Biología

Corpúsculos de Pacini: ubicación, histología, funciones


Los corpúsculos de Pacini, también conocidos como corpúsculos lamelares, son unos mecanorreceptores encapsulados que se encuentran en la piel de muchos mamíferos y que funcionan en las respuestas a diferentes tipos de presión y vibraciones.

De acuerdo con algunos archivos históricos, la existencia de los corpúsculos de Pacini fue documentada más o menos en el siglo XVIII, alrededor del 1741. No obstante, fue el anatomista italiano Filippo Pacini, en 1835, quien los “redescubrió” y condujo la atención de la comunidad científica hacia estas estructuras, que fueron nombradas en su honor.

Los mecanorreceptores como los corpúsculos lamelares son un tipo de receptor sensorial que, en realidad, corresponde a terminaciones nerviosas de dendritas periféricas especializadas en la percepción de estímulos y en la transmisión de la información hacia el sistema nervioso central.

Se trata de unos exteroceptores, pues están ubicados principalmente en la superficie corporal y su función es la de recibir los muy diversos estímulos medioambientales.

En algunos textos se describen como receptores “kinestésicos”, ya que están implicados en el mantenimiento de los movimientos suaves y coordinados. Como otros mecanorreceptores, estos responden a estímulos que deforman a los tejidos donde se encuentran.

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Ubicación

Los corpúsculos de Pacini se han encontrado principalmente en las porciones profundas del tejido cutáneo. Se encuentran en los dedos de las manos y en las mamas de las mujeres, así como también en el tejido conectivo asociado con las articulaciones y el mesenterio y las piernas.

También han sido descritos en las capas musculares del rostro, en el tejido pancreático, en algunas membranas serosas y en los genitales externos y, en los casos que corresponde, estos corpúsculos se ubican específicamente en las capas dérmica e hipodérmica de la piel.

Algunos autores sugieren que estas estructuras también se encuentran en algunas de las regiones del hueso temporal que se asocian con el oído medio.

Histología

Como se dijo al comienzo, los corpúsculos de Pacini son mecanorreceptores encapsulados de la piel. Se trata de grandes estructuras con un aspecto ovalado; en los seres humanos tienen más o menos 2-2.5 mm de largo y alrededor de 0.7 mm de diámetro, por lo que serían fácilmente reconocibles a simple vista.

Estos receptores están conformados por una fibra nerviosa no mielinizada (la mielina es una capa “aislante” que rodea a algunas fibras nerviosas y que contribuye a incrementar la velocidad de conducción), que se distribuye en toda la longitud interna de su estructura.

En la porción central de cada corpúsculo de Pacini se encuentra una terminal nerviosa (que tampoco está mielinizada) rodeada de capas de unas células similares a los fibroblastos (fibroblastos modificados).

Dichas fibras nerviosas asociadas con los corpúsculos de Pacini se ubican junto con las fibras sensoriales de nervios mixtos, capaces de inervar músculos, tendones, articulaciones y también vasos sanguíneos.

La cápsula de los corpúsculos de Pacini

Recubriendo dichas capas celulares se encuentra la “cápsula”, que corresponde, en realidad, a una capa superficial de tejido conectivo que rodea a toda la estructura corpuscular. La cápsula no tiene parte en el proceso de recepción de los estímulos ni en la conversión mecano-eléctrica de los mismos.

Sin embargo, esta estructura sí funciona como el elemento que acopla los estímulos externos con el sensor. Por lo que las características de la porción sensorial dependen, en gran medida, de las propiedades mecánicas del acoplamiento.

Algunos consideran que, debido a la disposición histológica de las capas celulares, el corte de un corpúsculo de Pacini se asemeja al de una cebolla cuando es rebanada.

Los primeros trabajos realizados respecto a la estructura de los corpúsculos de Pacini pudieron proveer indicios de que entre cada una de las “lamelas” (nombre que se le dio a las capas celulares) existía un espacio lleno de líquido y, además, que cada lamela estaba conectada entre sí por un ligamento en el polo distal de cada corpúsculo.

El líquido ha sido reconocido como similar a la linfa, con características similares a las del agua (al menos en cuando a viscosidad y densidad), en el cual se encuentran numerosas fibras de colágeno inmersas.

Funciones

Los corpúsculos lamelares son mecanorreceptores de “adaptación rápida” que están particularmente especializados en la recepción de estímulos vibracionales, de tacto y de presión.

En los años inmediatos a su descubrimiento, estos corpúsculos se asociaron con el “magnetismo” animal o mesmerismo (una especie de doctrina terapéutica), por lo que hubo mucho “ocultismo” en relación a la función de estas estructuras.

Algunos científicos de la época consideraban, entonces, haber descubierto las bases científicas para la “imposición de manos y de pies” (ricos en corpúsculos de Pacini) muy practicada por los partidarios del mesmerismo y que proponía que cualquier persona podía sanar a otra a través de las interacciones magnéticas.

En la actualidad, sin embargo, se sabe que estos órganos funcionan es en el envío de señales eléctricas al sistema nervioso central, señales que son producto de la conversión o traducción de estímulos mecánicos como la presión y/o las vibraciones.

¿Cómo funcionan los corpúsculos de Pacini?

Los corpúsculos de Pacini tienen la función de percibir los estímulos mecánicos, hay que recordar que son mecanorreceptores, y convertirlos en impulsos eléctricos que pueden ser “interpretados” por el sistema nervioso central cuando son transportados por los axones neuronales.

Las respuestas eléctricas, que son producidas a través de la traducción de las señales mecánicas, surgen en los extremos de los nervios no mielinizados que se encuentran en la porción central de los corpúsculos lamelares.

La energía mecánica del estímulo es transmitida por medio de la cápsula, que corresponde a la estructura lamelar llena de fluido que rodea el “núcleo” de extremos nerviosos no mielinizados, y que es la que funciona como transductor.

Cuando la piel de la mano, por ejemplo, recibe un estímulo mecánico que consigue deformar los corpúsculos de Pacini, la deformación de una lamela estimula la deformación de las lamelas contiguas, puesto que estas están conectadas entre sí a través de porciones elásticas como tendones.

Esta deformación dispara la formación de potenciales de acción que son transmitidos hacia el extremo nervioso y desde el cual pasan hacia el cerebro, que promueve la respuesta global al estímulo mecánico.

Referencias

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