Amensalismo: características, ejemplos, diferencias con comensalismo
El amensalismo es un tipo de interacción interespecífica negativa, es decir, es un tipo de interacción que se da entre organismos de especies diferentes y que tiene efectos negativos sobre el número de individuos de la población de una de las dos especies que interactúa.
Así como la depredación y el parasitismo, el amensalismo es un tipo de interacción unidireccional, lo que significa que una de las dos especies que interactúan afecta a la otra, pero no viceversa.
Este tipo de interacción no es tan comúnmente conocido como la depredación, la competición, el comensalismo o el mutualismo. Fue descrito a comienzos de 1950 por el ecólogo Odum y revisado más adelante por otros autores.
En 1952, Paul Burkholder definió el amensalismo como una interacción –/0, con el fin de describir el efecto de negativo (–) de una especie sobre la otra y el efecto neutral (0) de la especie afectada negativamente sobre la otra.
El término suele ser confuso o ambiguo en algunos casos, puesto que incluso en ejemplos claros donde una de las especies que interactúa es evidentemente afectada por la relación, no se excluye completamente la posibilidad de que la otra especie también se vea afectada de alguna manera.
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Características
El amensalismo en un tipo de interacción entre dos especies diferentes y es considerada un tipo de simbiosis “asimétrica”, pues los individuos que interactúan tienen tamaños o niveles de fuerza muy diferentes.
Las especies involucradas en una relación de amensalismo se denominan “amensales”, así como existen los “comensales”, los “competidores” y así sucesivamente.
En algunos libros de texto especializados se describe como una relación (-/0), que quiere decir que, durante la interacción, la primera especie impacta negativamente a la segunda sin recibir ningún beneficio, pero esta última no ejerce efecto alguno sobre la primera.
Es fácilmente confundible con otras relaciones competitivas y a veces se describe como una relación sin efectos “coevolutivos” (donde las dos especies evolucionan juntas debido a su interacción).
El amensalismo es un tipo de interacción que puede durar muchísimo tiempo, siempre y cuando los efectos negativos de la misma no lleven a la extinción de la especie no favorecida.
No obstante, los modelos matemáticos utilizados por los ecólogos para predecir y estudiar las relaciones amensalistas han demostrado que, aunque el amensalismo es un proceso relativamente estable, puede darse el caso de que la especie afectada negativamente desaparezca.
Esto significa que algunas relaciones amensalistas entre especies pueden ser una forma “suave” o “prolongada” de depredación, ya que una de las dos especies contribuye con la desaparición de la otra, aunque sin recibir ningún beneficio a cambio.
Ejemplos de amensalismo
El amensalismo no es un tipo de interacción fácil de comprobar y, por lo general, los ecólogos que se encargan del estudio de las relaciones entre especies que conviven en sitios comunes utilizan algunas técnicas de experimentación para constatar de qué tipo de interacción se trata.
Algunos ejemplos de amensalismo han sido descritos por Veiga (2016). Entre estos, el autor menciona la interacción entre escarabajos del género Timarcha y la cabra montés o el íbice ibérico (Capra pyrenaica), quienes se alimentan del mismo tipo de arbusto.
Cuando se separan experimentalmente las cabras de los arbustos y los escarabajos, el número de escarabajos aumenta considerablemente (alrededor de unas 4 veces), mientras que cuando se separan los escarabajos de los arbustos y las cabras, no aumenta el número de cabras que visitan los arbustos.
Este fenómeno se debe a que las cabras se comen gran parte de las hojas (dejando poco alimento para los escarabajos) o se comen por accidente algunos de estos insectos mientras se alimentan, lo que ocasiona el diezmo de la población de escarabajos (como un efecto secundario).
Esta interacción se conoce como amensalismo debido a que la presencia de los escarabajos tiene poco o ningún efecto sobre las cabras, pero estas ejercen un efecto negativo sobre la población de los insectos en cuestión.
Así como este, la interacción entre otras especies de insectos y otros animales herbívoros (que se alimentan solo de plantas) son buenos ejemplos de amensalismo, donde podría generalizarse el hecho de que el animal herbívoro y el insecto tienen tamaños, ciclos de vida y condiciones ecológicas marcadamente diferentes.
Otros ejemplos
Aunque usualmente el amensalismo se confunde con otro tipo de interacciones interespecíficas como la competencia o el comensalismo, existen algunos ejemplos más o menos claros de amensalismo en la naturaleza.
Un ejemplo adicional propuesto por Veiga (2016) es el de la “interacción” entre abejas y abejorros y la disposición de sus sitios de anidamiento (formación de los panales).
Se ha demostrado experimentalmente que las abejas son indiferentes respecto al sitio de asentamiento de sus panales, mientras que los abejorros no son capaces de instalarse en lugares que han sido previamente utilizados por abejas, aunque en temporadas anteriores.
Esta relación se describe como amensalismo, pues para los abejorros existe un efecto negativo que se relaciona con la presencia previa de abejas en los sitios donde estos últimos pretenden establecerse, mientras que para las abejas no hay ningún tipo de efecto que se relacione con la presencia de los abejorros.
Algo similar ocurre con algunas especies de aves y con el anidamiento, pero en relación al tamaño y la disposición de los nidos.
Camas de mejillones
Los mejillones son animales bivalvos que pueden encontrarse formando una especie de “camas” sobre algunos territorios marinos y costeros. Gran cantidad de organismos marinos se alimenta de estas “camas” y de otros organismos que se asocian con tales tipos de ecosistemas.
Algunos investigadores consideran que existe una relación de amensalismo entre los mejillones y las especies que coexisten con ellos en el agua que les rodea (que se alimentan de partículas en suspensión).
Aves en las islas Galápagos
Una relación amensalista también ha sido reportada para aves del género Sula (aves piqueras) en las islas Galápagos:
La especie de Sula de patas azules (Sula nabouxii) es desplazada de sus sitios de anidamiento por el piquero de Nazca (Sula granti), pero esta última no sufre ningún tipo de efecto debido a la presencia del piquero de patas azules.
Diferencias con el comensalismo
Para entender cuáles son las diferencias del amensalismo con el comensalismo, es necesario repasar qué es el comensalismo.
Comensalismo
El comensalismo también es un tipo de relación ecológica que se da entre especies diferentes, donde una de las especies involucradas se beneficia de la otra sin impactarla negativamente.
Existen buenos ejemplos de comensalismo tanto en el reino animal como en el reino vegetal, y también se ha descrito para algunas relaciones entre bacterias.
Un ejemplo de comensalismo en el reino animal incluye a ciertas especies de pseudoescorpiones que pueden adherirse temporalmente a gran variedad de artrópodos, de los que se valen para movilizarse.
Esta relación significa un punto a favor de los escorpiones, pues consiguen desplazarse de un lado a otro, pero no tiene efecto alguno sobre el insecto sobre el que se transportan, pues no interfieren con ninguno de sus procesos fisiológicos normales ni aportan ningún beneficio aparente.
El comensalismo, al igual que el amensalismo, también es una relación unidireccional y no implica la coevolución de las especies que interactúan.
La definición de comensalismo es difícil de especificar, puesto que los efectos netos de las interacciones interespecíficas pueden variar muchísimo en el tiempo y en el espacio. Además, la demostración de una relación comensalista no es nada trivial, pero lo mismo es cierto para el amensalismo.
Desde un punto de vista holgado, una relación comensalista puede definirse como una relación donde una de las especies se beneficia y la otra no se ve afectada por la interacción, o puede verse ligeramente afectada, tanto positiva como negativamente.
Diferencias
La principal diferencia entre el amensalismo y el comensalismo está en que, en una relación amensalista, una de las especies que participa se ve afectada negativamente (–/0); mientras que, en el comensalismo, por el contrario, el efecto de la interacción entre dos especies es beneficiosa para una de estas (+/0).
Por ejemplo, en la relación entre plantas epífitas y árboles, digamos entre un árbol de gran tamaño y un clavel del aire o tillandsia, la especie epífita se beneficia del soporte que le prestan las ramas del árbol para establecerse.
Entretanto, el árbol no recibe ningún beneficio, pero tampoco es afectado negativamente por la presencia de la tillandsia.
En el caso de los fenómenos conocidos como “alelopatías”, una planta afecta negativamente a otra por la liberación de productos metabólicos secundarios a la rizósfera (la porción del suelo asociada a las raíces de las plantas).
No obstante, la presencia de la planta que se ve afectada no tiene efecto alguno (ni positivo ni negativo) para la planta que segrega la sustancia, es por ello que se considera una relación de amensalismo.
Otra diferencia entre comensalismo y amensalismo, aunque quizá no tan significativa, es el hecho de que el amensalismo ha sido más ampliamente descrito entre especies considerablemente diferentes (al menos en relación con su tamaño y capacidades).
En el comensalismo, por el contrario, no se ha determinado que exista una relación entre el tamaño o las capacidades de las especies que interactúan.
Referencias
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