Los 11 Mitos y Leyendas de China Más Populares
Aun cuando los mitos y leyendas de China no están recogidos en textos especializados, se pueden encontrar en la tradición oral de ese país y en el imaginario de distintas corrientes filosóficas chinas.
El taoísmo, el confucianismo y el moísmo son tres de las principales corrientes de pensamiento de la cultura oriental, tras las cuales se han tejidos innumerables mitos y leyendas.
Además, en la antigua China se creía que los dioses convivían con los mortales, por lo que poco a poco la historia y la mitología llegaron a mezclarse.
Mitos y leyendas principales de China
1- Pan Gu y el génesis del universo
De acuerdo con este mito, hace mucho tiempo, antes de que la tierra existiera, lo único que existía era un ente con forma de huevo dentro del cual había un caos de fuerzas y sustancias mezcladas.
Con el pasar del tiempo, esos elementos dieron lugar a un ser gigante, peludo y con cuernos que se llamó Pan Gu.
Pan Gu durmió y creció más durante 18 mil años, hasta que despertó en medio del silencio y la nada. Eso no le gustó.
Entonces, Pan Gu creó un hacha y partió el huevo en dos, tras lo cual inició la separación del yin y el yang; lo oscuro y pesado se transformó en la Tierra, mientras que lo claro y ligero se elevó para formar el cielo.
Y para evitar que todo esto se volviera a unir, Pan Gu se paró entre las dos mitades durante 18 mil años, hasta que se aseguró de que se estabilizaron y se quedarían separadas.
Fue entonces cuando Pan Gu al fin se tumbó y murió, para que cada parte de su ser se transformara en algo de lo que conforma el mundo humano que se conoce hoy.
2- El arpa y el leñador
Cuenta la leyenda que existió un músico virtuoso llamado Boya que sentía que nadie apreciaba su arte. Una noche Boya tocaba junto al río y se encontró con un leñador desconocido.
Al ver la sorpresa de Boya, el leñador le explicó que ya iba de regreso pero la música lo conmovió y quiso saber de dónde provenía. Así que Boya lo invitó a su casa donde charlaron durante toda la noche.
Tan amena fue la velada que los nuevos amigos decidieron encontrarse dentro de un año en el mismo lugar y a la misma hora. Un año después Boya fue el lugar acordado a la hora fijada y el leñador nunca llegó. Había muerto.
El arpista desconsolado se dirigió a la tumba de su amigo, donde empezó a tocar notas desgarradoras hasta que no pudo soportar su tristeza y destruyó el arpa.
3- La joven serpiente blanca y Xu Xian
De acuerdo con esta leyenda, hace años en el lago del Oeste, en la localidad de Hangzhou, dos diablesas de serpiente (Bai Suzhen y Xiao Qing) se convirtieron en unas mujeres jóvenes para salir a celebrar.
En medio de la fiesta conocen a un joven llamado Xu Xian, del que Bai Suzhen se enamora. Al ser correspondida, inician una relación tras la cual contrajeron matrimonio e iniciaron una vida juntos, en armonía y felicidad.
Sin embargo, un monje llamado Fa Hai, del Templo Jinshan, se opuso a la unión y se empeñó en separarlos. Le reveló a Xu Xian el secreto de que Bai era una diablesa de serpiente y enseguida lo encerró en el templo.
Bai se fue junto con su hermana a rogarle al monje que soltara a su marido, pero en vista de su negativa se enfureció y provocó una inundación que arrasó con el templo.
Sin embargo, Bai fue derrotada y la metieron en un recipiente de oro que luego enterraron bajo la Pagoda Leifeng.
Más tarde, su hermana Xiao Qing la vengó derrotando al monje Fa Hai y obligándolo a meterse en el estómago de un cangrejo.
4- El pastor y la tejedora
Cuenta la leyenda que hace muchos años existió un hombre muy bueno y laborioso que era pastor de vacas. Ese hombre se enamoró de una tejedora con la que luego se casó y tuvo dos hijos.
Eran muy felices, pero su unión causaba discordia en el cielo porque la tejedora era realmente una diosa que se empeñó en vivir como humana.
Un día la diosa Wang Mu ordenó que la tejedora debía volver al palacio celestial. Sin más remedio que obedecer, la tejedora volvió al cielo pero su esposo la siguió.
Esto causó la ira de Wang Mu, quien creó un enorme río entre ellos para separarlos. Desde entonces, la tejedora y el pastor se ven y se cuentan su amor desde ambos extremos de la Vía Láctea.
Se dice que el séptimo día del mes séptimo en el calendario lunar chino, las picazas forman un puente para que la pareja se reúna.
Es costumbre que ese día se celebre y los enamorados intercambien regalos. Es equivalente al del Día de San Valentín de la cultura occidental.
5- El granjero divino – Shen Nong
Antes de la existencia de las dinastías chinas el pueblo creía que sus gobernantes eran semidioses. Uno de ellos era Yandi.
Yandi fue un emperador con cuerpo de humano, cabeza de buey y abdomen transparente. Era bondadoso y sabio.
Un día un ministro le solicitó que fuera a ver a un hombre anciano que padecía dolores muy fuertes sin que nadie diera con la causa. A pesar de que fue a visitarlo, no pudo ayudarlo y el anciano murió.
Desde entonces, Yandi se interesó en la agricultura, la herbología y la medicina; se adentraba en el bosque e iba en busca de plantas silvestres, las analizaba y categorizaba.
Identificó 365 hierbas medicinales, vegetales y frutas. También identificó los cinco cultivos más importantes de la antigua China: trigo, arroz, mijo, sorgo y frijoles. Por esto se le llegó a conocer como Shen Nong, que significa “el granjero divino”.
Se cree que Shen Nong inventó el arado, el calendario y el hacha. Su curiosidad y laboriosidad le llevaron a sentar las bases de la agricultura china.
Como su estrategia era probar todas las plantas que encontraba, no pocas veces estuvo a punto de morir envenenado, pero se recuperaba pronto con un antídoto que había descubierto: el té.
Luego de cumplir sus 120 años de edad, probó el duàn cháng cǎo, que significa “césped que parte los intestinos”, y murió por envenenamiento al no poder tomar su antídoto a tiempo.
6- Chang’e, la diosa de la Luna
Se cuenta que el emperador de Jade, rey del Cielo, tenía diez hijos que un día decidieron convertirse en diez soles para atormentar la Tierra. Incapaz de detener su travesura, el emperador convocó al arquero Hou Yi para que les diera una lección.
Hou Yi, al ver la magnitud del daño que hacían los traviesos soles, mató de un flechazo a nueve de ellos. Solo perdonó la vida de uno para que le diera luz y calor a la Tierra.
Pero el emperador desterró a Hou Yi y a su esposa Chang’e del cielo.
Tras años de vivir como humano, Hou Yi logró obtener un poco del elixir de la inmortalidad con una advertencia: solo podía beber la mitad del brebaje. Tomarla toda lo elevaría al cielo.
Sin embargo, el cansancio del viaje no le dio tiempo de contárselo a su esposa, quien se tomó todo el elixir y se elevó.
Sin poder entrar al cielo de Jade, ni regresar a la tierra como humana, tuvo que conformarse con habitar la luna en total soledad.
7- La creación del zodiaco chino
Cuenta la leyenda que el emperador Jade convocó a todos los animales del reino para una carrera por los doce puestos del zodiaco.
Así que todos los animales atendieron el llamado y compitieron, menos el gato que llegó tarde porque la rata olvidó despertarlo a tiempo.
La rata se subió sobre el primer animal de la carrera, el buey, y cuando llegaron al palacio saltó y ocupó el primer lugar.
El buey debió conformarse con el segundo lugar. Luego llegaron el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo.
8- La leyenda de Yü Huang
En la antigüedad existía un reino llamado Kuang Yen Miao Lo Kuo. Su rey era Ching Tê, mientras que su reina era Pao Yüeh.
Los reyes pidieron ayuda a los sacerdotes taoístas porque no podían tener hijos. Los monjes recitaron oraciones para que naciera un heredero al trono. Meses después, la reina dio a luz al príncipe Yü Huang, quien desde pequeño se mostró compasivo y generoso.
Al morir Ching Tê, Yü se convirtió en rey pero a los pocos días abdicó y decidió convertirse en ermitaño. Luego de unos años en esas condiciones, se dedicó a curar enfermos y a salvar vidas.
Al morir, fue honrado por los emperadores Ch’êng Tsung y Hui Tsung, de la dinastía Sung, con todos los diversos títulos que hoy se le otorgan.
9- La leyenda de Nian
Cuenta la leyenda que un monstruo horrible llamado Nian bajaba cada cierto tiempo a cazar personas en las aldeas. Temerosos, los aldeanos se escondían en sus casas cada vez que calculaban que venía el monstruo al pueblo.
Un día un sabio anciano del pueblo sugirió que ahuyentaran entre todos al monstruo y así lo hicieron.
Espantaron al monstruo con el ruido de tambores y fuegos artificiales, al punto que lo aturdieron y lograron matarlo. Y así se inició la tradición del Año Nuevo Chino.
10- Meng Jiangnü
En la era de la dinastía Qin vivió una hermosa mujer llamada Meng Jiangnü. Con los años, la joven se enamoró y se casó con Fan Xiliang.
Pero el mismo día de su boda su esposo fue reclutado para construir la Gran Muralla por órdenes del emperador Qin Shihuang. Cuando se acercaba el invierno y tras largas noches en vela esperando a su amado, Meng Jiangnü decidió buscar a su esposo y llevarle ropas de invierno.
Luego de una larga y tortuosa travesía llegó a la muralla y se enteró de que su esposo había muerto y estaba enterrado al pie de la muralla.
Meng lloró por tres días con sus noches y su llanto hundió un tramo de 400 kilómetros de la muralla.
11- El hilo rojo
Existe una leyenda china que asegura que, las personas destinadas a amarse, están unidas por un hilo rojo invisible durante toda su vida.
Una de las historias que intentan explicar este fenómeno es la de Wei Gu, un joven de familia noble que es invitado a un encuentro con otra familia para esposarlo con una de sus hijas.
En el camino, Wei se encuentra con Yue Lao, un hombre sabio y misterioso que tiene un libro. Wei, curioso, le pregunta sobre qué trata el libro y le habla del hilo rojo y el amor predestinado.
El joven, incrédulo y poco amigo de esas fantasías, reta al viejo a adivinar con quién se casará. Sin dudarlo, el hombre señala a una mujer ciega y pobre que cargaba con una niña de apenas tres años. Le asegura que, al cumplir la chica 16 años, él se casará con ella y vivirán felices para siempre.
Wei Gu enfurece y, aunque no creía del todo la historia de aquel viejo, decide mandar a algunos de sus hombres a asesinar a aquella niña, ya que no quería que nada interpusiera su próximo matrimonio con la hija de aquellos señores acaudalados.
Sin embargo, sus secuaces se vieron incapaces de asesinar a una niña tan pequeña y solo pudieron dejarle una marca. Con el tiempo, Wei Gu se casó con una mujer con la que nunca imaginó que lo haría. Esa esposa, más joven que él, tenía una marca. Wei indagó en los orígenes y descubrió que su mujer era aquella niña pequeña que mandó asesinar años atrás.
Referencias
- Laban, Bárbara (2016). Top 10 Chinese myths. Recuperado de: theguardian.com
- Martí, Miriam (2014). La leyenda del arpa antigua. Recuperado de: sobrechina.com
- Shen Yun Performing (s/f). El comienzo de la mitohistoria. Recuperado de: es.shenyunperformingarts.org
- Shen Yun Performing (s/f). El granjero divino de la mitohistoria. Recuperado de: es.shenyunperformingarts.org
- Visit Beijing (2013). Las 4 leyendas chinas. Recuperado de: spanish.visitbeijing.com.cn
- Wikipedia (s/f). Mitología china. Recuperado de: es.wikipedia.org
- Waguespack, Jason (s/f). Chinese Legends & Myths. Recuperado de: study.com
- Werner, E. (2005). Myths and Legends of China. Recuperado de: gutenberg.org