Partes de un poema (estructura) y sus características, con ejemplos
Las partes de un poema principales son el título, verso, estrofa, ritmo, métrica y autor. La poesía es un género literario que utiliza la estética y las cualidades rítmicas del lenguaje, tales como la eufonía (sonoridad de las palabras considerada agradable) y la métrica (conjunto de regularidades en los versos), para evocar significados o sentimientos, muchas veces ocultos o simbólicos.
El poema es el producto literario de la poesía, es decir, un texto literario que reúne las características para ser considerado parte del género de la poesía. La principal característica para clasificar a una obra literaria como poema, es la presencia del verso, el cual es la unidad en la que se divide un poema.
Sin embargo, también se hace uso de la prosa (forma de escritura similar al lenguaje natural) en la escritura de un poema, el cual puede ser de igual forma diferenciado de un cuento o una novela por la presencia de ritmo o la ausencia de una narrativa formal o directa.
En la poesía se utilizan diversas formas y convenciones literarias que pueden ser utilizadas para evocar diferentes respuestas emocionales, darle sentido a las palabras o “efectos”, como el uso del ritmo en los versos para conseguir un efecto de musicalidad.
Además, las características pueden variar de acuerdo a su contexto histórico o las tradiciones literarias del cual proviene o el idioma en el cual ha sido escrito.
Estructura: partes principales de un poema
Debido al desligamiento de las restricciones y convenciones para escribir poesía entre los autores contemporáneos, resulta complicado identificar ciertos elementos en ejemplos de poesía contemporánea.
Sin embargo, en la mayoría de los poemas actuales aún se pueden encontrar la mayoría de los elementos de un poema, aunque pueda ser de forma diluida o menos convencional.
1 – Verso
El verso hace referencia a la mínima unidad en la que puede ser dividido un poema, este está representado por una sola línea métrica.
A diferencia de la prosa, la cual se encuentra dividida mediante signos gramaticales, y se conforma por oraciones o párrafos, el verso depende de la métrica, el ritmo, la rima o inclusive el fin del autor.
Así, el verso puede ser clasificado de acuerdo a la estructura del poema. Con la presencia de rima, existen el verso rimado, el verso suelto y el verso blanco.
Además, existen versos de acuerdo a la cantidad de sílabas de éstos (arte menor y arte mayor). Como también según su disposición acentual, es decir, el ritmo que estos presentan.
El siguiente es un fragmento del poema La Bailarina de los Pies Desnudos, del poeta nicaragüense Rubén Darío:
Iba, en un paso rítmico y felino
a avances dulces, ágiles o rudos,
con algo de animal y de divino
la bailarina de los pies desnudos.
En este fragmento se pueden diferenciar los versos de forma sencilla, siendo cada uno de estos una línea de texto, seguida por otra línea de texto, sin una línea en blanco que las separe. En este caso, el autor separa los versos de acuerdo a la cantidad de sílabas.
2 – Estrofa
La estrofa es otra unidad utilizada para dividir un poema, la cual está compuesta por una cierta cantidad de versos.
La estrofa depende de la estructura del poema, o de la intención del autor, y suele estar separada por un punto y aparte y un espacio en blanco. Puede ser comparable con un párrafo en la prosa.
Según la cantidad de versos de los cuales se componga una estrofa, esta recibe diferentes nombres. Por ejemplo, la alegría de dos versos o la quintilla de cinco versos.
Además, las estrofas que contengan un poema y los versos que a su vez contengan estas, pueden definir la estructura de este, como es el caso de los sonetos, conformados por cuatro estrofas, dos de 4 versos y dos de 3.
El siguiente es un poema de Antonio Machado de su obra Nuevas Canciones:
Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.
Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.
Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe descarío
que pendía, sin flor, fruto en la rama.
Con negra llave el aposento frío
de su tiempo, abrirá. ¡Despierta cama
y turbio espejo y corazón vacío!
Lo primero que podríamos determinar a la hora de identificar las estrofas de un poema son los espacios en blanco. Estos espacios marcan la división entre estrofas, y a su vez, a estos espacios los precede un punto y aparte.
Este poema presenta una estructura de Soneto, el cual cuenta con cuatro estrofas, de las cuales, las dos primeras son de cuatro versos, y las dos últimas de tres versos.
3 – Ritmo
El ritmo es una característica y un elemento presente en la mayoría de las artes, y puede ser visual o auditivo.
En general, el ritmo puede definirse como un flujo de movimiento, controlado o medido, sonoro o visual, producido por la ordenación de elementos diferentes del medio en cuestión. Es decir, es la sensación de continuidad o de flujo en una obra.
En la poesía, el ritmo representa un rasgo básico para determinar la estructura de un poema, y es una de las características más importantes de la poesía actual.
Este puede ser dado por diversos factores, siendo la distribución de los acentos en cada verso su forma más habitual.
El siguiente es el poema Godzilla en México, del poema chileno Roberto Bolaño:
Atiende esto, hijo mío: las bombas caían
sobre la Ciudad de México
pero nadie se daba cuenta.
El aire llevó el veneno a través
de las calles y las ventanas abiertas.
Tú acababas de comer y veías en la tele
los dibujos animados.
Yo leía en la habitación de al lado
cuando supe que íbamos a morir.
Pese al mareo y las náuseas me arrastré
hasta el comedor y te encontré en el suelo.
Nos abrazamos. Me preguntaste qué pasaba
y yo no dije que estábamos en el programa de la muerte
sino que íbamos a iniciar un viaje,
uno más, juntos, y que no tuvieras miedo.
Al marcharse, la muerte ni siquiera
nos cerró los ojos.
¿Qué somos?, me preguntaste una semana o un año después,
¿hormigas, abejas, cifras equivocadas
en la gran sopa podrida del azar?
Somos seres humanos, hijo mío, casi pájaros,
héroes públicos y secretos.
Lo primero que podemos observar en este poema, es que la longitud de cada verso es considerablemente desigual.
Precisamente, este es un ejemplo de la poesía de verso libre. Aquí, podemos notar que el autor, sin embargo, divide el poema en versos, por lo tanto, no está escrito en prosa.
El principal criterio para elegir dónde separar una línea de texto en la poesía de verso libre es el ritmo.
En Godzilla en México, Roberto Bolaño marca el ritmo del poema con la ayuda de signos de puntuación, utilizando la coma, el punto y las preguntas para marcar una pausa breve.
Aquí podemos notar que, sin embargo, producir un efecto de musicalidad resulta complicado, aunque no carezca de ritmo, debido a la diferencia en la longitud de cada verso y la ausencia de rima.
4 – Métrica
La métrica representa la estructura rítmica principal de un verso en la poesía. Así, muchas formas de poesía versificada, especialmente algunas tradicionales, tienen una estructura métrica preestablecida.
La métrica se refiere a la cantidad de sílabas que posee un verso, y en formas de poesía más libres, aún puede existir una especie de métrica, que podría estar determinada por el ritmo.
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
En este poema, realizando un análisis de cada verso, podremos observar que cada uno de los versos está compuesto por 11 sílabas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas sílabas, que en realidad representan dos sílabas distintas, son unidas, contándose como una sola.
En el sexto verso “pues te confieso por mi amor y dueño,”, hay 12 sílabas, de las cuales, las sílabas mi y a en “mi amor” son tomadas como una sola porque ‘mi’ termina en vocal y ‘amor’ empieza en vocal, es decir, existe presencia de un diptongo.
5 – Rima
La rima es la repetición de sonidos iguales o similares en dos o más palabras. En la poesía, y también en canciones, la rima se encuentra en la sílaba final, o en las últimas sílabas, de dos versos, los cuales pueden ser seguidos o separados.
El siguiente es el poema De una reflexión cuerda, de la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz:
Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
no sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?
Lo primero que puede ser identificado en este poema es que su estructura es de soneto, debido a la cantidad de versos y estrofas, en este caso, dos estrofas de cuatro versos, y dos estrofas de tres versos. La rima es una característica presente en los sonetos.
De esta forma podemos determinar que las rimas en la primera estrofa son: herida y crecida, las dos representan las últimas palabras del primer y último verso de la cuarta estrofa.
Así mismo, en la misma estrofa, las palabras “sumaba” y “ponderaba” forman la otra rima de la estrofa.
En las dos últimas estrofas forman rimas: “tiro” y “suspiro” del primer y tercer verso de la tercera estrofa, “penoso” y prodigioso” del segundo verso de la tercera estrofa y el primero de la última, “suspiro” y “admiro” en el último verso de la tercera estrofa y el segundo de la última, y “prodigioso” y “dichoso” del primer y tercer verso de la última estrofa.
En el caso de los sonetos, esta no es una coincidencia, siendo parte de su estructura. Podemos observar que en las dos primeras estrofas, las rimas se encuentran entre el primer y último verso, y el segundo y el tercero.
Y en las dos últimas estrofas, las rimas están entre el primer y tercer verso de cada una, el segundo de la tercera y el primero de la última, y el último de la tercera y segundo de la última.
6 – Título
Al igual que en la mayoría de las formas de arte. Los poemas suelen poseer un título, es decir, un nombre distintivo, aunque también puedan carecer de este.
El poema en este sentido puede ser comparado con la pintura, en el que su naturaleza subjetiva e intimista dificulta su entendimiento, y el título (si posee) ayuda al entendimiento de este.
El siguiente es un poema del autor peruano César Vallejo:
Ausente! La mañana en que me vaya
más lejos de lo lejos, al Misterio,
como siguiendo inevitable raya,
tus pies resbalarán al cementerio.
Ausente! La mañana en que a la playa
del mar de sombra y del callado imperio,
como un pájaro lúgubre me vaya,
será el blanco panteón tu cautiverio.
Se habrá hecho de noche en tus miradas;
y sufrirás, y tomarás entonces
penitentes blancuras laceradas.
Ausente! Y en tus propios sufrimientos
ha de cruzar entre un llorar de bronces
una jauría de remordimientos!
Lo primero que podemos notar es la presencia continua de la palabra “Ausente!”, que dicta el carácter y el fin de la obra.
El título de este poema es en efecto Ausente, por lo que el título podría ser consecuencia del texto, como podría ocurrir el caso contrario, de elegir primero un título, y desarrollar después el texto.
El siguiente es un poema del autor español Federico García Lorca:
Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
Nada más.
Sin el conocimiento del título de la obra, el rango de posibilidades para interpretarla es sumamente amplio, pero al conocer que el título de ésta es Deseo, podemos limitarnos a pensar que todas las cosas, aparentemente bellas que Lorca nombra, son anhelos de su ser.