Medicina

Absceso periodontal: definición, síntomas, causas, tratamientos


¿Qué es un absceso periodontal?

Un absceso periodontal se refiere a la acumulación localizada de pus como resultado de una infección bacteriana en la periferia de alguna pieza dentaria. Recibe también el nombre de osteoflegmón y consiste básicamente en una colección purulenta en el espacio periapical, usualmente secundaria a una gingivitis o periodontitis.

Cuando se forma un absceso periodontal, usualmente la raíz del diente es afectada e incluso desplazada, y diversos estudios han señalado el papel que juegan la diabetes, el estrés y el embarazo como factores predisponentes para este tipo de patología.

Se consideran infecciones localizadas destructivas, pues destruyen el ligamento periodontal y el hueso alveolar y pueden alterar la estabilidad de la pieza dentaria, ameritando la extracción de la misma en algunos casos.

Se caracteriza por un saco periodontal profundo preexistente que cerró en su porción superior, bien sea espontáneamente o como resultado de un tratamiento parcial, y en su raíz o “fondo” de saco permanecen bacterias y desechos polimorfonucleares.

Todo absceso gingival es un absceso periodontal confinado al margen gingival; sin embargo, no todo absceso periodontal es un absceso gingival, pues es una infección más profunda que no está confinada al margen gingival.

Un absceso periodontal no tratado puede complicarse al punto de provocar una endocarditis bacteriana, colonizar los senos paranasales o producir septicemia.

Síntomas de un absceso periodontal

Inicialmente se evidencia un enrojecimiento e inflamación aguda en las regiones laterales de las raíces dentarias afectadas, un proceso de gingivitis común que puede ser secundario a diversas causas.

El aumento de tamaño de la zona inflamada y el inicio de dolor agudo punzante y latente comienza establecer el diagnóstico de absceso.

El dolor aparece de forma abrupta según la percepción del paciente. La molestia está delimitada en la pieza dentaria afectada, el dolor es continuo y sin atenuantes. El paciente adulto acude a la emergencia con un dolor de fuerte intensidad que no le permite dormir ni comer.

La elevación de la temperatura corporal es frecuente como respuesta fisiológica a la infección bacteriana, es endurado en la fase aguda y la pieza dentaria es dolorosa a la percusión y en la masticación.

Se evidencia el aumento de volumen facial del lado afectado, con dolor al tacto en la zona inflamada. El paciente sostiene la zona con la mano a manera de aliviar el dolor sin resultado, pero crea una sensación de seguridad que “evita” el impacto con otros objetos.

Fase crónica

En fase crónica crea una fístula. Aunque no es frecuente, por esta puede evidenciarse secreción hematopurulenta. En esta etapa el dolor puede calmar al liberar la presión interna del absceso con el drenaje; sin embargo, si no se aplica tratamiento puede tomar la pieza dentaria vecina y propagarse gingivalmente.

Se aprecia movilidad en la pieza dentaria por la inflamación de la gingiva que crea un terreno inestable para la raíz del diente quitándole soporte. En ocasiones, la raíz puede tornarse invalidante.

Causas de un absceso periodontal

Si la enfermedad periodontal se complica y se deja avanzar en el tiempo, el resultado puede ser un absceso periodontal.

Hay factores locales que pueden justificar la formación de un absceso: la utilización de equipos bucales como respiradores, falta de higiene en férulas, mala higiene bucal que deja restos alimenticios en la mucosa para su descomposición, drogas, entre muchos otros factores.

La gingivitis es la forma más común de enfermedad periodontal; es lenta, progresiva e indolora en su mayoría, por lo que suele ser ignorada. El paciente solo se percata de la patología cuando el dolor se hace evidente.

La periodontitis, que al igual que la gingivitis se asocia a la acumulación de la placa bacteriana, es una forma de gingivitis complicada pero sin llegar aún a producir un absceso.

Esta inflamación —secundaria al sarro, restos alimenticios, entre otros factores— introducirá bacterias dentro de un saco periodontal ya existente. Si la abertura de este saco se cierra o cicatriza, las bacterias atrapadas producirán el pus que inflamará el saco para hacerlo evidente.

Entre mayor profundidad o tortuosidad tenga el saco, tendrá mayor probabilidad de producirse un absceso periodontal.

Tratamiento

A fin de conservar la vitalidad de la pieza dentaria, el absceso periodontal debe ser considerado como una urgencia odontológica, y el drenaje del contenido del absceso debe realizarse de inmediato a fin de liberar la tensión que el absceso ejerce en los tejidos adyacentes.

El tratamiento se enfoca en la analgesia y el drenaje. Se ha demostrado que los analgésicos IM no son tan efectivos y que, al combinarse el analgésico IM con el uso de torundas con soluciones analgésicas tópicas, se alcanza una mejor analgesia aunque no muy duradera.

Puede intentarse la recanalización del saco obstruido con una sonda periodontal o realizarse una incisión en el absceso.

Si bien en la bibliografía se sugiere el uso de antimicrobianos sistémicos solo en casos de toque del estado general, en la práctica clínica se suele acompañar el drenaje de antibióticos a fin de conseguir la mejoría clínica más rápidamente y evitar recidivas.

El tratamiento antibiótico de elección consiste en la utilización de amoxicilina con ácido clavulánico (875mg/125mg) cada 12 horas por 7 a 10 días.

Es importante resaltar que el uso del inhibidor suicida (ácido clavulánico) es importante para el éxito del tratamiento, por lo que no debe sustituirse por amoxicilina (500mg) si no es indicado por el facultativo.

En algunos casos muy complicados puede asociarse al uso de amoxicilina el metronidazol, en dosis de 250mg cada 8 horas.

Diferencia entre absceso periodontal y absceso periapical

La diferencia radica principalmente en la localización. El absceso periodontal está en la zona lateral de la raíz dentaria; en cambio, el absceso periapical se localiza en el ápice del diente, es decir, de distal a proximal, desde el extremo más externo del diente.

El absceso periapical es usualmente secundario a una caries, mientras que el absceso periodontal es usualmente secundario a enfermedades en las estructuras adyacentes a la pieza dentaria como tal.

En el absceso periapical se puede evidenciar ausencia de vitalidad, en el absceso periodontal puede llegar a desvitalizar una pieza dentaria pero solo como complicación del absceso.

El dolor del absceso periapical es generalizado, el paciente dificulta la identificación del diente afectado; mientras que en el absceso periodontal el dolor puede localizarse.

Referencias

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