Botánica

Hongos filamentosos: qué son, características, estructura, ciclo de vida


¿Qué son los hongos filamentosos?

Los hongos filamentosos, conocidos vulgarmente como mohos, son organismos pluricelulares constituidos por estructuras llamadas hifas. Estas poseen capacidad de ramificación y en conjunto se denominan micelios. Morfológicamente, las células son alargadas, varían en longitud y poseen un diámetro de 3 a 15 µm.

Se clasifican en dos grupos: superiores e inferiores. Los superiores poseen hifas delicadas y finas, con células separadas por tabiques porosos que permiten el intercambio de material entre células cercanas.

En los hongos inferiores las hifas son más gruesas y no poseen tabiques, por lo que forman un conjunto multinucleado (con varios núcleos en su interior).

Cuando un hongo filamentoso se desarrolla, una porción se encarga de la absorción de nutrientes (el micelio vegetativo), mientras que la zona que se proyecta al exterior se encarga de la reproducción.

Se caracterizan por formar colonias con apariencia algodonosa o pulverulenta, lo que permite la distinción de las colonias de levaduras. Existen algunos grupos de hongos filamentosos que son patógenos para el ser humano. Dentro de los filos más relevantes están los Zygomycota y Ascomycota.

Características de los hongos filamentosos

– Su apariencia es algodonosa y densa.

– Su color es blanquecino, pero también crema o gris claro.

– Son de rápido crecimiento.

– Crecen en lugares húmedos y oscuros. Pero también crecen al aire libre, aunque las condiciones no favorezcan su crecimiento.

– Se reproducen mediante esporas, y estas pueden sobrevivir en condiciones extremas, incluso en sitios secos.

Estructura

En los hongos filamentosos se puede diferenciar un tallo carnoso constituido por una serie de filamentos largos constituidos por células. Estas estructuras se denominan hifas y su capacidad de crecimiento es notable, logrando alcanzar longitudes exageradas. Se tiene reportes de hifas de 5.600 metros de largo.

Las hifas crecen por medio de alargamiento en sus porciones terminales. Cada parte es capaz de crecer y cuando ocurre el desprendimiento de algún fragmento puede formar una hifa nueva. Esta propiedad de los hongos es usada en el laboratorio para cultivarlos a partir del tallo.

La hifa contiene una porción vegetativa, cuya labor es la obtención de nutrientes. Igualmente, la hifa reproductiva se proyecta sobre la superficie en que se está desarrollando el hongo.

En condiciones ambientales adecuadas o beneficiosas para el organismo, las hifas crecen y forman una masa llamada micelio, que puede ser observada a simple vista. 

Tipos de hifas

Existen dos tipos de hifas, clasificadas de acuerdo a la presencia o no de estructuras denominadas tabiques:

Hifas tabicadas

En la mayoría de los casos estas hifas están divididas por tabiques, forman unidades de células con un solo núcleo. A esta disposición se le conoce como “hifas tabicadas”. Puede que los tabiques presenten ciertas aberturas que permiten conexiones entre células cercanas.

Hifas cenocíticas

En otros casos no existen estos tabiques, por lo que las células que los componen poseen múltiples núcleos embebidos en un citoplasma continuo. Estas hifas se llaman cenocíticas.

En biología, un cenocito es una célula con más de un núcleo producto de divisiones nucleares donde no ocurrió la citocinesis. Un término similar es sincitio, donde las células se agregan y las membranas se disuelven, obteniendo –como en el caso anterior– un citoplasma con numerosos núcleos.

Ciclo de vida

Los hongos filamentosos pueden dar origen a nuevos individuos por reproducción asexual o por reproducción sexual. La primera ocurre por el fenómeno de fragmentación, donde una porción puede dar origen a un individuo.

Esporas

La presencia de esporas ocurre en ambos tipos de reproducción y es una cualidad de interés taxonómico.

Las esporas de los hongos no son similares a las endosporas de las bacterias, que tienen como función asegurar la supervivencia bacteriana ante condiciones adversas.

En los hongos, la espora se separa del individuo que la originó y da lugar a un segundo organismo.

Esporas asexuales

Las hifas aéreas son las encargadas de producir las esporas asexuales. Este proceso varía mucho dependiendo de la especie de estudio.

Las esporas asexuales se clasifican en dos tipos. La conidioespora o conidio, espora que no está rodeada por un saco y son producidas por estructuras denominadas conidióforos. El conocido género Aspergillus es productor de conidios.

A su vez, existen distintos tipos de conidios, como atroconidios, formados por fragmentos de hifas, los blastoconidios, formados por brotes que se separan de la célula que los originó, y el clamidioconidio.

El otro tipo de espora asexual es denominada esporangiospora. Se produce en el interior del esporangio, en la porción terminal de la hifa, llamada esporangióforo. Cuando las esporas asexuales germinan se convierte en un individuo idéntico que el hongo que lo originó.

Esporas sexuales

Las esporas sexuales ocurren por un proceso de fusión de núcleos entre cepas de sexos opuestos. Estas últimas son de menor frecuencia que las asexuales.

La producción de esporas sexuales ocurre en tres fases: plasmogamia, donde un núcleo con una carga genética ingresa en el citoplasma de otra célula; cariogamia, donde ocurre la fusión de dichos núcleos, y meiosis, donde el nuevo núcleo –ahora diploide– origina nuevos núcleos haploides.

Los individuos que se desarrollan a partir de cepas sexuales, compartirán ciertas características con ambos de sus parentales.

Crecimiento y nutrición

Los hongos son quimioheterótrofos, lo cual indica que deben absorber sus nutrientes. No poseen capacidad fotosintética como las plantas, ya que no poseen clorofila, ni la maquinaria enzimática necesaria para una vida autótrofa.

De manera general, los hongos filamentosos son del tipo aerobios. En contraste con las levaduras, que son anaerobias facultativas.

Generalmente los hongos se adaptan con facilidad a ambientes hostiles. Son capaces de crecer en zonas con humedad relativamente baja, en presiones osmóticas elevadas y a niveles de pH bastante bajos.

Estas propiedades nos explican por qué en la mayoría de los casos los hongos colonizan nuestras frutas y cereales, y por qué son capaces de crecer en lugares que a simple vista son poco adecuados, como la pared del cuarto de baño o las suelas de los zapatos.

Si se quiere impedir el crecimiento de dichos hongos en productos comestibles, como el queso y las bebidas, se añade ácido sórbico, sorbato de potasio o benzoato de sodio.

En el caso del pan, suele añadirse como conservante el fungistático propionato de calcio. Estos ácidos orgánicos interfieren en las vías metabólicas de los mohos.

Patógenos del ser humano

Existen algunos hongos filamentosos que causan infecciones en el ser humano, predominantemente del tipo pulmonar.

Entre los géneros con importancia clínica resaltan: Acremonium, que causa infecciones en piel y uñas; Aspergillus fumigatus, causante de la infección bronqueopulmonar alérgica; Bipolaris ssp., causante de la sinusitis y otras patologías relacionadas con el cerebro.

Ejemplos de especies de hongos filamentosos

Algunos hongos filamentosos son los siguientes, entre cientos más:

Penicillinium sp.

Aspergillus.

Micosporum.

Trichophyton.

Fusarium.

Trichoderma.

Referencias

  1. Campbell, N. A. (2001). Biología: Conceptos y relaciones. Pearson Educación.
  2. Curtis, H., & Barnes, N. S. (1994). Invitation to biology. Macmillan.
  3. Forbes, B. A. (2009). Diagnóstico microbiológico. Ed. Médica Panamericana.
  4. Prats, G. (2006). Microbiología clínica. Ed. Médica Panamericana.
  5. Tortora, G. J., Funke, B. R., & Case, C. L. (2007). Introducción a la microbiología. Ed. Médica Panamericana.