Historia

Segunda Guerra Mundial: causas, consecuencias, etapas, combatientes


La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto bélico en el que participaron una gran parte de los países del mundo. El enfrentamiento comenzó en 1939 y terminó en 1945, con la victoria de los Aliados y la derrota de los Países del Eje (Alemania, Italia y Japón, principalmente).

Este conflicto está considerado como el más sangriento de la historia. Los historiadores calculan que fallecieron entre 50 y 70 millones de personas, un 2,5% de la población mundial. Entre los episodios más cruentos destacan el Holocausto, el bombardeo sobre población civil en numerosas ciudades o las bombas atómicas lanzadas sobre Japón.

De acuerdo a los expertos, hubo varios antecedentes que acabaron causando el conflicto. El fin de la Primera Guerra Mundial y el consiguiente Tratado de Versalles, la crisis económica, la aparición de movimientos fascistas y ultranacionalistas y los movimientos imperialistas fueron algunos de esas causas que desembocarían en la guerra.

El final de la Segunda Guerra Mundial dio lugar a un mundo totalmente diferente al anterior. Dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, se repartieron las áreas de influencia, dando lugar a la Guerra Fría.

Gran Bretaña y Francia perdieron poder, a pesar de estar entre los vencedores y Alemania, aunque dividida, consiguió recuperarse en pocos años.

Índice del artículo

Antecedentes

La Europa surgida de la Primera Guerra Mundial tenía unas fronteras muy diferentes a las previas a ese conflicto. El Imperio Austrohúngaro se dividió en varios países, Alsacia y Lorena volvieron a manos francesas, y algunos territorios se desgajaron de la antigua Rusia zarista, convertida en la Unión Soviética.

Tratado de Versalles

El Tratado de Versalles determinó cómo iba a quedar Europa tras la Primera Guerra Mundial. Aunque a las reuniones acudieron hasta 32 países, en realidad el acuerdo fue obra de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia.

Todos los historiadores coinciden en que las indemnizaciones impuestas a Alemania, como país derrotado, influyeron decisivamente en la llegada del siguiente conflicto mundial. No solo fueron pérdidas territoriales, sino también unas gravosas indemnizaciones económicas.

Por su parte, Italia también se sintió humillada por el Tratado. A pesar de haber formado parte de la coalición victoriosa, casi ninguna de sus reivindicaciones fueron atendidas.

República de Weimar

Alemania se sintió humillada por las condiciones del Tratado de Versalles. Las indemnizaciones fueron consideradas abusivas y el hecho de tener que reducir su ejército hizo que creciera el temor a un ataque de la URSS.

Al malestar contra los vencedores se unía la mala situación económica. La llamada República de Weimar, el régimen político surgido en Alemania tras el conflicto, se veía superado en todos los frentes. La inflación alcanzó niveles altísimos y arruinó a parte de la clase media.

Por otra parte, aparecieron numerosos grupos paramilitares, especialmente los Freikorps. El país sufría de una gan inestabilidad, con constantes levantamientos de grupos obreros e izquierdistas. Estos eran reprimidos con violencia por los paramilitares, muchas veces con la colaboración del gobierno.

La población general reclamaba estabilidad y orden, y pronto surgió un partido que prometía implantarlos y hacer de Alemania una gran potencia de nuevo.

Hitler

En 1923, el Partido Nacional Socialista de Adolf Hitler, siendo aún muy minoritario, había intentado dar un golpe de estado. Ese intento acabó con el partido ilegalizado y Hitler en la cárcel.

La década de los 30 comenzó con un empeoramiento de la economía. La República de Weimar no era capaz de mantener el orden y los conflictos se intensificaban.

El Partido Nazi aprovechó el descontento de la población. Sus propuestas iban dirigidas a que Alemania recuperara su poderío militar. Culpaba de la situación del país a los comunistas dirigidos por extranjeros, a los judíos y a los Aliados.

Prometían, además, recuperar los territorios perdidos y ampliar sus fronteras hasta asegurarse lo que llamaban Lebensraum, el espacio vital.

Con estas ideas se presentaron a las elecciones de 1932, logrando un 33,1% de los votos y ser el partido más votado. Hitler fue nombrado canciller y el presidente le encargó formar gobierno. El incendio del Reichstag, al año siguiente, dio la excusa para declarar el estado de excepción e ilegalizar a los comunistas, sus principales rivales.

Tras esto, Hitler volvió a convocar elecciones, consiguiendo un 43,9% de los votos. En pocos meses acabó con las estructuras democráticas e instauró una dictadura.

Italia

En Italia había tomado el poder un partido con una ideología similar a la de Hitler. Era el Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini, que se proclamaba nacionalista, expansionista y militarista. Ya en 1936, Italia invadió Etiopía y, en 1939, ocupó Albania.

Mussolini, al igual que Hitler, pretendía expandir las fronteras italianas. Una vez alcanzado el poder, acabó con las libertades individuales y eliminó a sus opositores. Firmó con Alemania los Pactos de Acero.

España

Aunque, posteriormente, España no participaría directamente en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil (1936-1939) está considerada como un campo de prueba para el conflicto. Alemania e Italia prestaron apoyo a las tropas de Franco.

Intentaban contar con otro nuevo aliado para la futura guerra mundial, rompiendo el acuerdo de no-intervención que habían firmado las potencias europeas.

Pacto Ribbentrop-Mólotov

A pesar de las aparentes diferencias ideológicas y de la represión que Hitler había desatado contra los comunistas, Alemania y la URSS firmaron un pacto de no agresión. En el acuerdo, también se repartían las áreas de influencia en Europa Central.

Algunos historiadores afirman que Stalin pretendía ganar tiempo para modernizar su ejército. El Pacto permitió a Alemania centrarse en preparar la guerra sin preocuparse, en principio, por el frente oriental.

Japón

Lejos de Europa, Japón fue el protagonista de la llamada Guerra del Pacífico. Se trataba de un país fuertemente militarizado, en él los Ministros de la Guerra tenían autonomía de acción incluso ante el Primer Ministro.

A finales del siglo XIX, los japoneses dieron muestra de sus intenciones imperialistas atacando y derrotando a China. La intervención de Rusia y de las potencias occidentales impidió que se anexionaran parte del territorio conquistado. Poco después, Japón consiguió derrotar a Rusia en otra guerra y afianzarse como gran potencia asiática.

En los años 30, el militarismo y nacionalismo japones había ido en aumento. Así, en 1931, invadió Manchuria y convirtió la región en un protectorado.

La Sociedad de Naciones condenó el hecho, pero Japón se limitó a abandonar la organización. En 1937, dio comienzo una nueva guerra con China. Gran Bretaña y Estados Unidos reaccionaron apoyando a los chinos, con embargos comerciales que afectaron enormemente a los japoneses.

¿Dónde se desarrolló la Segunda Guerra Mundial?

La Segunda Guerra Mundial tuvo dos frentes geográficos principales: Europa y el Pacífico. En el primer caso, la fecha de inicio se suele marcar en 1939, con la invasión de Polonia por parte de las tropas alemanas.

En el Pacífico el conflicto entre Japón y China había comenzado en 1937, aunque fue el ataque a Pearl Harbour (EE.UU) en 1941 lo que acabó por globalizar los enfrentamientos.

Europa

Durante los meses previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, la tensión en Europa no paró de aumentar. Alemania reclamó los Sudetes, una región de Checoslovaquia. El motivo era que allí había una gran cantidad de habitantes de origen germano.

Las potencias occidentales, Francia y Gran Bretaña, terminaron cediendo a las pretensiones de Hitler. En septiembre de 1938 se produjo la anexión mediante los acuerdos de Munich. El dirigente francés, Daladier, y el británico, Chamberlain, pensaron que aceptando el acuerdo, las pretensiones imperialistas alemanas se calmarían.

La realidad desmintió esa creencia. En marzo de 1939, las tropas alemanas ocuparon Praga, tomando el control del resto de Checoslovaquia.

Ante eso, Polonia rechazó ceder Danzig (territorio que también reclamaba Alemania) y firmó un acuerdo de defensa mutua con Francia y Gran Bretaña. Esto pareció frenar la ya decidida invasión de Polonia.

Sin embargo, el acuerdo entre Polonia, Francia y Gran Bretaña tan solo retrasó la invasión. Los alemanes simularon un ataque de las tropas polacas a una antena de radio para tener una excusa para ocupar el país.

El 1 de septiembre de 1939, la ciudad polaca de Wileun fue bombardeada por los alemanes, iniciándose la Segunda Guerra Mundial.

Asia

La Segunda Guerra entre Japón y China había comenzado en 1937. Durante los años siguientes, los japoneses ocuparon Indochina, entonces en manos francesas, y otros territorios asiáticos.

La reacción de las potencias occidentales fue declarar un embargo económico que resultó muy negativo para la economía japonesa, especialmente por la falta de petróleo y materias primas. El militarismo e imperialismo del país fueron los otros ingredientes para que la reacción fuera la guerra global.

Sin declaración previa, el 7 de noviembre de 1941, Japón bombardeó la base estadounidense de Pearl Harbour, provocando la reacción de los Estados Unidos. Muy pocas horas después, Alemania e Italia, aliados de Japón, declararon la guerra a los estadounidenses.

De esta forma, la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un conflicto planetario.

Causas de la Segunda Guerra Mundial

Las causas de la Segunda Guerra Mundial fueron una combinación de diferentes acontecimientos sociales, políticos y económicos que ocurrieron en las décadas anteriores.

Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles

El final de la Primera Guerra Mundial cambió el mapa de Europa. La firma del Tratado de Versalles, con el que se cerraba dicho conflicto, reordenó las fronteras europeas. Esos cambios provocaron resentimiento en algunos países, deseosos de volver a recuperar los territorios perdidos.

Por otra parte, las indemnizaciones que Alemania debía pagar fueron consideradas como una humillación por la mayoría de su población. A esto había que unirle la obligación impuesta de desmilitarizar el país, ya que el Tratado imponía una gran reducción de su ejército.

Crisis económica

Aunque la Crisis del 29 y la Gran Depresión fueron fenómenos globales, Alemania sufrió enormes problemas económicos. El pago de indemnizaciones de guerra se unieron a la pérdida de tejido industrial. La hiperinflación que apareció en los años 30 provocó la ruina de buena parte de la clase media y alta.

Esto, además de otras consideraciones, propició un ambiente propicio para la aparición de ideologías que propugnaban la vuelta a la Gran Alemania y culpaban al “otro” (ingleses, comunistas, judíos…) de lo que ocurría.

Surgimiento del fascismo

La aparición del fascismo y de líderes como Hitler o Mussolini tuvo mucho que ver con las dos causas anteriores. Los líderes alemán e italiano prometían un regreso al esplendor de sus respectivos países, tanto militar como económico o territorial.

En el caso de Hitler, también unió a su ideología un gran componente étnico. Los nazis propugnaban la superioridad de la raza aria y su derecho a dirigir a las consideradas inferiores.

Colonialismo e Imperialismo

En Japón, a pesar de las diferencias culturales, también existía una marcada creencia en su superioridad frente a otros pueblos asiáticos. Su sociedad, militarizada y jerarquizada hasta llegar a un Emperador que se declaraba un Dios, provocó parte de su política imperialista.

Por otra parte, la mezcla de intereses económicos y de consideraciones étnicas hizo que algunos países lucharan por aumentar las colonias o crear imperios. Esto chocaba con otras naciones, lo que aumentaba la tensión prebélica.

Combatientes: los bandos de la Segunda Guerra Mundial

En la Segunda Guerra Mundial participaron países de todos los continentes. De una manera u otra, todo el planeta acabó afectado directa o indirectamente en el conflicto.

Países Aliados

Entre los Aliados, los principales países fueron Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética. También Francia se suele incorporar a este grupo, a pesar de haber sido invadida en los primeros momentos de la guerra.

A estos hay que unirles otras naciones como China, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Bélgica, Holanda, Polonia, Grecia, Yugoslavia o Noruega. Los países latinoamericanos entraron en el conflicto a partir del ataque a Pearl Harbour.

Países del Eje

Los tres principales combatientes pertenecientes al Eje fueron Alemania, Italia y Japón. Algunos gobiernos de la Europa del Este apoyaron al principio a los nazis, como ocurrió en Rumanía, Hungría o Bulgaria. Estos, con movimientos partisanos internos luchando contra la ocupación, acabaron en muchas ocasiones cambiando de bando.

Aparte, contaron con el apoyo de Tailandia y Finlandia. Por último, Libia, Etiopía y otros países que eran colonias italianas también aportaron tropas al conflicto.

Desarrollo: fases de la Segunda Guerra Mundial

La «guerra relámpago»

La primera fase del conflicto es conocida por muchos historiadores como “Guerra Relámpago”. Polonia fue invadida en apenas un mes por Alemania, aunque la parte oriental del país quedó en manos de los soviéticos en virtud del Pacto de no agresión firmado con los nazis.

Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania, pero hasta marzo de 1940 no tomaron ninguna iniciativa bélica.

Por su parte, Alemania ocupó, en solo unos pocos días de abril de ese año, Noruega y Dinamarca. La intención era asegurarse el hierro que producían ambos países nórdicos y que era fundamental para la industria bélica.

El siguiente paso de Hitler fue mucho más ambicioso. En mayo lanzó una ofensiva contra Francia. A pesar de la potencia militar de los franceses, en menos de un mes, todo el país quedó en manos de Alemania. El 14 de junio, las tropas nazis entraron en París. Francia quedó dividida en dos: una zona ocupada y otra con un gobierno colaboracionista.

La rapidez de esas campañas fue el origen del nombre “Guerra Relámpago”. En solo nueve meses, Hitler había ocupado gran parte de la Europa continental. Tan solo Gran Bretaña quedaba para hacerle frente.

Bombardeos sobre Londres

Los nazis tenían la intención de acabar con la guerra rápidamente. Según los historiadores, Hitler estaba decidido a intentar la invasión de Gran Bretaña, pero sus generales le convencieron de que era imposible sin controlar antes el espacio aéreo. Esto provocó que, durante varios meses, la batalla entre ambos países se desarrollara en el aire.

Una de las tácticas usadas por ambos países fueron los bombardeos indiscriminados sobre las ciudades. Los alemanes lanzaron miles de bombas sobre Londres y los británicos respondieron haciendo lo mismo sobre Berlín. El resultado final favoreció a los británicos que lograron así frenar la posible invasión.

Mientras, Italia también había empezado a lanzar sus propios ataques. Mussolini intentó ocupar Grecia, pero fue rechazado por griegos y británicos. Esto obligó a Hitler a dedicar tropas a ayudar a su aliado.

A partir de abril de 1941, nuevas operaciones rápidas permitieron a las tropas alemanes controlar Yugoslavia y Grecia, haciendo que los británicos se retiraran.

La «guerra total»

El Pacto firmado por Alemania y la Unión Soviética iba a desmoronarse muy pronto. Stalin había aprovechado la guerra para anexionarse Estonia, Letonia, Lituania y el sur de Finlandia, lo que chocó con los deseos de Hitler.

El líder nazi, ferozmente anticomunista, comenzó a preparar la Operación Barbarroja con el propósito de invadir la URSS. El 22 de junio de 1941, los alemanes penetraron en territorio soviético por tres zonas diferentes y Stalin firmó un nuevo tratado con los británicos. En el plano militar, los soviéticos comenzaron a aplicar la táctica de tierra quemada.

Aunque los primeros movimientos alemanes fueron un éxito, pronto su avance se ralentizó. El invierno atrapó a las tropas nazis sin que estuvieran preparadas. Las temperaturas alcanzaron los 32 grados bajos cero, matando a miles de soldados y paralizando la ofensiva.

Los alemanes, no obstante, consiguieron aguantar hasta la primavera. En septiembre de 1942 llegaron a las puertas de Stalingrado, donde tuvo lugar el asedio más duro y cruento de toda la Segunda Guerra Mundial. Tras meses de batalla, los alemanes tuvieron que rendirse el 2 de febrero de 1943, lo que cambió el curso de la guerra.

Pearl Harbour

Mientras los alemanes invadían la Unión Soviética se produjo otro acontecimiento vital para el resultado de la guerra: la entrada de los Estados Unidos en el conflicto. En un primer momento, optó por la neutralidad, aunque apoyó de manera encubierta a los aliados permitiéndoles comprar armas a crédito.

Japón había firmado un tratado con Alemania e Italia en 1940. Dentro de su campaña expansionista por Asia, había ocupado varias colonias francesas, británicas y holandesas. Además, su imperialismo iba en contra de los intereses comerciales estadounidenses, que respondieron imponiendo severas sanciones económicas y comerciales.

El ataque japonés, sin previa declaración, a la base naval estadounidense de Pearl Harbour destruyó parte de la flota norteamericana y provocó que EE.UU declarara la guerra a Japón y, poco después, a Italia y a Alemania.

A principios de 1942, la situación parecía favorable a los japoneses. Habían conquistado Singapur, Indonesia, Birmania y Filipinas, pero durante el verano de ese año la situación cambió completamente. Los estadounidenses vencieron en la Batalla de Midway, hundiendo todos los portaaviones enemigos.

A partir de ese momento, la derrota japonesa era solo cuestión de tiempo. Sin embargo, la resistencia feroz de los nipones alargó el conflicto durante bastantes meses.

Derrota del Eje

Los Aliados, en pleno avance, organizaron una de las acciones más conocidas de la Segunda Guerra Mundial: el desembarco de Normandía. Tuvo lugar el 6 de junio de 1944 y, pese a las bajas, permitió a sus tropas penetrar en Francia desde las playas del noroeste.

El 1 de agosto, el frente alemán se hundió. Días después, el 25 de agosto, París fue liberada. Mientras, por el este, los soviéticos iniciaron una ofensiva que liberó Polonia, Rumania y Bulgaria.

Muerte de Hitler

A pesar de estas derrotas, Hitler no quería rendirse. Hasta el final estuvo esperando unas supuestas armas secretas que darían la vuelta a la guerra. A comienzos de 1945, su intento de contraataque en las Ardenas fracasó y el camino hacia Berlín quedó abierto para los aliados. Los soviéticos llegaron primero, pero Hitler ya se había suicidado. 

La teoría oficial es que Hitler se suicidó junto a su pareja, Eva Braun. Sin embargo, existen hipótesis extraoficiales que afirman que pudo haber huido a Latinoamérica. Un cuerpo de un doble encontrado en el supuesto lugar del suicidio y la no confirmación mediante ADN de un cráneo encontrado por la Unión Soviética, avivaron las sospechas.

De hecho, el FBI de la época y los servicios británicos de inteligencia pasaron años buscando a Hitler tras el final de la guerra, ya que pensaban que los cuerpos que se encontraron en el búnker donde tuvo lugar el suicidio formaban parte de una estrategia de engaño y escape.

Asia

Las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre Hiroshima (6 de agosto de 1945) y Nagasaki (9 de agosto) aceleraron la rendición de Japón.

El 15 de agosto, el emperador Hirohito anunció su rendición. Esta se firmó formalmente el 2 de septiembre, en un acorazado estadounidense. Japón quedó, en principio, gobernado por los vencedores. Hirohito, que tuvo que renunciar a su condición de Dios, conservó el trono.

Juicios de Nuremberg

Tras el supuesto suicidio de Hitler en su bunker, Karl Dönitz lo sustituyó como jefe del gobierno alemán. Su función fue, básicamente, rendirse a las fuerzas aliadas. Así, rindió Berlín a los soviéticos el 2 de mayo de 1945.

El 7 de mayo, el Alto Mando Alemán también se rindió. Al día siguiente, los aliados celebraron el Día de la Victoria, lo mismo que los soviéticos al día siguiente.

Tras esto, los dirigentes de los países vencedores celebraron algunas reuniones para discutir el fin de la guerra. En Yalta se encontraron Stalin, Roosevelt y Churchill, que planificaron cómo serían las fronteras europeas después el conflicto.

Por otra parte, los dirigentes alemanes que quedaban con vida fueron juzgados en la localidad de Nuremberg. Algunos fueron condenados a muerte, otros a cadena perpetua y, por último, hubo quien salió libre.

Estos juicios supusieron el germen del posterior derecho internacional en cuanto a crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial

Las consecuencias de la Segunda Guerra mundial no solo se limitaron al enorme número de muertes y a la destrucción de todo un continente, sino que también marcaron la historia del mundo durante las décadas siguientes.

Devastación de Europa

Los bombardeos y las conquistas de cada ciudad dejaron al continente europeo totalmente devastado. Tras la guerra, la inversión económica para reconstruir fue inmensa y Estados Unidos, con su Plan Marshall, fue uno de los contribuyentes más destacados. Esto también le valió para ganar influencia y convertirse en la gran superpotencia mundial.

Además de los daños materiales, el número de bajas fue incalculable. Entre 50 y 70 millones de personas fallecieron durante el conflicto. La mayoría de esta cifra estaba compuesta por civiles.

Mundo bipolar y Guerra Fría

La geopolítica mundial, ya afectada por la Primera Guerra Mundial, cambió totalmente tras la Segunda. Las antiguas potencias, Gran Bretaña, Francia y Alemania, quedaron debilitadas y su poder casi desaparición.

El mundo se convirtió entonces en bipolar. Estados Unidos y la Unión Soviética aparecieron como grandes potencias globales, aglutinando a su alrededor al resto de países. La competencia era ideológica, económica y, aunque no directamente, militar.

Esta situación, que duró hasta los años 90 del siglo XX, se conoció como Guerra Fría. Los enfrentamientos entre las dos potencias se desarrollaban indirectamente, pero el temor a una catástrofe nuclear estuvo presente durante esas décadas.

El Holocausto

La política racista de Hitler afectó especialmente a los judíos. Los nazis los habían señalado como uno de los culpables de la situación de Alemania de entreguerras y las leyes raciales se cebaron con ellos.

Con la denominada “solución final” se llevó a cabo un meticuloso plan de exterminio de los judíos en Europa. Se calcula que murieron cerca de seis millones en los campos de concentración o en otros lugares.

Además de los judíos, también padecieron estas políticas de exterminio pueblos como el gitano, colectivos como el homosexual o tendencias políticas, como la comunista.

Cambios geo-políticos en Europa

Todos los países del Eje perdieron extensiones de su territorio para pagar indemnización a los Aliados. Esto ocasionó un reordenamiento del mapa mundial. La URSS, por ejemplo, tomó países de Europa del Este e implementó el comunismo en estos territorios.

División de Alemania

Alemania quedó dividida en dos tras la guerra. La zona occidental, al principio controlada por Estados Unidos, Inglaterra y Francia, quedó después englobada bajo el paraguas estadounidense. La parte oriental pasó a llamarse República Democrática Alemana y quedó bajo el área de influencia soviética.

Nuevo orden jurídico y diplomático mundial

La Sociedad de Naciones había fracasado como instrumento para evitar las guerras. Fue sustituida por la Organización de Naciones Unidas. En esta, los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial (más China), cuentan con derecho a veto sobre las decisiones.

Además, se creó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (NATO, por las siglas en inglés) y el Pacto de Varsovia. Fueron dos tratados militares de defensa mutua, la primera controlada por EE.UU y la segunda por la Unión Soviética.

Inicio de la descolonización

Las colonias de los países europeos aprovecharon la pérdida de poder de sus metrópolis para iniciar procesos de descolonización. En este terreno, también influyó mucho la Guerra Fría. En casi todos los casos, algunos de los grupos que pedían la independencia estaban controlados por una de las dos grandes potencias.

Crisis económica

Como consecuencia de un exorbitante gasto en poderío militar y recursos, los países protagonistas de la guerra fueron azotados por una fuerte crisis económica. Alemania, Francia e Inglaterra se declararon en bancarrota.

Esto a su vez provocó que Francia e Inglaterra tuvieran que renunciar a sus colonias (como India o Argelia), creando así múltiples nuevas naciones independientes que hoy forman parte del denominado tercer mundo gracias a su historia de despojo económico y territorial.

Avances científicos y tecnológicos

Históricamente, las guerras siempre han sido una fuente de avances científicos y tecnológicos. La necesidad de superar al enemigo, sin poner trabas a los presupuestos ni a los esfuerzos, ha llevado a que cada conflicto produzca una serie de adelantos que, en ocasiones, han podido seguir usándose durante tiempos de paz.

Química, aeronáutica y cohetes

La necesidad de materias primas provocó que los científicos trabajaran para encontrar sustitutos artificiales. En este aspecto, destacó la producción de goma sintética para la industria.

Otro producto que apareció a causa del conflicto fue el nylon. Fue utilizado como material para los paracaídas, especialmente en Alemania. Para fabricarlo usaron a los prisioneros de los campos de concentración.

En el campo de la aeronáutica y balística, los avances fueron interminables. Nuevos sistemas de propulsión para bombarderos y cazas, como los motores de reacción, marcaron un hito en este campo.

Igualmente, los sistemas creados para los cohetes autopropulsados fueron aprovechados después para avanzar en la carrera espacial.

Matemáticas, cibernética e informática

Partiendo de las investigaciones sobre el radar, los científicos crearon un nuevo campo en las matemáticas: la investigación operativa. Mediante este se trataban problemas de optimización complejos.

En el ámbito de la informática, la Segunda Guerra Mundial fue testigo del primer uso de ordenadores aplicados a la guerra. La computadora alemana de Konrad Zuse se usó para la aviación. En Gran Bretaña, Coloso fue un ordenador digital construido para romper los códigos alemanes.

El radar

Uno de los inventos más conocidos producido en la Segunda Guerra Mundial fue el radar. Ya Nikola Tesla en 1900 había sugerido la posibilidad de usar las ondas para detectar objetos en 1900, pero hasta los años 40 no se desarrolló.

Ciencia de materiales y defensa

Como era lógico, fue en el campo armamentístico en el que aparecieron más inventos. La carrera por buscar mejores armas de combate y defensa provocó el desarrollo de nuevos materiales, como los incorporados a los tanques.

Fisión nuclear y la bomba atómica

Desde diciembre de 1938, tras las investigaciones desarrolladas en Alemania sobre la fisión del uranio, la posibilidad de usar este proceso como arma militar se hizo evidente.

Todas las potencias comenzaron una carrera para crear la primera bomba atómica. Los alemanes parecían tener ventaja, pero fueron los estadounidenses los que se adelantaron. Las primeras bombas se lanzaron en agosto de 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki.

El poder destructor asustó al mundo, que temió durante décadas que comenzara una guerra que acabaría con el planeta.

Referencias

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  2. Biografías y Vidas. La Segunda Guerra Mundial. Obtenido de biografiasyvidas.com
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