Biografías de personajes históricos

Hans Christian Andersen: biografía, obras, premios, reconocimientos


Hans Christian Andersen (1805-1875) fue un escritor, narrador y poeta nacido en Dinamarca en 1805. Su obra, entre la que se encuentran títulos como El patito feo, El traje nuevo del emperador o La sirenita, está considerada como una de las más importantes en la historia de la literatura universal.

Sus orígenes humildes impidieron a Andersen tener una educación reglada hasta su adolescencia, cuando se marchó a la Copenhague para intentar cumplir sus sueños. Su primera vocación fue la de convertirse en cantante de ópera y actor de teatro, pero sin éxito. Ante esto, comenzó a publicar novelas y obras de teatro.

Sin embargo, su mayor éxito le llegó cuando empezó a escribir cuentos infantiles y de hadas. Andersen publicó 164 de estos cuentos, reunidos en antologías. En ellos, el autor se basó en personajes e historias de las leyendas europeas, además de en experiencias reales. Casi todos sus relatos esconden enseñanzas morales y filosóficas.

Andersen fue, además, un gran viajero y recorrió un gran número de países de Europa durante su vida. El autor publicó en periódicos muchos relatos basados en estos viajes.

Aunque ya en vida fue un reconocido escritor y recibió varios reconocimientos en su país, ha sido con el tiempo cuando su obra se ha convertido en universal. Esto lo ha convertido en uno de los autores más traducidos y muchos de sus cuentos han sido llevados al cine.

Índice del artículo

Biografía

Hans Christian Andersen vino al mundo en Ostende (Dinamarca), el 2 de abril de 1805. Su familia era muy pobre, tanto que algunas veces se vieron obligados a mendigar.

El padre del futuro escritor era zapatero. Su influencia en la vida de Hans Christian fue decisiva, ya que se trataba de un hombre culto y con gran interés en la literatura. Cuando se lo podía permitir llevaba a su hijo al teatro, además de contarle historias fantásticas. Igualmente, ayudó al niño a construir su propio teatro de títeres, en su propia casa.

Por otra parte, la madre de Andersen trabajaba como lavandera. A pesar de no tener la cultura de su padre, fue quien introdujo a su hijo en el folclore danés.

La historia familiar de Andersen fue muy triste. Su madre se volvió alcohólica y falleció en 1833 en un hogar de ancianos. Según los biógrafos, la medio hermana del escritor, Karen Marie, llegó a ejercer como prostituta.

Muerte de su padre

La muerte de su padre, en 1816, obligó a Andersen a tener que empezar a trabajar y a abandonar la escuela. Esto no impidió que continuara siendo un lector empedernido.

Durante su infancia, Andersen padeció todo tipo de miedos y recibió frecuentes humillaciones por su estatura y sus intereses, que algunos tachaban de afeminados. En ese periodo se sospechó que podía padecer epilepsia, aunque después se supo que solo eran ataques de calambres.

A pesar de sus circunstancias, Andersen dedicaba parte de su tiempo para escribir cuentos que, después, representaba en teatro de marionetas que le había construido su padre.

El tipo de vida que llevaba, callejera y obligado a trabajar desde muy temprano, hizo que se empapara de la vida popular de su localidad rural. Así, al contrario de lo que ocurrió con otros autores románticos de la época, Andersen no tuvo que aprender las tradiciones populares, ya que la vivió directamente.

Copenhague

A los 14 años, Andersen dio un paso decisivo en su vida. Así, en septiembre de 1819 se trasladó a la capital danesa, Copenhague con la intención de convertirse en cantante, actor o bailarín. El joven quería aprovechar su hermosa voz para hacer carrera.

Sin embargo, Andersen no consiguió ningún trabajo, lo que provocó que fuera quedándose sin medios para sobrevivir. Lo único positivo fueron los contactos y amistades que fue forjando, como los músicos Giuseppe Siboni, fundador de la Real Academia Danesa de la Música, o el poeta Frederik Høegh-Guldberg.

Tras un tiempo consiguió ser admitido para formarse en el Teatro Real de Copenhague, aunque pronto perdió el interés por esos estudios.

Uno de sus amigos, Siboni, quedó encantado con su voz y decidió pagar sus estudios. La mala suerte se cebó con Andersen, que perdió la voz debido a las malas condiciones de su habitación durante el duro invierno danés.

Además de intentar labrarse una carrera como cantante, Andersen también había escrito una tragedia, Alfsol. Esta atrajo la atención de Jonas Collin, director del Teatro Real y Consejero de Estado, quien decidió convertirse en su mecenas.

Estudios

Collin le ofreció a Andersen una beca en 1822 para que pudiera estudiar en la escuela primaria de Slagelse. Su edad, su escasa formación reglada y la antipatía del director del centro provocaron que el autor afirmara años después que esa etapa fuera la más amarga de su vida.

A pesar de las dificultades, Andersen obtuvo buenas notas y continuó sus estudios en la escuela de Elsinor. En 1827, Collin consiguió que obtuviera una beca privada para ingresar en la Universidad de Copenhague.

Primeras obras

Ya desde 1822, Andersen empezó a publicar algunas obras de teatro y poesía. En 1827, la prestigiosa revista literaria Kjøbenhavns flyvende Post le publicó su poema El niño moribundo.

Su primer éxito de público lo obtuvo en 1828, con un cuento titulado Un paseo desde el canal de Holmen a la punta Este de la isla de Amager.

Viajar es vivir”

Uno de los lemas vitales de Andersen fue “Viajar es vivir”. El autor realizó 29 viajes al extranjero y residió durante más de 9 años fuera de Dinamarca. Fruto de estos viajes fueron una serie de artículos en los que relataba sus impresiones y que publicaba en los periódicos.

Fue durante uno de esos viajes, en 1830, cuando Andersen tuvo su primer amor. Como el resto de los que siguieron, la experiencia resultó un fracaso.

Durante este periodo, Andersen no dejó de publicar, sobre todo poesía. En 1831, después de que apareciera su poemario Fantasías y Esposos, el autor viajó a Berlín y aprovechó para escribir una crónica sobre la ciudad llamada Siluetas.

Dos años más tarde, en 1833, el rey de Dinamarca le ofreció una pequeña beca para que continuara sus viajes. Andersen la aprovechó para seguir recorriendo el continente.

Su estancia en Roma le inspiró para escribir su primera novela: El improvisador. Esta obra fue publicada en 1835, el mismo año en el que también ofreció al público las dos primeras ediciones de Historias de aventuras para niños, además de algunas historias cortas.

El libreto para una ópera titulado La novia de Lammermoor y un poemario llamado Los doce meses del año fueron sus siguientes obras.

Para 1838, Andersen gozaba ya de un merecido prestigio, especialmente gracias a sus cuentos. El escritor empezó a redactar un segundo volumen ese mismo año y, ya en 1843, publicó el tercero de sus libros de cuentos: Cuentos nuevos.

Su viaje más largo

Andersen emprendió su viaje más largo en 1840. Primero se dirigió a Alemania, donde, por primera vez, viajó en tren, después pasó por Italia, Malta y Grecia hasta llegar a Constantinopla. Tras abandonar esa ciudad, atravesó el mar Negro y recorrió el Danubio. El resultado de este recorrido lo plasmó en El bazar de un poeta, su mejor libro de viajes.

En esos momentos, Andersen era más reconocido como escritor fuera de Dinamarca que en su propio país. Su obra había sido ya traducida al inglés, al francés y al Alemán.

En 1847 hizo su primer viaje a Inglaterra. El escritor danés tuvo una compañía privilegiada durante su estancia en ese país: el también escritor Charles Dickens.

Novelista y dramaturgo

Otros escritores que Andersen conoció durante sus viajes fueron Víctor Hugo, Alejandro Dumas o Balzac

El éxito de Andersen con sus cuentos no acababa de satisfacer del todo al autor. Su gran sueño era convertirse en dramaturgo y novelista, algo que nunca llegó a conseguir.

Según sus biógrafos, el autor danés menospreciaba sus cuentos de hadas, ya que no eran considerados como literatura “seria”. No obstante, continuó escribiéndolos y, entre 1847 y 1848, publicó dos nuevos volúmenes.

Después de un largo periodo sin publicar nada, en 1857 presentó al público una nueva novela: Ser o no ser. En 1863, publicó otro libro de viaje, en esta ocasión con España como protagonista.

Lector de sus cuentos

Andersen fue pionero en realizar lecturas de sus propios cuentos. El danés comenzó a realizar esta actividad en 1858 y la mantuvo durante muchos años.

Así, en 1860 realizó una lectura en la Asociación de Trabajadores. Igualmente, también acudió invitado a leer sus cuentos en la Asociación de Estudiantes, a la familia real, a las costureras y a miembros de la alta burguesía. En ocasiones, llenaba salas con un aforo de entre 500 y 1 000 personas.

Estas actividades explican que la Asociación de Estudiantes y la de Trabajadores formaran una guardia de honor durante el funeral del escritor.

Vida sentimental y sexualidad

Como se ha señalado anteriormente, la vida sentimental de Andersen estuvo repleta de fracasos. Las mujeres de las que se enamoró, como la hija de Collin o la soprano Jenny Lind, no le hicieron ningún caso.

La personalidad del autor no le ayudaba en estos asuntos. Era un hombre muy tímido y tenía problemas para comunicarse con las mujeres. Para declararse a Lind, por ejemplo, le escribió una carta justo antes de que ella cogiera un tren para realizar un concierto. Ella, sin embargo, lo veía más como un hermano que como un posible compañero.

Otro de sus amores, también no correspondido, fue una joven llamada Riborg Voigt. Cuando Andersen falleció se encontró una carta de Roborg junto al pecho del autor.

Andersen era, al menos, bisexual, aunque tampoco obtuvo ningún éxito con los hombres. Entre sus amores no correspondidos masculinos se encontraban el heredero del ducado de Sajonia-Weimar-Eisenach, Carlos Alejandro, y el bailarín Harald Scharff.

Últimos días y muerte

Andersen continuó escribiendo sus cuentos para niños hasta las navidades de 1872, cuando se publicaron sus últimos cuentos.

En la primavera de ese año, Andersen se había caído de su cama y sufrido varias heridas graves. El escritor nunca se recuperó del todo y falleció el 4 de agosto de 1875 en Rolighed, una casa cerca de Copenhague.

Obras

El estilo de Andersen está enmarcado en el romanticismo literario propio de su época. El autor cultivó diversos géneros, desde el teatro hasta la poesía, pasando por la novela y los libros de viaje.

Sin embargo, su reconocimiento mundial se debe a los 168 cuentos para niños que publicó a lo largo de su vida.

Títulos principales

– El traje nuevo del emperador, también conocido como El rey desnudo (1837)

– Pulgarcita, en ocasiones traducido como Almendrita (1835)

– El soldadito de plomo o El intrépido soldadito de plomo (1838)

– La Sirenita (1837). Andersen escribió este cuento sobre los amores imposibles después de que uno de sus amores masculinos lo rechazara.

– El Patito feo (1843). El autor aprovechó este cuento para relatar sus sentimientos cuando, siendo niño, era acosado en su ciudad.

– La cerillera o La pequeña cerillera o La niña de los fósforos (1845). Dedicado a su madre.

– La reina de las nieves (1844)

– La pastorcita y el deshollinador (1845)

– Las zapatillas rojas (1845)

– Juan el simple (1855)

– El muñeco de nieve o El hombre de nieve (1861)

Premios y reconocimientos

Hans Christian Andersen fue reconocido en vida en su país. El rey le concedió en 1855 el título de Consejero de Estado titular. Al año siguiente, fue nombrado Ciudadano Honorario de Odense durante una gran celebración organizada en su honor.

Otros títulos honorarios que recibió fueron el de Caballero del Águila Roja, concedido por el rey Federico Guillermo de Prusia en 1846) y la Orden Maximiliana de las Artes y Ciencias, por parte del rey Maximiliano II de Baviera, en 1859.

Homenajes

En 1956 se creó el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil y, diez años también, también de ilustración. Este galardón, que se concede cada dos años, está patrocinado por la reina de Dinamarca.

Su fecha de nacimiento, el 2 de abril, se ha convertido en el Día Internacional del Libro Infantil. Además, los cuentos de Andersen han sido llevados al cine en innumerables ocasiones, con clásicos como la adaptación realizada por Disney de La Sirenita.

Por otra parte, se han levantado muchas estatuas en honor del escritor danés. La más famosa es, sin duda, la que representa a uno de sus personajes más conocidos, la Sirenita. Se encuentra en Copenhague.

Otras ciudades con estatuas de Andersen son Málaga, Nueva York, Chicago o Bratislava. Además, en 2006 se inauguró en Shanghai un parque temático basado en sus historias.

Referencias

  1. Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. Biografía de Hans Christian Andersen. Obtenido de  biografiasyvidas.com
  2. Millet, Eva. La inmortalidad de Hans Christian Andersen. Obtenido de lavanguardia.com
  3. EcuRed. Hans Christian Andersen. Obtenido de ecured.cu
  4. Biography.com Editors. Hans Christian Andersen Biography. Obtenido de biography.com
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Hans Christian Andersen. Obtenido de britannica.com
  6. Hans Christian Andersen’s World. Hans Christians Andersens Biography. Obtenido de visitandersen.com
  7. Lombardi, Esther. Hans Christian Andersen Biography. Obtenido de thoughtco.com