56 frases de El cadáver de la novia (Corpse Bride)
El cadáver de la novia (Corpse Bride) es una película perteneciente al género fantástico, dirigida por Mike Johnson y Tim Burton. Se basó en un cuento ruso-judío del siglo XIX. Se estrenó en 2005.
Fue realizada con la técnica de stop motion, y actores tan celebrados como Johnny Depp participaron en ella. Depp fue la voz de Viktor van Dort, el personaje principal, y Helena Bonham Carter dio vida a Emily, el cadáver de la novia.
Hemos hecho una selección de las mejores frases de El cadáver de la novia (Corpse bride), para que recuerdes los ingeniosos diálogos de esta sorprendente producción.
Las mejores frases de El cadáver de la novia (Corpse Bride)
-¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú? –Victor Van Dort.
-Bueno, esa es una larga historia. –Emily.
-¡Qué historia es esta! Una trágica historia de romance, pasión y asesinato de lo más infame. –Bonejangles.
-Puede besar a la novia. –Emily.
-Como si eso tuviera algo que ver con el matrimonio. ¿Acaso crees que tu papá y yo nos “queremos” el uno al otro? –Maudeline Everglot.
-¡Pero primero un brindis para Emily! Siempre una dama de honor, nunca la novia. Dime, querida, ¿puede un corazón escuchar después de que ha parado de latir? –Barks Bittern.
-Vete a morder la oreja de alguien más por un rato. –Emily.
-Oh, qué conmovedor. Siempre lloro en las bodas. Finalmente, nuestros dos jóvenes amantes están juntos. Seguramente ahora podrán vivir felices para siempre, pero se olvidan de algo… ¡Aún es mi esposa! Y no me voy a ir de aquí con las manos vacías. –Barkis Bittern.
-Amárrate ese corsé de la manera apropiada. Puedo escucharte hablar sin dificultad alguna. –Maudeline Everglot.
-Con permiso, con permiso. Mi nombre es Paul, jefe de los camareros. Yo estaré a cargo del festín de su boda. –Paul, el jefe camarero.
-Tengo un enano, ¡y no dudaré en usarlo! –Victor Van Dort.
-Victoria, espera. No comprendes. Ella está muerta. ¡Mira! –Victor Van Dort.
-Disculpa mi entusiasmo. –Emily.
-Me gusta tu entusiasmo. – Victor Van Dort.
-Si alguna vez veo al chico Van Dort, lo estrangularé con mis propias manos. –Finnis Everglot.
-Tus manos están muy gordas, y su cuello demasiado delgado. Tendrás que usar una cuerda. –Maudeline Everglot.
-¿No es acaso hermosa la vista? Me quita el aliento. Bueno, como si tuviera aliento. –Emily.
-Pssst, hey, creo que se te cayó algo. –Gusano.
-Simplemente recuerda, cuando quieras regresar, di “Hopscotch”. –Anciano Gutknecht.
-¿Por qué habrías de subir allá arriba cuando la gente está muriendo por venir acá abajo? –Anciano Gutknecht.
-Yo era una novia. Mis sueños me fueron arrebatados. Pero ahora, ahora se los he robado a alguien más. Te amo, Victor, pero tú no eres mío. – Emily.
-Mira, estoy terriblemente apenado de lo que te ocurrió y me gustaría ayudar. Pero realmente necesito ir a casa. –Victor Van Dort.
-Esta es tu casa ahora. -Emily.
-Por favor, ha habido un error. No estoy muerto. –Victor Van Dort.
-He pasado tanto tiempo en la oscuridad que casi había olvidado lo hermosa que la luz de la luna es. –Emily.
-Y yo que pensaba… pensaba que todo iba tan bien. –Emily.
-No es mi novio, es mi esposo. –Emily.
-En otras palabras… ¡Los muertos rondan la Tierra! –Pregonero.
-Me encanta una mujer con carne en sus huesos. –Bonejangles.
-Gracias. Eres una anfitriona muy amable, por esto es que me duele ser el portador de malas noticias. –Barkis Bittern.
-Pero ni siquiera sé tu nombre. –Victor Van Dort.
-Bien, esa es una excelente manera de comenzar un matrimonio. –Gusano.
-¡Shhh! ¡Cállate! Es Emily. –Emily.
-Pequeña Señorita Living, con sus mejillas rosadas y su corazón palpitante. –Emily.
-¿Qué impropiedad es esta? ¡No deberían estar solos, ustedes dos! Aquí está, un minuto antes de las cinco y no estás en el ensayo. El Pastor Galswell está esperando. Vengan de inmediato.
-¡Escuchen, escuchen! ¡Victor Van Dort fue visto esta noche en el puente, en los brazos de una mujer misteriosa! ¡La seductora de cabello negro y el maestro Van Dort se desvanecieron en la noche! –Pregonero.
-Maravillosas noticias. Sí habrá boda después de todo. –Finnis Everglot.
-Debiste de haberlo visto con pelo. –Victor Van Dort.
-Tocas excelentemente. Mi mamá no me deja acercarme al piano. La música es inapropiada para una joven dama. “Demasiado pasional”, ella dice.
-Si mi abuelo Everglot pudiera ver esto, se estaría retorciendo en su tumba. –Finnis Everglot.
-Oh, querida. No me mires de esa manera. Solo tienes que sufrir esta unión hasta que la muerte nos separe. Y eso llegará antes de lo que piensas… –Barkis Bittern.
-No me conoces, pero solía vivir en tu madre muerta. –Gusano.
-Mira la forma en la que estás parado. Parece que tienes raquitismo o algo así. –Nell Van Dort.
-¡Fuera de mi camino, tú, tonta! –Finnis Everglot.
-No, te estoy diciendo la verdad. Victor necesita mi ayuda. –Victoria Everglot.
-Vamos a mover esta boda escaleras arriba. –Victor Van Dort.
-Mujeres. No se puede vivir con ellas, no se puede vivir sin ellas. –Esqueleto.
-Desde que era una niña soñaba con mi boda. Siempre esperé encontrar a alguien que se enamorara profundamente de mí. Alguien con quien pasar el resto de mi vida. Qué tonta, ¿no? –Victoria Everglot.
-Usted debe de ser la Señorita Victoria. Sí, debo decir que no se le nota ni un día más allá de sus veinte. No. Oh, sí. –William Van Dort.
-¡Pon atención! ¿Recordaste traer el anillo? –Pastor Galswells.
-¿Las cosas no salieron según tu plan, Lord Barkis? Bueno, tal vez por decepción, estamos perfectamente conjuntados. –Victoria Everglot.
-¿Mujer misteriosa? Ni siquiera conoce ninguna mujer. –Nell Van Dort.
-Mantuviste su promesa. Me liberaste. Ahora puedo hacer lo mismo por ti. –Emily.
-Con esta mano te liberaré de todos tus tormentos. Tu copa nunca estará vacía, ya que yo siempre seré tu vino. Con esta vela, iluminaré tu camino en la oscuridad. Con este anillo, te pediré que seas mía. –Victor Van Dort.
-¡Espera! Debemos de apegarnos a sus reglas. Estamos entre los vivos. –Anciano Gutknecht.
-¡Si no hubiera estado sentado en esto, diría que habías perdido la cabeza! –Gusano.
-¡Fuera de aquí, demonios del infierno! ¡Regresen del vacío del que vinieron! ¡No entrarán aquí! Atrás, atrás, atrás. –Pastor Galswell.
-Estoy seguro de que tiene una perfectamente buena razón para demorarse tanto. –Emily.
-¡Oh, estoy seguro de que sí! ¿Por qué no vas y le preguntas? –Gusano.
-¡Muy bien, lo haré! –Emily.
-Después de todo, no vas a llegar muy lejos con esos fríos pies. –Gusano.
-Hay un ojo en mi sopa. –Finnis Everglot.
-Si toco el fuego de una vela, no siento dolor. Lo mismo aplica para el hielo o el sol. Sin embargo, siento que mi corazón duele; aunque no late, se está rompiendo, y el dolor que siento aquí me trata de decir que es irreal. Sé que estoy muerta, pero pareciera que aún tengo que llorar. –Emily.
-Siempre supe que me merecía algo mejor que una vida de comerciantes de pescados. –Nell Van Dort.
-Por favor, es Victor. Está casado con un cadáver, con el cadáver de una novia. Debe de haber una manera de deshacer lo que se ha hecho. –Victoria Everglot.
-¡Suficiente! ¡Esta boda no puede llevarse a cabo hasta que esté debidamente preparada! ¡Joven, apréndase sus votos! –Pastor Galswells.