Psicología

Funcionalismo (psicología): origen, características y autores representantes


El funcionalismo es una rama de la psicología que surgió en Estados Unidos durante el siglo XIX con el objetivo de oponerse al estructuralismo, una corriente alemana liderada por Edward Titchener. Fue una de las primeras ramas de la psicología que enfatizaron el empirismo y el pensamiento racional, y sus aportaciones siguen siendo importantes incluso a día de hoy.

En un principio el funcionalismo se interesó por la manera en la que funciona la mente y por sus capacidades, en lugar de por los procesos de pensamiento, el campo de estudio del estructuralismo. Además, la corriente norteamericana pretendía ser sobre todo útil y práctica, por lo que sus investigaciones estaban muy enfocadas a la aplicabilidad.

El funcionalismo fue una de las primeras corrientes que intentaron unir la teoría y la práctica en una misma disciplina. Aunque nunca llegó a transformarse en una rama completa dentro de la psicología, sentó las bases para muchos movimientos posteriores, entre los que destacan el conductismo y la psicología cognitivo – conductual.

Los padres del funcionalismo se cuentan entre los psicólogos y filósofos más famosos de todos los tiempos. Así, algunas de las principales aportaciones a esta disciplina vinieron de figuras como William James, John Dewey, o Émile Durkheim.

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Antecedentes y origen del funcionalismo

El funcionalismo fue una corriente que apareció a finales del siglo XIX, principalmente como forma de oposición frente al estructuralismo que dominaba el campo de la psicología en esta época. Esta segunda corriente se centraba en estudiar las estructuras de la mente y la experiencia consciente de los procesos de pensamiento, utilizando principalmente la introspección.

Los primeros funcionalistas creían que estudiar este tipo de fenómenos y los métodos utilizados para ello no aportaban mucho valor al campo de la psicología. Por el contrario, pensaban que era necesario comprender las funciones de los procesos mentales, poniendo un énfasis mucho mayor en el empirismo y la biología.

Aunque es difícil definir el punto exacto de la historia en el que apareció el funcionalismo, normalmente se considera que William James fue su creador. Sin embargo, el propio James estaba en contra de la división de la psicología en diferentes ramas, y según las fuentes oficiales nunca se consideró a sí mismo como un funcionalista.

Primeros investigadores tras William James

A partir de sus aportaciones surgieron gran cantidad de investigadores que desarrollaron las teorías de esta disciplina. Entre los más importantes se encuentran el grupo de la universidad de Chicago (incluyendo a John Dewey, George Herbert Mead y James Rowland Angel) y el grupo de la universidad de Columbia (con James Cattell y Edward Thorndike a la cabeza).

Desde el principio las teorías y métodos del funcionalismo se encontraron con mucha resistencia tanto por parte del estructuralismo como por la del conductismo, otra corriente que surgió en la misma época y que proponía un enfoque bastante diferente.

Los conductistas creían que era irrelevante tener en cuenta la mente, ya que para ellos los comportamientos no eran más que respuestas aprendidas a estímulos externos. Esto iba totalmente en contra de las ideas de los funcionalistas, que se encontraron prácticamente solos dentro de su enfoque en el mundo de la psicología.

Sin embargo, la influencia del funcionalismo puede verse en muchos aspectos de la psicología moderna. Por ejemplo, conceptos como la adaptación evolutiva de la mente, el desarrollo de la conciencia, y algunas técnicas de las terapias modernas derivan directamente de las aportaciones de los impulsores de esta disciplina.

Características del funcionalismo

Como ya hemos visto, el funcionalismo surgió en un primer momento como una respuesta directa al estructuralismo, que era la corriente predominante en esa época en el campo de la psicología. En un principio se basó en la teoría evolucionista de Charles Darwin, además de estar muy influenciado por las ideas de William James.

El objetivo principal del funcionalismo en un primer momento era explicar los procesos mentales de los seres humanos de forma sistemática y científica. Por lo tanto, en lugar de estudiarlos directamente mediante la introspección (el método principal del estructuralismo), los funcionalistas trataron de entender el propósito de la conciencia, el comportamiento y el pensamiento.

Por otro lado, el funcionalismo fue la primera corriente de la psicología que puso de manifiesto la importancia de las diferencias individuales. De esta corriente surgieron algunas herramientas muy utilizadas incluso hoy en día, como los tests de inteligencia o los modelos de personalidad.

Además de esto, los funcionalistas fueron los primeros psicólogos en intentar aplicar un método estadístico y científico al estudio de la mente humana. En este sentido, sus ideas fueron precursoras de las que dominarían el campo de la psicología durante el siglo siguiente, abriendo camino a corrientes como el conductismo o el cognitivismo.

A pesar de que el funcionalismo ha sido muy criticado a lo largo de la historia de esta disciplina, sirvió para sentar las bases de lo que hoy entendemos como psicología moderna y aportó muchos de los primeros descubrimientos importantes que se dieron en este campo.

Funcionalismo de Durkheim

Aunque no se dedicó al campo de la psicología como tal, Émile Durkheim fue uno de los principales impulsores del funcionalismo, especialmente dentro del ámbito de la sociología. En este sentido destacó por ser el primero que veía la sociología como un campo de estudio aparte, al creer que existen ciertos fenómenos que no pueden entenderse sin comprender el contexto social en el que aparecen.

Así, Durkheim creía que los “hechos sociales” eran formas de actuar, sentir y pensar que vienen impuestas de manera externa al individuo, y que tienen la capacidad de coaccionarle para que se comporte de acuerdo a ellas. Estos hechos sociales tienen que ver con la cultura en la que se vive, por lo que para comprenderlos es necesario estudiar el contexto social.

Por otro lado, Durkheim concebía la sociedad como una entidad dual, que por un lado estaba dentro del individuo y por otro era más grande que este. En un principio el contexto social es externo, pero la persona interioriza sus valores, creencias y formas de pensar desde su nacimiento.

El funcionalismo de Durkheim se basaba entonces en la idea de que es imposible comprender por completo a los individuos sin entender correctamente cómo es la sociedad en la que viven y cuáles son las influencias que esta tiene sobre ellos. Así, su enfoque fue diferente pero complementario al de otros autores como William James o John Dewey.

Funcionalismo de John Dewey

John Dewey pasó a la historia como uno de los principales contribuyentes al funcionalismo debido a su papel como unificador de la llamada “escuela de Chicago”. Fue el principal impulsor de los investigadores que pertenecieron a este grupo, y se dedicó a ampliar conocimientos en muchos campos, como la psicología social o la educativa.

Su primer trabajo dentro del funcionalismo fue un artículo en el que criticaba la concepción tradicional de los “arcos reflejos”. A partir de ese momento, siguió investigando sobre una gran cantidad de fenómenos distintos, como la educación, la moral, o la interacción entre los procesos sociales y la adquisición del conocimiento.

Dewey trató de comprender la manera en la que la educación y la sociedad impactan en el desarrollo mental de las personas, para poder así desarrollar un método que permitiera potenciar al máximo las capacidades únicas de cada individuo. En sus teorías puso un gran énfasis en la importancia de la experiencia individual, y trató de desarrollar métodos que permitieran comprenderla de manera científica.

Funcionalismo de William James

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Ya hemos visto que muchos investigadores e historiadores consideran a William James como el primer funcionalista de la historia y uno de los principales impulsores de esta corriente de pensamiento. Sin embargo, el propio James nunca se describió a sí mismo como parte de esta escuela, realizando la mayoría de sus investigaciones por libre.

Una de las ideas más importantes de William James en relación con el funcionalismo era la de que la mente no es una entidad simple, como proponían los estructuralistas. Por el contrario, este pensador opinaba que nuestra idea de la mente debía ser dinámica, ya que está formada por varias estructuras que se diferencian entre sí en gran medida.

Así, una de las principales contribuciones de James al funcionalismo fue su teoría sobre la mente subconsciente y su naturaleza. Creía que era necesario estudiarla en base a su relación con la mente consciente, y que de este enfoque podemos extraer diferentes conclusiones sobre su funcionamiento.

Además de sus ideas sobre la mente subconsciente James también se hizo famoso por su creencia de que la psicología debía ser una subdivisión de la biología, y estar basada en principios como los que se extraen de la teoría de la evolución de Darwin. De esta manera sentó las bases teóricas para el estudio científico de la psicología, que hasta ese momento había estado más relacionada con la filosofía.

Funcionalismo de Parsons

Talcott Parsons fue uno de los principales impulsores del funcionalismo dentro del campo de la sociología. Su principal aportación fue el estudio de los factores que mantienen a las sociedades en equilibrio, y a las relaciones que se producen entre todos los elementos que las componen.

Su versión del funcionalismo se basaba en la idea de que las personas se comportan de manera racional, escogiendo aquellos medios que les parecen más útiles para alcanzar las metas que se han propuesto. Por otro lado, el objetivo principal de la sociedad es mantener el orden social, por lo que tiene que existir un equilibrio entre los deseos individuales y los colectivos.

Talcott Parsons llamó a su teoría “funcionalismo estructural”. Esta se basaba en la idea de que existen cuatro elementos imprescidibles para el funcionamiento de cualquier sistema: adaptación, metas, integración y latencia.

El principio de adaptación se refiere a la necesidad que tiene cualquier sistema o sociedad de adaptarse a las exigencias de su entorno. Esto contrasta con el principio de las metas, que propone que el sistema tiene también que marcar sus propios objetivos y cumplirlos en la medida de lo posible. Por tanto, debe haber un equilibrio entre ambos fenómenos.

Por otra parte, el principio de integración dicta que la sociedad debe ser capaz de regular las interacciones entre todos sus miembros; y el de latencia defiende la necesidad de mantener la motivación de los individuos que forman parte del grupo social, y fomentar el aumento de la misma.

Para desarrollar su versión del funcionalismo, Parsons se basó en sus observaciones de la vida natural, a la que tomó como modelo para entender las sociedades humanas. Entre otras cosas, esto le ayudó a formular su idea de que los grupos sociales tienden a hiperespecializarse, de tal manera que tienen que vivir en equilibrio para poder mantener sus niveles de bienestar a nivel global.

Funcionalismo de Merton

Merton fue uno de los pensadores más importantes del funcionalismo sociológico. Gran parte de su carrera se centró en desmontar las ideas de Parsons y otros estudiosos como él, y en proponer teorías alternativas a las creencias de este grupo.

Ya hemos visto que para Parsons las sociedades, sus estructuras y sus reglas son fundamentalmente positivas. Para Merton, sin embargo, las sociedades también pueden tener elementos muy negativos e incluso proporcionar sufrimiento a las personas que forman parte de ellas.

Merton fue también un gran impulsor de la “sociología empírica”, y ayudó a mover las teorías de esta disciplina hacia la izquierda política al ser un gran simpatizante del marxismo. Además, fue muy crítico de algunos de los postulados más importantes del funcionalismo de la época.

Por una parte, Merton creía que la idea de que todos los componentes de una sociedad cumplen una función importante solo podría aplicarse en comunidades muy pequeñas. En grupos de personas más grandes, este principio dejaría de aplicarse, al aparecer problemas de integración entre todos sus miembros.

Por otra parte, Merton también creía que no todas las funciones sociales son buenas, sino que existirían algunas irrelevantes o incluso directamente negativas. Tenía así una función bastante más cínica sobre la cultura y la sociedad, criticando en gran medida su influencia sobre los seres humanos y su bienestar.

Referencias

  1. “Structuralism and functionalism” en: Very Well Mind. Recuperado en: 29 Febrero 2020 de Very Well Mind: verywellmind.com.
  2. “Functionalism (psychology)” en: Psychology. Recuperado en: 29 Febrero 2020 de Psychology: psychology.wikia.org.
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  5. “Functional psychology” en: Wikipedia. Recuperado en: 29 Febrero 2020 de Wikipedia: en.wikipedia.org.