Luis Gonzaga Urbina: biografía, estilo, obras
Luís Gonzaga Urbina (1864-1934) fue un escritor y poeta mexicano que produjo su obra entre el Romanticismo y el modernismo. Por la calidad integral de sus textos ha sido considerado como uno de los literatos más importantes de México durante el siglo XX.
La obra de Gonzaga Urbina abarcó mayormente al género de la poesía, aunque también se dedicó a escribir textos de perfil académico en relación con la literatura. Sus escritos se caracterizaron por un lenguaje bien cuidado y una estética impecable.
Los siguientes fueron algunos de los títulos más importantes de este autor: Ingenuas, Lámparas en agonía, Lorena, Antología del centenario, La literatura mexicana y Cuentos vividos y crónicas soñadas. Algunas de sus obras las concibió mientras vivió en Cuba y España.
Índice del artículo
Biografía
Nacimiento
Luís nació el 8 de febrero de 1864 en Ciudad de México. Sobre su familia los datos son escasos, se conoce que quedó huérfano a temprana edad, por lo que debió prontamente trabajar para sostenerse. Algunos estudiosos de su vida afirman que su infancia y juventud fue difícil.
Estudios de Gonzaga Urbina
Gonzaga Urbina realizó sus primeros años de estudios en escuelas de su ciudad natal. Luego cursó el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por esos años demostró su interés por la literatura y se inició en el periodismo.
Incursión temprana en el periodismo
Cuando apenas era un estudiante de preparatoria Gonzaga Urbina se inició en la carrera periodística, tal vez por la necesidad de obtener dinero para subsistir. Así que las páginas del periódico El Siglo XIX estuvieron a su disposición para ejercer como redactor.
En aquella época hizo amistad con el médico, escritor y poeta Manuel Gutiérrez Nájera, quien fue clave en el desarrollo de su obra. También recibió el apoyo del periodista y político Justo Sierra, quien lo ayudó a consolidarse en el ámbito cultural, literario y lo hizo su asistente personal.
Primeras labores
Luís Gonzaga Urbina comenzó rápidamente a destacarse en el campo laboral, siempre en estrecha relación con la escritura y la literatura. Impartió clases de literatura española tanto en la Escuela Nacional Preparatoria como en la facultad de filosofía de la UNAM.
Además de lo antes dicho su trabajo periodístico fue en aumento. Escribió varios artículos, entre ellos crónicas y críticas sobre arte en medios impresos como: El Imparcial y Revista de Revistas. También tuvo participación en algunas de las ediciones de la Revista Azul entre 1894 y 1896.
Primeras publicaciones
El talento y la constancia de Urbina en su trabajo como escritor lo condujeron a las publicaciones literarias. En 1890 publicó su primer trabajo poético titulado: Versos. Posteriormente salieron las obras: Ingenuas, Puestas de soly Antología del centenario, esta última en relación a la independencia de México.
Inconforme y en desacuerdo
Las capacidades y la seriedad de Gonzaga Urbina lo condujeron a dirigir la Biblioteca Nacional en 1913; sin embargo, no estuvo de acuerdo con lo que observó. Así que no tardó en emitir un informe detallado a las autoridades mexicanas sobre la precaria situación de la institución.
Su labor en la Biblioteca Nacional de México se extendió hasta 1915, año en que decidió irse de su país. La salida de su tierra fue motivada por la llegada del militar Álvaro Obregón a la presidencia y por su inconformidad ante la revolución.
Vida en Cuba
En 1915 el escritor partió con destino a La Habana, después de haber demostrado abiertamente su apoyo al político Victoriano Huerta. Al poco tiempo de haber pisado suelo cubano comenzó a trabajar como periodista y también se dedicó a la enseñanza.
Después de dos años de estancia en la isla caribeña fue enviado a España, específicamente a Madrid, como corresponsal del periódico El Heraldo de la Habana. Allí coincidió con varios paisanos, entre ellos: Alfonso Reyes, Diego Rivera, Martín Luís Guzmán, entre otros.
Breve estancia en Argentina
Al poco tiempo de instalarse en Madrid Gonzaga Urbina viajó a Buenos Aires, Argentina donde permaneció desde abril hasta agosto de 1917. Allí dictó varias conferencias en la principal casa de estudios universitarios de la capital, que posteriormente se convirtieron en dos de sus obras académicas.
Gonzaga Urbina entre viajes
A su regreso a la capital española asumió el cargo diplomático de funcionario de la embajada de México. En 1920 terminó su función como representante del gobierno de su país, e hizo un viaje a Italia y otro a su tierra natal. Su estadía no fue del todo grata debido a la convulsión social-política del país.
En México asumió por corto periodo el cargo de secretario del Museo Nacional de Arqueología, Etnografía e Historia. Decidió renunciar tras el asesinato del político Venustiano Carranza Garza, y regresó a España. En ese tiempo publicó: El corazón juglar y Estampas de viaje: España en los días de la guerra.
Últimos años y fallecimiento
El escritor vivió los años finales de su vida en Madrid, entre cargos diplomáticos y desarrollo de obras. Formó parte de la comisión histórica denominada “Del Paso y Troncoso”. Una de sus últimas publicaciones fue la crónica: Luces de España.
Culminando la década de los años veinte el estado de salud del autor comenzó a decaer, y terminó falleciendo el 18 de noviembre de 1934. El gobierno mexicano no tardó en repatriar su cuerpo, para diciembre de ese mismo año fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad capital.
Estilo
El estilo literario de Luís Gonzaga Urbina estuvo enmarcado dentro del Romanticismo y el modernismo, con el uso de un lenguaje bien estructurado, elegante, sobrio y brillante. Resaltó además una estética llena de belleza y atractivo; en algunas de sus obras hubo rasgos humorísticos.
Poesía
En la poesía de este escritor mexicano no hubo un emocionalismo acentuado, además el lenguaje que empleó fue sencillo y preciso. Si bien utilizó recursos literarios como la metáfora, no exageró al momento de usarla, eso lo definió como un poeta comedido y ponderado.
Crónica
La crónica fue uno de los géneros que Urbina manejó con mayor destreza. Hubo en ella un lenguaje acertado, claro y en ocasiones satírico, además supo desarrollar una temática amplia, donde predominó lo histórico; la mayoría de los diarios donde trabajó vieron publicadas sus crónicas
Obras
Poesía
– Versos (1890).
– Ingenuas (1910).
– Puestas de sol (1910).
– Lámparas en agonía (1914).
– El poema de Mariel (1915).
– Glosario de la vida vulgar (1916).
– El corazón juglar (1920).
– Cancionero de la noche serena.
– Lorena (1941).
Textos académicos de literatura
– Antología del centenario (1910).
– La literatura mexicana (1913).
– El teatro nacional (1914).
– La literatura mexicana durante la guerra de la independencia (1917).
– La vida literaria de México (1917).
– Antología romántica 1887-1917 (1917).
Crónicas
– Cuentos vividos y crónicas soñadas (1915).
– Bajo el sol y frente al mar, impresiones de Cuba (1916).
– Estampas de viaje: España en los días de la guerra (1920).
– Luces de España (1924).
Breve descripción de algunas de sus obras
Antología del centenario (1910)
Fue una de las principales obras académicas de Gonzaga Urbina, cuyo principal basamento fue la lucha libertaria de México. Este trabajo destacó en el área de investigación documental, y lo dirigió el historiador Justo Sierra, en colaboración con: Pedro Henríquez y Nicolás Rangel.
La obra estuvo compuesta por los trabajos poéticos de varios escritores, los cuales se complementaron con una biografía de cada uno de ellos. Se pueden mencionar: José Mariano Beristain de Souza, Anastasio de Ochoa, José Agustín de Castro, José Manuel Sartorio, entre otros.
Fragmento de “La abeja en el prado”
“Renda la abeja puntual
por el ameno pensil,
sacando de flores mil
y el néctar de su panal.
Y cuando con ansia tal
registra todo el vergel,
duda, al gustar del clavel
la fragancia y el sabor,
si la empalaga el olor
o la perfuma la miel…”.
Fragmento de “Vieja lágrima” del poemario Lámparas en agonía (1914)
“Como en el fondo de la vieja gruta,
perdida en el riñón de la montaña,
desde hace siglos, silenciosamente,
cae una gota de agua,
aquí, en mi corazón oscuro y solo,
en lo más escondido de la entraña,
oigo caer, desde hace mucho tiempo,
lentamente, una lágrima.
… Hoy no lloro…Ya está seca mi vida
y serena mi alma.
Sin embargo… ¿Por qué siento que cae
así, lágrima a lágrima,
tal fuente inagotable de ternura,
tal vena de dolor que no se acaba?
Es mi herencia, mi herencia la que llora
en el fondo del ánima;
mi corazón recoge, como un cáliz,
el dolor ancestral, lágrima a lágrima…”.
Fragmento de “A solas” del poemario Ingenuas (1910)
“Yo soy muy pobre, pero un tesoro
guardo en el fondo de mi baúl:
una cajita color de oro
que ata un brillante listón azul.
La abro ¿qué tiene?… Hojas de rosas,
secas reliquias de un viejo amor,
alas sin polvo, de mariposas,
mirtos, gardenias y tuberosas;
¡muchos recuerdos en cada flor!…”.
Fragmento de La vida literaria de México (1917)
“… esa facultad casi inconsciente, manifestación idiosincrásica de la raza, de hallar espontánea y fácilmente la expresión rítmica y rimada, y de poner en los cerebros más oscuros una chispa de poesía primitiva; esa facultad, repito, se había extendido y desarrollado como prolífica semilla en terreno fértil…”.
Referencias
- Luís Gonzaga Urbina. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org.
- Tamaro, E. (2004-2019). Luís Gonzaga Urbina. (N/a): Biografías y Vidas. Recuperado de: biografiasyvidas.com.
- Luís Gonzaga Urbina. (S. f.). (N/a): Escritas. Recuperado de: escritas.org.
- Muñoz, Á. (2017). Luís Gonzaga Urbina. México: Enciclopedia de la Literatura en México. Recuperado de: elem.mx.
- Luís Gonzaga Urbina. (S. f.). Cuba: Ecu Red. Recuperado de: ecured.cu.