Lengua y literatura

Marqués de Santillana: quién fue, biografía y obras


¿Quién fue el marqués de Santillana?

El marqués de Santillana (1398-1458), cuyo nombre era Íñigo López de Mendoza, fue un notable poeta y caballero de armas español del siglo XV. Provino de un largo linaje de nobles poetas y militares, y estuvo emparentado con destacadas figuras de la literatura española, como Gómez Manrique y Jorge Manrique.

Escribió numerosos sonetos, serranillas, poemas dialogados, canciones líricas, proverbios, estudios, prólogos y cultivó otras tantas formas literarias.

Fue además un reconocido traductor de textos antiguos, editor de su propia obra y la de sus contemporáneos.

Destacó especialmente su esfuerzo por adaptar el soneto “al itálico modo” (popularizado por Petrarca en el siglo XIV) a las formas castellanas, cuyo resultado, aunque imperfecto, es predecesor del soneto renacentista y del trabajo de Garcilaso de la Vega, sobrino nieto del marqués de Santillana.

Fue caballero de la corona de Aragón y aliado fiel de Juan II de Castilla, a quien le fue leal toda su vida. Junto a este participó en diversas campañas y conflictos políticos.

Biografía del marqués de Santillana

Primeros años

Íñigo López de Mendoza, I conde del Real de Manzanares, I marqués de Santillana y señor de Hita y de Buitrago del Lozoya, nació el 19 de agosto de 1398, en Carrión de los Condes, provincia de Palencia, España.

Sus padres fueron don Diego Hurtado de Mendoza, Almirante Mayor de Castilla, y doña Leonor Lasso de La Vega, heredera de ricos señoríos en Asturias de Santillana. 

En 1404, cuando apenas contaba con cinco años, falleció su padre. Íñigo heredó la mayoría de sus bienes y tuvo que enfrentarse junto a su madre a innumerables rencillas familiares.

La mayor parte de su infancia transcurrió en la casa señorial de doña Mencía de Cisneros, su abuela materna. En la biblioteca de esta residencia tuvo sus primeros contactos con la poesía y la lírica popular, tanto castellana como provenzal.

Contó desde muy temprana edad con la tutoría de familiares instruidos en política y letras, como su tío abuelo Pedro López de Ayala, canciller y escritor.

Ya en su adolescencia, su formación estuvo a cargo de su tío Gutierre Álvarez de Toledo, quien más tarde sería obispo de Palencia.

Matrimonio y vida caballeresca

Para 1408, aún adolescente, contrajo nupcias con Catalina Suárez de Figueroa, hija de Lorenzo Suárez de Figueroa, maestre de Santiago. 

Una vez reafirmada su posición nobiliaria mediante el matrimonio, el marqués viajó a Aragón donde residió en la corte. Primero estuvo en el séquito de Fernando de Antequera y luego en el de su sucesor Alfonso V, de quien fue copero.

A lo largo de los primeros años de su vida política fue partidario de los príncipes e infantes de Aragón, a quienes dedicó numerosos versos, narrando sus conflictos políticos durante el reinado de Juan II de Castilla.

A lo largo de su estadía en la corte aragonesa estudió a los poetas clásicos griegos y latinos y se declaró ferviente admirador de Virgilio y Dante.

Estuvo en contacto con nobles poetas de diversas regiones, como el catalán Jordi de Sant Jordi, con quien entabló una duradera amistad.

También estuvo en contacto con don Enrique de Villena, teólogo y astrólogo aragonés. Este estudioso influyó hondamente en Íñigo y con quien mantendría un fructífero intercambio de saberes hasta la muerte de Villena en 1434.

Con su esposa, Catalina, tuvo 10 hijos.

Actividades políticas y de armas

Tras su estadía en la corte aragonesa, Íñigo se mantuvo fiel a Juan II de Castilla y fue adversario de Álvaro de Luna, valido del rey. Incluso llegó a oponerse a los aragoneses cuando estos intentaron invadir Castilla a mediados de 1429, mostrándose dispuesto a participar en combates armados.

Enemistad con los infantes de Aragón

Estas acciones le valieron tanto la enemistad de los infantes de Aragón, como el reconocimiento de Juan II. El rey le recompensó, una vez cesado el conflicto, con las llamadas treguas de Majano, con doce villas y quinientos vasallos en su señorío de La Alcarria.

Su relación con los príncipes e infantes de Aragón fue fluctuante a partir de ese momento, declarándose a favor o en contra de los intereses de estos según las circunstancias.

Posteriormente acompañó a Juan II a la guerra de Granada y enfermó durante la campaña en Córdoba, por lo que tuvo que abandonar la expedición.

Conflictos con Álvaro de Luna

Durante esta guerra surgieron los conflictos entre don Álvaro de Luna y otros nobles al servicio del rey, ya que Luna gozaba de más poder que aquellos.

Don Íñigo López tomó partido en contra de Álvaro Luna y a favor de los otros nobles, entre los que contaban el señor de Batres, el conde de Haro, el conde de Alba y el obispo Gómez de Toledo.

En 1438 el rey retomó la guerra de Granada y lo nombró Capitán Mayor, encargándole la defensa de la frontera de Córdoba y Jaén. Obtuvo una resonada victoria en la toma de la villa de Huelma y la fortaleza de Bexis.

Juan de Mena le dedica una composición

Posteriormente, Juan de Mena compuso Coronación del Marqués de Santillana, en donde se cantan todos estos logros militares. Él y el marqués fueron grandes amigos.

De nuevo a la guerra

En 1445 volvió a ser llamado a las armas en la Primera Batalla de Olmedo. Tras esta y por su lealtad a la Corona, Juan II de Castilla le concedió el título de marqués de Santillana y el condado del Real de Manzanares.

Más tarde, en 1453, fue partícipe activo en la caída política y ajusticiamiento público de Álvaro de Luna, acaecido en la plaza de Valladolid, una vez que el rey decidió retirarle a Luna su apoyo.

En 1455 Enrique IV de Castilla, sucesor de Juan II, solicitó de nuevo la colaboración del marqués en la campaña contra el reino nazarí de Granada, siendo esta su última participación en un conflicto armado.

En los periodos transcurridos entre estos conflictos, el marqués se recluyó en sus tierras de Guadalajara y los aprovechó para su actividad literaria.

Muerte

El marqués de Santillana murió en Guadalajara el 25 de marzo de 1458, rodeado de sus hijos, el capellán Pero Díaz de Toledo y su primo, el conde de Alba.

Su esposa había fallecido unos años antes, en 1455. Pero Díaz de Toledo escribió posteriormente Diálogo e raçonamiento en la muerte del Marqués de Santillana, obra sobre su fallecimiento.

Obras del marqués de Santillana

Formas poéticas desarrolladas

Manejaba los versos endecasílabos y la forma típica del soneto italiano: catorce versos de arte mayor, ordenados en dos cuartetos y dos tercetos, cuya rima suele ser ABBA ABBA en los cuartetos y CDC CDC, CDE CDE o CDC DCD en los tercetos. Este aprendizaje se refleja en Sonetos fechos al itálico modo.

En su casa de Guadalajara tenía una amplia biblioteca, en donde se reunían con frecuencia doctores en letras y ciencias, así como artistas y personajes letrados que conformaban un círculo de estudio.

Esta biblioteca contaba con numerosos manuscritos de Homero, Platón, Cicerón, Séneca, Francesco Petrarca, san Agustín, san Juan Crisóstomo, Alfonso X, Honoré Bouvet, Dante Alighieri, Valerio Máximo, Giovanni Boccaccio, Leonardo Bruni, Alain Chartier, Giannozzo Manetti, Roman de la Rose, entre otros.

Muchos de estos documentos estaban precedidos por estudios y preámbulos del mismo marqués.

Cada uno de estos manuscritos se encontraba pintado y cuidadosamente ornamentado con el escudo de armas de la casa Mendoza y su lema. La selección de los autores señala su devoción al cultivo de todo tipo de saberes.

Prohemio e carta al condestable don Pedro de Portugal

Fue uno de los primeros autores en escribir en castellano una breve historia de la literatura europea, titulada Prohemio e carta al condestable don Pedro de Portugal, la cual contiene también reflexiones críticas e impresiones personales sobre la literatura en general, y es una de sus más trascendentes obras en prosa.

Su primera compilación de obras

Asimismo, para 1445 elaboró una primera compilación de sus obras, la cual preludió con una Ars Poética. Este gesto era inusual en la tradición castellana de la época, se cree que fue uno de los primeros escritos de este tipo en el idioma.

Dentro de lo que se podría denominar poesía alegórica, se pueden citar:

– Infierno de los enamorados (inspirada en La Divina Comedia).

– Denfunssión de Don Enrique de Villena (escrita tras la muerte de su amigo).

– Coronaçión de Mossén Jorde (alabanza al poeta Jordi de Sant Jordi).

– El planto de la reina Margarida, Querella de amor y la Comedieta de Ponza, en la que se narra la batalla naval de Ponza en 1435, en forma de sonetos de arte mayor.

Diálogo de Bías contra Fortuna y el Doctrinal de privados

Narra la caída de Álvaro de Luna, encajan dentro de temáticas más dogmáticas o doctrinales y son poemas dialogados, que narran un suceso adoptando la voz de dos protagonistas.

Mejores obras

Sin embargo, quizá sus obras mejor logradas y más recordadas son las de temáticas pastoriles, tal es el caso de:

Serranillas.

– Canciones y decires.

– Cantar que fizo el marqués de Santillana a sus fijas loando su hermosura.

Referencias

  1. Marqués de Santillana (S. f.). España: Recuperado de: cervantesvirtual.com
  2. Marqués de Santillana (S. f.). (N/a): Biografías y Vidas. Recuperado de: biografiasyvidas.com
  3.  Serranilla (S. f.). (N/a). Wikipedia. Recuperado de: wikipedia.org
  4. Marqués de Santillana: biografía y obras más destacadas (S. f.). (N/a): Overblog. Recuperado de: over-blog.com