Desarrollo urbano y rural: características, ejemplos, México
El desarrollo urbano y rural se refiere al progreso regional de estas áreas, incluyendo a las personas y empresas, que resulta crucial para un desarrollo sostenible.
Este es el caso especial de los países de bajos y medianos ingresos, que están pasando por una transición urbana, y para los países donde se deben crear oportunidades de empleo tanto en las áreas urbanas como rurales para una población joven y en crecimiento.
Se puede resaltar que la división rural-urbana es efectivamente cada vez menor, donde los vínculos e interacciones entre las personas y las empresas de los asentamientos rurales y urbanos son cada vez más fuertes.
Los vínculos e interacciones entre lo rural y urbano son elementos cada vez más importantes de los sistemas de producción y medios de vida en la mayoría de las regiones del mundo. Según datos del Banco Mundial, la proporción de población rural ha disminuido en todo el mundo entre 1960 y 2017 del 67% al 45%.
Índice del artículo
- 1 Características del desarrollo urbano y rural
- 2 Ejemplos de desarrollo urbano y rural
- 3 Desarrollo urbano y rural en México
- 4 Referencias
La única característica que comparte el enlace rural y urbano en todas partes es la complejidad. Estos vínculos rurales-urbanos se definen mejor como una red enmarañada de conexiones entre lo rural y lo urbano, en lugar de una relación directa.
Mientras en muchos casos las políticas urbanas permanecen ajenas a las perspectivas rurales, las políticas rurales tampoco ven la importancia de los centros urbanos para el desarrollo rural.
El desarrollo urbano se caracteriza por el incremento de los servicios básicos y su calidad en las ciudades, principalmente para la población de ingresos bajos. Este proceso lo deben dirigir eficientemente los gobiernos regionales formulando programas de desarrollo acordes con su realidad.
En términos económicos, las áreas urbanas son a menudo sitios de innovación, porque pueden disfrutar los beneficios de la proximidad, especialmente la concentración de personas y negocios en esa área.
Las áreas metropolitanas son puntos nodales de una economía globalizada. Tienen relaciones interdependientes con áreas metropolitanas de otras partes del mundo, a veces más cercanas que con las áreas rurales del mismo país.
Sin embargo, las áreas urbanas soportan cargas específicas, como la contaminación o la escasez de viviendas.
El desarrollo rural se caracteriza por las iniciativas y acciones realizadas para mejorar la calidad de vida de las colectividades rurales. Estas comunidades, que comprenden casi la mitad de toda la población planetaria, coinciden en tener una baja densidad demográfica.
El desarrollo rural envuelve variadas dimensiones. Por un lado, fortalecer la propia condición humana, además de crecer en la formación técnica, organizativa y cultural de los agricultores.
Por el otro, aumentar el rendimiento, lograr mejoras productivas y obtener recursos con menor esfuerzo en un mismo espacio. Todo esto con un criterio que gestione la conservación del ambiente y la utilización de sistemas de producción y técnicas respetuosas con la condición propia del medio natural y el legado histórico.
Se estima que para las próximas décadas un 80% de los europeos vivirá en ciudades. Esto ampliará el contraste entre las prósperas áreas urbanas en comparación con la reducción de las áreas periféricas con un débil potencial de crecimiento.
Los retos más importantes para las zonas urbanas y rurales vienen representados por el proceso de acomodo a las nuevas economías y al cambio climático.
Se busca lograr como forma de progreso acelerar el proceso de aglomeración urbana en pequeños centros de desarrollo, además de aumentar la penetrabilidad a los sitios rurales.
Es decisiva la interrelación funcional entre las zonas urbanas y rurales. Los logros en la sostenibilidad rural y su capacidad de recuperación frente al decrecimiento están vinculados profundamente a la economía urbana.
Los principales motores que estimulan la economía rural siguen siendo tanto el sistema de movilidad, que permite el acceso a los mercados laborales urbanos, como la afluencia y circulación de personas que vienen de la ciudad.
Un tema de discusión es la división rural y urbana y cómo estas dos economías se están separando cada vez más. El crecimiento no solo se ha sesgado hacia la India urbana, sino que también se ha ganado a expensas del campo.
Esto se remonta a las decisiones económicas tomadas después que India obtuvo su independencia en 1947. En ese momento, las políticas resaltaban una fuerte infraestructura e industrialización urbana, en lugar de inversiones agrícolas, llevando al desequilibrio rural.
Sin embargo, la economía rural ya no se limita a la agricultura. La India rural se ha diversificado en actividades no agrícolas, llevando a las ciudades mucho más cerca de sus zonas interiores.
Estudios indican que un aumento de 10% en el gasto urbano está asociado con un aumento de un 5% en el empleo rural no agrícola. A medida que se fortalecen en el país las cadenas de suministro, la progresiva demanda urbana podría brindar un impulso significativo a la economía rural.
Gran parte del incremento demográfico en México para las próximas décadas será urbano. Esto quiere decir que para 2030 la nación pasará de 380 ciudades a 960, donde estará concentrado el 83% de la población nacional.
Si se mantiene el patrón de expansión territorial que define a las ciudades mexicanas, se podrán observar estos escenarios:
Aumentarán los tiempos, distancias y costos de los recorridos urbanos. Se incrementarán los costos sociales, requiriéndose mayor inversión para conseguir mayor conectividad.
Tenderán a expandirse los asentamientos humanos irregulares, por la carencia de suelo habitable bien ubicado, ya que las mejores instalaciones periféricas urbanas estarán absorbidas por el mercado inmobiliario formal.
Esto representa para México un reto formidable, porque en las ciudades es donde se centralizan las fuerzas políticas, productivas, culturales y científicas, a tal punto que el bienestar del país está depositado en ellas.
No pueden entenderse las políticas rurales en México sin la revolución producida en 1910 y la reforma agraria de 1917. Estos hechos implantaron la base sobre la que se establecieron reformas en el terreno político, económico e indigenista, que fijaron el estilo de desarrollo rural de los siguientes años.
A fines del siglo XX y comienzos del XXI el país ha implementado un enfoque de desarrollo rural sustentable que, junto a la visión territorial, prometen horizontes nuevos para el medio rural y el campo.
Sin embargo, estos enfoques están probándose, siendo importante realizar estudios y evaluaciones sobre el rumbo que en la práctica toman estos modelos, con el objeto de determinar su factibilidad en contextos de una cambiante ruralidad.
Una conclusión en el mundo académico es el requerimiento de considerar de manera integral el fenómeno rural, y aunque esto se reconoce como reflexión teórica, no se logra concretar en la acción gubernamental.
- ONU Hábitat (2020). Distinciones entre lo rural y lo urbano. Tomado de: onuhabitat.org.mx.
- Knowledge Wharton (2007). Does Urban Development Drive Rural Growth in India? Tomado de: knowledge.wharton.upenn.edu.
- ONU Hábitat (2017). Tendencias del desarrollo urbano en México. Tomado de: onuhabitat.org.mx.
- Francisco Herrera Tapia (2013). Enfoques y políticas de desarrollo rural en México: Una revisión de su construcción institucional. Scielo. Tomado de: scielo.org.mx.
- Christian Hoffmann (2020). Urban and rural development. Science for the Carpathians. Tomado de: carpathianscience.org.