Cultura general

Jean Le Rond D''Alembert: quién fue, biografía, aportes y obras


¿Quién fue Jean Le Rond D’Alembert?

Jean Le Rond D’Alembert (1717-1783) fue un matemático, escritor y filósofo francés que logró gran fama como científico antes de obtener una considerable reputación como colaborador y editor de la Enciclopedia, editada por el filósofo y escritor francés Denis Diderot (1713-1784).

D’Alembert creía que la verdad podía derivarse de un único y absoluto principio matemático. Consideraba las matemáticas como una forma ideal de conocimiento y las leyes de la física como los principios fundamentales del mundo.

Jean D’Alembert fue una importante figura de la Ilustración francesa y realizó contribuciones a diversas ramas del conocimiento como la física, la matemática, la literatura y la filosofía.

Su pensamiento se alineaba con las ideas del racionalismo y el materialismo, doctrinas que sostienen que los sentidos físicos son la fuente más confiable de conocimiento sobre el universo.

Su labor en las distintas disciplinas en las que se involucró lo convirtieron en uno de los científicos más importantes de su tiempo. D’Alembert también se interesó profundamente por la música, tema que ocupó su mente durante los últimos años de su vida.

Biografía de Jean Le Rond D’Alembert

Nació el 16 de noviembre de 1717 y fue hijo ilegítimo de Madame de Tencin y el caballero Destouches Canon, uno de sus amantes. Jean Le Rond D’Alembert fue abandonado en las escaleras de la iglesia parisina Saint Jean le Rond, nombre con el que fue bautizado el joven Jean.

Educación

A pesar de no ser reconocido por su madre, el caballero Destouches eventualmente buscó a Jean y lo encomendó a la esposa de un vidriero, a quien trató como si fuera su madre. 

A través de la influencia de su padre, Le Rond fue admitido en una escuela jansenista bajo el nombre de Jean Baptiste Daremberg. Poco tiempo después cambió su apellido por D’Alembert.

Si bien Destouches nunca le reveló su parentesco a D’Alembert, se aseguró de cubrir sus gastos. La educación impuesta a D’Alembert fue profundamente religiosa, aunque este rehuyó a las ideas que sus maestros le enseñaban.

D’Alembert estudió leyes por dos años, llegando a convertirse en abogado en 1738, si bien nunca ejerció la profesión. Después de estudiar medicina por un año, finalmente se decantó por las matemáticas, ocupación a la que se dedicó de por vida.

D’Alembert tomó lecciones privadas, pero fue prácticamente autodidacta.

Ideas ilustradas

Jean D’Alembert consagró su vida a la ciencia y a las matemáticas, pero también era un hábil conversador. Sus tertulias en los salones le ayudaron a conocer a varios filósofos de la Ilustración, corriente con la que D’Alembert se identificaba.

Su talento le valió el reconocimiento de la Academia de Francia y la Academia de Berlín, así como el puesto de editor y colaborador de la Enciclopedia de Denis Diderot. Esta última labor interesó a D’Alembert por su objetivo: difundir el conocimiento a todas las personas.

Vida amorosa

En 1765 una enfermedad grave obligó a D’Alembert a hospedarse en casa de Julie de Lespinasse, dueña de uno de los salones que frecuentaba. El pensador francés era la principal figura intelectual de su salón, el cual se convirtió en el centro de reclutamiento para la Academia Francesa.

D’Alembert y Lespinasse estuvieron en una corta relación, que luego se transformó en una duradera amistad. Fue después de la muerte de Lespinasse en 1776 que D’Alembert descubrió los amoríos que ella había tenido con otros hombres.

Fallecimiento

Tras la muerte de su amiga Lespinasse, D’Alembert se mudó a un apartamento en el Louvre. Allí, murió en 1783 a causa de una enfermedad urinaria.

A lo largo de su vida, D’Alembert fue un hombre simple, caritativo y de espíritu frugal. Como hombre de su tiempo, siempre buscó darle a su nombre dignidad y un significado serio.

Además de buscar su integridad e independencia, D’Alembert utilizó su influencia para impulsar el avance de la Ilustración.

Aportes de D’Alembert

Matemáticas

En 1739 leyó su primer artículo ante la Academia de las Ciencias, de la cual se convirtió en miembro dos años después. En 1743, con tan solo 26 años, publicó su importante Tratado de la dinámica, un texto fundamental.

Su importancia radica en el famoso principio de D’Alembert, el cual especifica que la tercera ley de Newton (por cada acción hay una reacción igual y opuesta) es verdadera para los cuerpos en movimiento, así como para aquellos que están fijos.

D’Alembert siguió investigando y en 1744 aplicó su principio a la teoría del equilibrio y el movimiento de fluidos en su Tratado del equilibrio y del movimiento de fluidos. A este descubrimiento le siguió el desarrollo de las ecuaciones diferenciales, una rama de la teoría del cálculo.

Sus primeras investigaciones fueron publicadas en sus Reflexiones sobre la causa general de los vientos en 1746; este trabajo le hizo ganar un premio en la Academia de Berlín, donde fue elegido miembro el mismo año.

Asimismo, en 1747 aplicó su teoría del cálculo al problema de las cuerdas vibratorias en sus Investigaciones sobre las cuerdas vibrantes.

Equinoccios

En 1749 D’Alembert estableció un método para aplicar sus principios a cualquier cuerpo y forma, y también encontró la explicación a la precesión de los equinoccios (un cambio gradual en la posición de la órbita de la Tierra).

De igual forma, determinó las características de este fenómeno y explicó la nutación del eje de la Tierra en su obra titulada Investigaciones sobre la precesión de los equinoccios y la nutación del eje de la Tierra.

En 1752 publicó el Ensayo de una nueva teoría de la resistencia de fluidos, un trabajo que contiene varias ideas y observaciones originales.

Entre estas ideas se encuentra la paradoja hidrodinámica, que propone que el flujo antes y detrás de una obstrucción es el mismo; esto tiene como resultado la ausencia de cualquier resistencia.

En este sentido, los resultados de su investigación decepcionaron a D’Alembert; su conclusión fue conocida como la paradoja de D’Alembert y no es aceptada actualmente por los físicos.

Cálculo integral y perturbaciones

En sus Memorias de la Academia de Berlín publicó los hallazgos de sus investigaciones en cálculo integral, rama de la matemática a la cual hizo grandes contribuciones.

Además, en sus Investigaciones sobre los diferentes puntos importantes del sistema del mundo, publicadas en 1756, perfeccionó la solución al problema de las perturbaciones (variaciones de la órbita) de los planetas.

Entre 1761 y 1780 publicó ocho volúmenes de su obra Opúsculos matemáticos.

Impulso por mejorar la sociedad

Durante sus investigaciones, D’Alembert tenía una vida social muy activa. El científico francés solía frecuentar salones literarios, en los cuales se desenvolvía con soltura.

Como sus pares, pensadores, escritores y científicos que trabajaban y creían en la soberanía de la razón y la naturaleza, D’Alembert se dedicó a mejorar la sociedad en la que vivió.

Era considerado un pensador racionalista. Es decir, se oponía a la religión y defendía la oposición y la discusión de las ideas; también perseguía la idea de una monarquía liberal con un rey ilustrado. Su deseo era vivir en una aristocracia intelectual.

Jean D’Alembert también creía en la necesidad de convertir al hombre en un ser autosuficiente, para lo cual promulgó una nueva moral y ética que reemplazara a los preceptos cristianos.

La ciencia como la única y verdadera fuente de conocimiento debía ser difundida para el beneficio de la gente.

Enciclopedia

En la persecución de sus ideales, D’Alembert se asoció con los escritores de la Enciclopedia en 1746. Cuando la idea de una traducción al francés de la Cyclopaedie inglesa de Efraín Chambers fue reemplazada por un trabajo original bajo la edición general de Denis Diderot, Jean D’Alembert se convirtió en editor de los artículos matemáticos y científicos.

D’Alembert no solo ayudó en la edición y redacción de los artículos de otras materias, sino que también buscó apoyo de círculos influyentes para así financiar su empresa.

Así mismo, escribió su Discurso preliminar de la Enciclopedia, el cual presentó en 1751. Este esfuerzo es considerado como un intento importante por presentar una visión unificada del conocimiento contemporáneo.

Obras de Jean D’Alembert

Labor en la Enciclopedia

En su Discurso preliminar, D’Alembert se esforzó por rastrear el desarrollo y la relación entre las diversas ramas del conocimiento, y mostrarlas como partes coherentes de una sola estructura.

En el segundo volumen de la Enciclopedia D’Alembert se dedicó a investigar la historia intelectual de Europa desde el Renacimiento, y en 1752 escribió el prefacio al tercer volumen, el cual era una réplica a los críticos de la Enciclopedia.

En el prefacio del quinto volumen, publicado en 1755, D’Alembert agradeció a Montesquieu por apoyar los esfuerzos de la Enciclopedia.

En realidad, esto fue una réplica a Montesquieu, quien había rechazado la invitación a escribir los artículos sobre la democracia y el despotismo.

Discusión con Rousseau

En 1756 D’Alembert viajó con Voltaire a Ginebra. Allí recolectó información para la escritura del artículo sobre esta ciudad. Su artículo alababa las doctrinas y prácticas de los pastores ginebrinos; este texto fue controversial por afirmar que muchos de los ministros no creían en la divinidad y también apoyaban formas de arte como el teatro.

El artículo instó a Rousseau, quien escribió artículos de música para la Enciclopedia, a escribir una réplica en la cual consideraba al teatro como una forma de arte capaz de corromper a la sociedad.

A su vez, D’Alembert le respondió con una carta menos que amigable. Este incidente llevó a D’Alembert a renunciar a su puesto de editor de la Enciclopedia en 1758.

Otras obras importantes

Entre sus obras también se encuentra la titulada Mezclas de literatura, historia y filosofía, publicada en 1753. En este trabajo se incluye su Ensayo sobre la gente letrada, en el cual animaba a los escritores a perseguir la libertad, la verdad y la austeridad.

Gracias a la ayuda de madame de Deffand, una importante benefactora de las artes y las ciencias, D’Alembert fue elegido miembro de la Academia Francesa en 1754, para la cual trató de reforzar la dignidad de la institución ante los ojos del público. D’Alembert también promovió el ingreso de filósofos racionalistas en la Academia Francesa.

Academia Francesa

D’Alembert fue nombrado secretario permanente de esta institución en 1772. Entre sus funciones destaca el hecho de que debía contribuir a la Historia de los miembros de la Academia; esto incluía la escritura de la biografía de todos los miembros que murieron entre 1700 y 1722.

En sus escritos, D’Alembert manifestaba su deseo por establecer un vínculo entre la Academia y el público, lo que fue una característica muy importante de la actitud general de este matemático.

Academia de Berlín y otros ofrecimientos

Desde 1752, el rey Federico II de Prusia trató de convencer a D’Alembert para que asumiera la presidencia de la Academia de Berlín.

El filósofo francés no aceptó; sin embargo, visitó en numerosas ocasiones al rey. En sus visitas, D’Alembert le aconsejaba sobre el mantenimiento de la Academia y la elección de sus miembros.

También recibió la invitación de Catalina II de Rusia para convertirse en tutor de su hijo, el gran duque Pablo. Sin embargo, rechazó la oferta dado que no deseaba separarse de la vida intelectual parisina.

Razón sobre religión

D’Alembert era un firme escéptico, y apoyó la hostilidad de los filósofos racionalistas contra el cristianismo. La expulsión de los jesuitas de Francia motivó a D’Alembert a escribir el artículo Sobre la destrucción de los jesuitas en Francia en 1766.

En este texto el filósofo francés intentó demostrar que los jesuitas, a pesar de su valor como educadores e investigadores, se destruyeron a sí mismos al desear el poder sobre todas las cosas.

Música

Durante estos años, D’Alembert se interesó por la teoría musical. Su libro Elementos de la música, publicado en 1752, intenta explicar los principios del compositor Jean Phillpe Rameau.

Este personaje consolidó el desarrollo musical contemporáneo dentro de un sistema armónico que dominó la música occidental hasta comienzos del siglo XX.

En 1754 D’Alembert publicó un ensayo en el cual expresa sus pensamientos sobre la música francesa.

En sus Opúsculos matemáticos también publicó tratados sobre la acústica y la física del sonido, así como escribió numerosos artículos sobre la música para la Enciclopedia.

Legado

Jean D’Alembert fue considerado en su tiempo un pensador comparable a Voltaire. A pesar de sus aportes a la matemática, la modestia de D’Alembert sobre su trabajo filosófico y literario lo alejó de la grandeza.

Es importante subrayar que la educación científica de D’Alembert le permitió elaborar una filosofía de la ciencia. Inspirado por el ideal racionalista de la unidad del conocimiento, D’Alembert estableció principios que hicieron posible la interconexión de varias ramas de la ciencia.

Referencias

  1. Hall, Evelyn Beatrice. “The Friends of Voltaire” (1906), en Archive. Recuperado el 19 de septiembre de 2018 de Internet Archive: archive.org
  2. Hankins, Thomas L. “Jean d’Alembert: Science and the Enlightenment” (1990) en Google Books. Recuperado el 19 de septiembre de 2018 de Google Books: books.google.com
  3. O’Connor, J. y Robertson E. “Jean Le Rond D’Alembert” (1998) en University of St. Andrews. Recuperado el 19 de septiembre de 2018 University of Saint Andrews: groups.dcs.st-and.ac.uk
  4. Knight, J. “Jean Le Rond d´Alembert” (2018) en Encyclopedia. Recuperado el 19 de septiembre de 2018 de Encyclopedia: Encyclopedia.com
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