Guacamaya roja: características, peligro de extinción, hábitat, reproducción
La guacamaya roja (Ara macao) es un ave perteneciente a la familia Psittacidae. Esta especie tropical tiene un plumaje muy colorido y brillante, donde predomina el color rojo escarlata. Además, posee plumas amarillas y azules, que decoran las alas y la cola.
Dentro de su género, es uno de los pájaros de mayor tamaño. Puede llegar a medir hasta 90 centímetros, de los cuales más de la mitad corresponden a su cola. Tiene un pico fuerte, adaptado para romper las cáscaras duras de las semillas y de los frutos.
En cuanto al cuerpo, es corto, con alas largas, redondeadas en la parte superior y afiladas en la inferior. Las extremidades son negras y están cubiertas de escamas. No existe una diferencia significativa entre los sexos, sin embargo, las plumas de los machos pudieran ser más largas.
Esta ave del Nuevo Mundo se extiende desde México hasta la región Amazónica peruana, incluyendo Bolivia, Colombia, Brasil y Venezuela. Su población ha disminuido en muchas regiones, debido a la fragmentación de su hábitat y a su captura para la comercialización como mascota.
Esto ha originado que el Ara macao se encuentre dentro de las especies protegidas, por considerarse en riesgo de extinción.
Índice del artículo
- 1 Evolución
- 2 Características
- 3 Peligro de extinción
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Reproducción
- 6 Alimentación
- 7 Comportamiento
- 8 Referencias
Las investigaciones sobre la familia Psittacidae señalan que los primeros organismos pertenecientes a esta se originaron durante el Eoceno tardío, hace alrededor de 40 y 36 millones de años. Su diversificación y expansión se inició 20 millones de años atrás.
El fósil de loro de mayor antigüedad es el Archaepsittacus verreauxi, que habitó en el período prehistórico del Mioceno. Este se encontró en Allier, Francia. Otros restos fueron localizados en Estados Unidos, correspondientes al Mioceno superior, hace alrededor de 20 millones de años.
En el Pleistoceno, en Minas Gerais, Brasil, también se encontraron restos fósiles de la familia Psittacidae. En las islas del Caribe existen algunas evidencias de la presencia de los loros en épocas prehistóricas, sin embargo, no se han encontrado de guacamayas.
Estos datos sugieren que el taxón de los loros es muy antiguo, sin embargo, la escasez de fósiles, en especial de los pertenecientes a las guacamayas, dificulta su estudio filogenético.
En estudios más recientes, basado en los datos moleculares de un registro fósil hallado en la Formación Lance, en Wyoming, se sugiere que el ancestro común de la familia uyuyuy habitó a finales del Cretácico.
Así mismo, se presume que el aislamiento que produjo la profunda fragmentación del hábitat del A. macao en Centroamérica y en México, ha ocasionado modificaciones genéticas en las subespecies. Esto ha ocurrido de manera particular en el A. m. cyanoptera, pudiendo estar provocado por la endogamia.
Sin embargo, dichas variaciones son recientes, ya que la degradación de hábitat también lo es. Por lo tanto, las variaciones genéticas en estas subespecies no han conllevado a cambios de carácter irreversibles.
Es un ave de gran tamaño, por lo que está ubicada como la tercera más grande de su género. En las hembras, la variación de estos valores es muy poca. Así, los machos pudieran pesar entre 900 y 1500 gramos y alcanzar los 90 centímetros, incluyendo la cola.
Esta llega a medir hasta 53 centímetros, teniendo una longitud mayor que el cuerpo. El hecho que la cola sea tan larga contribuye a la navegación de esta ave, ya que le proporcionan equilibrio en el vuelo. Además, sirven de apoyo cuando la guacamaya roja se desplaza en el dosel de los árboles, en búsqueda de alimento.
El esqueleto de la guacamaya roja está perfectamente adaptado para el vuelo. Es fuerte, pero muy ligero. La gran mayoría de sus huesos son flexibles y huecos. Tiene un cráneo reducido, compuesto por huesos frágiles.
En cuanto al esternón, es delgado y de poco peso. La quilla le aporta rigidez y al mismo tiempo sirve como soporte para los músculos relacionados con el vuelo.
Las alas pudieran tener una longitud promedio de 41 centímetros. Son gruesas y redondeadas en los bordes delanteros. Contrariamente, en la parte inferior son afiladas. Además, son fuertes y anchas. Gracias a sus características, la guacamaya roja pudiera alcanzar hasta 56 kilómetros por hora.
Cuando aletea, mueve sus alas en un semicírculo hacia la parte de adelante, mientras entreabre las remeras primarias. De esta manera, el aire se desliza entre estas, permitiéndole así volar con mayor facilidad.
Su plumaje es colorido y muy vistoso, con el predominio del color rojo escarlata. Este se encuentra en la cabeza, espalda, cuello, vientre, garganta y en las extremidades, Además, algunas partes de la cola y de las alas también tienen plumas de este color.
Las plumas coberteras medias y mayores son amarillas. Esta ave tiene un hermoso tono azul en las coberteras ubicadas en la parte inferior del obispillo, en las remeras y en las áreas superiores e inferiores de la cola.
Otro color presente en el Ara macao es el anaranjado, localizado en la región interna de las alas y de la cola.
Su pico tiene forma de gancho. La parte superior es de mayor tamaño que la inferior. Tiene un tono blanquecino, con algunas pequeñas manchas en el área donde se une con la cabeza. Además, posee la punta y la base de color negro. La parte inferior también es negra.
Este es lo suficientemente fuerte para abrir nueces y semillas con cáscara dura, utilizando luego su lengua musculosa para obtener la parte interna. Además, con el pico puede excavar y defenderse.
Así mismo, la guacamaya roja lo usa como una tercera pata, para facilitar su ascenso por los árboles, en búsqueda de frutas, flores, hojas y semillas.
Los ojos se encuentran ubicados a los lados de la cabeza. Tiene un globo ocular grande, con una córnea relativamente pequeña. El iris, en los jóvenes, es de color castaño claro, en los adultos, se torna amarillo.
Los ojos están rodeados de una piel de tono blanquecino, con tonos rosados. Esta aparentemente se encuentra desprovista de plumas, sin embargo, no es así. Dicha región está cubierta de manera parcial por diminutas plumas rojizas.
Las extremidades tienen una coloración gris oscuro. Son cortas, pero con gran fortaleza. Esto es debido a que tiene poderosos tendones y músculos flexores. Sus patas son zigodáctilas y tienen 4 dedos cada una. Los dedos 2 y 3 están hacia adelante y los 1 y 4 hacia atrás.
A pesar que la población del Ara macao ha disminuido notablemente en los últimos 50 años, la UICN considera que dicho decrecimiento no está ocurriendo lo suficientemente rápido como para estar acercándose a los umbrales de ser una especie vulnerable a extinguirse.
Debido a esto, la guacamaya roja está clasificada dentro del grupo de menor preocupación, en cuanto a su posibilidad de exterminarse.
Una de las razones que explican dicha situación es que la guacamaya roja tiene una amplia distribución, por lo que todavía existen cantidades significativas de esta ave en sus regiones naturales.
Sin embargo, su hábitat está gravemente fragmentado y el animal se encuentra concentrado en pequeños grupos, a lo largo de su rango de distribución.
Cabe destacar que el Ara macao se encuentra incluido dentro del apéndice 1 de CITES, prohibiendo así la comercialización de esta ave. Así, es ilegal vender, comprar o utilizar en cualquier actividad de tipo comercial a la guacamaya roja, sin darle cumplimiento a los permisos especiales requeridos.
La destrucción del hábitat es una de las primeras causas que han provocado el descenso de la población. Este puede verse afectado por los incendios forestales y por el crecimiento de la industria petrolera.
Además, el hombre está talando la selva tropical, para construir asentamientos urbanos y con fines agrícolas y pecuarios. Así, el área natural de desarrollo de este pájaro tropical se encuentra alterado, afectando su desarrollo y reproducción.
Otro de los factores es la captura ilegal, para comercializar sus plumas, huevos, y carne, para ser vendidos, nacional e internacionalmente, como mascotas. El comercio ilícito de la guacamaya roja se agudizó a mediados del siglo XX, donde fueron exportados aproximadamente 1500 animales.
Inicialmente, los países que participaban en esta actividad comercial eran Bolivia, Surinam y Guyana. No obstante, a finales de la década de 1980, Filipinas, Estados Unidos y Canadá se convirtieron en los principales criadores y exportadores del Ara macao.
Muchos son los esfuerzos que están realizando diversos países y entes nacionales e internacionales, para frenar el riesgo de extinción que acecha a esta especie.
Algunas de las organizaciones que trabajan en este sentido, son el World Parrot Trust, creada en 1989, y la Asociación para la Protección de los loros (LAPPA).
Esta se formó en Costa Rica, en 1995, y se encarga fundamentalmente de cuidar los nidos de la guacamaya roja, cuidar y proteger su hábitat y realizar estudios científicos, entre otras cosas.
En Guatemala se encuentra la Wildlife Conservation Society (WCS), que trabaja arduamente en contra del comercio ilegal de esta ave. Desde el 2000, en México es considerada como una especie incluida en planes de conservación.
Por otra parte, en Perú y en Venezuela está catalogada como vulnerable, estando protegida por diversas leyes de carácter nacional.
Una de las estrategias implementadas es la reintroducción a su entorno natural de guacamayas rojas criadas. Esto se está realizando en países como Guatemala, México, Honduras, Belice, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua.
Dicha reinserción ha dado resultados positivos, con una tasa de supervivencia mayor del 70%. Las investigaciones sobre el seguimiento de estas aves han demostrado que todas las aves liberadas, incluso la de años anteriores, forman grupos que se arraigan en el sitio donde fueron liberados.
La guacamaya roja habita en las selvas altas subperennifolias, llanuras húmedas y en las selvas medianas subcaducifolias. Además, viven en las selvas de tierras bajas, bosques abiertos y sabanas, en aquellas que forman parte de las zonas montañosas o en las cercanas a las costas de los océanos Atlántico y Pacífico.
Igualmente, se encuentra en los bosques de galería y en los húmedos, a una altura máxima de 1000 msnm. De esta manera, prefieren los climas cálidos, cuyas temporadas de sequías sean cortas. En estos ecosistemas, frecuentan el dosel de los árboles, donde acostumbran a descansar y a alimentarse.
Generalmente se ubican cerca de los ríos, con altas precipitaciones anuales. Esto es debido a que requieren grandes zonas que estén la mayor parte del año verdes, garantizando así sus requerimientos alimenticios.
Un elemento natural, de suma importancia en el hábitat del Ara macao, es la vegetación arbórea. Las especies vivas le proporcionan a este animal bayas, nueces y semillas.
Los más viejos o secos le ofrecen un sitio excelente para anidar. Los árboles más empleados para este fin son el Caryocar costarricense, Schizolobium parahyba, el Ceiba pentandra y el Ficus sp.
Ara macao se encuentra distribuido al sur de México, en Centroamérica y en Sudamérica. Así, habita en los bosques siempre verdes de Guatemala, México, Honduras, Belice, Costa Rica, Panamá y Nicaragua.
Además, vive en los bosques tropicales ribereños de Colombia, Guyana, Venezuela, Guayana Francesa, Surinam, Ecuador, Brasil, Bolivia, Perú y Trinidad y Tobago.
En México, solo quedan dos poblaciones, una en Oaxaca y la otra en el estado de Chiapas. La conocida Reserva de la Biósfera Maya, en Guatemala, alberga a esta hermosa ave, especialmente en el Parque Nacional Laguna del Tigre y en el Corredor Biológico La Danta.
Actualmente, existe una población muy pequeña en Belice, en los valles de Maya Centrales, en las áreas de Upper Macal y el parque nacional Chiquibul. En Honduras, hay unas pocas aves en las provincias de Gracias a Dios y de Olancho.
Hacia la cordillera atlántica, en Nicaragua, queda la región Cosigüina. Allí hay un grupo, no mayor de 100 pájaros, en la Reserva de Bosawas. En Costa Rica, se encuentra en el Parque Nacional Corcovado y en la reserva nacional Palo Verde.
Con relación a Colombia, vive en Orinoquia y Amazonia, en Venezuela, se distribuye en los estados Monagas y Bolívar y en Brasil se encuentra principalmente a lo largo de la región del Amazonas.
En Suriname, esta guacamaya roja habita en los bosques siempre verdes riparios, como los que se encuentran cercanos a los ríos Morico, Cattica, Wayambo, Kabalebo, Marowijne y Kuruni en Surinam.
El Ara macu, en Ecuador, únicamente se localiza en la región del Amazonas, cerca del río Napo. Su hábitat en Bolivia es la Reserva Aquicuana, en el departamento de Beni.
Con relación a Perú, vive en la región del Amazonas, en el área este de la cordillera andina. Allí se encuentra resguardado en la zona de reserva Tambopata-Candamo y en el Parque Nacional Manu.
La guacamaya roja forma pareja monógama, generalmente después de tener cuatro años de edad. Este enlace es bastante estable, durando así toda la vida. Incluso, durante el vuelo en bandada, suelen volar juntos.
En el cortejo, el macho proyecta las alas al suelo, realiza reverencias con su cuerpo, sus pupilas se dilatan y las plumas de la cabeza se encrespan. Además, separa sus patas y camina lentamente, mientras extiende el ala izquierda y mueve al mismo tiempo, de arriba abajo, su cabeza.
Para finalizar este comportamiento, se detiene y comienza a mover su cola hacia la izquierda, recostando lentamente las plumas sobre su cuerpo.
Otro aspecto muy atractivo para la hembra es el brillante y colorido plumaje del macho. Después que este conquista a su pareja, ambos frotan sus picos, se acicalan uno al otro y comparten el alimento.
Al momento de aparearse, tanto el macho como la hembra del Ara macao mueven sus colas, para luego unir sus cloacas. Estos mantienen dicha posición hasta el momento que el macho eyacula.
La reproducción ocurre cada 1 o 2 años, generalmente desde los meses de noviembre hasta mayo. Sin embargo, esto podría estar influenciada por la latitud geográfica, las estaciones y la disponibilidad de frutas.
Aunque esta especie no es territorial, son capaces de defender férreamente el área alrededor de su nido. Lo hacen contra los depredadores y también de otras especies que quieran usan los agujeros de los árboles para nidificar. Tal es el caso de los loros, tucanes e iguanas.
La hembra puede poner entre 2 y 4 huevos, de forma redonda y de tamaño pequeño, en comparación al gran tamaño del ave. Mientras la madre incuba los huevos, el macho le lleva los alimentos. La eclosión de los huevos suele ocurrir luego de 3 o 4 semanas.
A pesar de ser varios huevos, pocas veces nacen todos los polluelos. Estudios indican que la pareja no vuelve a reproducirse hasta que las crías sean independientes.
Los padres no volverán a reproducirse hasta que sus descendientes anteriores sean totalmente independientes, lo que hace que sea común que un par de guacamayos escarlata se reproduzcan solo cada dos años.
La guacamaya escarlata, como también es conocida esta especie, anida en huecos que se encuentren en los árboles, siendo una de sus preferidos la palmera aguaje (Mauritia flexuosa). Este animal no excava el hueco, sino que se aprovecha de las cavidades que han dejado otras aves, como el pájaro carpintero.
Así mismo suele ocupar los huecos formados naturalmente en árboles de madera suave. Algunas de estas especies son la ceiba (Ceiba pentandra), el almendro de montaña (Dipteryx panamensis) y el guapuruvu (Schizolobium Parahybum).
La cavidad puede estar a 7 metros del suelo, pero prefieren aquellos que se encuentran más altos, pudiendo ser hasta los 25 metros.
La primera modificación que puede hacerle al hueco es ampliar el diámetro interior, debido a que el Ara macao es un ave de gran tamaño. Por otra parte, forra el fondo con astillas de madera.
Pocas veces existen otros nidos de guacamayas en un radio menor a 3 kilómetros, reduciéndose así las relaciones de competencia este las especies del género.
Los polluelos permanecen en el nido por aproximadamente 137 días. En sus etapas iniciales, los padres pueden alimentarlos entre 4 y 15 veces diarias, ofreciéndole comida que previamente han regurgitado.
Los jóvenes comienzan a volar con sus padres alrededor de la semana 14, pudiendo permanecer con estos hasta por dos años.
La guacamaya roja, aunque es fundamentalmente granívora, ya que en su dieta consume casi las tres cuartas partes de semillas, puede adaptarse con facilidad a una gran variedad de alimentos. Además de frutas y semillas, puede comer nueces, insectos y sus larvas, bayas, flores, néctar, hojas y hasta tallo.
Las frutas que consume lo hace antes que estén maduras, por lo que tienen la piel más dura. Para acceder a la pulpa, se vale de su fuerte pico, con el que puede abrir las duras conchas de algunas frutas y de las nueces.
Esto constituye una gran ventaja sobre otras aves, de manera tal que tiene una mayor variedad de especies para alimentarse.
Por otra parte, las investigaciones sobre los hábitos alimentarios de esta ave tropical señalan que ocasionalmente comen arcilla, que encuentran en la orilla de los ríos. Esta contribuye en la digestión de algunas sustancias químicas, como el tanino, que dificulta la absorción de algunos minerales.
Los jóvenes comienzan alimentándose aquellos árboles cuyos frutos pueda encontrar y alcanzar con facilidad, como es el caso del jobo (Spondias mombin). A medida que se van volviendo expertos, pudieran incluso alimentarse de los árboles a los cuales tenga acceso en medio de su vuelo.
Entre los árboles que el Ara macao frecuenta se encuentran los géneros Bursera, Ficus, Dipteryx, Hura, Eschweilera, Inga y Micropholis. En cuanto a las semillas, consume las de Caryocar, Dialium, Cedrela, Euterpe, Jacaranda, Hevea y Sapium.
A esta especie le agradan el néctar y las flores de Virola y Erythrina. Durante la temporada de sequía, prefiere los frutos del mijao (Anacardium excelsum), de la ceiba (Ceiba pentandra) y de la ceiba amarilla (Hura crepitans). En la época de lluvia, destaca el ojoche (Brosimum alicastrum).
La guacamaya roja puede mover su pico con una increíble fuerza. La especie ha desarrollado algunas estructuras en la parte interna de su pico, que le permite a esta ave presionar la semilla entre la lengua y su paladar, para así poder molerla y posteriormente digerirla.
La mandíbula superior se encuentra unida al cráneo por medio de una articulación móvil. Así, puede moverse hacia abajo y hacia arriba, aumentando de esta manera su poder de aplastar al alimento.
Dicha característica también convierte a esta mandíbula en una importante herramienta de escalada que, junto a los dedos de las patas, le permite tener un agarra altamente efectivo. Estos dedos también son usados para transportar las semillas a la mandíbula, donde son sostenidas mientras el ave elimina la cáscara.
Así mismo, la lengua, que es musculosa y corta, tiene innumerables papilas gustativas. También, la guacamaya roja posee una molleja muy musculosa, que ayuda en la descomposición del material vegetal de extrema dureza.
Debido a las necesidades nutricionales de la guacamaya roja, con mucha frecuencia se ve en la necesidad de desplazarse constantemente hacia las áreas cercanas, en búsqueda de comida. Estos vuelos son lentos y los realiza desde el amanecer, a una velocidad de 15 Km/h.
Esta especie es muy ruidosa mientras están en el aire, sin embargo, cuando come es bastante silenciosas. Contrariamente a este comportamiento, cuando se alimenta de arcilla generalmente forma un grupo. En ese momento, socializan unos con otros, emitiendo llamadas o acicalándose las plumas.
Por otra parte, como la mayoría de las guacamayas, es un animal que de manera general utiliza su izquierda para manipular la comida, mientras que con la derecha se sujeta.
El Ara macao suele comunicarse con diversas posturas corporales y con vocalizaciones. Estas últimas pudieran ser graznidos y chillidos, aunque varían según el mensaje que desee comunicar: localizar a uno del grupo, alentar sobre la presencia de algún depredador o dar aviso sobre un lugar donde hay abundancia de alimentos.
También, puede extender las alas o dar pisotones para amedrentar a cualquier amenaza, aparentando de esta manera ser de mayor tamaño o de una gran fuerza. Así mismo, pudiera encrespar las plumas que se encuentran en su cabeza, para mostrarse agresiva o para expresar su miedo.
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