Biografías de personajes históricos

Reina Victoria de Inglaterra: biografía, reinado, familia, datos


La reina Victoria de Inglaterra (1819 – 1901) fue la monarca del Reino Unido de Gran Bretaña entre 1937 y 1901. Ha sido la segunda soberana en reinar por más tiempo sobre Inglaterra, después de Isabel II.

Su gobierno coincidió con grandes cambios y un importante desarrollo en diferentes áreas como la cultura, la ciencia, la industrialización y la política. Debido a estos grandes aportes esta época de la historia inglesa se conoce como el período victoriano.

Uno de los aspectos más destacados del reinado de Victoria fue la expansión del Imperio británico, de hecho, en 1876 ella tomó el título de Emperatriz de la India. Gracias al crecimiento de sus dominios, los ingleses estaban felices y la percepción de monarquía se volvió favorable.

Se cree que uno de los principales aportes que la reina Victoria realizó fue la recuperación del vínculo entre el pueblo británico y la realeza, así como del prestigio de la familia real, cuya reputación había caído durante los gobiernos de sus antecesores.

Fue la última reina de la casa Hannover en estar en el trono de Inglaterra, puesto que su hijo y sucesor Eduardo VII, pertenecía a casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, a la que años más tarde Jorge V bautizó en el Reino Unido como casa Windsor.

Índice del artículo

Primeros años

Alexandrina Victoria de Hannover nació el 24 de mayo de 1819 en el palacio de Kensington, Londres, Inglaterra. Era hija de Eduardo, duque de Kent y cuarto hijo del rey Jorge III, con Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld.

La princesa Victoria fue la única descendiente del matrimonio de los duques de Kent, pero su madre tenía dos hijos de un enlace previo llamados Carl y Fedora. La nieta del rey inglés era la quinta en la línea de sucesión al trono en el momento de su nacimiento.

Su padre, Eduardo, murió de neumonía en 1820 y en ese momento Victoria todavía no había cumplido su primer año. El duque tenía 51 años cuando nació su hija, se dice que estuvo muy orgulloso de Victoria, a la que presentaba como la futura reina ante sus amigos.

En 1820 el tío mayor de la princesa ascendió al trono con el nombre de Jorge IV tras la muerte del rey Jorge III. Cuando Guillermo IV obtuvo el trono británico, Victoria pasó a ser la heredera aparente (1830).

La princesa contaba con 10 años cuando se enteró de que sería la futura reina de su nación. En 1830 se aprobó una ley en la que se estipulaba que si Victoria era aún menor cuando Guillermo IV muriera, la madre de Victoria actuaría como regente hasta que la heredera cumpliera 18 años.

Sucesión inglesa

Jorge III tuvo 15 hijos, el mayor fue también llamado Jorge, príncipe de Gales. Él ascendió al poder tras la muerte de su padre; había tenido una hija llamada Carlota de Gales, que era la heredera aparente tras Jorge IV.

La princesa Carlota se casó con Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, pero desafortunadamente murió dando a luz en 1817 y su hijo tampoco sobrevivió.

En ese momento los hermanos menores de Jorge IV tuvieron que intentar reforzar la sucesión al buscar esposas aceptables y producir herederos al trono. De cualquier modo, el segundo hermano de Jorge IV, Federico, duque de York, falleció en 1827 sin hijos legítimos.

El tercer hermano era Guillermo, duque de Clarence y St. Andrews. Él llegó a ocupar el trono como Guillermo IV tras la muerte de Jorge IV y aunque tuvo muchos hijos fuera del matrimonio, su descendencia legítima no vivió mucho, lo que significaba que no tenía herederos.

Si se ordenaran cronológicamente los nacimientos, la princesa Carlota, hija de Jorge III, era la cuarta, pero toda la descendencia masculina y sus respectivos hijos e hijas tenían prioridad sobre las mujeres de la primera rama de la familia. Por eso Carlota no entró tras Guillermo en la sucesión.

El quinto hermano en orden de nacimiento y cuarto de los varones era Eduardo, duque de Kent y padre de la princesa Victoria. A los 50 años el príncipe inglés se casó con una princesa alemana viuda y tuvieron una sola hija, Victoria, que pasó a ser la heredera aparente en 1830.

Sistema Kensington

Tras la muerte de Eduardo, se designó a John Conroy como contralor de la administración de la duquesa de Kent y de su hija. Se rumora que la viuda y Conroy eran amantes, motivo por el que la madre de Victoria le dio tanto poder en su vida.

Conroy y la duquesa diseñaron un modelo de crianza para la princesa al que bautizaron sistema Kensington: su propósito principal era debilitar a la futura reina y convertirla en una persona dependiente y manipulable.

El mencionado sistema se aplicaba en diferentes aspectos de la vida de la joven heredera:

Socialización

A la princesa Victoria no se le permitía estar sin la compañía de su madre, su contralor (Conroy) o alguna de sus institutrices. Especialmente tenía prohibido estar cerca de otros niños durante los primeros años de su vida.

Durante su adolescencia la única compañía de edad similar que tuvo la princesa Victoria fueron su hermana Fedora y las hijas de Conroy. En cualquier caso, una de las principales reglas en la vida de Victoria era que todas las reuniones con ella debían ser aprobadas por su madre previamente.

Además, Victoria debía dormir en la misma habitación que la duquesa de Kent cada noche.

Educación

La preparación de la princesa Victoria comenzó a los cinco años, en ese momento inició su formación básica en religión. Sin embargo, la educación formal de la heredera inglesa empezó a los ocho años de la mano de su institutriz, la baronesa Lehzen.

La futura reina aprendió a leer, escribir, así como a conocer las reglas del decoro y la etiqueta. Tuvo otra educadora: la duquesa de Northumberland, pero la relación cercana de ella con Guillermo IV  y sus críticas al sistema Kensington hicieron que se le descartara rápidamente.

Con la baronesa Lehzen, por otro lado, Victoria creó un fuerte vínculo afectivo. Ella protegía cuanto podía a la princesa, tanto de su madre como de Conroy.

La princesa Victoria también aprendió idiomas como latín y griego, además de lenguas modernas como francés, alemán e italiano.

Heredera aparente

Cuando Guillermo IV ascendió al trono, intentó acercarse a su sobrina y conseguir su custodia, pero Conroy y la duquesa de Kent lo impidieron.

A medida que Victoria se hacía mayor, era evidente que la regencia no se llevaría a cabo, por lo que sus representantes intentaron hacerla ver como una joven incapaz de gobernar por su cuenta a causa de su inmadurez.

Entre 1830 y 1835 se organizaron viajes por toda Gran Bretaña para que Victoria conociera y fuera conocida en todo el territorio. Eso disgustó al rey, puesto que no deseaba que la princesa fuese vista como su antagonista sino como su heredera.

Durante uno de sus recorridos, en 1835, Victoria se enfermó gravemente y Conroy aprovechó la oportunidad para tratar de hacerla firmar un documento con el que hubiese sido nombrado su secretario personal tras el ascenso al trono de la princesa.

A pesar de estar grave por la fiebre tifoidea, Victoria logró reunir la voluntad de negarse a plasmar su firma en el documento y ceder su autoridad al contralor de su familia.

Esposo para una reina

Desde que Victoria entró en su adolescencia muchos quisieron influir en la selección de marido de la futura monarca. Guillermo IV deseaba fortalecer los lazos con la casa Orange y favorecía a Alejandro, el segundo de los hijos de Guillermo de Orange, heredero al trono holandés.

Sin embargo, la princesa Victoria no mostró ningún interés en el joven príncipe Alejandro, al que consideró simple y corriente, por lo que ese prospecto de enlace no prosperó.

Otro de los candidatos para convertirse en esposo de la heredera británica era el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. La muchacha quedó gratamente impresionada al conocer al joven alemán que, además, era su primo.

Aunque la atracción fue inmediata, no se formalizó el compromiso en ese primer encuentro porque Victoria era aún muy joven. De cualquier modo, el acuerdo estaba sobreentendido y ambos continuaron intercambiando correspondencia.

Ella mostraba un interés constante en la educación de Alberto, ya que reconocía la importancia del rol que tendría que cumplir como su consorte.

Coronación como reina de Gran Bretaña

Guillermo IV murió el 20 de junio de 1837; en mayo de ese mismo año la princesa Victoria había alcanzado la mayoría de edad. De ese modo pudo emprender su gobierno sin regencia desde el primer momento.

Ella misma describió la forma en la que supo que se había convertido en la soberana del Reino Unido: su madre la despertó con el anuncio de que el arzobispo de Canterbury y Lord Conyngham habían llegado a verla.

Luego, Victoria fue informada sobre el deceso de su tío y que, en consecuencia, ella era la nueva monarca británica.

Su primer deseo como reina fue tener una hora a solas diariamente, algo que el sistema Kensington no había permitido para la joven Victoria en toda su vida. También solicitó que su cama ya no estuviese dentro de la habitación de su madre.

Tres semanas después de ejercer su puesto como soberana tomó residencia junto con su madre en el palacio de Buckingham. Allí expulsó a Conroy de su personal, aunque él continuó trabajando para su madre, quien quedó restringida a un área lejana de la que ella ocupaba en el palacio.

Con la actitud de rechazo tanto para su madre, la duquesa de Kent, como para Conroy quedó confirmado que el sistema Kensington había sido un completo fracaso.

Primeros años de gobierno

En los inicios del reino de Victoria, el primer ministro inglés era William Lamb, vizconde de Melbourne. Ambos forjaron una fuerte relación tanto de amistad como de trabajo, puesto que la reina lo respetaba mucho y seguía sus consejos.

Melbourne fue uno de los grandes mentores de la reina Victoria en asuntos de política y relaciones exteriores. El vínculo entre ambos llegó a ser comparado con el que puede tener un padre con su hija.

La coronación de Victoria se llevó a cabo en Londres el 28 de junio de 1838. Para la celebración las calles de la capital se llenaron con casi medio millón de personas que esperaban ver a la soberana del Reino Unido.

Crisis de las alcobas

En 1839 el primer ministro William Lamb, vizconde de Melbourne, que era miembro del partido Whig (actual Partido Liberal británico), renunció a su puesto en el gobierno después de que fuera aprobada una ley para suspender la Constitución de Jamaica.

La reina Victoria le solicitó a Robert Peel, miembro de los tories (Partido Conservador), que conformara un nuevo gobierno. A pesar de haber hecho la solicitud al conservador, la reina se negó a conceder algunos cambios de personal concernientes a sus damas de compañía.

La costumbre dictaba que el primer ministro seleccionara la compañía de la reina, por lo que la mayoría de sus damas eran esposas de whigs. Aunque Peel no deseaba cambiarlas a todas, la negativa de la reina hizo que renunciara a la tarea que le fue encomendada.

Tras la imposibilidad de que Peel formara un nuevo gobierno se abrió la posibilidad para que Melbourne regresara a su puesto como primer ministro británico.

Matrimonio

En octubre de 1839 la reina Victoria le propuso matrimonio al príncipe Alberto, como era costumbre en las soberanas. La boda se celebró el 10 de febrero de 1840 en la Capilla Real del palacio de St. James.

Previo al enlace, Alberto fue nombrado “peer”, que puede traducirse como “par” o “igual”, de la nobleza británica y se le concedió el título de su alteza real.

Tras la boda, el príncipe Alberto se convirtió en una de las personas más influyentes dentro del gobierno de la reina Victoria. Así reemplazó la guía que había proporcionado hasta el momento el vizconde de Melbourne a la soberana.

Victoria quedó embarazada al poco tiempo y mientras ella se encontraba en estado sufrió un atentado por parte de un joven llamado Edward Oxford, que fue declarado demente. Ese no fue el único, puesto que la reina tuvo un total de siete atentados durante su mandato.

Descendencia

La primera hija de la reina Victoria de Inglaterra nació en noviembre de 1840 y fue llamada como su madre. Aunque la reina no ocultaba el hecho de que no disfrutaba del embarazo o de los infantes, tuvo ocho hijos más.

El segundo fue Alberto Eduardo en 1841, que pasó a ser su sucesor en el trono británico como Eduardo VII. Después nació Alicia, en 1843. Un año después Victoria dio a luz a un segundo varón llamado Alfredo.

Helena, la quinta hija de la reina Victoria y el príncipe Alberto, nació en 1846. Dos años más tarde la pareja recibió a Luisa, que fue seguida por Arturo en 1850. Los dos hijos menores de la soberana inglesa fueron Leopoldo (1853) y Beatriz (1857).

Monarquía en riesgo

En 1841 Robert Peel ganó las elecciones y fue nombrado primer ministro del Reino Unido. En esa oportunidad la reina Victoria, más madura, aceptó en buen grado los cambios propuestos por el líder dentro de su personal.

Durante el mandato de Victoria se produjo una gran hambruna en Irlanda. Ella donó dos mil libras esterlinas de la época para colaborar con la asistencia a los afectados, con lo que pasó a ser la mayor colaboradora individual en la tragedia.

En 1846 Peel renunció y fue sustituido por Lord John Russell. En esa época la reina intentó acercar las relaciones de su país con Francia. De hecho, el rey Luis Felipe tomó refugio en Inglaterra tras ser depuesto.

A mediados de la década de 1840, la familia real se trasladó a isla de Wight por la amenaza que representaba entonces el nacionalismo irlandés.

En 1861 falleció Victoria, la duquesa de Kent, madre de la reina. Tras leer algunos documentos de su madre, la soberana llegó a la conclusión de que esta siempre la había querido y que los traumas de su infancia eran productos de la manipulación de John Conroy.

La reina Victoria estuvo sumamente deprimida tras la muerte de la duquesa. Por eso su esposo, el príncipe Alberto, la ayudó con sus deberes oficiales durante un tiempo.

Viudez

El mismo año en que perdió a su madre, la reina Victoria tuvo que hacer frente a una muerte que fue mucho más traumática y dolorosa para ella: la de su marido. El príncipe Alberto falleció el 14 de diciembre de 1861, probablemente a causa de fiebre tifoidea.

El duelo que embargó a la reina inglesa fue tan intenso que vistió de luto durante el resto de su vida. Por eso se ganó el apodo de “la Viuda de Windsor”, descuidó su peso y su aislamiento la volvió impopular con el pueblo británico durante un tiempo.

Antes de morir, Alberto había comprado una casa llamada Balmoral en Escocia, esa se convirtió en una de las residencias favoritas de la reina Victoria durante sus años de aislamiento. Allí entabló una relación muy cercana con un miembro del personal llamado John Brown.

Se dijo que la monarca y su sirviente eran amantes e, incluso, que llegaron a casarse en secreto. Esa relación fue muy cuestionada, puesto que él no pertenecía a la nobleza. De cualquier modo, Brown murió en 1883 y provocó nuevamente un gran dolor en la reina.

Emperatriz de la India

En 1866 la reina Victoria acudió a la inauguración del nuevo Parlamento, con lo que inició una tradición ceremonial que se mantiene hasta la actualidad.

De ese modo se forjó uno de los roles contemporáneos de la realeza inglesa: durante el reino de Victoria se dio la transición de la monarquía como un agente político activo a un papel secundario.

Para 1867 se permitió que muchos hombres que no poseían rentas anuales por tenencia de tierras pudieran ejercer el derecho al voto, es decir, se dio voz a la clase obrera. El Reino Unido estaba cambiando en su demografía con la industrialización y se reflejó en la política nacional.

Tras un alzamiento que había ocurrido en 1857 se eliminó la Compañía Británica de las Indias Orientales, y los territorios que eran controlados por esta pasaron a manos del Imperio británico directamente.

Durante el gobierno del primer ministro Benjamín Disraeli se aprobó una ley mediante la cual la reina Victoria pasaba a ostentar el título de Emperatriz de la India con efecto a partir de 1877.

En esa misma época se produjo la guerra ruso-turca; aunque Victoria deseaba intervenir a favor de los turcos su primer ministro contuvo los ánimos y no se unieron a la contienda. Pero sí se libraron en esos años la guerra anglo-zulú y la segunda guerra anglo-afgana.

Últimos años

La última monarca de la dinastía Hannover en Inglaterra llegó a su 50° aniversario de gobierno en 1887 y el 20 de junio se realizó el Jubileo de Oro de la reina Victoria. Las celebraciones fueron efusivas, puesto que ella se encontraba en uno de sus picos de popularidad con el pueblo.

En uno de los eventos participó un sirviente de origen indio llamado Abdul Karim, quien pasó a ser profesor de la reina y le enseñó el idioma lashkari o urdu. Aunque muchos lo criticaron, ella lo mantuvo en su personal hasta que murió, a pesar de que lo acusaron de espía, entre otras cosas.

Nueve años después de su celebración por el quincuagésimo aniversario de su reinado, Victoria se convirtió en la monarca inglesa en haber gobernado durante más tiempo (y se mantuvo en ese puesto hasta que fue superada por Isabel II).

Sin embargo, ella decidió retrasar un año esas celebraciones para que se unieran con su Jubileo de Diamantes. Ese año se organizó un festival en todos los territorios del Imperio británico.

Muerte

Victoria de Inglaterra falleció el 22 de enero de 1901 en la isla de Wight, Reino Unido. Tenía 81 años en el momento de su deceso y sufría de cataratas y reumatismo. Antes de morir dejó la orden de que se le dieran honores militares en su funeral.

También dejó asentado que debía ir vestida de blanco y solicitó que se enterraran con ella algunos recuerdos de sus seres más queridos. Fue sepultada junto al príncipe Alberto en el Mausoleo Real, en los jardines de Frogmore, Windsor.

Referencias

  1. En.wikipedia.org. 2020. Queen Victoria. [online] Available at: en.wikipedia.org [Accessed 30 July 2020].
  2. Longford, E., 1990. Victoria R.I. Weidenfeld & N.
  3. The Royal Family. 2020. Victoria (R. 1837-1901). [online] Available at: royal.uk [Accessed 30 July 2020].
  4. Williams, E., Veldman, M. and others, 2020. Victoria | Biography, Reign, Family, & Facts. [online] Encyclopedia Britannica. Available at: britannica.com [Accessed 30 July 2020].
  5. Hibbert, C., 2001. Queen Victoria. London: Harper Collins Publishers.