Lengua y literatura

Literatura hebrea: origen, características, géneros, obras


La literatura hebrea hace referencia a las manifestaciones escritas por el pueblo hebreo desde que se constituyeron en nación, alrededor de 1800 a.C. Es una de las culturas basadas en el libro (en su caso, el Tanaj), que cuenta con una rica historia y tradición.

En la historia del pueblo hebreo ha habido vicisitudes, derrotas, numerosos exilios, hechos lamentables y dolorosos que los obligaron a esparcirse por el mundo, en lo que se ha llamado la “diáspora”.

La literatura hebrea constituye la recopilación de todos esos acontecimientos en un gran libro, el Tanaj, la discusión rabínica sobre las leyes, tradiciones y costumbres judías reunidas en el Talmud y los posteriores escritos hechos desde la Alta Edad Media hasta nuestros días, ya en el estado de Israel.

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Origen y contexto histórico

El origen de la literatura hebrea está estrechamente ligado al del pueblo judío. El patriarca Abraham, cuando se instala en Canaán por orden de Dios y compra un terreno donde irá la tumba de Sara, su mujer, y la suya propia, establece el derecho a la tierra, y es allí donde, según derecho divino, se instalará y crecerá el pueblo hebreo.

Allí precisamente, en el Creciente Fértil según los arqueólogos, se originó la revolución neolítica, y actualmente engloba los territorios de Líbano, Israel, Palestina, Irak, Siria, el noroeste de Jordania y el sudeste de Turquía.

Por razones geográficas (punto de unión entre África y Oriente medio), Canaán se convirtió en un lugar estratégico, sensible a los vaivenes geopolíticos de aquel momento. La literatura hebrea, así, recoge todos los hechos acontecidos al antiguo pueblo hebreo, incluso antes de asentarse en Canaán, desde el comienzo mismo del mundo.

Asimismo, es importante señalar que los principales hechos históricos para los judíos fueron la destrucción del primer y segundo templo de Jerusalén, el primero construido por el rey Salomón para sustituir el Tabernáculo, y destruido por el faraón egipcio Sheshonq en 925 a.C.

El segundo templo fue terminado por Zorobabel en el año 515 a.C., cuando Judea estaba bajo el dominio persa. En diversas épocas fue saqueado, y a finales del siglo I a.C., el rey Herodes lo amplió y reconstruyó, hasta lo que se conoce como la primera guerra judía contra los romanos, cuando estos destruyeron por completo el templo en el año 70, dejando como única ruina el Muro de los Lamentos.

El emperador Adriano, en 135, luego de derrotar una rebelión judía, le cambia el nombre a Jerusalén y expulsa a los judíos de la zona, que pasó a llamarse Siria Palestina. Ya después de establecido el cristianismo, los judíos dispersos en varios estados europeos (España, Italia, Polonia, Alemania, Rusia, etc.) retoman su tradición literaria.

Características de la literatura hebrea

Carácter religioso

La religión para los judíos era el centro de la vida. No podemos olvidar que el hebreo fue el primer pueblo de la antigüedad en manifestarse como monoteísta (creencia en un solo dios).

Así, el lenguaje que utiliza está signado por la relación con Dios y las experiencias místicas vividas con él. Podríamos decir que la literatura hebrea es la comunicación con lo divino a través del lenguaje humano.

Dios es el Ser Absoluto según el judaísmo y no puede nombrarse, por eso son tan importantes los apelativos utilizados para referirse a él: las cuatro letras con las que se escribe Yahvé, YHWH (llamadas Tetragrámaton), no son pronunciadas por los judíos, que en cambio prefieren decir “HaShem” (“el nombre”, literalmente), o Adonái, que significa “mi maestro”.

Contenido histórico

El Tanaj es el relato de la historia hebrea; contado con un lenguaje alegórico, cuenta las victorias y derrotas de los distintos reinos antiguos, así como la historia de las expulsiones y vueltas al territorio de Israel.

Lenguaje poético

Estos libros antiguos tienen una gran fuerza poética. Están llenos de metáforas, de imágenes verbales que invitan a obedecer la ley de Dios y a esperar al Mesías.

Géneros de la literatura hebrea en el Tanaj

Podemos advertir claramente las partes de las que se componen los libros sagrados. El Tanaj, conjunto de 24 libros sagrados para el judaísmo, es lo que constituye el Antiguo Testamento bíblico, aunque para los católicos esta parte de la Biblia está compuesta por 46 libros y no 24.

El Tanaj se divide en tres partes: la Torá (la Ley), los Nevi’im (los Profetas) y los Ketuvim (los Escritos). Están escritos en hebreo antiguo y constituyen la historia del pueblo de Israel y su estrecha relación con su Dios.

Se dividen asimismo en libros históricos, poéticos, proféticos y sapienciales. La Torá, que son los primeros cinco libros del Tanaj, son relatos de la tradición oral hebrea, recogidos, compilados y escritos con posterioridad. Son el Génesis, el Éxodo, el Levítico, Números y Deuteronomio.

Libros históricos

Son los libros del Tanaj que narran la historia del pueblo judío, sus principales hechos, todos ocurridos por la voluntad divina. Pertenecen a este género el Génesis, el Éxodo, y los libros de los profetas Daniel, Esdras o Nehemías, de los Macabeos y Crónicas I y II.

Libros poéticos o de la Verdad

Las manifestaciones poéticas antiguas del pueblo hebreo son primordialmente de carácter religioso (por lo demás, igual que en otras culturas de la Antigüedad, como la sumeria, en donde destaca Enheduanna, la autora más antigua conocida que vivió entre 2285 y 2250 a.C.).

En lo que respecta al Tanaj, son cuatro los libros considerados poéticos:

  • El Libro de los Salmos son composiciones hechas para el culto que se acompañaban con música. Este libro es atribuido al rey David.
  • Proverbios, aunque forma parte de los libros sapienciales, contienen breves enseñanzas morales. Se le atribuye al rey Salomón.
  • El Libro de Job, poema dramático que narra las adversidades de un hombre justo que no pierde su fe en Dios.
  • El Cantar de los Cantares, obra de gran fuerza lírica cuyo tema es el amor. Su autoría es atribuida al rey Salomón.

Libros proféticos, o Nevi’im

Son los libros que contenían los vaticinios de los profetas de Israel. Los profetas eran quienes revelaban la verdad sobre Dios; no solo vaticinaban acontecimientos, también promovían la búsqueda de Dios y la esperanza mesiánica.

Entre los profetas destaca literariamente, sin duda, Isaías, por su fuerza y calidad verbal y sus imágenes poéticas. Otros profetas son Josué, Samuel, Jeremías y Ezequiel –entre los profetas mayores, por la extensión de sus escritos–.

Los profetas menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Miqueas, Jonás, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Malaquías y Zacarías (menores porque sus escritos no son abundantes).

Libros sapienciales

Estos libros son los dedicados a explicar los principios morales, las enseñanzas y las soluciones a problemas prácticos de la vida, las normas de comportamiento que deben seguir el hombre y la mujer. Entre los libros sapienciales están Proverbios o el Eclesiastés.

Géneros literarios después del Tanaj

Literatura rabínica

Son un conjunto de obras, escritas en hebreo o arameo, que recopilan los comentarios de los rabinos más importantes sobre las leyes judías (Halajá), de tradición oral y escrita. El Talmud es el libro más representativo.

Poesía

Los judíos dispersos que se asentaron en España y en Italia desarrollaron una literatura que alcanzó niveles de gran esplendor. Hubo una renovación temática gracias a la influencia árabe, cultura con la que convivieron en relativa paz al sur de España durante algunos siglos.

Autores y obras destacadas en España

En el siglo X, gracias al mecenazgo de Hasday Ibn Saprut (915-970), se funda en Córdoba una escuela-centro de interpretación del Talmud, que se convirtió en un centro importante cultural del pensamiento y arte judíos.

En los siglos X, XI y XII, destacaron algunos poetas, gramáticos y escritores litúrgicos: por ejemplo, Dunas ben Labral, que renovó la métrica de la poesía árabe para escribir poemas en hebreo; Ibn Abi Tur, que se especializó en poesía sacra; Semuel ben Nagrella o Salomón ben Gabirol, que escribieron poesía sacra y profana.

Yehudá ha-Leví (1075-1161) escribió las Siónidas, composiciones poéticas cuyo tema es el amor a la tierra de Israel y a Dios. Abraham ben Ezra (1092-1167), poeta sacro, es conocido por el conjunto de elegías donde se lamenta por la decadencia de los hebreos en España.

Por último, Todros ben Yehudá Abul-Afia (1247-1305), que vivió en la corte del rey Alfonso X de Castilla, escribió un famoso cancionero, El jardín de los proverbios y los enigmas.

Prosa

Escribieron en prosa filósofos, gramáticos e historiadores. La filosofía hebrea estuvo influenciada por la corriente de pensamiento neoplatónico y el misticismo sufí, de origen árabe. Escribieron en árabe y luego se tradujeron al hebreo.

El neoplatonismo dio paso después al aristotelismo, y el máximo representante fue Maimónides (1135-1204), cuya obra más conocida es Guía de perplejos.

En gramática destaca Abraham ben Meir ibn Ezra (1092-1167), aunque también fue poeta, matemático, médico y astrónomo. Escribió sobre diversos temas, incluida la cábala. Es considerado un precursor de la crítica textual del Tanaj.

Apólogo

El apólogo es una novela corta con intención moral, este género es típico de la prosa hebrea y llegó a tener entre los escritores judíos una gran importancia. El Talmud está lleno de estos relatos breves.

El representante más destacado es Pedro Alfonso (originalmente Moshé Sefardí), un judío converso en 1106. Escribió Disciplina clericalis y la tradujo al latín; se trata de un conjunto de apólogos y proverbios, que tuvo una profunda influencia en la cultura cristiana española de la época.

Maqamas

Si bien las maqamas son propiamente árabes (relatos breves e ingeniosos), tienen una gran importancia en la literatura hebrea por su influencia en los autores judíos y porque de aquí surge la novelística hebrea.

Se denomina asimismo prosa rimada, y destacan Yehudá al-Harizi (1170-1221) con una recopilación de cuentos, relatos, fábulas y enseñanzas de sus viajes a Oriente, llamada El sabio, y Yaqob ben Eleazar (siglo XIII), que escribió numerosas maqamas.

Autores y obras destacadas en Italia

Después de España, Italia es el país europeo meridional que más cuenta con autores en lengua hebrea, sobre todo luego de la expulsión de los judíos en 1492. El renacimiento ayuda a que la literatura judía se mantenga, y sobresale Mosé ibn Ishaq de Rieti, admirador de Dante.

Literatura del siglo XIX, moderna y contemporánea

Muchos autores escriben en las lenguas de los países donde viven, pero sobre todo en el siglo XIX comienza un movimiento por recuperar el idioma hebreo. Es así que Abraham Mapu (1808-1867), de Lituania, escribió dos novelas, El amor de Sión y La culpa de Samaria, obras que inauguraron la novela moderna hebrea.

En el siglo XX influyeron los poetas Chajim Nachman Bialik y Naftali Herz Imber, que se consideran los más representativos de la incipiente literatura israelí. Para tener una idea, el himno nacional de Israel, el Hatikva, fue un poema de Naftali Herz (1856-1909) que escribió para celebrar la fundación de Petaj Tikva, uno de los primeros asentamientos judíos en la región de la Siria otomana.

Lo adoptaron como himno sionista, y en 1948, cuando se crea el Estado de Israel, pasó a ser el himno nacional.

A mediados del siglo XX, los escritores Aharon Appelfeld, Abraham B. Yehoshúa y Amós Oz han abierto los horizontes para numerosos escritores emergentes en Israel, tanto en narrativa como en poesía.

En 1966, el escritor Shmuel Yosef Agnon ganó el Nobel de Literatura.

Temas frecuentes en la literatura hebrea

Como se ha visto, el tema primordial es el religioso, la relación entre el hombre y Dios. Sin embargo, luego de la expulsión de los judíos de España en 1492, la literatura hebrea incorpora otros temas, como la nostalgia por la tierra de Israel, y luego, ya a partir del siglo XIX, la preocupación por la lengua.

Recordemos que el hebreo, como idioma, casi se había perdido. Fue Eliezer Ben Yehudá, el primer lingüista israelí de origen bielorruso, quien quiso rescatar al hebreo de su función ritual y llevarlo al ámbito de las lenguas vivas, hacia 1880.

Su éxito fue rotundo, y los judíos que fueron mudándose a Jerusalén comenzaron a hablar en hebreo, siendo entonces el idioma oficial del pueblo judío después de la creación del Estado de Israel en 1948.

La literatura actual hebrea, o israelí, trata sobre temas variados: la conciencia nacional israelí, el amor, la relación con la comunidad palestina, la creación del Estado o la legitimidad de la tierra.

Referencias

  1. Schökel, L.A. (1987). Manual de poética hebrea. Tomado de books.google.com.ar.
  2. Even-Zohar, I. (1990). Israeli Hebrew Literature. Poetics Today. Tomado de biblioteca.sagrado.edu.
  3. Esteban, F.D. (1993). Literatura hebrea y literatura castellana. Espacio Tiempo y Forma. Serie III, Historia Medieval, N° 6. Tomado de meahhebreo.com.
  4. Grumberg, K. (2012). Place and Ideology in Contemporary Hebrew Literature. Tomado de books.google.com.
  5. Johnson, C.H. (2020). Historia antigua del pueblo hebreo. Tomado de síntesis.com.
  6. Literatura hebrea (2020). Tomado de es.wikipedia.org.