Mito de la caverna: qué es, resumen, análisis, ideas principales
¿Qué es el mito de la caverna?
El mito de la caverna, también conocido como alegoría de la caverna, es creación del filósofo griego Platón (427-347 antes de Cristo), un pensador ateniense, discípulo de Sócrates y autor de una de las alegorías más famosas de la historia de la filosofía. Platón escribió todas sus obras en forma de diálogos, casi siempre con Sócrates como personaje principal, y en los que trató temas como el amor, la ética, la virtud, la política, el conocimiento, etc.
Fue en uno de estos diálogos, la República, donde Platón puso en labios de Sócrates, conversando con un hermano de Platón, Glaucón, el mito de la caverna como forma de explicar su teoría del conocimiento.
El mito de la caverna ha sido objeto de múltiples análisis e interpretaciones por más de dos mil años por parte de teólogos, filósofos, poetas, narradores (hay una novela del Premio Nobel José Saramago, justamente titulada La caverna).
Hay que señalar que aunque haya quedado para la posteridad como un “mito” (una creencia atemporal y anónima, perteneciente a una cultura), se trata en realidad de una alegoría: la representación de una idea a través de una historia o relato.
Resumen del mito de la caverna
Un grupo de hombres se encuentra encerrado desde niños en una caverna; allí están encadenados de tal manera que solo pueden ver en una dirección: hacia una pared donde se refleja una luz proveniente del exterior, de algún lugar fuera de la caverna.
En la pared se reflejan sombras de objetos y personas que pasan frente a la luz exterior, que los seres encadenados confunden con entidades reales: creen que las sombras son las verdaderas figuras, y no su reflejo.
Uno de los prisioneros logra liberarse y camina, deslumbrado por la luz, hacia la salida de la caverna. Afuera contempla los objetos y seres que producen las sombras, pero la luz diurna le impide verlos directamente, solo reflejados en el agua (como si fuera un espejo).
Cuando logra mirarlos directamente entiende que estos son los seres y objetos reales, y no las sombras que contemplaba cuando estaba encadenado. También comprende que el sol es el principal benefactor de los seres humanos y de toda la vida.
Entonces decide volver al interior de la caverna para contar a los otros lo que ha descubierto. Al entrar camina torpemente debido a la oscuridad; llega hasta donde se encuentran sus compañeros y trata de explicarles lo que ha visto afuera.
Por su torpeza al caminar, y por su dificultad para explicar lo que ha visto afuera, los cautivos dudan de las palabras del hombre libre, y hasta llegan a creer que puede ser peligroso intentar salir.
Los prisioneros se ríen y se burlan de su historia, y hasta tratan de matarlo cuando intenta liberarlos de sus cadenas. Prefieren permanecer como están a hacer el esfuerzo de librarse de las cadenas y salir de la caverna.
Análisis y explicación
En la República, Platón, a través de Sócrates, proporciona una primera interpretación a este mito, y explica cada aspecto del relato del siguiente modo:
La caverna
Es el mundo sensible, la realidad en la que nos movemos cotidianamente. Las sombras que se mueven en la pared es la información que recibimos a través de los sentidos (vista, oído, etc.).
La luz
Es lo que nos permite conocer el mundo, proviene del sol, pero cuando la luz llega de modo indirecto, como en el muro, puede ser engañosa. El sol sería también la idea del bien, a la que debe aspirar todo ser humano.
La relación con la luz en el mito es como nuestra relación con el conocimiento: demasiada luz deja ciego al prisionero, por lo que debe buscar una forma indirecta de observar las cosas (a través de su reflejo en el agua), hasta acostumbrarse y poder ver directamente.
El prisionero liberado
El prisionero liberado sería el alma, que se eleva hacia la luz, hacia el conocimiento. También sería el filósofo intentando revelar la verdad a los otros.
El exterior
Sería el mundo de las ideas, la realidad más allá de nuestra realidad. En el mito el camino hacia la salida es difícil, para señalar que la búsqueda del conocimiento verdadero casi nunca es fácil, y amerita un esfuerzo mayor al de permanecer en la ignorancia.
Los prisioneros
Los prisioneros serían el género humano, atrapados en el mundo de los sentidos; la opinión pública y el sentido común, que solo se rige por lo que puede ver. Las cadenas que los mantienen mirando en una sola dirección representan los prejuicios y las falsas creencias.
Ideas principales de la alegoría
Esta alegoría platónica ha sido abordada desde varias perspectivas, por su riqueza de ideas y sugerencias.
Formas de conocimiento
Exponer sus ideas en torno a lo que serían las dos formas de conocimiento habría sido el motivo principal de Platón: el conocimiento que nos proporcionan los sentidos y el que nos proporciona el alma o espíritu, a través de la inteligencia y la ciencia.
Naturaleza humana
En este mito, Platón plantea su visión del ser humano, dividido en cuerpo y alma. El mito también le sirve para mostrar su percepción del género humano, atrapado en la ignorancia y el desconocimiento, y con temor y odio hacia aquellos que intentan educarlos.
En el mito, el camino hacia el exterior, hacia la iluminación y el conocimiento está lleno de dificultades; debes luchar contra la ceguera personal y luego intentar trasmitir esa información a una humanidad que no quiere librarse de sus cadenas.
El mundo sensible como ilusión
En el mito el mundo contemplado por los prisioneros no es un mundo real, sino sombras y reflejos de un mundo superior que no podemos percibir con nuestros sentidos usuales. El mundo real sería el mundo de las ideas, el mundo fuera de la caverna, donde están los objetos y seres reales, iluminados por el sol.
Esta idea, la del mundo sensible como ilusión, y la existencia de un mundo superior y verdadero, es una de las bases de la filosofía idealista.
Otra manera de interpretarlo es que para Platón las sombras y siluetas de la caverna serían parte del mundo de la imaginación, mientras que la visión afuera sería una forma de conocimiento científico.
Materialismo e idealismo
Otra razón para la trascendencia del mito de la caverna es que en él se exponen dos formas de ver y conocer: la materialista, a través de los sentidos y la experiencia; y la idealista, a través de la inteligencia y el espíritu.
El mito de la caverna y la educación
El hombre liberado es el filósofo, que al acceder al conocimiento adquiere también la obligación de volver con los prisioneros, aquellos que desconocen la verdad, e instruirlos, aunque se aferren a la ignorancia y hasta pueda ser peligroso.
Como en el ascenso del fondo de la caverna hacia la luz, el camino del conocimiento está lleno de obstáculos, y al principio la verdad puede cegarnos, por lo que hay que buscar maneras de aproximarse indirectamente.
Tenemos que educarnos para acceder al conocimiento, y adiestrarnos también para poder trasmitirlo, asumiendo el riesgo de no ser comprendidos, como sucede con el prisionero libre cuando regresa con sus compañeros en el fondo de la caverna.
El prisionero liberado representa al educador, que debe guiar a los alumnos, los prisioneros encadenados, hacia los niveles superiores del conocimiento, y hacia la luz del bien supremo.
El mito como alegoría política
El hecho de que este mito forme parte de la República, uno de los diálogos políticos de Platón, permite un acercamiento desde este campo, más si consideramos que para este filósofo los ciudadanos tenían la obligación moral y el deber político de educarse.
Los prisioneros vendrían a ser el pueblo, y el prisionero que se libera, el líder (que a su vez es también filósofo), destinado a educar y dirigir la comunidad hacia un mundo mejor. No hay que olvidar que en este diálogo Platón propuso la idea del rey filósofo.
Teoría (conocimiento verdadero y sensible)
Con el mito de la caverna Platón expuso su teoría de cómo adquirimos el conocimiento, y cómo podemos acceder a la verdad. En el relato los prisioneros observan las sombras, un conocimiento parcial proporcionado por los sentidos y que identifica con la opinión.
El prisionero, al liberarse de sus ataduras, equivale al alma que, a través de la inteligencia y la ciencia puede acceder al mundo de las ideas, al conocimiento verdadero. Hay un mundo sensible, el de la caverna, y hay un mundo inteligible, el iluminado por el sol.
Ambos mundos son reales, ambas formas de conocimiento son verdaderas, pero solo con la segunda se puede acceder a la idea del bien, que en el mito está representado por la figura del sol.
Para Platón la primera forma de conocimiento, la del mundo sensible, es la que expresamos a través de la opinión, un saber que puede contener errores porque se basa en una información superficial y parcial (las sombras en la pared de la caverna).
A la segunda forma de conocimiento, la visión directa de los seres y objetos fuera de la caverna, se accede gracias a la ciencia y a la inteligencia. Estas herramientas, además de permitirnos observar los objetos como realmente son, nos conducen a la idea del bien.
Referencias
- Platón (1982). República. Tomado de filosofía.net.
- Arias, M. (2007). El mito del mito de la caverna. A propósito de Saramago y el mito de la caverna de Platón. Tomado de academia.edu.
- Zamosc, G. (2015). The Political Significance of Plato’s Allegory of the Cave. Tomado de dialnet.uirioja.es.
- Platón (2020). Tomado de es.wikipedia.org.