¿En qué siglo inició la vida independiente de México?
La vida independiente de México se inicia en el siglo XIX, específicamente desde el 28 de septiembre de 1821, cuando se instala una Junta Provisional de Gobierno que tiene como fin organizar el proceso de independencia y de gobierno del país centroamericano.
Durante 300 años el imperio español dominó gran parte del mundo colonizando más y más territorios. La América, desde México hasta la Patagonia, rendía tributo a la metrópoli, aportando recursos naturales sin retribución alguna.
Sin embargo, la invasión peninsular por tropas francesas al mando de Napoleón Bonaparte comprometió la estabilidad de la monarquía española.
Fue el momento apropiado para que los fallidos intentos por sublevarse de las colonias americanas tomaran un segundo aire, y fue así como se declararon independientes una tras otra, con mayor o menor éxito, iniciándose posteriormente una guerra para consolidar el nuevo status de país libre.
En algunas colonias no se realizó una ruptura total con la corona. Más bien se realizó una declaración de desconocimiento del nuevo régimen francés, y se preservaban los derechos del rey Fernando VII para conseguir así mayor apoyo y menor rechazo por parte de la iglesia.
Al poco tiempo, los españoles logran expulsar a los invasores y es entonces cuando las colonias abogan por no retornar a la subyugación, sino iniciar una vida como países libres e independientes.
El imperio español entonces intenta retomar sus territorios y se da inicio a las batallas de la guerra por la independencia, las cuales perdió en casi su totalidad, permaneciendo solo en posesión de Filipinas, Cuba y puerto Rico, las cuales negociaría o perdería posteriormente.
Antecedentes de la vida independiente de México: el Virreinato
Se inicia en 1535, bajo el mandato de Antonio de Mendoza, primer virrey. Bajo el nombre de Nueva España, se sucedieron 62 virreyes desde su establecimiento hasta 1810. Se caracterizó por un sistema social basado en castas.
Los vasallos del rey eran los españoles y gozaban de más privilegios que los criollos (nacidos en las nuevas tierras) y los nativos. El comercio entre provincias solo se permitió hacia finales del siglo XVIII.
Grito de Dolores
Tras varios intentos fallidos de tomar el poder, el 16 de septiembre de 1810 el cura Miguel Hidalgo lanza su grito a la insurrección, en la iglesia de Dolores.
El movimiento se inspiraba en el malestar provocado por el papel en segundo plano que jugaba la sociedad del nuevo mundo. La insurrección armada logró varias victorias contra los españoles, pero poco a poco se fueron replegando hacia el Pacífico y el sur sufriendo sucesivas derrotas.
Los héroes nacionales como Hidalgo y Morelos fueron encarcelados y ejecutados. La rebelión se extinguía, reduciéndose a guerra de guerrillas.
Posteriormente, en 1820 el imperio español reinstituyó la constitución y decretos de Cádiz, la cual, por su excesiva burocracia, complicación de trámites y alto poder a la corona, fue rechazada por el virreinato de Nueva España.
Es entonces en 1821 cuando el general del ejército Mexicano, Agustín de Iturbide, quien había logrado importantes victorias para la causa realista, decide pactar con los rebeldes y unirse al movimiento independentista.
El general Iturbide entra a la capital y es nombrado presidente y forma un gobierno que no seguía fielmente los lineamientos de aquellos que habían muerto en la lucha por la libertad.
Iturbide proclamaba su pacto de Iguala, formando así el llamado ejército trigarante. Mediante este pacto, se pretendía unir a las fuerzas que, por un lado, representaban los insurgentes independentistas, por el otro, los monárquicos que querían un México regido bajo la corona de España pero no bajo el régimen actual del gobierno español.
Otros de sus deseos era el de respetar los bienes y la autoridad de la Iglesia Católica, la libertad e igualdad para todos los ciudadanos, la abolición de la esclavitud, recompensar a los miembros del ejército y proclamar un régimen constitucional.
El ejército trigarante, llamado así por garantizar la religión católica (color blanco de la bandera), la independencia de España (color verde) y la unión de los bandos en guerra (color rojo), se conformó de los rebeldes y las tropas realistas al mando de Iturbide.
Independencia de México
Iturbide difundió por la nueva nación su plan, logrando la adhesión tanto de realistas como de insurgentes. Por otro lado, combatió a los realistas que se negaban a aceptar el plan independentista.
El virrey Apodaca fue destituido y reemplazado por otro ilegítimo ya que no era nombrado por España.
Las cortes españolas enviaron a un último representante, Juan O`Donojú, el cual se entrevistó con Iturbide, y éste le hizo ver que sólo tenían un décimo de sus tropas y que era inútil resistirse.
Es así como, el 24 de agosto de 1821, se firman los tratados de Córdoba, donde se reconoce al Imperio Mexicano como independiente de España. La corona desconoció dicho tratado. No obstante, el 27 de septiembre de 1821 el ejército trigarante entra victorioso a la capital.
Referencias
- Constitución y Decretos. Recuperado de: unav.es.
- Guerra de Independencia de México. Recuperado de: donquijote.org.
- Harvey, R. (2000).Liberators: Latin America’s Struggle for Independence, 1810–1830. Londres, John Murray.
- Mexican Independence. Recuperado de: tamu.edu.