Economía en la Edad Media: principales actividades económicas
La economía en la Edad Media tuvo a la agricultura como su principal actividad. Esta estaba organizada bajo el sistema feudal, con vasallos y siervos que debían trabajar para los señores dueños de las tierras. Aunque con los siglos que duró esta etapa la producción mejoró bastante, en sus inicios las cosechas eran escasas y las técnicas relativamente primitivas.
Precisamente esa mejora en las técnicas agrícolas permitió que las cosechas fueran haciéndose más abundantes. El excedente consiguiente permitió que el comercio fuera cobrando fuerza, algo a lo que también contribuyó el aumento de población y la mayor producción de artesanías.
Los artesanos residían mayoritariamente en las ciudades y fueron agrupándose en gremios. Este tipo de asociaciones de trabajadores del mismo ramo, junto con los comerciantes, fueron el germen de la aparición de una nueva clase social: la burguesía. Igualmente, se produjo el nacimiento de los primeros bancos.
Esta evolución desde una economía casi exclusivamente rural a la aparición de trabajadores urbanos independientes supuso también un gran cambio social. Los burgueses, con el tiempo, fueron capaces de disputar el poder a los señores feudales. Justo antes de que comenzara el Renacimiento, las riquezas de la nueva clase social la estaba convirtiendo en un importante actor político.
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Principales actividades económicas en la Edad Media
Las principales actividades económicas durante la Edad Media fueron la agricultura, la artesanía y el comercio. Más allá de los aspectos concretos de cada actividad, existió un factor sin el que no se puede entender la organización social y económica de la época: el feudalismo.
Frente al antiguo modelo de producción esclavista, en la Edad Media apareció un nuevo sistema marcado por las relaciones entre vasallos y siervos, por una parte, y los señores feudales, nobles en su mayor parte.
El feudalismo establecía una obligación de obediencia por parte de los vasallos hacia los señores feudales. Así, debían trabajar las tierras de cultivo, siempre en manos de la nobleza, a cambio de protección ante cualquier ataque.
La mayor parte de la producción se entregaba al señor feudal. Los vasallos y siervos vivían en condiciones muy precarias y, en muchos casos, estaban ligados a la tierra que trabajaban.
Agricultura
Como se ha señalado anteriormente, la agricultura fue la principal actividad económica en la Edad Media. Los vasallos trabajaban los campos propiedad, en casi todos los casos, de los señores feudales y les entregaban la mayor parte de la pobreza.
En la primera fase de la Edad Media, las técnicas de cultivo eran bastante rudimentarias, por lo que las cosechas no eran abundantes. En esos momentos, la agricultura estaba destinada a cubrir tan solo las necesidades de subsistencia.
Lentamente, nuevas técnicas y herramientas fueron apareciendo. La producción, por lo tanto, fue incrementándose y los excedentes pudieron utilizarse para el comercio.
Por otra parte, el aumento de población también contribuyó a la mejora de la producción, además de suponer un crecimiento de la demanda. El auge de las ciudades las convirtió en un destino muy rentable para los productos que se cultivaban.
Entre los avances técnicos que aparecieron en la Edad Media para mejorar los cultivos destacaron los molinos de agua, la mejora de los métodos de enganche de los animales y la evolución de herramientas como el arado o las azadas de hierro.
A esto hay que unir el uso de un nuevo sistema de barbecho que aumentó la productividad de la tierra, así como la construcción de canalizaciones de agua.
Ganadería
En gran medida, la actividad ganadera estuvo muy ligada a la agricultura. La mejora de los sistemas de arado provocó que los villanos debieran criar más animales de carga. Además, también se popularizó el uso de lana y cuero para la elaboración de textiles, muchos destinados al comercio.
Comercio
La producción de excedentes agrícolas, el aumento de población y el auge de las ciudades fueron tres de los factores que acabaron provocando que el comercio se recuperara.
La actividad mercantil se daba en dos escalas diferentes. Por una parte, el comercio de corta distancia, que cubría las localidades cercanas a los lugares de producción. Por otra, el de larga distancia, que se convirtió en uno de los motores principales de la economía.
Entre los productos más demandados se encontraban la sal, proveniente de las minas alemanas o de las salinas de la costa atlántica, las valiosas especias procedentes del lejano Oriente o el vino, que se producía en buena parte de Europa. Igualmente, también era habitual que se comerciara con la lana española o los paños de Flandes.
La mayoría de los productos mencionados eran destinados al comercio de larga distancia. Eran artículos muy valiosos, tan solo al alcance de la nobleza y, más tarde, de la incipiente burguesía.
La expansión del comercio provocó la aparición de grandes ferias. Estas eran enormes mercados temporales en las que se vendían y compraban todos los productos imaginables.
Artesanía
Aunque la artesanía siempre había tenido importancia, durante la Edad Media varios factores la convirtieron en una actividad económica fundamental. En primer lugar, las exploraciones a varios lugares del planeta permitieron que los artesanos contaran con nuevos materiales, muchos de ellos de gran valor.
Por otra parte, el auge del comercio hizo que las elaboraciones de los artesanos cobraran gran importancia. Junto con los productos agrícolas, las artesanías se vendían y compraban en todos los mercados. Los señores feudales, en su búsqueda de artículos de lujo, se convirtieron en sus mejores clientes.
En muchas ocasiones, eran los propios artesanos los que se encargaban de vender sus creaciones. El aumentó de su valor provocó que aparecieran talleres en los que el artesano mayor educaban a aprendices.
Gremios
En las cada vez mayores ciudades medievales los trabajadores de cada rama empezaron a reunirse en una especie de asociaciones: los gremios. El objetivo era ayudarse entre ellos ante las dificultades, establecer unos precios de referencia o controlar cómo se realizaban los trabajos.
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, un gremio era una “corporación formada por los maestros, oficiales y aprendices de una misma profesión u oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales”.
Entre las actividades que contaron con sus gremios o cofradías se encontraban la mayoría de los oficios artesanos. Aunque no eran los mismos en cada ciudad, sí eran muy habituales los formados por curtidores, tintoreros, herreros, panaderos, alfareros o carpinteros, entre muchos otros.
Con el tiempo, los gremios comenzaron a adquirir poder económico y, por lo tanto, político. Tanto es así que, especialmente en Europa central, se encargaron de proporcionar defensas militares en sus ciudades, ocupando el puesto tradicional de los señores feudales.
Referencias
- Historia Universal. El Comercio en la Edad Media. Obtenido de mihistoriauniversal.com
- SocialHizo. Economía en la Edad Media. Obtenido de socialhizo.com
- Artehistoria. Economía de la comunidad medieval. Obtenido de artehistoria.com
- Newman, Simon. Economy in the Middle Ages. Obtenido de thefinertimes.com
- Encyclopedia.com. Economy And Trade. Obtenido de encyclopedia.com
- Cartwright, Mark. Trade in Medieval Europe. Obtenido de ancient.eu
- Axelrod, Lauren. Agriculture During the High Middle Ages. Obtenido de ancientdigger.com