Eohippus: características, morfología, reproducción, nutrición
¿Qué es Eohippus?
Eohippus es un género extinto de animales, específicamente de mamíferos, que habitaron en el planeta durante la época del Eoceno en la Era Cenozoica. Son considerados los antepasados más antiguos de los actuales caballos.
A pesar de que físicamente no eran muy parecidos a estos, los especialistas han establecido, a través del estudio de los diversos fósiles, una conexión entre el Eohippus y el caballo moderno.
Los registros fósiles han permitido establecer que estos animales habitaron en varios continentes como Asia, Europa y América del norte. Vivían principalmente en ambientes con muchas plantas, tipo selvático, con abundantes hojas, por lo que su alimentación nunca le faltaba.
Características del género Eohippus
El género Eohippus se encontraba constituido por animales complejos, siendo considerados organismos pluricelulares, lo que quiere decir que sus células eran diferentes y se encontraban especializadas en diversas funciones.
Estos eran animales triblásticos, con las tres capas germinativas, además de celomados y protostomados. Eran animales en los cuales el sexo se encontraba separado, es decir, los había de sexo masculino y de sexo femenino.
Se reproducían de forma sexual, con fecundación interna y desarrollo directo.
Taxonomía
La clasificación taxonómica del Eohippus es la siguiente:
- Dominio: Eukarya
- Reino: Animalia
- Filo: Chordata
- Clase: Mammalia
- Orden: Perissodactyla
- Familia: Equidae
- Género: Eohippus.
Morfología de Eohippus
Los animales miembros del género Eohippus eran pequeños, apenas podían superar los 30 cm de altura. A su vez, eran cuadrúpedos y sus extremidades eran cortas y presentaban diferentes números de dedos. Las delanteras tenían cuatro dedos, en tanto que las traseras solo tenían tres.
Su cráneo era pequeño y no era tan alargado como el de los caballos modernos. Su cuello era de corta longitud y su espalda se encontraba arqueada. Esto se debía probablemente a que siempre estaba pastando y cortando hierbas con su hocico.
Presentaban una dentadura completa, con dientes adaptados para triturar al alimento.
Reproducción
Tomando en cuenta que los organismos del género Eohippus pertenecen al grupo de los mamíferos, se puede afirmar que el tipo de reproducción que tenían era sexual.
La reproducción sexual involucra la fusión o unión de gametos o células germinales femeninas (óvulos) y masculinas (espermatozoides).
Es importante destacar que este tipo de reproducción es ventajosa con respecto a la asexual, ya que es la principal responsable de la existencia de la variabilidad genética.
Esta es la que permite que los individuos de una misma especie tengan características distintas, lo cual les da la posibilidad de adaptarse a eventuales cambios en el ambiente, logrando así que la especie sobreviva a través del tiempo.
Eohippus es considerado uno de los antepasados del caballo actual, por lo que, a la hora de hablar de su reproducción, se puede decir que tenía cierta similitud con la reproducción de este.
Ritual de apareamiento
Se cree que, tal como ocurre con algunos équidos actuales, los miembros del género Eohippus tenían algún tipo de ritual de apareamiento, siendo algo bastante común entre muchos mamíferos. Por ejemplo, cuando la hembra llega a la madurez sexual y se encuentra lista para reproducirse, envía una serie de señales al macho para indicarle esto.
Una de esas señales puede ser la liberación de ciertas sustancias químicas que se conocen con el nombre de feromonas. Generalmente, estas se liberan a través de la orina. El efecto que ejercen las feromonas en los individuos del sexo opuesto es una atracción irresistible de índole sexual.
Así mismo, los especialistas creen que entre los machos es posible que tuvieran una serie de conductas para llamar la atención de la hembra, como por ejemplo pasearse frente a estas, luchar entre ellos o bien emitir algún tipo de sonido característico.
Fecundación y desarrollo embrionario
Una vez que se han llevado a cabo los diferentes rituales de apareamiento, llega la hora del coito. En estos animales, como en la mayoría de los mamíferos, la fecundación era interna. Esto implicaba que el macho debía introducir el esperma en el interior del cuerpo de la hembra.
De acuerdo a los fósiles recolectados y a la historia evolutiva de los équidos, se afirma que este animal tenía un órgano copulador a través del cual deposita el esperma en la hembra. Se estima que lo más probable es que las hembras de este género produjesen un solo óvulo por vez.
Cuando el espermatozoide se encontraba con el óvulo, lo penetraba y se formaba una célula conocida como cigoto. Posteriormente esta comenzaba a experimentar una serie de divisiones mitóticas. Finalmente se forman las tres capas germinativas (endodermo, mesodermo y ectodermo), a partir de las cuales se diferencian los tejidos que conformarían al animal adulto.
La duración de la gestación no está definida, ya que no es posible obtener dicha información a partir de los fósiles. Sin embargo, los expertos creen que esta podía ser similar a la de los caballos actuales.
Como estos animales eran mamíferos, durante la gestación se formaba una estructura conocida como placenta. Esta era de vital importancia, ya que permitía la comunicación entre la madre y el hijo y, en consecuencia, el paso de nutrientes.
Nacimiento
Cuando el desarrollo embrionario concluía y el nuevo individuo estaba listo para nacer, la hembra entraba en trabajo de parto. Finalmente, el potro, con características similares a las de un animal adulto nacía a través del canal vaginal del animal. Es factible que la hembra cuidara durante un tiempo al potro, hasta que este pudiese valerse por sí mismo.
Nutrición
Los animales que pertenecían al género Eohippus eran herbívoros, es decir, se alimentaban de plantas. Debido a su escaso tamaño, lo más probable es que se alimentara de arbustos pequeños. Los especialistas afirman que el Eohippus era un ramoneador (se alimentan de hojas y/o ramas).
A pesar de que su dentadura era bastante especializada, con incisivos, caninos, molares y premolares, la mayoría de sus dientes eran cortos y de aspecto tuberoso. Debido a esto, solo podían aplastar al alimento, por lo que ingerían solo plantas flexibles y jugosas. Además, también podía alimentarse de frutas y hierbas.
Digestión
Cuando el animal ingería el alimento, este era triturado en la cavidad bucal y mezclado con la saliva, en la cual se encuentran unas sustancias químicas conocidas como enzimas digestivas. Estas enzimas contribuían con el procesamiento del alimento, ya que comenzaban a fragmentar a los nutrientes para hacerlos más fácil de digerir.
El bolo alimenticio pasaba posteriormente por el esófago hacia el estómago en donde nuevamente era mezclado con enzimas digestivas que continuaban su degradación. Luego pasaba al intestino, que era el lugar en el que se realizaba la absorción de los nutrientes.
Debido a que las plantas tienen ciertos componentes como la celulosa, la cual es difícil de digerir por los animales herbívoros, era factible que en el intestino de estos animales hubiese ciertas bacterias que ayudaban en su degradación.
Luego de que los nutrientes eran absorbidos, estos eran liberados hacia el exterior en forma de heces.
Referencias
- Arita, H. (2010). El regreso del caballo: lo macro y lo micro en la evolución. Ciencias. 97.
- Evolution of the horse. Tomado de: britannica.com
- Hooker, J.J. (1994). «The beginning of the equoid radiation». Zoological Journal of the Linnean Society112 (1–2): 29-63
- MacFadden, B. (2008). Fossil horses from “Eohippus” (Hyracotherium) to Equus, 2: rates of dental evolution revisited. Biological Journal of the Linnean Society. 35 (1)