Medicina

Venoclisis: para qué sirve, tipos, materiales, procedimiento


La venoclisis es el procedimiento mediante el cual se administran líquidos, nutrientes o medicamentos de manera directa en la sangre de un paciente. Para hacerlo es necesario cateterizar una vena a través de la cual se colocará la infusión a administrar al enfermo.

La venoclisis es un procedimiento muy común, especialmente entre pacientes hospitalizados. Esto se debe a que es la forma más rápida y efectiva de administrar líquidos y fármacos, además de nutrientes en el caso de personas que no puedan ingerirlos por sí mismas.

Existen diversos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso a utilizar (acceso central o periférico), así como de acuerdo a la finalidad de la misma. Por ejemplo, existen procesos de venoclisis para hidratación, nutrición y administración de medicamentos.

Por lo general, los accesos venosos se mantienen por varios días, aunque en ocasiones pueden emplearse tan solo durante un período corto de tiempo. Esto sucede por ejemplo en los procedimientos ambulatorios de sedación, donde el acceso venoso se retira poco después de concluir el procedimiento.

Índice del artículo

¿Para qué sirve la venoclisis?

Administración de medicamentos

La venoclisis es de gran utilidad cuando se necesita administrar medicamentos directamente en el torrente sanguíneo del paciente, a fin de alcanzar concentraciones terapéuticas lo más rápido posible.

Cuando un fármaco se administra por vía oral, transcutánea o incluso mediante inyección intramuscular, es necesario que se absorba desde el sitio de administración hasta el torrente sanguíneo. Este proceso puede tomar desde algunos minutos hasta varias horas, e incluso días, dependiendo de la formulación del medicamento.

Por el contrario, al administrar el medicamento directamente en el torrente sanguíneo no es necesario que este se absorba. De esta manera, las concentraciones plasmáticas terapéuticas del fármaco se alcanzan casi inmediatamente.

Esto es algo muy útil en situaciones de emergencia, así como en aquellos casos donde es necesario un control estricto dosis-respuesta, como por ejemplo durante la anestesia general.

Administración de fluidos

Además de la administración de medicamentos, la venoclisis es muy útil para la administración de fluidos y electrolitos de manera rápida y segura. De hecho, si no existiera la venoclisis sería imposible realizar transfusiones de sangre y hemoderivados.

Una vez más, al infundir por venoclisis los líquidos, se evita el proceso de absorción, por lo que los líquidos administrados van directo al espacio intravascular. Esto es algo especialmente útil en pacientes gravemente enfermos, donde la resucitación con fluidos debe llevarse a cabo de manera efectiva y rápida.

Administración de nutrientes

Finalmente, en los casos de pacientes inhabilitados para nutrirse por vía oral, la venoclisis permite la administración no solo de fluidos sino también de nutrientes como glúcidos, lípidos e incluso aminoácidos.

Esta modalidad de nutrición, conocida como nutrición parenteral, es de uso frecuente en las unidades de cuidados intensivos (UCI), donde muchos pacientes no pueden ser nutridos por la vía digestiva debido a diversas causas.

Tipos de venoclisis

Existen dos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso empleado: venoclisis periférica, y venoclisis central. Por su parte, de acuerdo a la finalidad de la venoclisis, este procedimiento se puede dividir en:

– Venoclisis para administración de medicamentos.

– Venoclisis para hidratación parenteral.

– Venoclisis para nutrición parenteral.

Cada uno de estos tipos de venoclisis tienen características particulares, por lo que no se recomienda administrar medicamentos siguiendo el mismo procedimiento mediante el que se administra nutrición. Al mismo tiempo, ciertos tipos de hidratación deben mantenerse aparte de infusiones de medicamentos, hemoderivados u otros compuestos.

Venoclisis periférica

Un proceso de venoclisis se considera periférico cuando los catéteres por los cuales se administra la infusión intravenosa (algunos autores usan el término “endovenosa”) se encuentran en venas de pequeño calibre del antebrazo o la mano.

En estos casos la velocidad de infusión está limitada por el diámetro de la vena cateterizada, de manera que mientras más pequeño el vaso, más lenta la velocidad de infusión.

Por otra parte, ciertas soluciones muy concentradas o irritantes (como el caso de soluciones con potasio, nutrición parenteral o quimioterapia) no pueden administrarse por venoclisis periférica dado que el volumen de sangre en el que se diluye el medicamento es muy pequeño y se presentan complicaciones como la flebitis.

Las venoclisis periféricas suelen emplearse por períodos de tiempo relativamente cortos, que van desde pocos minutos hasta unos cuantos días (por lo general no más de 3 o 4).

Venoclisis central

Cuando se cateterizan vías de gran calibre ubicadas en el cuello o el tórax (yugulares internas, subclavias) así como en las piernas (venas femorales), se dice que se emplea un acceso venoso central para la venoclisis.

Estas venas se caracterizan por ser de gran tamaño y manejar un volumen de sangre considerable. Además son una vía directa al corazón, dado que la punta del catéter se encuentra muy próxima a la desembocadura de la vena cava superior en la aurícula derecha (accesos venosos en venas yugular interna y subclavia) o directamente dentro de la cava inferior (catéteres femorales).

Las venoclisis centrales son de gran utilidad para pasar grandes volúmenes de líquido en poco tiempo, dado que el diámetro del vaso así lo permite. Además, mediante ellas es factible administrar soluciones muy concentradas o irritantes, dado que de inmediato se diluyen en un volumen considerable de sangre, pasan rápido al corazón y de allí se dispersan en la circulación general.

Dado que se emplean catéteres más gruesos y largos, las venoclisis por acceso venoso central suelen permanecer por más tiempo, desde varios días hasta semanas o incluso meses, como en el caso de los catéteres de larga permanencia para administración de quimioterapia.

Venoclisis para administración de medicamentos

La venoclisis para administración de medicamentos es, como su nombre lo indica, aquella empleada para suministrar fármacos y otros agentes terapéuticos directamente en el torrente sanguíneo.

Es importante destacar que no cualquier medicamento se puede administrar por esta vía, por lo que es necesario contar con formulaciones específicas para uso intravenoso. De otra manera se podrían ocasionar daños importantes al paciente.

Las venoclisis para administración de medicamentos pueden ser tanto periféricas como centrales. Las más usadas para este fin son las periféricas, aunque en ciertos casos como la quimioterapia se emplean accesos venosos centrales.

Venoclisis para hidratación parenteral

En los casos donde es necesario hidratar o rehidratar a un paciente sin emplear el tracto digestivo se puede hacer uso de las venoclisis para hidratación parenteral.

Para estos casos, los profesionales de la salud cuentan con soluciones estériles preparadas para este fin, las cuales se pueden administrar directamente en la vena del paciente para aportar líquido y electrolitos.

La mayoría de las soluciones de hidratación intravenosa pueden administrarse por vías periféricas (venoclisis periférica), siendo esta la vía de elección en más del 60% de los casos.

Sin embargo, en casos especiales como cirugías de gran envergadura, trauma masivo,  pacientes oncológicos y personas internadas en UCI se puede hacer uso de accesos venosos centrales para administrar hidratación parenteral.

Venoclisis para nutrición parenteral

La venoclisis para nutrición parenteral es aquella que se usa para administrar nutrientes directamente en el torrente sanguíneo sin tener que pasar por la vía digestiva. En estos casos se prefiere el acceso venoso central, dado que la concentración y volumen de la nutrición parenteral no es tolerada por las vías periféricas.

Todas las formulaciones para nutrición parenteral están específicamente diseñadas para poder ser administradas por esta vía. La nutrición parenteral es delicada y debe ser administrada solo por profesionales debidamente calificados, que conozcan detalladamente cada uno de los componentes de los compuestos que se van a proporcionar.

En algunos casos y por períodos muy breves de tiempo se puede administrar nutrición parenteral por vía periférica. Sin embargo, la cantidad de nutrientes, el volumen de infusión, el tiempo total de administración y la cantidad de días en que se puede usar son muy limitados.

Materiales 

En general se requieren pocos materiales para una venoclisis. Entre estos se cuentan los siguientes:

– Guantes estériles.

– Torniquete.

– Gasas o algodón.

– Adhesivo médico.

– Antisépticos (usualmente alcohol o solución de iodo-povidona).

– Catéteres para uso intravenoso (periféricos o centrales).

– Equipo de infusión (macrogotero o microgotero).

– Jeringa (opcional).

– Soluciones para infusión parenteral.

– Frascos para preparación de soluciones (opcional).

– Bomba de infusión (opcional).

– Obturadores, llaves de tres vías, conectores o extensores de vía (opcional).

Cada uno de estos materiales será empleado para colocar una venoclisis. En los casos donde se indica que es opcional, se debe a que se puede prescindir de ellos sin comprometer la ejecución del procedimiento, o a que solo se necesitan en ciertos casos especiales.

Procedimiento 

El procedimiento para administrar una venoclisis es relativamente sencillo, siendo el paso más delicado la cateterización de la vena, especialmente en los casos de vías venosas centrales.

A continuación se describe paso a paso el procedimiento estándar para la venoclisis periférica.

Información al paciente

Antes de empezar con la venoclisis se debe informar al paciente sobre el procedimiento a realizar paso a paso, ya que eso ayuda a que el paciente se sienta más seguro y, con ello, se evita aumentar su ansiedad o estrés.

Lavado de manos

Antes de comenzar cualquier procedimiento sanitario es necesario desprenderse de los anillos y otros objetos que adornen las manos y pasar a lavarlas. Se debe seguir el procedimiento típico de lavado de palmas, dedos, uñas y pulgar con agua y jabón o solución alcohólica. Luego se pasan a secar desechable.

Preparación

Antes de comenzar a trabajar con el paciente se prepara la solución a infundir. Después, se instala el equipo de infusión -denominado también sistema de suero- y se purga para garantizar que no haya aire en el sistema.

Una vez preparado el equipo, se coloca un torniquete en el brazo o antebrazo donde se planea colocar la venoclisis. Mediante inspección y palpación, se elige el sitio idóneo para la punción de la vena. Lo ideal es que esté lejos de pliegues, en un vaso recto y que se dilate con la colocación del torniquete.

Una vez seleccionada la vena, el sanitario se debe colocar guantes estériles y procederá con la punción.

Punción (o cateterización)

El siguiente paso es preparar el área donde se procederá a la cateterización de la vena, limpiándola con solución antiséptica utilizando una gasa o algodón. Este procedimiento debe llevarse a cabo con un movimiento circular desde el centro de la zona donde se va a llevar a cabo la punción hacia fuera, y siempre con una sola pasada de la gasa o algodón sobre la piel.

Después, con un catéter de tamaño adecuado (bien sea de teflón o tipo mariposa), se procede a cateterizar la vena.

Una vez confirmado que se ha cateterizado exitosamente, se procede a colocar un obturador, llave de tres vías o extensor (o alargadera) en el extremo libre del catéter. Si no hay disponibles, se puede conectar la vía directamente al equipo de infusión. Por último, se asegura la vía periférica con adhesivo médico (esparadrapo).

Administración de la solución

Una vez asegurado el catéter, la solución se puede administrar por gravedad o con la ayuda de una bomba de infusión. En algunos casos se puede preparar el medicamento a infundir directamente en una jeringa de 10 o 20 cc y conectar la misma al catéter para infundir la solución.

En los casos de accesos venosos centrales, los pasos son muy similares, con la salvedad de que no se usan torniquetes y se debe cateterizar la vía de acuerdo a los procedimientos diseñados para accesos venosos centrales.

Una vez hecho esto, el procedimiento para administrar fluidos por vía periférica o central es prácticamente idéntico.

Lavado posterior de manos

Una vez finalizado el proceso de venoclisis se pasa a retirar los guantes y al correspondiente lavado de manos, aplicando la misma técnica de la que se hizo uso al principio del procedimiento.

Precauciones

Si bien es un procedimiento rutinario que se realiza cientos de veces por día en el entorno hospitalario, la venoclisis no está libre de complicaciones. Por lo tanto, se deben tomar ciertas precauciones a fin de limitar al máximo la posibilidad de fallos o complicaciones.

En este sentido es muy importante que el operador esté bien entrenado, conozca la anatomía y el procedimiento para la venoclisis. Así mismo, se debe contar con todo el material necesario, que debe estar disponible y preparado al momento de iniciar el procedimiento, de manera que no se presenten inconvenientes por falta de material.

La precaución más importante es ceñirse estrictamente a las reglas de asepsia y antisepsia, dado que se está accediendo directo al torrente sanguíneo. Así pues, cualquier bacteria que contamine el catéter o la solución a infundir irá directamente a la sangre, con consecuencias potencialmente mortales.

Por otra parte, se debe tener especial cuidado de no perforar la vena en su cara posterior, especialmente en casos de accesos venosos difíciles. De suceder esto, se debe estar preparado para limitar la formación de hematomas.

En los casos de accesos venosos, se debe tener especial precaución durante la punción a fin de evitar neumotórax (accesos subclavios) y hematomas (todos los accesos centrales). Por su parte, las soluciones a infundir deben ser manejadas con extremo cuidado para evitar su contaminación. Cualquier remanente se debe descartar.

Por último, los accesos venosos se deben inspeccionar diariamente y retirar el catéter ante el primer signo de complicación (dolor, enrojecimiento, pus).

Referencias 

  1. Stegeman, B. H. (1979). U.S. Patent No. 4,142,523. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
  2. Barandun, S., Kistler, P., Jeunet, F., & Isliker, H. (1962). Intravenous administration of human γ‐globulin. Vox sanguinis7(2), 157-174.
  3. Mitsunaga, M., & Yamamoto, Y. (2004). U.S. Patent No. 6,788,885. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
  4. Ruschke, R. (1986). U.S. Patent No. 4,573,974. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office..
  5. Reeves, W. R., Defever, M. G., & Little, T. G. (1994). U.S. Patent No. 5,282,264. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
  6. Genese, J. N., & Muetterties, A. J. (1982). U.S. Patent No. 4,316,460. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
  7. Kistner, T. L., Kistner, D. T., & Burrell, G. C. (2000). U.S. Patent No. 6,139,528. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.