Reformas borbónicas: concepto, causas, reformas, consecuencias
¿Qué fueron las reformas borbónicas?
Las reformas borbónicas fueron una serie de medidas implantadas durante el siglo XVIII en España y en sus territorios americanos. Las primeras normativas comenzaron a ser promulgadas a comienzos de ese siglo, cuando los Austrias fueron sustituidos por los Borbones al frente del trono español.
Aunque puede verse alguna influencia en los primeros reyes de esta dinastía, fue a partir del reinado de Carlos III cuando la ilustración se convirtió en la base de las reformas. Este monarca ejerció el llamado despotismo ilustrado, un sistema de gobierno absolutista pero supuestamente orientado a modernizar y mejorar la calidad de vida del pueblo.
Las causa principal que provocaron estas reformas fue la creciente debilidad del Imperio español, tanto en Europa como en sus colonias. Así, los cambios realizados trataron de reconstruir el control sobre sus dominios. Para ello, se aprobaron normas centralizadoras en la península, se cambió el sistema administrativo colonial y se intentó sacar más provecho económico de América.
El resultado de las reformas fue desigual. En algunos ámbitos, como el cultural, se crearon nuevos organismos y centros educativos. En otros, especialmente en el político, las medidas provocaron un renacimiento del imperialismo español. Esto ha provocado que muchos expertos hablen de una segunda conquista de América.
Causas de las reformas borbónicas
La muerte del rey Carlos II de España, de la dinastía de los Austrias, se produjo sin que existiera un heredero directo. El duque de Anjou, un francés de la Casa Borbón, fue quien ocupó el trono en diciembre de 1700 con el nombre de Felipe V.
Esta circunstancia desencadenó una guerra en Europa. Así, Austria, que no reconocía la legitimidad del nuevo monarca, se enfrentó a España. Francia apoyó a los españoles, mientras que Inglaterra, Holanda, Portugal, Prusia y las provincias de Aragón y Cataluña se posicionaron con los austriacos.
La llamada Guerra de Sucesión, acabó en 1713 con la firma de la Paz de Utrech. El acuerdo reconocía a Felipe V como rey, pero forzaba a España a abandonar sus posesiones en Europa y a permitir a los ingleses comerciar en América.
Todo esto demostró la decadencia del Imperio español, que no hubiera podido enfrentarse a sus enemigos sin el apoyo de Francia.
Felipe V se propuso que el país recuperara su posición de poder. Para ello implantó una serie de reformas que permitieran competir económica, política y militarmente con el resto de las potencias europeas. Esas medidas fueron las primeras de las conocidas como reformas borbónica, que afectaron de manera muy considerable a las colonias americanas.
Conflictos internos
Ya antes del cambio de casa real, España había sufrido varios conflictos internos, especialmente con los catalanes y los portugueses. Esto causó muchos problemas económicos, además de pérdidas de territorios que pasaron a manos francesas.
La pulsión centralizadora de las reformas borbónicas, con muchas medidas que buscaban unificar cultural y lingüísticamente la península, tuvo mucho que ver con esos conflictos.
Problemas económicos
Los gastos provocados por las guerras, la mala administración de las finanzas y la corrupción provocaron que España pasara por serios problemas económicos.
La solución tradicional había sido explotar las riquezas americanas, sobre todo sus minerales. Sin embargo, el crecimiento demográfico en las colonias durante el siglo XVII había hecho que necesitaran más recursos. Junto a este factor, la administración colonial era muy lenta y la corrupción muy habitual.
Por otra parte, Inglaterra y Portugal incrementaron su actividad comercial con el Nuevo Continente, aunque solo pudieran hacerlo mediante el contrabando.
La población criolla estaba empezando a ser un problema para las autoridades coloniales y, junto con el resto de la población, protagonizaron levantamientos causados por la imposición de nuevos impuestos.
Todos estos factores llevaron a los Borbones a liberalizar el comercio para intentar aumentar los ingresos, aunque de manera muy limitada.
Reforzar su poder
Como se ha señalado, la pérdida de poder a nivel internacional de España en 1700 era innegable. El Estado se encontraba endeudado a causa de los conflictos bélicos, el comercio con América estaba estacando y potencias como Inglaterra y Francia eran cada vez más poderosas.
Las reformas aprobadas por los Borbones buscaban dar la vuelta a esa situación. Se trataba de recuperar el control sobre el imperio y que las colonias americanas volvieran a ser una fuente de recursos.
Para ello, las medidas trataron de limitar el poder que estaba adquiriendo la clase criolla, así como reducir la influencia de la Iglesia y sus privilegios. En lo administrativo, esto suponía centralizar la administración colonias.
Igualmente, los monarcas españoles pretendían acabar con la corrupción, un factor que causaba grandes pérdidas económicas.
No menos importante era la cuestión militar. Ante la presencia de otras potencias en las costas americanas, los españoles aprobaron medidas para reforzar las defensas.
Reformas sociales
A mediados del siglo XVIII, con la llegada al trono de Carlos III, la cuestión social comenzó a ser atendida. Entre las medidas aprobadas, al menos en España, se encontraban algunas que buscaban dignificar el trabajo. La Real Cédula de 1783, concretamente, afirmaba que los oficios no suponían una deshonra.
Por otra parte, el monarca español aprobó algunas medidas de control de los sectores más marginados, como gitanos o vagabundos.
La educación y las instituciones científicas se beneficiaron de las políticas seguidas por Carlos III. Como seguidor del despotismo ilustrado, este rey impulsó la creación de sociedades dedicadas a la ciencia.
Educación y la cultura
A pesar del impulso de la cultura y la educación que supuso el gobierno de Carlos III, las medidas fueron muy limitadas. Todos los proyectos aprobados estaban en consonancia con los intereses de la monarquía y no se creó ningún sistema de instrucción pública.
La causa puede encontrarse en las palabras de Jovellanos, quien afirmó que una educación general más allá de unos niveles básicos era peligrosa para el orden social.
América
Las medidas sociales en América no fueron mucho más ambiciosas. Además, supusieron un retroceso para algunas clases sociales, como la conformada por los criollos. Tras las reformas, estos criollos vieron limitadas sus opciones de ocupar puestos de responsabilidad.
Reformas políticas
Las reformas políticas aprobadas por los Borbones fueron mucho más profundas que las sociales. En este aspecto, hace falta separar las medidas tomadas en España de las aprobadas para las colonias americanas, aunque la filosofía detrás de los cambios era muy similar.
En España
El primer resultado de la reforma política en España fue la unificación jurídica de los diferentes territorios que la conformaban. El gobierno central eliminó los fueros de la Corona de Aragón como represalia por su apoyo a Austria durante la guerra.
Para ello aprobó los llamados Decretos de Nueva Planta, que eliminaban todos los organismos propios del reino de Aragón, de Valencia, de Mallorca y de Cataluña. Además, en las zonas con idioma propio se impuso el español como lengua única de la administración. Por último, todas las cortes de esos reinos se unificaron con la de Castilla.
Esta unificación jurídica fue acompañado por la centralización administrativa. Los antiguos virreyes de Aragón fueron sustituidos por capitanes generales, figura con poderes militares y políticos. Otra novedad fue la creación de los intendentes, unos delegados del rey que se encargaban de recaudar los impuestos y mantener el orden.
Cambios políticos en los territorios americanos
El objetivo de las reformas políticas y administrativas en las colonias americanas era, básicamente, aumentar la centralización. El primer paso para ello fue reducir la funciones del Consejo de Indias mediante la creación de dos secretarías y una Junta Suprema dependientes directamente del rey.
Una de las reformas más importantes fue el cambio de fronteras de los virreinatos. España creó dos nuevos virreinatos, el de Nueva Granada y el del Río de la Plata con la intención de controlar mejor las colonias.
Entre 1765 y 1771, la corona española ordenó realizar varias inspecciones generales en las colonias. Tras ellas, llevó a cabo una serie de cambios legales para limitar el poder de los criollos.
Intendencias
Los historiadores afirman que la reforma más importante fue la creación de las intendencias, durante la década de los 60. Estas eran similares a unos gobiernos regionales cuya principales funciones eran controlar el cobro de impuestos, impulsar las actividades económicas y dirigir a las tropas.
Estas intendencias fueron mal recibidas por los virreyes, ya que limitaban sus funciones. Esta oposición, a la que se unieron los altos funcionarios, provocó que España no lograra centralizar la administración en la medida que deseaba.
Reformas militares
La amenaza militar contra las posesiones coloniales españolas era cada vez mayor. En 1762, los británicos habían atacado con éxito Manila y La Habana, lo que llevó a la corona española a reforzar su estructura militar.
Además, los españoles no solo tenían que enfrentarse a ejércitos extranjeros. En los mismos territorios coloniales se sucedían levantamientos, protestas violentas y rebeliones.
La primera medida fue incrementar el número de soldados, así como el de oficiales. Estos últimos eran profesionales y nacidos en la península. Los primeros, por otra parte, eran en su mayoría criollos nacidos en América y, años después, jugaron un papel importante en las guerras de independencia contra España.
Reformas económicas
Fue también el gobierno de Carlos III el que más intentó impulsar la economía española. En la península los esfuerzos se centraron en el sector más importante, la agricultura, aunque no se reformó el sistema de propiedad que favorecía a los terratenientes y a la Iglesia.
En 1767 se pudo en marcha el proyecto más ambicioso, cuando Pablo de Olavide, un ilustrado, organizó la colonización de varias zonas de la sierra deshabitadas y que eran refugio de bandoleros.
Por otra parte, los Borbones aprobaron medidas proteccionistas que buscaban frenar las importaciones y favorecer a la industria nacional. Igualmente, fundaron las llamadas Reales Fábricas, organismos estatales en las que algunos especialistas extranjeros enseñaban técnicas de fabricación modernas.
Otro de los sectores beneficiados por las reformas borbónicas fue el naval. Los astilleros reales fueron ampliados y España se convirtió en la tercera potencia naval del planeta.
Instituciones económicas
La reorganización de instituciones públicas relacionadas con las finanzas estatales fue una de las reformas más importantes entre las que se llevaron a cabo. El Tribunal de Cuentas y la Real Hacienda fueron transformados para mejorar su eficiencia y todos los funcionarios antiguos fueron sustituidos.
A partir de ese momento, todos los impuestos tenían que ser controlados por la Real Hacienda, incluidas los aranceles en las aduanas. Además, el gobierno creó nuevos impuestos al consumo y promulgó la creación de estancos manejados por el Estado.
Busca de más beneficios de las colonias
Los problemas económicos por los que pasaba la tesorería española provocó que buena parte de las reformas tuvieran como objetivo conseguir más ingresos de las colonias. Los cambios legislativos pretendían aumentar la producción de bienes primarios, además de aumentar el comercio entre los territorios coloniales y con España.
En 1717, España tomó medidas para que las colonias produjeran productos manufacturados que pudieran competir con los españoles. Además, creó una serie de monopolios estatales, como el que afectaba a la producción y el comercio de tabaco.
Sin embargo, el sector que más preocupaba a la Corona era el de la minería. Este había sido el que más ingresos había generado, pero en el siglo XVIII la producción comenzó a decaer. En un intento de estimular la actividad, España redujo a la mitad los impuestos de explotación.
De igual forma, la Corona abrió varias escuelas técnicas destinadas a la formación de futuros mineros, creó algunos bancos de crédito y concedió títulos nobiliarios a los propietarios de las minas que más produjeran.
Monopolio comercial
Como se ha señalado, España impedía que sus colonias produjeran sus propias manufacturas para que no compitieran con los españoles. Otros sectores, como la minería, la agricultura o la ganadería tenían más facilidades legales.
Sin embargo, para comercializar lo producido en esos sectores también era obligatorio respetar una legislación muy estricta. Por ejemplo, estaba prohibido cualquier tipo de comercio con Inglaterra. Todo el comercio colonias debía tener como destino a España.
Estas restricciones no gustaban a parte de la élite criolla, que realizó intentos para derogar las leyes correspondientes.
Las medidas aprobadas consiguieron aumentar la producción minera y agrícola, en parte gracias a sistemas de trabajo muy duros para los colonos y, sobre todo, los esclavos.
Liberalización limitada del comercio
Los decretos de Nueva Planta, que centralizaron jurídicamente la península, significaron también un gran cambio en el comercio entre las colonias americanas y España.
La Corona impulsó la creación de Compañías Comerciales Privilegiadas, que podían comerciar con ciertos puertos y productos americanos en exclusiva.
Igualmente, entre 1767 y 1778 se produjo un proceso de liberalización del comercio americano. La Casa de Contratación, situada en Cádiz, perdió el monopolio, lo que implicó que el comercio pudiera realizarse con cualquier puerto español.
Otro cambio significativo fue la desaparición del sistema de flotas. A partir de esta reforma, los barcos debían ir uno a uno, lo que provocó cierta falta de productos en las colonias. Además, la soledad de los navíos favoreció los ataques de los piratas. Ante esto, España tuvo que permitir a otros países comerciar con América, lo que se interpretó como un signo de debilidad.
Reformas religiosas
La influencia de la Iglesia Católica en España y en sus colonias siempre había sido muy grande. Los Borbones, con sus reformas, intentaron disminuir ese poder, ya que, en algunos aspectos, podía compararse al de los mismos monarcas.
Las medidas tomadas pretendieron imponer el regalismo, que consistía en que el Estado fuera más fuerte que la Iglesia.
Entre la legislación promulgada a tal efecto destacó el Concordato negociado entre la Corona y el papado en 1753. Este acuerdo otorgaba a los reyes más autoridad a la hora de autorizar los nombramientos eclesiásticos.
Expulsión de los jesuitas
Las reformas borbónicas redujeron de manera considerable los privilegios fiscales de las órdenes religiosas. Sin embargo, el hecho más relevante tuvo que ver con los jesuitas.
Estos habían colaborado de manera muy destacada en la expansión de los ideales de la ilustración en América. Su labor había comenzado en los años 30 del siglo XVIII y había consistido en difundir el racionalismo, sin distinguir entre peninsulares, criollos o indígenas.
La educación impartida por los jesuitas fue un factor fundamental para el surgimiento de la llamada ilustración criolla. En la práctica, esto contribuyó a que crecieran las disputas entre criollos y españoles de origen, ya que los primeros eran discriminados en muchos aspectos. Además, comenzó a aparecer un cierto nacionalismo frente al dominio español.
Toda esa labor educativa convirtió a los jesuitas en una amenaza para la Corona. El poderío de la orden la convertía, casi, en un estado dentro del estado.
La oposición jesuita a las reformas centralizadoras de los Borbones fue la causa final que provocó su expulsión de España y de las colonias americanas, en 1767. Para sustituirlos, el gobierno llamó a religiosos franciscanos, así como a un nuevo obispo.
Además de la oposición de los criollos, esta expulsión también provocó el enfado de los indígenas. Los jesuitas se habían distinguido por defenderlos frente a los abusos de muchos españoles, por lo que quedaron desamparados.
Real Cédula de 1804
Esta fue una medida que desató grandes protestas en Nueva España. En 1804, mediante una Real Cédula, decretó que se enajenaran los bienes raíces de las organizaciones eclesiásticas.
La reacción popular en contra de esta medida se debió a que afectaba a todos los sectores económicos del virreinato, a excepción de los grandes comerciantes. Así, casi todas las tierras de cultivo tenían hipotecas y censos eclesiásticas que sus propietarios debieron pagar rápidamente. El dinero debía ser enviado a España.
Aunque fue la Iglesia el objetivo de la Real Cédula, en la práctica afectó a casi todos los empresarios del virreinato, así como a sus trabajadores. Por primera vez, estos sectores se unieron para enviar un escrito al rey en el que se oponían a la ley.
La Corona, a pesar de la oposición que su decreto había provocado, decidió aplicar la medida. Esta estuvo en vigor entre septiembre de 1805 y enero de 1809 y supuso que la monarquía española ganará varios millones de pesos.
Reformas culturales
La Ilustración era una filosofía que daba mucha importancia a la cultura y a la educación. Las reformas desarrolladas por los Borbones tuvieron alguna incidencia en estos ámbitos, aunque mucho menor que en el político o el económico.
Nueva planta académica
Felipe V impulsó la creación de tres grandes instituciones culturales. Estas, con una clara intención de uniformizar la cultura en todos los territorios controlados por España, conformaron lo que ha sido denominado como “nueva planta académica”.
En 1712 se creó la primera de esas instituciones, la Real Biblioteca. Más importancia tuvo la segunda, la Real Academia Española, una pieza clave para desarrollar y extender el nuevo modelo cultural borbónico. Por último, en 1738 se fundó la Real Academia de la Historia.
Instituciones educativas
Las reformas en el campo de la educación supusieron una transformación completa de todos los niveles educativos, desde la primaria hasta las universidades.
En 1781 se fundó la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de Nueva España, antecedente de la UNAM. Otras instituciones similares fueron abiertas en esos años, la mayoría destinadas a formar a futuros trabajadores.
Consecuencias de las reformas borbónicas
Las consecuencias de las reformas implantadas por los Borbones fueron desiguales. Algunas tuvieron efectos positivos, pero otras provocaron que las colonias americanas fueran distanciándose de la metrópolis.
Efectos de las reformas
Uno de los efectos más positivos de las reformas fue la supresión de muchos organismos administrativos que habían dejado de tener sentido. La creación de dependencias supuso una mejora en la gestión del comercio y en la recaudación de tasas e impuestos.
Sin embargo, la Corona española cometió el error de no tener en cuenta la realidad americana de la época. Así, la sustitución de muchos funcionarios criollos por otros de origen peninsular provocó un resentimiento que se prolongaría hasta las guerras de independencia.
El diferente trato que recibían los españoles de origen y los nacidos en las colonias fue fundamental para que estos últimos fueran adquiriendo una conciencia de identidad propia frente a España. Los ideales ilustrados también contribuyeron a este hecho.
Crisis imperial española
La crisis que acabó con el imperio español a principios del siglo XIX fue el mejor ejemplo del fracaso general de las reformas promovidas por los Borbones.
La intención de que España recuperara su grandeza y pudiera hacer frente al resto de las potencias europeas no tuvo éxito. La invasión napoleónica y el colapso de la monarquía española marcó el comienzo de un proceso que terminaría con la independencia de las colonias americanas.
Referencias
- Memoria Chilena. Las reformas borbónicas (1700-1788). Obtenido de memoriachilena.gob.cl
- Historia del Nuevo Mundo. Las Reformas Borbónicas. Obtenido de historiadelnuevomundo.com
- David Bushnell, Roger A. Kittelson and Others. History of Latin America. Obtenido de britannica.com
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Bourbon Reforms. Obtenido de encyclopedia.com