4 cuentos nicaragüenses muy populares
Entre los principales cuentos nicaragüenses populares destacan la mariposa y la luciérnaga, tío coyote y tío conejo, los motivos del lobo y la palomita de la patita de cera. Están constituidos por una serie de historias ricas en cultura mitológica y relatos folclóricos, donde los protagonistas pueden ser animales fantásticos, indígenas o curanderos.
Esta característica se debe a que el imaginario de Nicaragua es mágico, hechicero y ancestral, lo que moldea la cosmovisión y las referencias culturales de sus habitantes. Estos cuentos se han convertido en una tradición que va pasando de generación en generación, creando a través del tiempo un lenguaje común lleno de arraigo cultural.
Una de las principales características de las historias nicaragüenses es que estas son el resultado de la convergencia de distintas culturas, ya que en este país centroamericano se unieron distintas razas como la africana, la europea y la indígena.
Cada una otorgó a la tradición oral y escrita un pedazo de su episteme; en consecuencia, estos cuentos son una muestra de la conjugación cultural.
Los 4 cuentos nicaragüenses más populares
-La mariposa y la luciérnaga
La historia de la mariposa y la luciérnaga es un cuento infantil escrito por Lorena Aráuz, en el que la temática principal es la amistad entre estos dos insectos.
La narración comienza con la mariposa y la luciérnaga jugando en la loma felizmente, hasta que la luciérnaga empuja a la mariposa. Esta se cae y se quiebra sus dos alas. Debido a este accidente, la mariposa tuvo que asistir al hospital de emergencia, donde le diagnosticaron que más nunca podría volar.
La luciérnaga se puso muy triste y comenzó a llorar por lo que le había hecho a su amiga; los padres de Ángela –así se llamaba la mariposa— le reclamaron a la luciérnaga por lo que había hecho y le prohibieron volver a ver a su hija.
La luciérnaga, muy triste por todo lo que había pasado, decidió irse a su casa y relatarle todo lo sucedido a su padre. El padre le dijo que debía olvidarse de Ángela y buscarse otra amiga; sin embargo, la luciérnaga aseguró que no había nadie como ella y que quería pedirle perdón por todo lo ocurrido.
El padre le dio permiso para visitar a Ángela, por lo que las dos amigas pudieron reunirse. La mariposa, que tenía corazón bondadoso, decidió perdonar a la luciérnaga porque ambas se querían mucho y no deseaban perder la amistad.
Este cuento aborda la importancia del valor de la amistad. Además, defiende el perdón y el entendimiento entre los amigos.
-La palomita de la patita de cera
Este cuento de autoría anónima habla sobre una palomita que perdió la pata y fue recompensada por un ángel del cielo, quien le colocó una de cera. Sin embargo, cuando la paloma apoyó su pata nueva encima de una piedra caliente, a la palomita se le derritió su nueva pata.
Indignada, la paloma le preguntó a la piedra: “¿eres tan valiente que derrites mi pata?”, a lo que la piedra le respondió que más valiente era el Sol por calentarla a ella.
Luego de esto, la paloma vuela hasta el Sol para preguntarle por qué había calentado a la piedra y si eso lo hacía valiente, a lo que el Sol le respondió que más valiente era la nube por tapar sus rayos.
Sucesivamente, la palomita va preguntándole a la nube, al viento y a la pared, quien le afirma que más valiente era el ratón porque hacía hoyos en ella para crearse un hogar.
Entonces, la palomita decidió buscar al ratón, quien le dijo que más valiente era el gato por asustarlo; el gato la remitió al perro y el perro la llevó hasta el hombre, quien afirmó que el más valiente era Dios, porque Él había creado todo lo que existía, desde las más pequeñas criaturas hasta el universo.
Al oír esto, la palomita se fue en busca de Dios para alabarlo, a lo que Dios le respondió acariciándola y otorgándole una nueva pata: esta vez no de cera, sino de carne y hueso.
Este cuento nicaragüense, también de carácter infantil, refleja la importancia de la piedad religiosa y es un incentivo para respetar a todas las criaturas del mundo: desde las más pequeñas hasta las más grandes.
-Los motivos del lobo
Se trata de un cuento en verso escrito por el reconocido escritor Rubén Darío, que relata una historia ficticia entre el santo San Francisco de Asís y un lobo feroz e indomable.
Encuentro con el lobo
En el poema, un pueblo era asolado por un lobo salvaje que se alimentaba del ganado y, en ocasiones, devoraba a los pastores. Este lobo dejaba incontables daños en la comunidad. Desesperados, los habitantes le pidieron ayuda a San Francisco, quien conmovido decidió hablar con el lobo para suavizar su carácter.
San Francisco buscó al terrible lobo en su madriguera, le habló con dulce voz y logró apaciguarlo. Entonces, el santo le preguntó al animal por qué le gustaba vivir entre muerte y horror, y por qué sentía satisfacción en derramar sangre.
El lobo, con humildad, le respondió que el invierno era muy difícil y tenía mucha hambre. Cuando no halló qué comer en las montañas, decidió comerse al ganado y a unos cuantos pastores. El lobo argumentó que él actuaba por hambre; sin embargo, había visualizado a varios hombres cazando y matando animales solo por diversión.
Francisco le respondió que ciertamente el hombre estaba lleno de pecado desde el momento de su nacimiento, pero que el alma de los animales era pura. Por esta razón, San Francisco decidió darle al lobo un hogar y mantenerlo alimentado; de esta manera domesticaría a la fiera.
Domesticación del lobo
El lobo prometió dejar en paz el ganado y no volverse enemigo de los hombres de nuevo. Luego de esto, el animal se mantuvo tranquilo por algún tiempo; aprendió a oír la misa y a ser compasivo con los pobres. De hecho, a veces entraba en las casas de los habitantes y estos le daban de comer.
Un día el santo tuvo que ausentarse, lo que hizo que el lobo manso se retirara a las montañas y recomenzara su casería y su derramamiento de sangre.
Cuando San Francisco volvió al pueblo, los habitantes le reclamaron al santo por el lobo, a lo que él respondió que iría de nuevo a buscarlo en su madriguera.
Final del cuento
Cuando se encontró con el lobo, San Francisco le preguntó por qué había vuelto al mal, a lo que el lobo le respondió que él estaba tranquilo en el pueblo hasta que empezó a contemplar dentro de las casas que había envidia, ira, odio, lujuria, mentira e infamia; además, entre los hermanos se hacían la guerra y siempre perdían los débiles.
De igual forma, apenas el santo abandonó el pueblo, la gente comenzó a apalear al lobo sin razón aparente, por lo que la bestia se sintió traicionada. Por esta razón el lobo le ordenó al santo: “déjame vivir en el monte, en libertad y arisco, es mejor ser fiera que parecerme a esa mala gente”.
San Francisco de Asís no dijo nada más. Dejó al lobo en libertad en el bosque y partió de nuevo al convento, mientras lloraba de tristeza y le rezaba a Dios.
-Tío Coyote y tío Conejo
Uno de los cuentos más populares dentro de la narrativa nicaragüense es el de tío Coyote y tío Conejo. La narración comienza con la presentación de Aurelio Sierra, quien se supone que es el narrador ficcional de la obra y quien contará el relato de estos dos animales.
En una ocasión, el tío Conejo se encontró con el tío Coyote, quien le dijo que se lo iba a comer. El conejo le suplicó que no se lo comiera, ya que estaba invitado a una boda. Si el coyote deseaba, lo podía acompañar, solamente tenía que ponerse a tocar el violín mientras él preparaba los cohetes; cuando oyera el primer cohete, debía tocar más fuerte.
El conejo fue a preparar los cohetes mientras que el coyote tocaba la música. Al oír el primer cohete, el coyote tocó con más fuerza. No obstante, el conejo le había engañado y mientras tocaba música le había prendido la mecha al coyote, por lo que este se quemó y salió corriendo. El conejo se fue victorioso.
Al poco tiempo se volvieron a encontrar los dos animales y el coyote volvió a amenazar a tío Conejo; a este se le ocurrió ofrecerle una tuna, ya que el coyote estaba hambriento. El conejo le ofreció una tuna llena de espinas, por lo que el coyote comenzó a ahogarse. Nuevamente, tío Conejo aprovechó la oportunidad para huir.
El conejo engañó varias veces al coyote hasta que un día tío Conejo le pidió que no se lo comiera porque iría a pasear en avión; si él quería, estaba invitado también.
El coyote volvió a caer en el engaño del conejo, quien se había puesto de acuerdo con un zopilote para que este lo hiciera volar.
Estando arriba, el zopilote le hizo a una seña a tío Conejo y soltó al coyote, quien comenzó a caer. Mientras caía le suplicaba a las piedras: “ábrete piedrita, que te desbarato”. No obstante, las piedras no le hicieron caso.
Referencias
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- S.A. (s.f.) Real Ghost Stories from Nicaragua. Recuperado el 31 de julio de 2019 de Your ghost stories: yourghoststories.com
- S.A. (s.f.) Stories from Nicaragua. Recuperado el 31 de julio de 2019 de Peace Corps: peacecorps.gov
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- Valdez, M (s.f.) Cuentos y mitos de Nicaragua: Leyendas. Recuperado el 31 de julio de 2019 de Good Reads: goodreads.com