Miguel Ramos Arizpe: biografía, aportes, frases célebres
Miguel Ramos Arizpe (1775-1843) fue un sacerdote mexicano conocido por su desempeño en la política. Se le denominó como el “Padre del federalismo en México” ya que tuvo un papel muy relevante en la historia del país. Esta distinción la recibió gracias a la participación que tuvo en la creación del primer proyecto de Constitución en México, durante 1823.
Ostentó varios cargos a nivel políticos. Ocupó el puesto de ministro de justicia y también formó parte de las Cortes españolas, como diputado. Este rol fue el que tenía cuando fue nombrado como líder del grupo que se encargó de realizar el primer esbozo de la constitución federal.
El proyecto de Constitución en el que participó Ramos Arizpe tuvo algunos detractores, específicamente los sectores centralistas. A pesar de esto, fue aprobado el proyecto y Ramos Arizpe recibió el cargo de mayor en el ministerio de justicia y negocios eclesiásticos.
Más tarde, el sacerdote mexicano fue elegido para ser el represente de México en territorio chileno. Gracias a sus aportes, otros países latinoamericanos también quisieron contar con la representación de Ramos Arizpe.
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Nació en 1775 con el nombre de José Miguel Rafael Nepomuceno Ramos de Arreola y Arizpe. El lugar donde nació se llamaba Valle de San Nicolás de la Capellanía.
Actualmente esta ciudad es conocida por el nombre Ramos Arizpe, nombre que se le otorgó en el 19 de mayo de 1850,en honor al destacado sacerdote y político. La ciudad de Ramos Arizpe se ubica en el estado de Coahuila.
Ramos Arizpe fue producto de la unión entre Ignacio Ramos de Arreola y González con Ana María Lucía de Arizpe y Fernández de Castro. La pareja tuvo en total nueve hijos y Miguel fue el más pequeño de todos.
La familia Ramos Arizpe tenía muy arraigadas las tradiciones católicas y religiosas de la época. Formaron parte de una sociedad que se caracterizó por ser muy tradicional, enfocada en las actividades agrícolas. Para ese entonces, México era una de las colonias de España.
Durante los primeros años de su vida, Ramos Arizpe completó sus estudios en la ciudad de Saltillo. Allí formó parte del colegio de San Juan Nepomuceno bajo la supervisión o el cuidado de uno de sus tíos.
Cuando Ramos Arizpe completó su educación primaria, se trasladó hasta la ciudad de Monterrey y prosiguió con su formación académica, aunque desde este momento en seminarios. Allí aprendió y profundizó más en áreas como el latín, la filosofía o la teología.
Su proceso educativo lo completó en Guadalajara, donde logró recibir el título de bachiller en filosofía y leyes. Amplió ese título en 1810, específicamente el 4 de abril, cuando defendió el examen por el que recibió la distinción como doctor en el área de las leyes.
Para 1803 completó su formación como sacerdote y decidió mudarse hasta la diócesis de Monterrey. Allí Ramos Arizpe se desempeñó como capellán, que significó que fue la persona cuya responsabilidad era la de realizar el servicio religioso.
No se detuvo y siguió ampliando su educación. Entre los años 1807 y 1808, en la ciudad de Guadalajara, sumó a la lista el título de licenciado y doctor en derecho canónico.
Debido a las buenas aptitudes que mostró con el paso de los años, fue nombrado como el promotor fiscal. Fungió como defensor de obras pías, que consistió en hacerse cargo de las donaciones que estuvieron destinadas a ayudar a sectores más desprotegidos.
Además, logró convertirse en el primer profesor de derecho civil y canónico en dar clases en el seminario de la ciudad de Monterrey.
Motivado por algunos problemas con el obispo, Ramos Arizpe fue trasladado hasta Santa María de Aguayo, una pequeña localidad en Cantabria (España) donde se desempeñó como cura.
Durante su paso por territorio español, Ramos Arizpe terminó en la cárcel de Madrid y de Valencia. Esto sucedió como consecuencia de algunos problemas con relación al reinado de Fernando VII.
Ramos Arizpe desde muy joven mostró y expresó algunas ideas muy liberales y de corte independentista, lo que no era bien visto durante esa época. Por ese actuar fue perseguido y encarcelado en 1814 por orden directa del rey.
Fernando VII acusó al sacerdote de apoyar las sublevaciones que empezaron a ocurrir en sitios como Chile, Buenos Aires, Caracas e incluso en México.
Por sus acciones fue llevado a la prisión de Madrid, donde estuvo aislado de todo por un período cercano a los 20 meses. Posteriormente fue trasladado hasta la prisión de Valencia de Ara Christi, donde estuvo recluido hasta 1820.
Su liberación solo se produjo una vez concluida la revolución que inició Rafael del Riego. Entonces Ramos Arizpe fue puesto en libertad y se le otorgó el cargo de diputado en las nuevas Cortes. También fue designado como chantre, o maestro del coro, en la catedral de México.
Una vez fuera de la cárcel e integrado por completo en la vida política de México, Ramos Arizpe fue electo como diputado de Coahuila. Esto ocurrió en 1821, cuando pasó a formar parte del congreso constituyente del país.
Solo dos años más tarde fue quien lideró al grupo que se encargó de realizar el proyecto de la primera constitución. Este fue su aporte más relevante para la historia de México.
Siguió ocupando cargos en la escena política mexicana. Más adelante fue elegido como oficial en el ministerio de justicia y negocios eclesiásticos. Este rol lo desempeñó desde noviembre de 1825 hasta marzo de 1828.
Posteriormente, Ramos Arizpe recibió el cargo de ministro encargado de representar a México en las negociaciones. Otros países quisieron contar también con su representación.
En 1831 tuvo otro cargo eclesiástico, esta vez como deán en la catedral de la ciudad de Puebla. Posteriormente, entre 1832 y 1833, regresó al puesto en el Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos.
Incluso, durante el gobierno de Manuel Gómez Pedraza se encargó, aunque solo durante un mes, del ministerio de Hacienda. Para 1842 siguió cumpliendo con roles políticos cuando fue nombrado diputado en el congreso constituyente de la época. Para esa época ya su salud estaba seriamente afectada.
Miguel Ramos Arizpe murió el 28 de abril de 1843 debido a complicaciones por una implacable gangrena. Su fallecimiento ocurrió en la Ciudad de México. Sus restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres, que en ese entonces tenía como nombre Rotonda de los Hombres Ilustres.
En este sitio se encuentran diferentes personalidades de la historia de México, especialmente aquellos que tuvieron un papel destacado en beneficio de la nación.
Cuatro años después de su muerte fue reconocido por el Congreso de la Unión. Recibió la distinción de Benemérito de la patria. A raíz de este nombramiento, su nombre fue inscrito en el salón donde sesionan los diputados mexicanos. Esta inscripción se realizó con letras de oro.
Fue un personaje importante para su diferentes provincias ya que se encargó de realizar las memorias que trataron el estado a nivel natural, político y civil de estas zonas. Varias propuestas se desprendieron de esta publicación que realizó Ramos Arizpe. Por ejemplo:
– Propuso que se debía luchar por los municipios de carácter libre.
– Expuso ideas sobre el libre comercio.
– Manifestó que era necesaria la creación de una nueva universidad y un colegio de carácter legal en la zona de Saltillo.
Su lucha por la defensa de la educación fue una de las características que más lo determinó durante su carrera. Aunque su aporte más importante fue el haber sido partícipe del restablecimiento del federalismo en 1847.
Esto ocurrió luego de algunos gobiernos centralistas o con un modelo unitario. El federalismo, además, es una forma de gobierno que se mantiene hasta la actualidad en México.
Su aporte durante el primer proyecto de constitución fue muy importante. Este documento se completó en cuestión de días. Casi todos los artículos que fueron propuestos en este manuscritos terminaron formando parte de la constitución que se hizo oficial en 1824.
Su frase más representativa e icónica la dijo en las Cortes de Cádiz, mientras era parte de los movimientos libertarios de México. En ese entonces manifestó que “yo no he salido de mi tierra a mendigar favores del despotismo, la misión que me confió el pueblo de Coahuila es de honor y no de granjería”.
En las memorias que presentó para mejorar algunas provincias, Ramos Arizpe mostró su disconformidad por el deterioro que se vivió en aquellas zonas. Es por ello que el sacerdote y político mexicano destinó un capítulo de su memoria a la educación y su importancia.
Afirmó que “es uno de los primeros deberes de todo gobierno ilustrado, y solo los déspotas y tiranos sostienen la ignorancia de los pueblos para más fácilmente abusar de sus derechos”.
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