son los cimientos de lo que deseamos construir en nuestro futuro.

Uno tendría que automedicarse la risa como un tratamiento de profilaxis psicológica.

La risa hace que nos sintamos mejor y con más energía.

Se reía con ganas y es posible que me haya enamorado de eso.

A muchas personas les gustan aquellas que son genuinas y se ríen sin reprimir lo que sienten.

Posiblemente me quisiera, vaya uno a saberlo, pero lo cierto es que tenía una habilidad especial para herirme.

Hay personas que no saben cómo expresar su amor y lo que hacen es lastimar a la persona que aman.

Ahí en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma.

Cuando algo nos emociona mucho, se nos hace un nudo en la garganta.

¿Por qué las palmas de mi mano tienen una memoria más fiel que mi memoria?

El tacto puede traernos recuerdos que creíamos olvidados.

No te quiero por tu cara, ni por tus años, ni por tus palabras, ni por tus intenciones. Te quiero porque estás hecho de buena madera.

Debemos amar a una persona por lo que es, no por cómo luce ni por lo que intenta ser.

Ellos, en cambio, no se querían: se necesitaban.

Hay personas que están juntas únicamente para no sentirse solas, pero realmente no se aman.

A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos.

Muchas veces podemos llegar a sentirnos mal y no saber de dónde proviene esa sensación.

Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar enseguida el reloj.

Cuando se tratan temas controversiales, algunas personas se ponen muy incómodas.

Qué feo eso de que le digan a uno la verdad, sobre todo si se trata de una de esas verdades que uno ha evitado decirse aun en los soliloquios matinales.

A nadie le gusta oír cosas sobre él que no son de su agrado, e intenta evitarlas siempre que puede.

Siento que con nadie, ni siquiera cuando estoy a solas, estoy tan cerca de la verdad como cuando estoy contigo.

Hay personas que nos hacen sentir muy especiales y todo cobra sentido.

Ella me daba la mano y eso era amor.

Cuando estamos enamorados, hasta el más mínimo gesto de la persona que amamos hace que nos sintamos amados y contenidos.

Comprender no es justificar, sino darnos conciencia de que lo peor y lo mejor de todos los seres humanos está latente en nuestro interior.

Saber que somos capaces de algo, no justifica que lo hagamos. Siempre tenemos que obrar de buena manera con las demás personas.

Cuando uno tiene que estar irremediablemente fijo, es impresionante la movilidad mental que es posible adquirir.

Al no tener que concentrarnos en las funciones del cuerpo, nuestra mente comienza a divagar por infinitas ideas.

Mi estilo de querer es ese, un poco reticente, reservando el máximo solo para grandes ocasiones.

Hay personas que contienen sus sentimientos y solo los muestran en ocasiones especiales.

En realidad, solo existe la dirección que tomamos, lo que puede haber sido ya no vale.

Nunca tenemos que pensar en lo que nos hubiera sucedido si tomábamos otra decisión, siempre debemos enfocarnos en lo que tenemos por delante.

Se es o no se es, no importa el día.

No existe un tiempo indicado para ser lo que queremos ser; debemos serlo siempre.

En la vida debes evitar tres figuras geométricas; los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas.

Tenemos que intentar alejarnos de las situaciones que no encontramos salida, de las relaciones complicadas de pareja, y de las personas que no son capaces de abrir su mente a nuevas cosas.

La verdadera división de las clases sociales habría que hacerla teniendo en cuenta la hora en que cada uno se tira de la cama.

Hay personas que trabajan muchas horas para conseguir el dinero necesario para vivir, pero no pueden disfrutarlo por estar ocupados todo el día.

Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuestas.

Todos tenemos un pasado, y de nada sirve juzgar a las personas por ello.

Tengo un cansancio equivalente a un año de trabajos forzados.

A veces, nos sentimos muy agotados.