Biografías de personajes históricos

Carlomagno: biografía, Imperio, batallas, muerte


Carlomagno (c. 742 – 814) fue un monarca de la dinastía carolingia que reinó sobre los francos desde el 768, luego obtuvo el título en las tierras lombardas en el 774 y, finalmente, consiguió coronarse como emperador catorce años antes de su muerte.

Era hijo de Pipino el Breve y fue coronado tras la muerte de su padre junto con su hermano Carlomán I. Las desavenencias entre ambos no desataron una guerra intestina por la temprana muerte de Carlomán, que dejó a Carlomagno como único gobernante.

Asumió el rol de protector de Roma, que había sido adquirido por su padre, y su cercana amistad con la Iglesia y sus representantes fue parte fundamental de su gobierno. En el 774, con la derrota de los lombardos del norte de Italia, se hizo con el favor del Papa.

Carlomagno logró convertir a parte de los musulmanes de Iberia al catolicismo. Sin embargo, fue expulsado de esa área por los vasconios, por lo que estableció una zona de seguridad cerca de los Pirineos. Además, cimentó el Sacro Imperio Romano-Germánico al lograr el control sobre los territorios de Sajonia.

El papa León II, durante la misa de Navidad del año 800, coronó a Carlomagno como emperador de los romanos. Constantino VI había muerto, por lo que ascendió en su lugar Irene de Bizancio. Para muchos una mujer en el trono carecía de legitimidad, por lo que se propuso la idea de un matrimonio entre la heredera y Carlomagno.

Las circunstancias fueron adversas para la unión y la disputa desencadenó un enfrentamiento armado. En el 812 Miguel I Rangabé reconoció a Carlomagno como emperador, pero no aceptó que se le coronara como gobernante “de los romanos”.

Índice del artículo

Era de cambios

Los cambios que se dieron durante el reinado de Carlomagno, tanto en lo político como en lo cultural, hicieron que a este período se le bautizara como el renacimiento carolingio. Se intentó recuperar las costumbres clásicas y afianzar una cultura europea occidental común a todos los pueblos.

Los estudios de arte, literatura y leyes tuvieron mucha importancia en el Imperio carolingio,  y se mejoraron las comunicaciones internacionales de la época gracias al desarrollo del latín medieval como lingua franca.

La Iglesia católica se volvió sumamente poderosa, pues Carlomagno colocó en lugares privilegiados dentro de la política imperial a sus representantes. Al emperador se le conoció como el “Pater Europeae”, es decir, padre de Europa, por ser él quien logró unir nuevamente a sus naciones.

Antecedentes

Los francos se convirtieron al cristianismo durante el siglo V, mientras reinaba Clodoveo I, uno de los miembros de la dinastía merovingia. Este linaje había forjado uno de los dominios más poderosos tras la separación del Imperio romano occidental.

Conforme pasó el tiempo los merovingios en el trono se volvieron pusilánimes en extremo, tanto que se les otorgó el apodo de los reyes holgazanes. Entonces comenzó a surgir una sombra que consiguió amasar el poder efectivo: los mayordomos de palacio.

Esa situación se exacerbó tras el enfrentamiento entre dos mayordomos: Pipino el Joven y Waratton. Cuando el primero ganó la contienda, aceptó reconocer a Teoderico III como rey de los francos, pero se impuso como mayordomo del reino, consiguiendo de ese modo la autoridad real.

Sin embargo, tras enfrentamientos entre los descendientes de Pipino, su hijo mayor logró conseguir el puesto de sucesor como mayordomo de los dominios francos, ese joven era Carlos Martel. Se desconoce si era hijo ilegítimo de Pipino el Joven o si era hijo de su segunda esposa.

Carlos Martel apoyó a Clotario IV al momento de su ascensión, pero luego supo que no necesitaría de la figura del rey para gobernar así que el merovingio desapareció de los registros históricos en un breve lapso de tiempo.

Reyes carolingios

Cuando Carlos Martell falleció, el poder se dividió entre sus dos hijos: Carlomán y Pipino el Breve, quienes para poder consolidar su gobierno conjunto hubieron de reconocer a Childerico III como rey, lo que lo convirtió en el último rey merovingio.

En el 746 Carlomán renunció a sus deberes como mayordomo de palacio y se unió a la Iglesia. Eso convirtió a Pipino en el único gobernante y fue entonces cuando acudió ante el papa Zacarías, que en el 749 decidió que el hijo de Carlos Martel debía ser llamado “rey”.

Un año más tarde Pipino III fue electo y posteriormente fue ungido por el arzobispo, desde entonces se le dio el título de rey. A pesar de que Carlos Martel se rehusó aceptar el título, su hijo no dudó en obtenerlo y dijo que Childerico III era un rey falso.

Además, bajo el papado de Esteban II, Pipino consiguió legitimidad por parte del pontífice, tanto para él como para sus descendientes, luego de acudir en su ayuda contra los lombardos y los musulmanes.

De ese modo, Pipino el Breve garantizó la sucesión para su descendencia y se considera que consolidó la dinastía carolingia.

Biografía de Carlomagno

Primeros años

Karolus o Carolus, no tuvo registros acerca de su vida temprana, por lo que su fecha de nacimiento no es clara. Algunas fuentes afirman que fue cerca del 743, pero otras la ubican en el 747 o 748.

De igual modo existe polémica en cuanto al lugar en el que Carlomagno llegó al mundo: Herstal es uno de los lugares probables, puesto que su padre y su abuelo procedían de esa zona, al igual que la dinastía merovingia. Otro de los posibles lugares de nacimiento de Carlomagno fue Aquisgrán.

Era el hijo mayor de Pipino III, el Breve, y su esposa Bertrada de Laon. Se conocen los nombres de tres de sus hermanos: Carlomán, que reinó en conjunto con él durante un tiempo, Gisella y Pipino, quien se piensa que murió joven.

No existen datos más profundos acerca de su infancia, puesto que no existió un registro de sus primeros años, ni siquiera por parte de Eginardo, su biógrafo más acertado.

Carlomagno fue descrito como un hombre robusto con el cuello muy grueso, de estatura alta. Tradicionalmente se ha dicho que era rubio, aunque algunos consideran que eso pudo darse a una mala traducción acerca de sus canas.

Ascenso

Tras la muerte de Pipino III, que ocurrió el 24 de septiembre del 768, ambos hijos del monarca recibieron sendas porciones del territorio que había sido gobernado por su difunto padre. La división se realizó de forma similar a la que había existido entre Pipino y su hermano Carlomán.

La separación de los territorios no significaba que se creaban dos reinos independientes, sino que los hermanos debían llevar adelante un reinado conjunto conservando los dominios originales legados a ellos por Pipino el Breve.

Existen dos versiones acerca del ascenso de Carlomagno y Carlomán, unos aseveran que ocurrió el 9 de octubre del 768 en Saint Denis, mientras que otros aseguran que el primero se juramentó en Noyon, o en París, y el segundo en Soissons.

Carlomagno que tenía entre 20 y 26 años de edad, recibió autoridad sobre Neustria, el norte de Austrasia, y el oeste de Aquitania, es decir, la parte externa del imperio.

Mientras tanto, Carlomán, de 17 años, obtuvo el sur de Austrasia, Septimania, el este de Aquitania, Borgoña, Provenza y Suabia.

Pipino se había asegurado de garantizar el derecho de sus hijos gracias al favor del Papa, por eso se consideraba que ambos jóvenes poseían ascendencia divina y, en consecuencia, potestad para reinar.

Rebelión de Aquitania

Antecedentes

La región de Aquitania era una zona que había sido romanizada, ubicada al suroeste de Francia. Poseía fronteras con el País Vasco que iban desde los Pirineos hasta el río Ebro. Desde el 660 Vasconia y Aquitania se habían unido gracias a la alianza entre Felix de Aquitania y Lupus I (Otsoa).

A la muerte de Felix, Lupus heredó los derechos y los transmitió a su familia por la regla de la primogenitura.

Décadas más tarde Carlos Martel colaboró con Odón al resguardar su territorio de los moros que amenazaban con invadir la zona. El precio que hubo de pagar fue la anexión de Aquitania al reino franco y aceptar la transición de reino a ducado.

Hunaldo y Hatto heredaron los derechos sobre Aquitania, el primero se alió con Lombardía, mientras que el segundo decidió mantenerse leal a los francos. Tras una guerra que tuvo resultados favorables para Hunaldo, este abdicó su puesto y fue sucedido por Waiofar, también partidario de Lombardía.

A partir del 753 Waiofar y Pipino III mantuvieron un enfrentamiento que se sucedió hasta la muerte del primero en el 768, tras la cual llegó una aparente calma y consolidación del gobierno de los francos. Hasta que el hijo de Waiofar, Hunaldo II, se rebeló y continuó la disputa.

Carlomagno y Aquitania

Tras la llegada de los hombres de Hunaldo II a Angulema, se produjo una reunión entre los reyes conjuntos, Carlomagno y Carlomán. El último decidió hacerse a un lado en el conflicto y volvió a Borgoña.

Sin embargo, Carlomagno no iba a sacrificar los territorios que sus ancestros habían tomado para su reino así que fue al encuentro de Hunaldo a quien derrotó y que luego huyó a la corte de Lupus II de Vasconia.

Entonces, Carlomagno envió emisarios a la corte del duque de Vasconia solicitando la entrega de los rebeldes, Lupus II cumplió rápidamente y Hunaldo fue internado en un convento.

A partir de entonces los líderes que se habían rebelado en la zona se tornaron sumisos ante la autoridad de Carlomagno y rindieron a este Vasconia y Aquitania, que pasaron a ser definitivamente parte de los territorios franceses.

Relaciones con Lombardía

Durante el año 770, Carlomagno realizó dos grandes jugadas políticas que le permitieron aislar a su hermano y corregente, con quien llevaba una áspera relación, pues se dice que ambos deseaban ceñirse la corona en solitario.

Primero, decidió concertar su matrimonio con la princesa lombarda Desiderata, hija del rey Desiderio. De ese modo aseguraba una alianza firme con uno de sus potenciales enemigos y aliados de Carlomán.

Luego, Carlomagno decidió firmar un tratado con Tassilo de Babaria, y así dejó a su hermano rodeado de territorios aliados.

Sin embargo, la posición solida en la que se encontró Carlomagno terminó abruptamente en menos de un año, cuando decidió repudiar a su esposa, Desiderata. La princesa retornó a la corte de su padre quien se sintió ofendido.

Carlomagno contrajo matrimonio con una joven sueva llamada Hildegarda de Anglachgau, con quien tuvo una vasta descendencia.

Carlomán y Desiderio se aliaron contra Carlomagno, aunque no pudieron concretar sus planes contra el enemigo común por la repentina muerte de Carlomán, que obligó a su familia a huir a la corte de Lombardía.

Enfrentamiento

El papa Adriano I, tras su ascensión, decidió reclamar viejos territorios que antaño pertenecieron a la Iglesia. Por su parte Desiderio avanzó hacia Roma y fue controlando varias ciudades a su paso hasta que, finalmente, obtuvo Pentápolis.

En el 772 Adriano decidió acudir a Carlomagno para recordarle el rol asumido por Pipino el Breve como protector de la cristiandad. El gobernante decidió seguir con la línea que había trazado su padre y acudió en socorro de Roma.

Al año siguiente Carlomagno cruzó los Alpes y sitió la capital de Lombardía, Pavía. En el 774 la ciudad se rindió y se plegaron a la autoridad de Carlomagno, quien desde entonces se hizo con la Corona Férrea.

El heredero de Desiderio, Adalgiso, huyó a Constantinopla en busca de socorro y permaneció allí hasta su muerte.

Tras Carlomagno haberse proclamado rey, los señores más importantes le juraron lealtad y eso lo convirtió en uno de los más poderosos nobles en Italia. Aunque algunas zonas se mantuvieron generando alzamientos como el de Arechis II, los mismos fueron calmados brevemente.

En el 792 hubo un nuevo alzamiento por parte de Grimoaldo III, heredero de Arechis II, esa vez no fueron sometidos y permanecieron independientes desde entonces.

Expansionismo

Carlomagno decidió conferirles a sus hijos cierto grado de poder desde temprano. Fue por eso que en el 781 le dio al antiguo Carlomán, que desde entonces se convirtió en Pipino, la Corona Férrea, mientras que a Luis le otorgó la soberanía de Aquitania.

Por sus órdenes, tanto Pipino como Luis fueron educados según las costumbres de sus respectivos dominios. Sin embargo, Carlomagno mantuvo el poder efectivo de las zonas que les había entregado nominalmente a sus hijos.

La cercanía del rey franco con la Iglesia aumentó, y se incrementaron los roles que ésta tenía dentro de la sociedad carolingia. Uno de los ejemplos fue la orden que dio Carlomagno a curas, abates y monjes de abrir y dirigir escuelas públicas cerca de los recintos religiosos.

También durante ese período, los enfrentamientos con los pueblos sajones se intensificaron. Además, fallecieron dos mujeres muy importantes en la vida de Carlomagno, su esposa Hildelgarda, en el 783 y, poco tiempo después, su madre Bertrada.

Ese mismo año, Carlomagno logró dominar a los sajones, a quienes convirtió al cristianismo. También subyugó a los territorios de Baviera y enfrentó y dominó a los ávaros en el territorio ocupado actualmente por Austria y Hungría.

Imperio

En 799 el papa León III fue atacado por los romanos, situación que lo motivó a huir en busca de refugio a la corte de Carlomagno, quien había demostrado previamente su compromiso con la Iglesia católica.

El pontífice solicitó la protección y asistencia de Carlomagno y este decidió brindarla en noviembre del año 800. Entonces, se dirigió junto con su ejército a la ciudad de Roma, donde León se declaró inocente de las acusaciones hechas en su contra por sus oponentes.

Ese mismo año, durante la misa de Navidad, Carlomagno fue coronado emperador. Ese título le confirió el clamor “legítimo” a los territorios de Constantinopla. Su rol parecía ser el de un restaurador de los verdaderos valores romanos, que habían sido corrompidos por Bizancio.

En ese momento Irene estaba al mando del Imperio romano de oriente. Sin embargo, por ser mujer muchos pensaban que no poseía un clamor real. Ella y su heredero, Nicéforo I, presentaron quejas por el nombramiento de Carlomagno.

A pesar de eso, en Europa occidental el ascenso del monarca franco se vio como algo lógico y provechoso para todo el Imperio, que sería levantado una vez más bajo el control de Carlomagno, muy distinta a la visión de usurpador que presentaba a los ojos de los romanos orientales.

Debate

Una de las grandes discusiones en torno al nombramiento de Carlomagno como emperador es si el rey conocía o no las intenciones del papa León III. Algunas fuentes contemporáneas afirmaban que no deseaba el título y de saber que se le otorgaría lo hubiese rechazado.

Mientras tanto, otros historiadores garantizan que Carlomagno sabía perfectamente que sería coronado y estaba de acuerdo con obtener el título y el poder que el mismo le confería, pero decidió mostrarse humilde.

Conflictos con Constantinopla

Carlomagno no usó el título de Imperator Romanorum, es decir, “emperador de los romanos”, sino el de Imperator Romanum gubernans Imperium, lo que se traduce como “emperador gobernante del Imperio romano”.

Sin embargo, el estilo que prefería era el de Karolus serenissimus Augustus a Deo coronatus magnus pacificus imperator Romanum gubernans imperium, o sea, Carlos, el Augusto más sereno coronado por Dios, el grande, pacifico emperador gobernante del Imperio romano.

Los bizantinos no renunciaron a todas sus posesiones europeas, conservaron parte de Venecia, al igual que otras zonas de suma importancia como Nápoles, Brindisi o Reggio. Esa división permaneció hasta el 804, cuando Venecia se unió a los dominios de la Corona Férrea.

La llamada Pax Nicephory duró hasta el momento en que Venecia decidió dar la espalda a Bizancio. Desde entonces los barcos de Nicéforo se dedicaron a saquear las costas italianas y los enfrentamientos entre Carlomagno y los bizantinos se mantuvieron por cerca de seis años.

En el 810 Venecia decidió volver a dar su lealtad a Bizancio, eso facilitó la situación para que los emperadores de ambas porciones del Imperio romano hicieran las paces. En el 812 Miguel I reconoció a Carlomagno como emperador, más no “de los romanos”.

Últimos años y los daneses

Después de dominar Nordalbingia, las fronteras de Carlomagno se vieron en contacto directo con los daneses, con quienes no había existido mucho roce en épocas anteriores.

La curiosidad de los daneses aumentó debido a que se contaban historias engrandeciendo las riquezas que podían hallarse en las tierras francas.

Durante el reinado de Godofredo (c. 808) comenzó la construcción del Danevirke, que significa “obra danesa”, se trataba de una muralla que iba de Jutlandia a Schlewig, poseía una altura de entre 3,6 m a 6 m, además, su longitud era de, aproximadamente, 30 km.

Ese gran muro no solo le permitió a los daneses aislar y proteger su territorio de invasiones francas, sino que les dio la oportunidad de penetrar con mayor seguridad en el territorio cercano y atacar con frecuencia las zonas costeras.

Godofredo murió al tiempo de haber invadido Frisia y le sucedió su sobrino, o primo, Hemmings. El nuevo gobernante danés buscó la paz con Carlomagno y su acuerdo quedó asentado en el tratado de Heiligen, firmado en el 811.

Muerte

Carlomagno falleció el 28 de enero del 814 en la capital de su Imperio, Aquisgrán. Antes de fallecer había ordenado que su hijo Luis el Piadoso, que ejercía funciones como rey de Aquitania, se presentara ante él durante el 813 y lo coronó como emperador conjunto.

Aproximadamente una semana antes de su muerte Carlomagno sufrió una pleuritis que lo dejó en coma y posteriormente le causó la muerte. El emperador carolingio fue inhumado el mismo día en la catedral de Aquisgrán.

Las cuentas de la época afirman que todos los dominios de Carlomagno se encontraron en un luto genuino y generalizado, además de que el temor acerca de los tiempos por venir, tras un reinado tan favorable, también se extendió entre los habitantes.

Fue sucedido por su hijo Luis el Piadoso y este fue el único que logró conservar intacto el territorio que Carlomagno había conseguido controlar, puesto que tras la muerte Luis, se produjo la división entre sus descendientes que luego acabó por formar tanto a Francia como a Alemania.

Matrimonios e hijos

En la cultura alemana de tiempos de Carlomagno, existían dos tipos de uniones, la más firme era la eclesiástica en la que el matrimonio recibía la bendición de Dios, pero también podían vivir en pareja gracias a una especie de concubinato legal conocido como friedelehe.

En los friedelehe el hombre no se convertía en custodio legal de su mujer, se creaban por consenso entre ambas partes y de igual forma podía disolverse por solicitud de uno de los contrayentes. Se piensa que Carlomagno tuvo cerca de 10 relaciones entre matrimonios y friedelehes.

Descendencia legítima

Su primera pareja fue Himiltruda, con ella tuvo dos hijos llamados Pipino (cuyo apodo fue el Jorobado) y Amaudru, de la que no existen muchos datos.

En el 770 contrajo matrimonio con la princesa lombarda Desiderata, pero en menos de un año la unión fue anulada y contrajo nuevas nupcias con Hildegarda. Estuvieron casados hasta que ella falleció en el parto de su último hijo en el 783.

Carlomagno e Hildegarda tuvieron nueve hijos de nombres Carlos (el Joven), Carlomán, quien luego fue rebautizado como Pipino, Adalhaid, Rotruda, un par de gemelos llamados Lotario y Luis, Bertha, Gisela e Hildegarda.

Un año después de la muerte de Hildegarda, Carlomagno se casó una vez más con Fastrada y de esa relación nacieron dos hijos: Teodrada e Hiltruda. Finalmente, contrajo matrimonio con Lutgarda en el 794, pero no hubo frutos de la unión.

Descendencia extramatrimonial

Además de sus esposas, Carlomagno tuvo una serie de concubinas con las que también procreó hijos ilegítimos. Cerca del 773 tuvo una hija de nombre Adeltruda con Gersuinda. Un par de años más tarde nació su hija Rutilda, de su relación con Madelgarda.

Luego, Carlomagno tuvo una tercera hija ilegítima con Amaltruda de Vienne, el nombre de la niña fue Alpaida.

Su cuarta concubina fue Regina, con ella tuvo dos varones llamados Drogo y Hugo, ambos ubicados en importantes posiciones, uno en la Iglesia y el otro e la administración pública. Con su última concubina, Adelinda, tuvo dos hijos llamados Richbod y Teodorico.

Sucesión

Carlomagno emplazó a tres de sus hijos en diferentes reinos de sus dominios como emperador. A Carlos el Joven le concedió Neustria, sin embargo este falleció sin descendencia antes que su padre, en el 811.

Pipino se ciñó la Corona Férrea, es decir era el rey de los dominios italianos que su padre había consolidado.

En el momento de su muerte en el 810, Pipino había tenido únicamente un hijo ilegítimo llamado Bernardo, a quién se le confirió el grado real que había tenido su padre en vida.

Sin embargo, el heredero del imperio carolingio fue Luis I, el Piadoso, quien previamente había sido nombrado como gobernante de Aquitania.

Luis fue designado coemperador junto con su padre desde poco antes de la muerte de este. De ese modo quedó clara cuál sería la línea sucesoria.

Gobierno

Ascendió al trono tras la muerte de su padre, Pipino el Breve, en el 768. No evitó el conflicto con sus vecinos y, gracias al uso eficiente de los recursos del reino, logró victorias que expandieron las fronteras de su reino, con lo que dominó la mayor parte de Europa occidental hasta el Elba.

Fue así como Carlomagno logró llevar los límites de su poder a dimensiones solo alcanzadas previamente en la zona durante la edad dorada del Imperio romano.

Sin embargo, no fue la guerra y la expansión lo único en lo que trabajó el rey carolingio, sino también en la reorganización y consolidación de un fuerte sistema administrativo y una educación que permitiera un sentido de pertenencia y unidad a los diferentes pueblos que albergaba el reino.

Bannum

Ejerció el principio del bannum, que consistía en el derecho a ejercer el poder y mandar en diferentes aspectos. Este derecho podía ser delegado y así lo hizo Carlomagno. Fortaleció tres componentes para la aplicación del bannum:

El primero fue defender a los indefensos, aquellos miembros de la sociedad que carecían de seguridad, como las viudas y los huérfanos o la Iglesia.

El segundo componente fue la aplicación de la jurisdicción para el castigo de crímenes violentos dentro de las fronteras del reino.

Finalmente, el poder para reclutar hombres que prestaran servicio militar cuando fuese requerido por el Gobierno.

Milicia

La fortaleza militar del reino de Carlomagno difirió en ciertos aspectos de la que había sido impuesta por sus antecesores, como por ejemplo Carlos Martel, que había estado cimentada en el poder de la caballería.

Carlomagno halló su éxito en el desarrollo de tecnologías que le permitieran realizar de forma eficiente sus asedios. De ese modo lograba debilitar a las fuerzas enemigas sin perder grandes cantidades de recursos y hombres.

Además, la logística fue otro elemento de suma importancia para las aventuras militares de Carlomagno. Los recursos podían ser movilizados rápidamente a través de grandes distancias gracias al uso de caballos como método de transporte.

Esas mejoras en la administración y organización de recursos fueron las que le hicieron posible manejar un territorio de las dimensiones con las que contaba el reino de los francos para el momento de la muerte del emperador Carlomagno.

Educación

Las reformas generales que impulsó Carlomagno fueron el inicio de lo que algunos historiadores bautizaron como el “renacimiento carolingio”. El emperador mostró sumo interés en el cultivo del conocimiento dentro de sus fronteras.

Carlomagno comprendió pronto que la vía para conseguir el desarrollo del Imperio que intentaba levantar era el aprendizaje. Por ello se aseguró de crear escuelas públicas, también alentó a intelectuales y artistas a dedicarse a diversos estudios y tareas.

Hubo un incremento cuantioso en lo que respecta a los académicos, artistas, autores y arquitectos, cuyas obras florecían en todos los rincones del Imperio, especialmente en Aquisgrán, la ciudad preferida por Carlomagno.

Sus conquistas también fueron de gran influencia en la visión reformista del monarca, gracias a que así obtuvo el contacto con otras culturas y pudo ver cómo habían desarrollado sus conocimientos y sus tecnologías.

Carlomagno decidió aumentar el presupuesto educativo y dispuso de la Iglesia como un ente educador.

Quienes sabían leer y escribir eran mayormente miembros de la Iglesia católica, por lo que les encomendó las escuelas e instituciones educativas que eran creadas cerca de monasterios y abadías.

Consecuencias

Carlomagno estuvo interesado en crear una cultura común para los europeos occidentales, que procedían de orígenes muy diversos, pero que entonces se encontraban bajo su control. La difusión del latín como lingua franca fue uno de los aportes en este particular.

Entre los cambios que produjo el empeño educador de Carlomagno se encuentró el incremento del uso de documentos escritos en las áreas religiosas, administrativas y legales. Esto se debió, en gran medida, al aumento de la tasa de alfabetización en el reino.

También se crearon muchos centros de reproducción de textos para poder conservar un mayor número de ejemplares de los libros más importantes, como los clásicos o los textos religiosos. Así mismo, la cantidad de librerías subió importantemente.

Carlomagno encargó que sus hijos y nietos fuesen educados por los maestros más destacados que se encontraban a su disposición y él mismo recibió lecciones en diferentes áreas como la retórica, dialéctica, gramática, aritmética e, incluso, astronomía.

Sin embargo, el problema que tuvo Carlomagno con el desarrollo de su educación fue el hecho de no saber escribir.

Religión

Decidió mantener la política iniciada con su padre con respecto a Roma y la Iglesia católica, lo que le concedió la legitimidad y el apoyo que esta podía brindar a un gobernante en la época. El mismo Carlomagno era practicante devoto: llevó una vida que respetaba las enseñanzas de la religión.

Se encargó de fortalecer la estructura de la Iglesia y aclarar los deberes, poderes y responsabilidades que debían cumplir los miembros de diferentes rangos dentro del sistema eclesiástico. Carlomagno supo que la Iglesia sería un buen aliado para delegar funciones públicas dentro del reino.

Consideró prudente estandarizar la liturgia para que su dinámica pudiese difundirse fácilmente y así erradicar las creencias paganas de las nuevas zonas del Imperio que controlaba. Además, Carlomagno apoyó el fortalecimiento de la fe y sus valores morales dentro de sus dominios.

Aunque se ha especulado que el apoyo de la Iglesia era por un simple interés monetario, se cree que en realidad era genuino y que la simpatía que profesaban los líderes religiosos por Carlomagno era auténtica, por las acciones a favor de la fe que había realizado en su vida.

Economía

En tiempos de Carlomagno se continuó con lo que su padre había iniciado en el plano económico, una transición del sistema monetario que se desarrolló al desplazar al oro como principal material para acuñar la moneda.

Entre los motivos que llevaron a Carlomagno a eliminar el sólido bizantino, que había sido impuesto por Constantino I, estuvo su ruptura de comercio con África y Oriente Medio, así como la paz firmada con Bizancio, situaciones que causaron una escasez de oro en el Imperio.

Carlomagno estableció la libra carolingia de plata, que era una unidad de peso y valor con base en la libra romana. Esa moneda era equivalente a 20 sous y a su vez a 240 denarios. La última era la única moneda que era acuñada por los francos realmente, puesto que las otras eran solo nominales.

El rey Offa emuló sus reformas económicas y consiguió erigir la moneda más fuerte del continente tras la depreciación de la moneda francesa que siguió al deceso de Carlomagno, lo que hizo que muchos países adoptaran la libra británica por siglos.

Otras

Entre las contribuciones económicas de Carlomagno se hallan las normas de registros tanto de ingresos como de egresos en los cuadernos de contabilidad del reino, lo que creó los principios básicos de la contabilidad moderna.

Otra de las acciones de Carlomagno en la economía del reino fue el control de precios que impuso a algunos bienes, al igual que los impuestos especiales que gravó para otros.

También a partir del 814 emitió una ley en la que prohibía la usura por ir contra de los principios cristianos. En ese documento expresamente se explicaba que los ciudadanos judíos que restaran dinero con intereses o realizaran cualquier actividad comercial serían castigados por la ley.

Vida militar

Primera incursión en Hispania

Los valíes de Huesca, Zaragoza, Gerona y Barcelona enviaron emisarios a la Dieta de Paderborn, para solicitar la ayuda militar del reino franco en la disputa contra el emir Abderramán I del Califato Omaya de Córdoba.

Esos gobernantes moros prometieron la entrega de Zaragoza y homenaje a Carlomagno, quien vio la oportunidad de expandir el cristianismo en la península ibérica.

El rey franco encabezó la marcha de las tropas neustrasianas por el oeste de los Pirineos y, entre mayo y junio del año 778, tomaron la ciudad de Pamplona. El resto de las fuerzas compuesto por lombardos, austrasianos y burgundios, entró a la península por el este y se encontraron frente a Zaragoza.

Allí Carlomagno recibió el homenaje prometido por los musulmanes, pero el gobernante de Barcelona, Sulaymán, se negó a entregarle Zaragoza y se levantó en armas contra el regente franco.

Sulaymán fue capturado y, tras recibir la noticia de los alzamientos en Sajonia, Carlomagno decidió levantar campamento y regresar a territorio franco por el mismo camino. Las murallas de Pamplona fueron destruidas y la ciudad arrasada.

Batalla de Roncesvalles

A su paso por Roncesvalles, un camino angosto en los Pirineos occidentales, la retaguardia del ejército compuesta por unos 20.000 hombres fue emboscada.

Aunque la identidad de los atacantes es una incógnita, se presume que fueron vascones de ambos lados de los pirineos descontentos con las fuerzas francas.

Sulaymán fue liberado y muchos caballeros carolingios murieron, entre ellos Roldán quien era sobrino del rey y guardián de la Marca Bretona. Su muerte se recuerda en el famoso Cantar de Roldán.

Segunda incursión en Hispania

En el año 781, Carlomagno reconvirtió el ducado de Aquitania en reino, poniendo sobre el trono a su hijo Luis, de solo 3 años, quien estaría bajo la tutoría de Corso de Tolosa, duque de Aquitania y regente.

Desde ese reino, los francos realizaron incursiones hacia el sur de los Pirineos, y tomaron Gerona en el 785 fortaleciendo el control sobre la costa catalana. En el 795, las ciudades de Gerona, Urgel, Cardona y Osona conformaron la Marca Española bajo el ducado franco de Septimania.

Sin embargo, no fue hasta el 797 cuando el gobernador moro de Barcelona, Zeid, entregó el control de la ciudad al Imperio carolingio, tras rebelarse fallidamente contra el califato de Córdoba.

Pacificación del Mediterráneo

Los duques de Génova y Toscana, del reino de Lombardía, utilizaron grandes flotas para combatir a los piratas sarracenos que azotaban los barcos que navegaban entre la península italiana y el sur de Francia. Bajo órdenes de Carlomagno, primero capturaron las islas de Cerdeña y Córcega y finalmente, en el 799 controlaron las islas Baleares.

De ese modo, Carlomagno tuvo el dominio de la costa desde Barcelona hasta la boca del Tíber, así como de las rutas marítimas que iban desde la península italiana hasta la ibérica.

Sajonia

Los sajones eran un pueblo germánico ubicado en las cercanías del mar del norte. El primer enfrentamiento de Carlomagno con los sajones se dio en Paderborn, en el 772.

Aunque salió victorioso, la campaña de Italia dos años más tarde presentó un impedimento para continuar con la conquista. Sin embargo, Carlomagno no abandonó su empeño por controlar las tierras sajonas y volvió en el 775.

Segunda campaña

En su segunda incursión tomó el fuerte de Sigisburg, venció nuevamente a los sajones de Angria y, posteriormente en Eastfalia consiguió derrotar a los grupos germánicos controlados por Hessi, a quien logró convertir al cristianismo.

Posteriormente estableció varios campamentos en Westfalia, con lo que había controlado las tierras sajonas casi en su totalidad, aunque la paz no duró para siempre. En el 776 durante unas revueltas en la zona arrasaron con el campamento franco en Eresburg.

Aunque fueron sometidos por Carlomagno, su líder, Widuskind, escapó hasta tierras danesas.

El rey franco se encargó de crear otro campamento en Karlstad y llamó a una Dieta para integrar realmente al territorio sajón con el resto del reino. Entones comenzaron los bautizos en masa en la zona.

En el 778 otra gran revuelta hizo que Carlomagno perdiera el dominio de una gran parte de las tierras sajonas, aunque al año siguiente lo recobró con presteza. Entonces dividió a la región en diferentes misiones católicas.

En el 780 hubo más bautizos masivos y se impuso pena de muerte para los que no se convirtieran o que en secreto continuaran practicando las costumbres paganas.

Pacificación final

Dos años más tarde nombró a condes tanto sajones como francos en la zona. Además, promulgó una gran cantidad de leyes cristianas. Eso no fue del agrado del pueblo sajón que había permanecido dos años en calma.

Esa oportunidad fue aprovechada por el viejo líder Widukind, que volvió y encabezó una serie de alzamientos y ataques contra iglesias. Esas acciones no fueron tomadas a la ligera por Carlomagno, quien ordenó la muerte de más de 4.500 sajones, en la famosa matanza de Verden.

Los conflictos siguieron dándose por un par de años más, hasta que en el 804 Widukind accedió bautizarse. Los sajones aceptaron renunciar a sus dioses paganos y cerca de 10.000 familias fueron reubicadas por el reino franco.

Baviera

En el 787 el papa Adriano I decidió retirar su apoyo al gobernante de Baviera, que era primo de Carlomagno. Entonces, el franco hizo que su primo prestara juramento de vasallaje por segunda vez, lo que Tasilón III interpretó como una ofensa.

Al poco tiempo, Tasilón intento aliarse con los Ávaros contra Francia y una traición hizo que terminara sentenciado a muerte por cuenta de Carlomagno quien tomó sus dominios y eliminó el ducado que había ostentado hasta ese momento su primo.

Sin embargo, por consideración a su parentesco, Carlomagno decidió que se le conmutara la sentencia por reclusión en un convento. La esposa e hijos de Tasilón III, fueron condenados con la misma pena.

Entonces, Baviera fue dividida en dos condados y pasó al control directo de Carlomagno.

Ávaros

Una horda pagana asentada en los territorios de la actual Hungría, conocida como los ávaros había logrado tomar control sobre importantes ciudades que pertenecían al Imperio carolingio, como Friuli y Baviera en el 788.

Dos años más tarde, Carlomagno marchó con sus hombres por las orillas del Danubio y fue limpiando la zona de los invasores. Sin embargo, su reconquista se vio interrumpida por un alzamiento en Sajonia, lo que obligó al emperador a concentrarse en ese conflicto.

El rey franco dejó a Pipino, su hijo y rey de la Corona Férrea, a cargo de la pacificación del territorio y éste logró recuperar Drava y Panonia. Posteriormente, con la asistencia de Eric de Friuli, tomaron en dos ocasiones el fuerte más importante de los invasores: el Gran Anillo Ávaro.

Todas las riquezas que recolectaban en lo saqueos a la zona eran enviadas a Carlomagno y, eventualmente, al darse cuenta de que poco podían hacer para combatir a los francos, los ávaros decidieron someterse y jurar vasallaje a Carlomagno, además de convertirse en cristianos.

Eslavos

En el 789 los nuevos vecinos paganos de Carlomagno, tras sus conquistas en el territorio, fueron los eslavos. Movilizó al ejército en una campaña expedicionaria por el Elba con la que logró que Witzin, líder de este pueblo del norte de Eslavia, se sometiera a su autoridad.

Luego el jefe de los veletos, Dragonwit, siguió el ejemplo de Witzin y se volvió otro leal aliado de Carlomagno. En el 795 estos pueblos unieron fuerzas con el emperador durante el levantamiento sajón para aplacar la rebelión en la zona.

Witzin murió en el campo y su sucesor Thrasuco colaboró posteriormente en la conquista de Nordalbingia.

En el sur de Eslavia los pueblos de mayor importancia eran los que estaban asentados en Panonia y Dálmata.

El duque de Panonia, Vojnomir, colaboró con la anexión de los territorios a las posesiones de Carlomagno y de ese modo el emperador pasó a controlar Croacia, el norte de Dálmata, Eslavia y Panonia.

Referencias

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