Criminogénesis: qué es y qué estudia
La criminogénesis es el estudio de las causas que llevan a una persona a realizar un acto antisocial o criminal. Tiene carácter científico en cuanto se enfoca en desentrañar todos los posibles factores que pueden influir en una persona para que esta cometa un delito.
En conjunto con la criminodinámica, la criminogénesis forma un conjunto indisoluble con el que el criminólogo deberá analizar exhaustivamente cada caso. Los factores que influyen en las causas del delito tienen en cuenta tanto el comportamiento de la persona, como su entorno y su historia familiar.
Es decir, para que el criminólogo haga un perfil psicológico del delincuente que reincide tomará en cuenta las influencias ambientales y sociales que rodean al individuo para explicar por qué desembocó en la conducta antisocial.
Es preciso señalar que la criminogénesis también toma en cuenta las tendencias de origen genético, si se presentan y con cuánta intensidad lo hacen. Todo esto forma parte de la estructura de la personalidad, que tiene un papel preponderante en la comisión de un delito.
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La criminogénesis especifica unos ciertos factores distinguibles entre sí, y que son la causa criminógena, el móvil criminógeno y el factor criminógeno.
En criminología, la causa es aquello necesario para que el comportamiento delictivo o antisocial se manifieste, y sin lo cual no habría ocurrido. Constituye el antecedente del delito y la condición del mismo.
La causa criminógena refiere directamente un efecto, que es la conducta delictiva; sin esta causa, la conducta no existe. Por ello, la criminología se esfuerza en demostrar cuál es la causa específica que desembocó en una determinada conducta criminal.
Índice criminológico
El índice criminológico señala diversos aspectos. Con el índice criminológico se puede elaborar un diagnóstico criminológico; este tiene valor clínico pero no necesariamente etiológico, es decir, no necesariamente indica el origen de la conducta criminal.
Factor criminógeno e índice criminológico suelen confundirse; sin embargo, para que se comprenda mejor el concepto, diremos que la conducta antisocial es un indicador (índice) de la personalidad del individuo criminal pero no representa la personalidad.
Condiciones criminológicas
Las condiciones son solo elementos que provocan la ocasión del crimen. Pueden tener cierta relevancia en la etiología criminal y acaso permiten que se presente alguna oportunidad de cometerlo, pero no siempre son determinantes.
Sin embargo, hay que tomarlas en cuenta.
Es el motivo interno que ha llevado a un individuo a cometer un acto antisocial. El móvil es la razón por la cual una persona puede cometer un crimen.
Es todo lo que propicia que un sujeto tenga una conducta criminal o antisocial. Hay autores que consideran que estos factores pueden ser endógenos, exógenos o mixtos que construyen el fenómeno antisocial.
La presencia de un factor criminógeno no necesariamente lleva a una persona al delito; cuando hay varios factores que se combinan, allí es cuando pueden conducirla al crimen. Por ejemplo, se consideran factores criminógenos la promiscuidad, la miseria, el alcoholismo, la adicción a las drogas.
Una persona en un ambiente semejante puede terminar siendo criminal.
Ahora bien, hay factores antropológicos que se refieren a la personalidad del delincuente y son inseparables de esta: constituyen la primera condición del crimen. Estos factores se distinguen desde tres puntos de vista diferentes, el orgánico, el psíquico y el social.
Factor orgánico
Se refiere a la estructura orgánica y biológica de la persona: si presenta alguna anomalía cerebral, o en su sensibilidad o en su actividad refleja. Entran en juego condiciones biológicas, como la raza, el sexo o la edad; las biosociales, referidas a su estado civil, su profesión, dónde vive, clase social, nivel de instrucción.
Factor psíquico
Se refiere a su cociente intelectual e inteligencia; a su sentido de la moral y la ética y lo que esa persona considera qué es un delito o un crimen.
Factor social
Entre los factores sociales estarían las condiciones políticas y económicas de la persona, de su familia y del entorno que le rodea; la densidad poblacional del lugar donde reside; las condiciones familiares; la religión; la educación impartida; la opinión pública y la moral; el índice de alcoholismo; la producción industrial; la policía; la justicia y todo cuanto se refiere a la organización legislativa, penal y civil.
Como se ve, son muchos los factores que pueden influir en una persona a la hora de cometer un crimen, pero no siempre son determinantes.
Es común que alguno de estos factores se convierta en una causa, por ello el criminólogo deberá analizar tanto factores como causas, pues en la medida en que una persona esté expuesta a muchos factores criminógenos, en esa medida puede convertirse en criminal.
Durante muchos siglos ha existido la polémica de si una persona nace mala o se hace mala. En el pasado, ha habido corrientes de pensamiento que señalaban la herencia como causa principal de los delitos.
Es decir, que una persona criminal forzosamente debía tener un ascendiente de la misma talla. En las últimas décadas del siglo XIX, Cesare Lombroso, quien es considerado el padre de la antropología criminal, hizo un estudio exhaustivo de individuos sanos, de presos en asilos y cárceles y también sobre cadáveres.
Buscaba hallar diferencias entre los locos, los criminales y las personas sanas. Para él, el criminal tenía signos anatómicos, biológicos, morfológicos y funcionales que lo diferenciaban del resto, y estableció de esta manera una relación entre malformaciones craneales y conductas consideradas desviadas.
Actualmente no se considera que exista una “herencia criminal” como tal, sino más bien una predisposición genética. La predisposición genética, cuando se combina con un medio ambiente desfavorable (con presencia de factores criminógenos), puede tener como resultado que una persona cometa un crimen.
Sin embargo, si esa persona predispuesta al crimen crece y se desarrolla en un ambiente sano, es poco probable que se convierta en delincuente.
También puede pasar que un sujeto sin predisposición genética cometa un crimen. En este caso, la criminogénesis habla de “situaciones o condiciones fortuitas”: cuando alguien mata a otro por celos, o roba por una situación económica extrema.
La psiquiatría forense es la disciplina que se encarga de estudiar la personalidad del delincuente y de indagar en las posibles causas psicológicas y psiquiátricas que le llevaron a cometer el delito.
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