Parestesia: síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento
La parestesia se trata de una condición médica caracterizada por sensaciones de ardor, entumecimiento, hormigueo, picor o escozor, que se suele sentir en las extremidades superiores (brazos y manos) e inferiores (piernas y pies).
Generalmente, ocurre en una mano o en un pie y no suele causar dolor. Los pacientes refieren con frecuencia en las consultas clínicas sensaciones de adormecimiento, hormigueo y entumecimiento en las manos, piernas, brazos, cara, pies u otras partes del cuerpo.
Este tipo de sensaciones pueden presentarse de forma transitoria o permanente. En la mayor parte de los casos, se trata de una patología temporal que suele ser causada por la existencia de presión sobre alguno de los nervios.
Sin embargo, también puede ser un síntoma de lesión adquirida o de una amplia variedad de enfermedades o trastornos que causan daños en el sistema nervioso.
Estos síntomas sensitivos, sobre todo en las extremidades superiores, suelen ser un motivo frecuente de consulta en los servicios de atención primaria. En la mayoría de los casos, se debe al desarrollo de una patología degenerativa o neuropatías por atrapamiento de nervios.
Debido a que se tratan de síntomas leves y poco explícitos, en muchos de los casos se tiende a realizar una evaluación incompleta, subestimando algunos de los síntomas que pueden ser señales de alarma de otras patologías más severas.
Índice del artículo
- 1 Características de la parestesia
- 2 Síntomas de la parestesia
- 3 ¿Cuánto dura la parestesia?
- 4 Causas
- 5 Pronóstico
- 6 Diagnóstico
- 7 Tratamiento
- 8 Referencias
Características de la parestesia
En diferentes ocasiones, muchos de nosotros tras estar sentado un tiempo con las piernas cruzadas o si nos apoyamos durante mucho tiempo sobre un brazo, sentimos una sensación de hormigueo o decimos que “se nos duerme” un pie o un brazo. Experimentamos una parestesia, es decir, sensación de pinchazos, adormecimiento o quemadura, por el pie o por el brazo, molestias sin que generen dolor.
La estimulación y sensaciones de las diferentes parte de nuestro cuerpo son trasportadas por los nervios periféricos hasta la médula espinal. Desde los nervios espinales, las señales son conducidas hacia el cerebro a través el tronco cerebral. De esta forma, alguna interrupción en esta vía de señalización podrá resultar en el desarrollo de una parestesia.
Por lo tanto, este tipo de sensaciones molestas se producen como consecuencia de la presión sobre determinados nervios.
Además, pueden ocurrir como resultado de diferentes afecciones, enfermedades o trastornos que van a causar un daño en los nervios. Algunas de las causas pueden ser: tumor cerebral, ictus, anemia, encefalitis, diabetes, esclerosis múltiple, neuropatía periférica, entre otros.
Síntomas de la parestesia
Las personas que padecen parestesia suelen describir los síntomas y signos que sienten a través de múltiples términos. Entre ellos podemos destacar: ardor, entumecimiento, picor y hormigueo.
Muchos pacientes se refieren a los síntomas como:
- “Sensaciones anormales como de picor, pinchazos como con alfileres y agujas”.
- “Noto como quemazón y picor por las manos y los pies”.
- “Siento las manos acolchadas y me cuesta moverlas”.
Los síntomas suelen presentarse con más frecuencia en los brazos, piernas, manos y pies, sin embargo también pueden presentarse en otras partes del cuerpo.
La parestesia generalmente se trata de un síntoma de otras enfermedades, condiciones o trastornos neurológicos, por lo que la parestesia también puede dar lugar a algunos de los siguientes síntomas:
- Estremecimiento.
- Pie caído.
- Disartria.
- Entumecimiento.
- Atrofia muscular.
- Dismetría ocular.
- Síndrome de la pierna inquieta.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Sensación de hormigueo en la piel.
A pesar de esta descripción sintomática, estos van a variar en función de los nervios que se encuentren involucrado y de la gravedad de la alteración. Por ejemplo, la presión del nervio cubital puede causar una parestesia en el dedo meñique y en diversas áreas de la mano.
¿Cuánto dura la parestesia?
Lo normal es que la parestesia se presente de forma temporal debido a alguna actividad o posición que ejerce una presión prolongada sobre uno o varios nervios.
Es frecuente que aparezca al cruzar las piernas, al estar sentado durante un tiempo prolongado, dormir apoyados sobre alguna de las extremidades superiores, etc. Por tanto, las sensaciones molestas suelen desaparecer cuando se alivia la presión.
Sin embargo, también se puede presentar de forma más severa e incluso permanente/crónica debido a trastornos ortopédicos o condiciones neurológicas que causen un daño permanente en el sistema nervioso. Además, en más de un caso la parestesia es una manifestación primaria de algún tipo de patología grave.
Causas
-Causas de la parestesia transitoria
La condición temporal va a provocar un hormigueo y/o entumecimiento que desaparece rápidamente. Algunas se las causas se describen a continuación:
- “Obdormition”: con este término nos referimos al entumecimiento que se produce como consecuencia de la presión prolongada sobre un nervio. La recuperación es inmediata.
- Latigazo cervical: después de la presentación de este tipo de patologías, las lesiones en el tejido blando cervical, pueden causar sensaciones parestésicas. La recuperación suele ser gradual en un transcurso de seis meses.
- Síndrome de hiperventilación: en aproximadamente el 35% de pacientes pueden aparecer sensaciones de parestesia, tan solo tres minutos después de comenzar la hiperventilación.
- Ataques de pánico: parestesias en la boca, las manos y los pies, son frecuentemente asociadas a los ataques de pánico y la hiperventilación.
- Ataque isquémico transitorio: algunas condiciones como la trombosis o embolia pueden interrumpir el flujo normal de oxígeno al sistema nervioso y por lo tanto afectar de forma transitoria (o permanente) a las vías nerviosas.
- Convulsiones: se pueden presentar sensaciones de adormecimiento y entumecimiento tanto durante como después de una convulsión parcial. La estimulación del nervio vago en el tratamiento anticonvulsivo también puede provocar alguno de estos síntomas.
- Deshidratación: la pérdida significativa de agua corporal también puede provocar una cuadro de parestesia.
- Insuficiencia circulatoria: algunos trastornos circulatorios pueden afectar de forma transitoria (o permanente) a los nervios y por tanto provocar parestesia.
-Causas de la parestesia prolongada o crónica
Cuando los síntomas de la parestesia comienzan a aparecer de forma regular o intermitente podría ser indicativo de un problema más grave. Generalmente, es signo de una enfermedad neurológica o de un daño de tipo traumático.
Por lo general, es frecuente que aparezca debido a una infección, inflamación, trauma o proceso anormal que afecte a los nervios. Es menos frecuente que aparezca asociada a trastornos que pongan en riesgo la vida del individuo, sin embargo, puede ocurrir por el padecimiento de trastornos cerebrovasculares y/o tumores.
Las causas principales de la parestesia prolongada o crónica son:
Trastornos del sistema nervioso
Es frecuente que la parestesia se presente asociada a alteraciones tanto en el sistema nervioso central como periférico.
En el sistema nervioso central pueden ser provocadas por: ictus, hemorragias intracerebrales, infartos lacunares, tumores cerebrales, trauma craneoencefálico, encefalitis/meinguitis, abscesos, estenosis lumbar, lupus sistémico eritematoso, esclerosis múltiple, mielitis transversa, punción lumbar, deficiencia vitamina b12, etc.
En el sistema nervioso periférico pueden ser causadas por: neuropatía periférica, neuropatía por tratamiento, síndrome túnel carpiano, síndrome cutáneo femoral lateral, neuropatía femoral, síndrome túnel tarsal, ciática, hernia de disco, espondilosis cervical, parálisis por presión, trastorno de Charcot-Marie-Tooth, neurpatía amiloide, neuralgia, etc.
Trastornos circulatorios
El suministro insuficiente de sangre puede dar lugar tanto una parestesia transitoria como permanente. Entre ellos pueden deberse a síndromes arteriales, venosos o neurogénicos.
Trastornos metabólicos
Entre ellos podemos encontrar diabetes, alcoholismo, hipoglucemia, hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, menopausia, niveles anormales de calcio/potasio/sodio, uremia, amiloidosis, etc.
Procesos infecciosos
Virus del herpes simple, virus herpes zosterm, aftas bucales, trastorno de Lyme, virus de inmunodeficiencia humana, lepra, sífilis, síndrome Guillain-Barré, rabia, etc.
Trastornos autoinmunes
Artritis reumatoide, lupus, síndrome de Sjogren, anemia, diabetes, artritis, fribriomialgia, deficiencia nutricional.
Défitis viatmínicos
B12, b1, b5, b6.
Otros factores
Alcoholismo, consumo de tabaco, drogas de abuso, metales pesados, óxido nitroso, monóxido de carbono, etc.
Pronóstico
Los procesos transitorios suelen desaparecer cuando se revierte la presión sin embargo, el tratamiento de los procesos crónicos implica el tratamiento de las patologías etiológicas que, será por tanto diferente para cada una de ellas.
Además, la parestesia a su vez puede causar diferentes complicaciones en la enfermedad o trastorno subyacente. Muchas personas con parestesia pueden mostrar dificultades en la marca, deambulación, o dificultad de agarre.
Debido a que se trata de una patología que afecta al sistema nervioso existe un riesgo de padecimiento de dolor crónico, discapacidad, dificulta de respiración, parálisis y por tanto, una mala calidad de vida.
Por otro lado, cuando la sensibilidad Se encuentra significativamente afectada, algunos individuos puede ser incapaces de percibir algunas lesiones como una herida o quemadura, poniendo en riesgo la vida de estos en algunos casos.
Además, el entumecimiento de piernas y pies, y especialmente la pérdida de sensibilidad puede incrementar considerablemente el riesgo de caídas.
Diagnóstico
La intervención terapéutica se va a centrar fundamentalmente en la identificación de la condición que causa la parestesia. El empleo de la historia clínica, examen físico y diferentes pruebas de laboratorio, serán esenciales para su determinación.
Además, también será importante determinar si se trata de un proceso transitorio o crónico debido a las implicaciones que este último puede tener para la integridad del sistema nervioso del individuo.
Algunas de las preguntas que se deberán responder son:
– ¿En qué lugar nota las sensaciones molestas o de adormecimiento?
– ¿En qué momento comenzó a percibirlas?
– ¿Durante cuánto tiempo las siente?
– ¿Realiza algún tipo de actividad que la provoca?
Tratamiento
La elección del tratamiento para esta condición va a depender en gran medida de la causa que la está provocando.
Si la parestesia es de tipo transitorio, serán útiles el empleo de mediadas que traten de restaurar la circulación a través del ejercicio, masajes, o estiramientos de la extremidad que se encuentra afectada. Estas acciones hará que la sensación de hormigueo y adormecimiento desaparezca de forma progresiva.
En el caso de la presencia prolongada de la parestesia, cuando se debe a causas patológicas secundarias, el tratamiento se orientará al tratamiento de las enfermedades etiológicas y el alivio de los síntomas. Algunos profesionales recomiendan el empleo de antiinflamatorios como el ibuprofeno o la aspirina bajo prescripción médica cuando los síntomas son leves.
Al margen de estos, se están desarrollando intervenciones no farmacológicos que incluyen regulación nutricional, realización de ejercicio, evitar el consumo del alcohol o tabaco, que pueden ayudar al paciente a controlar el malestar derivado de sus síntomas.
Referencias
- Barrio Ruiz, C., & Mendoza Lanjaine, P. (2013). Paciente con parestesias: que lo frecuente no nos haga olvidaar lo importante. FMC, 20(4).
- Disabled World. (2016). Paresthesia: Causes, Symptoms, Diagnosing & Treatment. Obtenido de Disabled World towards tomorrow.
- Health Grades. (2014). Paresthesia. Obtenido de Right Diagnosis from Healthgrades.
- Olobot. (2016). Parestesia. Obtenido de Olobot SALUD Centro médico Español.
- Parestesia. (2016). Obtenido de parestesia.org.
- Salud Espalda. (2015). Parestesia. Obtenido de Salud Espalda.
- Sharif-Alhoseini, M., Rahimi-Movaghar, V., & Vaccaro, A. (2012). Underlying Causes od Presthesia.