Textos literarios: características, tipos y ejemplos
Los textos literarios son materiales escritos con intención de expresar ideas y emociones, representar situaciones o narrar historias desde un punto de vista subjetivo, con un lenguaje abierto a múltiples interpretaciones. Son literarios los textos englobados en géneros como la poesía, la narrativa, el teatro y el ensayo.
También pueden verse como tales los escritos pertenecientes originalmente a la tradición religiosa, a la mitología, la filosofía o la historia, y que siguen siendo leídos o revisitados, por sus valores estéticos y sus nuevas connotaciones, como el “Libro de Job”, del Antiguo Testamento, el texto maya Popol Vuh, El Banquete, de Platón o Los doce césares, de Suetonio.
La principal finalidad del texto literario es el placer estético que se deriva de la lectura, y por ello los autores, en sus propios y diversos estilos, buscan la innovación del lenguaje y el impacto en el lector, más allá del contenido real.
El ejemplo clásico de texto literario, que además es el texto fundacional de la literatura occidental, serían las primeras líneas del poema épico la Ilíada, de Homero (siglo VIII a. C.):
“Canta, oh diosa, la cólera del Pélida Aquiles, cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presas de perros y pasto de aves –cumplíase la voluntad de Zeus– desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles”.
Índice del artículo
- 1 Características de los textos literarios
- 2 Tipos de textos literarios (ejemplos)
- 3 Diferencias entre textos literarios y no literarios
- 4 Referencias
Generalmente, el texto literario se escribe o narra desde un punto de vista personal que puede ser del autor, desde el punto de vista de uno de los personajes o de varios que se van sucediendo a lo largo del relato.
Aunque pueda haber una intención educativa o moralizante, los textos literarios tienen como objeto principal proporcionar placer a través del lenguaje.
La forma es tan importante como el contenido en los textos literarios. Aunque haya trasmisión de información, es más importante cómo se dice que lo que se dice, por lo que generalmente está presente un lenguaje muy elaborado y distinto al que se usa en otros campos y en la vida cotidiana.
A través de los textos literarios se puede reconstruir cómo eran y se veían los seres humanos desde tiempos muy antiguos hasta nuestros días; por eso se habla de la Grecia de Homero, la España de Cervantes o la Inglaterra de Shakespeare, el México de Rulfo, la Roma de Petronio, etc.
En el caso de la narrativa y del teatro, se genera un espacio ficticio, aunque pueda estar basado en hechos reales o históricos en el que participan el autor y el lector. El autor miente y el lector participa en la mentira a sabiendas.
Por ejemplo, el emperador de Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, no es el personaje histórico, pero eso no hace menos valiosa la novela.
Para que funcionen estos mundos de ficción deben ser verosímiles, es decir, creíbles, aunque el lector sepa que no son reales. Esto implica, incluso en los textos fantásticos, la existencia y el respeto de una lógica interna seguida por el autor.
Para su estudio por parte de la lingüística y la crítica literaria, los textos literarios han sido clasificados en cuatro géneros: líricos, narrativos, dramáticos y didácticos.
Son aquellos textos que expresan emociones, sentimientos y diversos estados de ánimo de un autor, y cuyo vehículo principal es el poema.
El texto poético ha estado presente desde tiempos muy antiguos y aunque ha dominado la poesía amorosa, actualmente abarca distintos aspectos del acontecer humano. He aquí dos ejemplos:
“Definición del amor”, Francisco de Quevedo
“Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado”.
“Piedra negra sobre una piedra blanca”, César Vallejo
“Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo”.
Abarca desde la épica y la fábula hasta la novela contemporánea, generalmente en prosa, aunque sus orígenes se remonten a la poesía épica. Los textos narrativos relatan historias y situaciones principalmente ficticias, aun partiendo de sucesos históricos o reales.
Comprende varios subgéneros, entre los que sobresalen actualmente la novela y el cuento. Un relato puede ser de apenas una línea, como un célebre texto de Augusto Monterroso; y hay novelas de gran extensión, como las de Marcel Proust o Robert Musil, en varios tomos. Aquí algunos ejemplos:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Cuento “El dinosaurio”, Augusto Monterroso.
“¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts”. Rayuela, Julio Cortázar.
Son los textos escritos para ser representados en teatro, y pueden subdividirse en comedia, drama, tragedia, melodrama y tragicomedia. Ejemplo de un texto teatral:
Fragmento de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.
“DON LUIS y DON JUAN
DON LUIS: ¡Oh! Y vuestra lista es cabal.
DON JUAN: Desde una princesa real
a la hija de un pescador,
¡oh!, ha recorrido mi amor
toda la escala social.
¿Tenéis algo que tachar?
DON LUIS: Solo una os falta en justicia.
DON JUAN: ¿Me la podéis señalar?
DON LUIS: Sí, por cierto: una novicia
que está para profesar”.
Los textos didácticos o ensayísticos se diferencian de los otros por apartarse de la ficción como tal, aunque mantengan la perspectiva subjetiva, como en el caso del ensayo, la crónica, la biografía, los diarios o las memorias.
A su vez un subgénero del ensayo es el aforismo, del cual presentamos el ejemplo siguiente:
“Decir mucho en pocas palabras no significa escribir primero un ensayo y abreviar luego las frases, sino más bien meditar primero sobre el tema y, de lo meditado, decir luego lo mejor de forma que el lector juicioso advierta lo que uno ha desechado. En realidad significa dar a entender, con el menor número de palabras, que uno ha pensado mucho”.
Aforismos, Georg Christoph Lichtenberg.
Las principales diferencias entre textos literarios y no literarios se encuentran en torno al lenguaje: el del primero es connotativo, es decir, con más de una interpretación o significado, en tanto que los segundos utilizan un lenguaje denotativo, con un significado lo más preciso posible.
Aunque no siempre, el texto literario tiende a usar un lenguaje poético, alejado del que usamos a diario, mientras que el texto no literario intenta ser práctico y directo.
Por otra parte, el texto literario trabaja a menudo con la imaginación, con mundos de ficción (sobre todo en el caso de la narrativa y la dramaturgia), mientras los textos no literarios se mantienen, o intentan mantenerse, cercanos al mundo real.
Los textos no literarios se basan en hechos y situaciones reales, mientras a los literarios les basta con ser verosímiles, es decir, que lo que se cuenta pueda creerse, ser coherentes consigo mismos, aunque se trate de un texto fantástico.
Otro factor que sirve para diferenciar un ensayo de una monografía no literaria, es el uso de una perspectiva subjetiva para abordar los temas.
En otras palabras, un texto literario siempre reflejará una postura de su autor, mientras que en el no literario se busca una postura neutra: no hay opiniones ni comentarios.
- De Rivarola, S. R. (1981). Texto literario, texto poético, texto lírico: elementos para una tipología. Lexis, vol. 5, N° 2, pp. 1-34. Tomado de pucp.edu.pe.
- Género literario (2020). Tomado de es.wikipedia.org.
- Textos literarios y no literarios (2020). Tomado de texlinolit.blogspot.com.