Historia

¿Quiénes fueron los Blancos Criollos en Latinoamérica?


Los blancos criollos eran las personas de raza blanca que nacieron en el continente americano durante el período de colonización por parte de las potencias europeas. Los blancos criollos se consolidaron como la clase dominante porque mantenían el control del capital y superaban ampliamente a los blancos peninsulares.

La presencia colonial española en América duró más de 400 años: desde la llegada de Cristóbal Colón a la isla de Guanahani, en la actual Bahamas, hasta que a inicios del siglo XX perdieron sus últimas colonias de manos de Estados Unidos: Cuba y Puerto Rico. Con respecto al Imperio portugués, Brasil fue descubierto en el año 1500 y no se independizó hasta 1822.

Blancos criollos en Latinoamerica

Durante este período colonial, el escalafón social más alto lo ocupaban los blancos peninsulares, es decir, los blancos que provenían de la Península Ibérica. Le seguían los blancos criollos, que eran la descendencia de los peninsulares nacidos en América. Numéricamente hablando, en la mayoría de los países de la región latinoamericana los pardos o mestizos representaban la mayoría de la población.

A diferencia de las colonias británicas, en las españolas y portuguesas el mestizaje fue algo generalizado, por lo que se constituyó una gran clase de personas productos de la mezcla entre blancos, negros e indígenas. Esta clase social, al final del período colonial, comenzó a quitar terreno a los blancos criollos en la parte económica, porque se encargaron de los oficios y las ventas.

Los blancos criollos dominaron económicamente el período colonial, al ser los grandes terratenientes de las colonias americanas. Entre esta clase siempre existió un descontento al no poder ocupar las posiciones de poder más altas.

Por este motivo, los blancos criollos fueron los que se rebelaron contra los españoles después de las abdicaciones de Bayona y comenzaron las guerras de las independencias americanas, en la segunda década del siglo XIX.

Con la independencia de las distintas naciones, la estratificación social con respecto a las diferentes etnias fue en muchas ocasiones superadas en el ámbito legal, pero no en la sociedad.

Los blancos han seguido ocupando las posiciones de poder hasta la actualidad. En este sentido, es importante acotar que la esclavitud fue abolida en la mayoría de los países en la segunda mitad del siglo XIX.

Origen de la estratificación social

A diferencia del proceso colonizador inglés, en el cual comenzaron a emigrar familias completas al continente americano, los barcos españoles y portugueses solo traían hombres. En un primer momento, en los viajes de exploración no había mujeres, lo que llevó a que el primer mestizaje que ocurrió fue el que se dio entre hombre blanco y mujer indígena (Yépez, 2009).

Con el paso de los siglos, España y Portugal establecieron la base de su imperio colonial en lo que hoy denominamos América Latina. Los blancos que llegaron a enraizarse en tierras americanas en un primer momento no tuvieron distinción con su descendencia, pero a los pocos años comenzaron a diferenciarse.

El término blanco criollo no estuvo definido desde un primer momento. Autores como Burkholder prefieren usar el término de “hijos nativos” e “hijas nativas”, porque afirma que en distintas latitudes del continente comenzaron a dársele distintas denominaciones a los blancos nacidos en América (2013).

Otros autores como Pietschmann concluyen que la definición de blancos criollos como los descendientes de los blancos españoles peninsulares en América, pese a que sea la más extendida, es inexacta. Para él, los criollos son las personas blancas cuyo centro económico y social se encontraba en el continente (2003).

Las divisiones surgirían rápidamente, constituyéndose varios tipos de blancos. Se encontraban, además de los blancos peninsulares nacidos en España o Portugal y de los blancos criollos, los blancos de orilla, originarios de las Islas Canarias, que se dedicaban principalmente a la artesanía y al comercio (Yépez, 2009).

Ascenso al poder

El siglo XVII fue cuando los blancos criollos comenzaron a escalar posiciones en la jerarquía gubernamental y eclesiástica (Burkholder, 2013). Antes, al tener aún una expansión colonial reducida, era más fácil administrar directamente el poder por parte de los emisarios españoles.

El número de blancos criollos superó al de blancos peninsulares, por lo que se plantearon nuevas necesidades. Los criollos ya tenían una posición de poder económica dominante, puesto que eran los grandes propietarios de tierras productivas y dueños de la gran mayoría de la mano de obra esclava en las colonias.

Este poder económico comenzó a generar una disputa con el poder político, que cedió ante los criollos, permitiéndoles acceder gradualmente a la mayoría de los cargos, pero siempre reservando los de más importancia para los blancos peninsulares.

Sin embargo, la disputa no fue solo con la clase social superior. Los pardos se volvieron mayoría en muchos de las colonias latinoamericanas y comenzaron a disputarles la posición a los criollos. Estos últimos se oponían a que los pardos pudiesen ocupar las posiciones de poder que ellos ya habían conquistado (Yépez, 2009).

Los pardos, a diferencia de los blancos, tenían una menguada posición social, aunque con el tiempo fueron dedicándose al colegio y pudieron constituir escuelas propias y poder asistir a importantes iglesias. Mientras la disputa entre blancos criollos y pardos acontecía, América se revolvía poniendo fin al imperio colonial.

Criollos e independencia

Simón Bolívar, José de San Martín, José Gervasio Artigas, Bernardo O’Higgins, Antonio José de Sucre y muchos más libertadores americanos eran, por supuesto, blancos criollos. Este grupo social siempre había ansiado poder ocupar las posiciones más altas del poder, con cargos como gobernador, capitán general o virrey, y eso se reflejaba en las movidas independentistas realizadas por estos próceres.

Las guerras de independencia, según lo planteado por Pérez (2010), fueron conflictos en mayor medida dominados por los blancos criollos, tanto en el bando patriota como en el realista. En un primer momento, los patriotas recelaban de la incorporación de pardos y negros a sus tropas, aunque pensando en fines militares fueron cediendo.

Sin embargo, entre peninsulares y criollos hubo desencuentros marcados y específicos. Esto se puede reflejar en el Decreto de Guerra a Muerte que firmó Simón Bolívar en el marco de la Campaña Admirable, en el que perdonaba la vida a los americanos aunque apoyaran a la Corona, pero exigía a los europeos que si querían salvar su vida deberían obrar por la independencia de los pueblos.

Los blancos criollos lograron la independencia de las colonias americanas y se atornillaron en las distintas posiciones de poder. Con el pasar de los años, los que antes fueron considerados blancos de orilla, indígenas o pardos pudieron llegar a las posiciones más altas. Con la independencia, las estratificaciones por la raza siguieron, pero se fueron diluyendo.

Bibliografía

  1. Helg, A (2012). Simón Bolívar’s Republic: a bulwark against the “Tyranny” of the Majority. Revista de Sociologia e Política, 20(42), 21-37. Recuperado de dx.doi.org.
  2. Jackson, K. (2008). Creole Societies in the Portuguese Colonial Empire. Luso-Brazilian Review, 45(1), 202-205. 
  3. Rodrigues-Moura, E. (2013). Creole Subjects in the Colonial Americas. Empires, Texts, Identities. Revista Iberoamericana, 79(243), 603-610.