Psicología

10 ejercicios y técnicas para trabajar la autoestima


En este artículo te explicaré varios ejercicios de autoestima para adultos, niños y adolescentes, con los que podrás trabajar tu autoestima y sentir más confianza en ti mismo, en tus capacidades y en tus posibilidades.

Puede que te sientas preocupado porque tu baja autoestima no te hace sentir bien y te impide relacionarte adecuadamente con los demás. Con frecuencia te encuentras en relaciones tóxicas y no sabes cómo salir de la situación.

Probablemente te miras al espejo y no te gusta lo que ves, no te sientes bien en el trabajo o crees que no eres lo suficientemente bueno como para superar ciertos problemas.

Si bien durante la niñez es cuando se construyen los pilares sobre los cuales se basa una buena autoestima, aun en la vida adulta hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar en este aspecto.

Algunos de los beneficios de tener una buena autoestima son:

  • Prevenir trastornos mentales.
  • Tener mejores relaciones personales.
  • Mejorar en el área laboral.
  • Conseguir tus metas.

Los ejercicios que te mostraré a continuación puedes hacerlos en cualquier momento del día y cuantas veces desees. Pueden ayudarte mucho especialmente en esos momentos en los que la inseguridad o el miedo al fracaso te invaden.

Actividades para trabajar la autoestima

Escribir y leer

Algo tan sencillo como hacer una lista con determinadas cosas, y leerla de vez en cuando, te van a ayudar mucho. ¿Qué cosas listar? Haz las siguientes dos columnas:

1-Por un lado escribe cuáles son tus objetivos. Incluye los objetivos más simples, como puede ser por ejemplo, aprobar el examen de la libreta para conducir.

Si puedes trata de ponerle una fecha para concretar este objetivo. También puedes incluir en la lista objetivos más “profundos” o a largo plazo, como comprar tu casa.

Ya tienes la primera columna cuyo título es “objetivos”.

2-Ahora viene la segunda columna: “mis cualidades”. Sin necesidad de exagerar, la idea en este caso es que identifiques todas tus virtudes, cualidades y aquellas características que te han permitido lograr cosas importantes.

La lista que has hecho es personal y nadie, si tú no lo deseas, tiene que leerla. Por tanto siéntete libre de escribir lo que realmente piensas y sientes. Para comenzar, trata de leer esta lista todos los días durante tres semanas. Luego ve disminuyendo la frecuencia.

En cuanto a la lista de objetivos, colócala en un lugar visible para recordarla. Cada 2-3 meses puede revisarla y renovarla dependiendo de tu situación y cambios.

El hecho de leer tus objetivos te ayudará a enfocarte en ellos. Repasar cada día tus cualidades, te permitirá no “castigarte” cuando algo sale mal o simplemente te has equivocado.

Si quieres aprender cómo ponerte objetivos correctamente visita este artículo.

Anclarse en las buenas experiencias

Piensa en un hecho destacado de tu vida, que te haya resultado muy gratificante. No importa si se trata de aquel examen especial que pasaste, un ascenso que conseguiste o cuando declarase tu amor por alguien y fuiste correspondido.

Una vez que has identificado a esa situación piensa en los detalles. Cómo fue la forma en que preparaste ese examen, cuál fue a tu criterio la clave para haberlo pasado.

Si se te vienen sensaciones, como aromas o colores a tu mente también piensa mucho en ello.  Escribe detalladamente la secuencia de como sucedió todo. Y cada vez que tengas que vivir una situación difícil, intenta sentirte de la misma forma.

Te ayudará a darte cuenta de que si en el pasado fuiste capaz de superar lo que en ese momento también era una situación difícil, ahora también saldrás adelante.

Se trata de recrear el estado positivo que tuviste en situaciones pasadas en el presente.

Eliminar las palabras desagradables

Las personas con baja autoestima suelen emitir juicios muy duros contra sí mismos. “Qué idiota soy”, es un claro ejemplo de cómo puedes insultarte sin real necesidad de hacerlo.

Si has cometido un error o una torpeza y eso te da mucha rabia, busca sustituir palabras como “idiota” por otras más “suaves”. Para comenzar, haz una sencilla prueba: toma nota cada vez que se te escape un insulto contra ti mismo.

En la medida que vayas practicando este simple ejercicio, notarás que la cantidad de veces en que pronuncias palabras desagradables sobre ti, disminuye.

Hacer una breve descripción

Intenta pensar en cómo sería la persona perfecta para ti. O cómo debieras ser tú mismo para sentirte plenamente conforme.

En la medida que vayas pensando, ve escribiendo todo lo que le exiges a esa persona. Si no quieres escribir, usa los dedos de tu mano para contar esas virtudes que debiera tener.

¿Te alcanzarían los dedos de la mano para contar todas las cualidades que crees que deberías tener? Probablemente no, ¿verdad?

Con este simple ejercicio puedes darte cuenta de que muchas veces te exiges y pretendes demasiado de ti mismo. Pregúntate si conoces a alguna persona que cumpla todo lo que desearías para ti.

Regalar frases y recibir gratificaciones

¿De qué se trata? No tienes que comprar nada para regalar. Lo que darás serán tan solo algunas frases agradables. Piensa en las tres primeras personas que ves al comenzar tu día.

Supongamos que la primera puede ser el portero del edificio en el que vives, la segunda es la empleada de la cafetería en la que compras tu desayuno. La tercera es la señora que limpia la oficina en la que trabajas.

Prueba hacer lo siguiente: después de que saludes al portero del edificio, dile que hace tiempo querías expresarle tu conformidad con su trabajo, pues siempre ha sido muy amable al avisarte sobre tu correspondencia (es solo un ejemplo).

Después, haz lo mismo con la persona que te atienda en la cafetería. Si vas allí frecuentemente es porque te gusta lo que venden, dile eso mismo a la chica que atiende, que disfrutas mucho de ese café que ella te prepara para que comiences tu día.

Finalmente cuando veas a la señora que limpia, agradécele por mantener limpio tu lugar de trabajo. Dile que es muy digno su trabajo, a pesar de que otras personas lo desvaloricen.

Lo único que tienes que hacer con este ejercicio, es observar con gratificación el efecto que tus palabras han tenido con esas personas.

Contribuirás directamente a levantar su autoestima, y probablemente también se animen a decirte lo que ellos piensan de ti. Es probable que tu autoestima también se vea muy mejorada.

Descubrir tu talento

Como todas las personas, tú tienes talentos que te permiten desarrollar con gran habilidad y destreza determinadas cosas. También, como todos, hay cosas en las que no te desenvuelves tan bien, o simplemente no te gusta hacerlas.

Cuando una persona tiene baja autoestima, encuentra muy fácilmente aquello en lo que no es bueno. Por ejemplo dices: “soy pésimo para la cocina” o “el baile no es lo mío”.

Puede ser que no seas del todo brillante en la cocina o en el baile, pero seguro que eres bueno para alguna otra cosa. Y esa otra cosa no es menos importante.

A veces la sociedad pone de moda ciertos oficios o tareas, de modo que quien las puede hacer bien, son considerados como personas talentosas, y por defecto, los que no lo pueden hacer, son los “fracasados”.

Te sorprendería descubrir por ejemplo, que décadas atrás en Europa las personas que lavaban de forma rápida y correcta los platos y cubiertos, ganaban más dinero que quien cocinaba. Una sencilla forma de darte cuenta de que cualquier talento puede ser valioso.

Entonces, cada vez que pienses que eres malo para una determinada tarea, piensa en otra para la cual eres bueno.

Hacer más de aquello que te gusta hacer

Piensa libremente en todas las cosas que te gustan hacer. Desde las más simples y cotidianas hasta las más “ambiciosas”, por ejemplo ese viaje a tierras desconocidas.

Luego, escribe cada una de estos pensamientos o ideas. Al lado de cada cosa que disfrutas hacer, escribe la razón por la que la elegiste. Puedes valerte de emociones o sensaciones que experimentas cuando las realizas.

En una tercera columna, escribe cuál fue la última vez que la hiciste. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?

Seguramente te sorprendas al descubrir que hace mucho tiempo que no vas a cenar a ese restaurante que tanto te gusta. Pregúntate por qué no lo has hecho. ¿Son muchos “no se” como respuesta?

Disfrutar de las cosas que te gusta hacer contribuye sensiblemente a mejorar tu autoestima. 

Practica frecuentemente estos ejercicios y seguramente tu autoestima mejorará mucho. Si pasado un tiempo no logras sentirte mejor, la terapia psicológica te podrá ayudar. 

Finalmente, recuerda que la autoestima es igual que otra habilidad; cuanto más la practiques más la mejorarás.

Rodearte de aquellos que te aprecian

Sentirse querido o apreciado es una de las mayores dosis de autoestima que puede recibir cualquier persona. Sin embargo, es muy común que queramos agradar a personas para los que somos indiferentes, lo que significa que nunca recibiremos el mismo trato cariñoso por su parte.

Por ejemplo, puedes dedicar muchas horas a tu trabajo con la finalidad de querer agradar a tu jefe. O ser muy detallista con ese chico o chica que te gusta. Pero puede que ellos no tengan el mismo sentimiento hacia ti, lo que provoca que al no recibir el mismo trato de favor nos sintamos rechazados o discriminados. Esto reduce nuestra autoestima.

Por ello, arrímate y pon empeño en aquellas personas que si te valoran. Tus padres, tu mejor amigo/a o tu pareja. No olvides que ellos suelen quererte por ser tal y como eres.

Adquiere una mascota

Buscar la compañía de una mascota es una forma perfecta de mejorar tu autoestima y habilidades sociales. De hecho, en el caso de los niños puede ayudar en su desarrollo cognitivo. 

Vivir junto a una mascota te ayudará a no sentirte solo y mejorar tu autoestima a medida que veas cómo funciona la convivencia con el animal. El tiempo que pasas con tu perro, gato u otra mascota es un ejercicio de responsabilidad, lo que aumenta la mejora en nosotros mismos.

Aliarte con las redes sociales

En un mundo tan globalizado y conectado no debemos encerrarnos en nuestro ámbito más local. Abrirnos al mundo y contar nuestras experiencias o inquietudes, mostrar nuestra creatividad o conocer a personas puede ser un ejercicio perfecto para mejorar nuestra autoestima.

Si crees que tienes talento para el dibujo, tómale una foto y súbela a Instagram o Pinterest. Quizás a tu mejor amigo no le guste el boceto, pero sí a una señora de Japón o un niño de Sudáfrica.

¿Te da vergüenza hablar en la intimidad o en público sobre tus ideologías políticas o filosofía de vida? Exprésate en Twitter o Facebook e intercambia opiniones con personas de todas las naciones, razas o géneros. Simplemente el que den un like o te dejen un comentario te agradará y, con ello, verás como tu autoestima se ve reforzada.