Cultura general

Amor filial: qué es, características, diferencias con afecto, ejemplos


¿Qué es el amor filial?

El amor filial es un sentimiento que une a padres y madres con hijos e hijas, hermanos, abuelos, sobrinos, tíos. Es el vínculo que se establece en la familia y que a lo largo de los años, y a pesar de las diferencias de personalidad, logra permanecer.

Las discusiones y peleas entre hermanos y, en general, entre familiares suelen ser comunes, pero el amor filial prioriza la relación familiar. Si bien en algunas ocasiones sucede que los vínculos familiares se rompen, y cuando no se subsanan las diferencias nos sentimos mal con nosotros mismos.

El amor filial se cultiva y se hace crecer con el respeto, con afecto, con empatía, con amabilidad. El ser familia no dispensa de ser corteses. Pero hay que expresarlo de tal manera que nadie se sienta excluido del círculo familiar. Este es un comportamiento difícil y, lamentablemente, lo contrario es muy común.

Sin embargo, en el seno familiar suele sentirse una gran confianza, y de allí la expresión (en su cara positiva): “Me siento como en casa”, para referirse a sentirse a gusto.

Etimológicamente, filial viene del latín filialis, y significa “relativo a los hijos”, es decir, la estrecha relación que se establece entre los progenitores y sus descendientes. Viene también de la palabra griega phylos, que se refiere al amor fraterno que incluye amistad y afecto.

Se alude, asimismo, a ese sentimiento que nos empuja a hacer los mayores sacrificios por nuestros hijos.

Características del amor filial

Suele ser incondicional

Generalmente, el amor de padres y madres hacia sus hijos es un amor “a pesar de”, es decir, a pesar de que no hagamos lo que ellos esperan, nos quieren; a pesar de no estudiar lo que desean, nos quieren; a pesar de no tratarlos con paciencia y respeto, nos quieren.

Decimos generalmente, porque el amor filial es un producto humano y no siempre el ser humano se comporta igual. Hay madres y padres que muestran preferencias por algún hijo en particular, o preferirían no haber tenido hijos (y lo dicen), o maltratan a su prole de todas las formas posibles.

Pero por regla general, el amor filial permite a los miembros de una familia amarse y apoyarse en todas las circunstancias.

Es duradero

A pesar de la distancia, el tiempo que transcurre sin verse y aunque en rigor haya hermanos que se sienten desconocidos entre sí, el amor filial perdura en el tiempo. Queremos a nuestros hermanos y abuelos, a los tíos más cercanos y a nuestros padres e hijos aunque pasen muchos años y no los veamos con frecuencia.

Es una forma de educar

El amor que los hijos reciben de sus padres, o la forma en que son tratados, perfila lo que ese niño entenderá por amor cuando crezca. Ni siquiera en los ambientes más abusivos falta el amor. El problema es que así como expresamos y transmitimos el amor filial a nuestros hijos, de la misma forma ellos crecerán y lo transmitirán a los suyos.

Por eso se dice que el amor filial es un “amor raíz”, un amor que nace en el seno de la familia, sin importar que sus miembros sean o no queribles.

A través del amor filial, o lo que entendemos por ese concepto, educamos y traspasamos valores éticos, morales y culturales.

Conciencia de lo “mío”

Al nacer, todos necesitamos atención y cuidado. La madre desarrolla el llamado “instinto maternal” y el niño, a su vez, desarrolla dependencia, porque requiere que le alimenten, le vistan y le cuiden mientras crece.

La dependencia genera territorialidad y posesividad, y por eso no es extraño advertir en los niños pequeños comportamientos de no querer compartir a sus padres, igual que sus juguetes. No es que los consideren juguetes: los consideran suyos.

¿No te has fijado en que en las familias con varios hijos ninguno dice “nuestros padres” sino “mis padres”?

Diferencia de amor filial con afecto

Una de las principales diferencias es que el amor filial es más fuerte que el afecto, si bien el afecto debe estar presente en el amor filial. Ambos se relacionan y se interconectan, pero podemos sentir afecto por alguien y no amor, y menos amor filial.

El afecto es un sentimiento de cariño, agrado o atracción que se siente por una persona, un objeto, un animal o una idea.

Podemos afirmar que la diferencia básica entre el afecto y el amor filial es una cuestión de intensidad, y que el afecto forma parte –o debería formar parte– de la manera en que nos tratamos dentro de la familia.

El afecto es una acción mediante la que se demuestra el amor: un abrazo, un beso, pero también atender a una persona con cariño y aprecio.

El amor filial es el amor que sentimos por nuestra familia, pero si no se añade el afecto las relaciones se van endureciendo, y nos van alejando unos de otros. Requerimos del contacto afectuoso para prosperar como personas sanas.

Para el amor solo tenemos una palabra, pero este es un sentimiento muy complejo que involucra muchas formas de expresarlo y sentir. ¿Podemos “amar” el amanecer, una torta de chocolate o nuestro trabajo igual que amamos a nuestros padres, hijos, hermanos y amigos?

Ejemplos de amor filial

  • El amor que siente un padre por sus hijos e hijas puede ser distinto del de una madre, sobre todo porque la madre es quien los gesta y da a luz. Sin embargo, el amor del padre es tan fuerte como el de la madre, y le impulsa a proteger a la prole de forma incondicional.
  • El amor que sentimos hacia nuestras abuelas y abuelos, que puede ser tan poderoso como el de nuestros padres. En muchas culturas son precisamente los abuelos los que crían y educan a los niños.
  • El afecto que sentimos hacia algunos amigos puede cruzar la frontera del amor filial. Por ello no es nada extraño que sintamos por algunos de ellos un afecto tan fuerte, un amor tan potente que les consideramos parte de nuestra familia, de ahí que digamos “eres como mi hermana, mi hermano, mi padre o mi madre”.
  • Lo mismo sucede cuando sentimos un profundo apego hacia otras personas; es posible que sintamos por alguien lo mismo que por un hijo: es corriente entre los tíos, tías y primas o primos mayores, que sienten a los familiares menores como hijos.
  • El tratarse colectivamente “como hermanos”, como indican muchas prescripciones religiosas, es otro de los ejemplos de amor filial.

Referencias

  1. Filial love. Tomado de openmindcounseling.com.