Habilidades sociales

Habilidades socioemocionales: desarrollo, ejemplos y actividades


Las habilidades socioemocionales son las conductas aprendidas que llevamos a cabo cuando nos relacionamos con personas de nuestro entorno, por medio de la expresión de nuestros sentimientos, actitudes, derechos u opiniones. Ejemplos de estas son la empatía, el autoconocimiento o el autocontrol.

Así, una persona con habilidades socioemocionales óptimas mostrará destreza a la hora de relacionarse y comportarse adecuadamente de acuerdo a unos objetivos determinados ante diversas situaciones.

En este artículo, te voy a mostrar algunas de las habilidades socioemocionales más importantes y cómo desarrollarlas, haciendo hincapié en el ámbito escolar en edades tempranas, ya que cuanto antes se establezcan estas habilidades, la persona crecerá más óptimamente.

Dentro de las habilidades socioemocionales existen habilidades básicas (escuchar, iniciar una conversación, formular una pregunta, dar las gracias, presentarse, etc) y habilidades más desarrolladas (tomar iniciativas, tomar decisiones, establecer objetivos o resolver problemas según su importancia, entre otras).

Para poder llegar a desarrollar las segundas hay que comenzar por un entrenamiento de adquisición de las primeras.

Índice del artículo

Habilidades socioemocionales en el niño

Las habilidades socioemocionales en los niños se centran en su adaptación a la familia, escuela, entorno más directo, etc. 

Los primeros años son claves para cimentar la personalidad de la persona, por lo que si no se desarrollan las capacidades adecuadas para adaptarse al entorno social, lo más probable es que derive en un individuo con baja autoestima y con problemas para relacionarse.

El autocontrol, la comunicación asertiva, la resolución de conflictos o la empatía son algunas de las capacidades y emociones que la familia y el sistema educativo debe gestionar en los niños para convertirse en un individuo adaptado a la sociedad.

Habría que reseñar que hasta hace pocas décadas, en el ámbito escolar primaban los aspectos intelectuales por encima de los socioemocionales, siendo estos últimos prácticamente inexistentes. Existía el concepto de que el éxito formativo de una persona era desarrollar su sistema cognitivo.

En el siglo XXI, los métodos pedagógicos más centrados en las habilidades sociales han ido tomando protagonismo.

Ejemplos de habilidades socioemocionales

Autoconocimiento

Este concepto se refiere a conocer qué es lo que estamos sintiendo en cada momento, realizando evaluaciones realistas en relación a nuestras propias habilidades y reconociendo nuestras fortalezas, limitaciones y tener conexión con nuestros propios sentimientos. De este modo, seremos realistas a la hora de marcarnos los objetivos.

Conciencia social

Es el entendimiento de que los demás también están sintiendo y ser capaz de adoptar sus diferentes perspectivas, llegando a interactuar positivamente con diversos grupos. Es saber que no estamos solos y que igual que tenemos derechos, también tenemos deberes.

Esta competencia engloba el aprender a identificar y comprender los pensamientos y sentimientos de los demás y comprender que gracias a la diversidad es posible la complementariedad en la sociedad. 

Empatía

Es la capacidad para ponerse en el lugar de los demás y experimentar las emociones que otros están experimentando.

Comunicación asertiva

Es el estilo de comunicación por el que la persona se respeta a sí misma y sus derechos, al mismo tiempo que lo hace con los demás.

Resiliencia

Es la capacidad de reponerse ante eventos difíciles, estresantes o traumáticos. Por ejemplo, un niño que recupera su energía física y mental tras pasar por el divorcio de sus padres.

Perseverancia

Es la capacidad de seguir actuando para conseguir metas a medio o largo plazo. Se persevera cuando no se tienen resultados deseados, pero aun así se sigue actuando para intentar conseguir la meta deseada.

Colaboración

Se trata de la capacidad de coordinarse con las demás personas para conseguir un objetivo común. Por ejemplo, se puede colaborar con un grupo de personas para lograr una convivencia apacible dentro de una comunidad.

Autogestión

Identificar nuestras emociones y utilizarlas como factores facilitadores de las actividades que pretendemos realizar y no que actúen como interferencia. Aprender a ser conscientes de la necesidad de demorar las recompensas para conseguir determinadas metas y desarrollar la perseverancia para tolerar la frustración y las dificultades.

En esta competencia es importante el aprendizaje de la gestión de las emociones así como fijar objetivos a corto y a largo plazo y trabajar para su consecución.

Toma de decisiones responsable

Para esta competencia es primordial enseñar al niño a evaluar de forma precisa los riesgos. Saber tomar decisiones teniendo en cuenta todos los factores relevantes, así como valorando las posibles consecuencias de las actuaciones alternativas, asumiendo la responsabilidad de cada acción y respetando al otro.

En ocasiones, tomar decisiones no es tarea fácil, ya que dudar sobre la opción más adecuada puede producirnos sentimientos de angustia.

Habilidades en las relaciones personales

Hacer uso de las emociones para llevar a cabo relaciones efectivas, saludables y reforzantes que tengan su base en la cooperación. Resistencia a las presiones sociales inapropiadas. Negociar soluciones ante los conflictos y aprender a solicitar ayuda cuando se necesita.

Para ello, se enseñará al niño el empleo de habilidades verbales y no verbales para la comunicación con otros y a construir relaciones saludables con otras personas y/o grupos. En esta competencia también es importante enseñar el tema de la negociación para conseguir resolver conflictos en los que ambas partes salgan beneficiadas.

¿Cómo desarrollar las habilidades socioemocionales en la escuela?

Uno de los entornos esenciales para el desarrollo de las habilidades socioemocionales es el educacional, ya que estas habilidades se deben empezar a trabajar en edades tempranas.

Integración social

La educación tiene por función principal la adaptación social del individuo. Esto conlleva fomentar su integración en la sociedad mediante la socialización, a través de la cual cada sujeto, mediante la interacción con los demás, desarrolla diversas maneras de sentir, pensar y actuar que resultan esenciales para la participación apropiada en la sociedad.

Actualmente, en las sociedades desarrolladas se dan continuos cambios que exigen al individuo un reajuste continuo. Por ello, es de vital importancia desarrollar la capacidad de adaptación del individuo y flexibilización de los sujetos para poder ir moldeándonos según las necesidades que vayan surgiendo.

Sin embargo, en relación a la inclusión del desarrollo de habilidades socioemocionales e inteligencia emocional en la escuela, hay que tener en cuenta que los recursos con los que contamos en el colegio así como el tiempo que los niños pasan en él son limitados.

Desarrollar habilidades

Hay dos opciones en las que enfocarse para trabajar las habilidades:

  • Ajustarnos a las necesidades de una persona o un grupo concreto, a los problemas que presentan en la escuela, en su lugar de trabajo, en sus casas y/o en la calle.
  • Centrarnos en habilidades con probabilidades de generalización a otros dominios y que, a su vez, sean importantes para el desarrollo de otras habilidades.

Elegir una opción u otra vendrá guiado por la demanda que se nos plantee. Los programas de entrenamiento en habilidades emocionales pueden diseñarse de forma estructurada o semiestructurada.

En esta última,  hay más posibilidad de dejar paso a la improvisación, para poder  trabajar adecuándose a cada situación y persona en concreto.

Trabajo grupal

Mediante el trabajo en grupo de las habilidades socioemocionales, podemos abordar de forma completa el entrenamiento en habilidades generales con ejercicios dirigidos a la reducción de la ansiedad, la reestructuración cognitiva y la solución de los problemas concretos que presentan cada miembro del grupo.

Existen diversas habilidades emocionales, como son la capacidad de planificación y deliberación, la de control y la de evaluación del curso de la acción, que están interrelacionadas.

Si todo entrenamiento incluyera estas habilidades, la mejora de las deficiencias en estas facilitaría el autoconocimiento por parte de la persona que lleve a cabo el entrenamiento, además de mejorar su capacidad de interactuar con los demás.

Algunas de las actividades más importantes desde la edad temprana del niño son el aprendizaje cooperativo o los grupos de discusión como metodología didáctica. Esta metodología aporta un aprendizaje en el niño para interactuar con sus semejantes.

Importancia de las habilidades socioemocionales

Las habilidades socioemocionales son vitales para un correcto desarrollo del individuo y para relacionarse con su entorno. Gracias a estas herramientas:

– Es posible un mejor control de las emociones. Esto supone que las respuestas emocionales no se disparen (por ejemeplo ansiedad) ni se desactiven (depresión).

– Con un buen control de las emociones, las tomas de decisiones se realizan de manera de responsable, evitando conductas de riesgo. Además, ayuda a centrar la atención de los objetivos.

– Ayuda a enriquecer el entorno social, siendo este más rico y sano. Esto tiene  consecuencias muy positivas como un mejor desempeño académico, profesional, así como una reducción de las posibilidades de adquirir vicios (drogas) o desarrollar comportamientos negativos (violencia).

– Mejora la autoestima y la confianza, lo que deriva en un menor estrés emocional.

– Provoca bienestar.

Actividades para el desarrollo de habilidades socioemocionales

Escribir un diario emocional

Es un ejercicio muy útil consiste en trabajar todas las habilidades. En él se añadiran las vivencias que se le presentan en el día a día y las emociones que le suscitan malestar emocional (diario emocional).

Una vez que finaliza el periodo de entrenamiento en habilidades generales, se dedica tiempo al análisis de las diversas situaciones problemáticas que estos individuos hayan anotado en su diario y se lleva a cabo un abordaje en grupo.

Ejercicio para desarrollar la asertividad

Un buen ejercicio para aprender a desarrollar la asertividad es escribir en un cuaderno 5 cosas que apruebes de tu imagen física y 5 cosas de tu forma de ser que te agraden. Si uno mismo no es capaz de encontrarlas, se puede preguntar a amigos o familiares.

Finalmente, se trata de revisar las listas y pensar que si esa persona conociera a alguien con esas características, seguramente estaría encantado de conocerle.

Ejercicio para desarrollar la toma de decisiones efectiva

Este ejercicio consiste en escribir en un papel algunas ideas sobre las formas en que las personas toman decisiones. A continuación, se reflexiona sobre los riesgos, ventajas y desventajas y posibles consecuencias de cada una de las formas que se han señalado anteriormente.

Ejercicio para una buena comunicación social

Una persona realiza una buena escucha activa cuando es capaz de prestar atención de una forma intencionada, con empatía sabiendo ponerse en el lugar del otro.

Para realizar este ejercicio, necesitaremos a dos personas. Uno contará una historia relativamente importante para él y el otro escuchará, aunque poniendo muchos impedimentos a la comunicación: dará consejos sin que se los pida el que habla, conversará con alguien más mientras el otro le sigue hablando, le interrumpirá y cambiará de tema, se reirá sin venir a cuento, etc.

En una nueva escena, uno comienza a contar un problema que le importe resolver y la persona que escucha lo hará formulando preguntas aclaratorias, le hace saber que le entiende, le mira a la cara y asiente con la cabeza.

Ante estas dos situaciones tan diferentes, ¿cuál resulta más positiva?, ¿en que situación hemos puesto en marcha habilidades de comunicación y escucha activa? Con este ejercicio, se pretende hacer ver al individuo la importancia de la comunicación efectiva.

Técnica del sándwich

Se considera una de las técnicas más eficaces para mejorar las habilidades sociales. Esta consiste en comenzar la comunicación centrándonos en un aspecto positivo para, a continuación, seguir con un aspecto que se podría mejorar y para finalizar acabar con unas palabras alentadoras para el cambio como pueden ser: sé que estás poniendo mucho esfuerzo en cambiar tu actitud y se nota porque has mejorado al respecto.

Mensajes del “yo”

Los mensajes centrados en el yo se deben utilizar para dar nuestra opinión o expresar nuestras creencias sobre un tema a la otra persona.

Los usaremos en vez de hacer generalizaciones, ya que lo que para uno mismo es de una determinada manera, no tiene que ser igual para el otro porque cada punto de vista es subjetivo. “Yo pienso que ….”, “ Yo creo que …”, “ En mi opinión…”.

Cuando llevamos a cabo estos aprendizajes de competencias en las primeras edades, crecemos siendo personas social y emocionalmente competentes, con autoconciencia y actitudes positivas tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás.

Por lo que cuanto antes se trabajen las habilidades socioemocionales, antes se desarrollarán y beneficiarán en la vida de cada individuo. 

Así, conoceremos nuestros puntos fuertes y creceremos optimistas respecto a nuestro futuro. Podremos manejar nuestras emociones y alcanzar nuestros objetivos y metas y resolver problemas de forma efectiva y responsable.

Referencias

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