Psicología

Pensamiento divergente: características, desarrollarlo, ejercicios


El pensamiento divergente, también conocido como pensamiento lateral, es una habilidad cognitiva que se utiliza para encontrar nuevas soluciones posibles para un problema o situación utilizando la creatividad. En muchos aspectos, se trata de la capacidad contraria al pensamiento convergente, basado en la lógica y la razón.

Por el contrario, el pensamiento divergente normalmente se lleva a cabo de una manera no linear, espontánea y libre, de tal manera que las ideas dan la impresión de surgir por sí mismas. Cuando se produce de forma adecuada, la persona es capaz de llegar a conclusiones inusuales, y explorar una gran cantidad de posibilidades en poco tiempo.

El término “pensamiento divergente” fue creado por el psicólogo J. P. Guilford en 1956, junto al de pensamiento convergente. Durante las décadas siguientes, gran cantidad de investigadores han tratado de encontrar la mejor manera para desarrollar esta capacidad creativa, que se ha vuelto especialmente importante en la sociedad actual.

El pensamiento divergente ha demostrado ser muy útil en áreas como el emprendimiento, las relaciones personales, el arte, y en general cualquier aspecto de la vida en el que no haya una sola respuesta correcta para cada problema. Sin embargo, la mayoría de personas no lo han desarrollado lo suficiente.

Índice del artículo

Características

¿En qué consiste exactamente el pensamiento divergente, y en qué se diferencia de otros procesos psicológicos relacionados? En esta parte del artículo te lo contamos todo sobre esta habilidad mental.

No es linear

Cuando se habla sobre el pensamiento divergente, suele decirse que se trata de un proceso “no linear”. Esto significa que, al llevarse a cabo, no se sigue una estrategia determinada; por el contrario, para conseguir aplicarlo correctamente es necesario suspender el juicio y explorar la realidad de manera abierta.

En este sentido, el pensamiento divergente está muy relacionado con procedimientos como la “lluvia de ideas” o brainstorming. Cuando una persona utiliza esta habilidad, tiene que ser capaz de abandonar sus ideas preconcebidas sobre un tema o situación, y reflexionar y comparar alternativas por muy inusuales que puedan parecer.

De hecho, en muchos casos este proceso de pensamiento está muy relacionado con la intuición y las emociones. En lugar de utilizar la lógica o el razonamiento, la persona tiene que ser capaz de acceder a su subconsciente y dejar que vayan surgiendo ideas, sin juzgarlas ni ponerles etiquetas.

Está relacionado con ciertas características psicológicas

Debido a que el pensamiento divergente no es especialmente común en la sociedad actual, gran cantidad de investigadores han intentado encontrar de qué depende que una persona pueda utilizarlo, y por qué existen diferencias tan grandes entre individuos. Así, se han encontrado ciertos rasgos que correlacionan fuertamente con esta habilidad.

Por una parte, se ha descubierto que las personas más inteligentes generalmente tienen una mayor capacidad para utilizar el pensamiento divergente. Además de esto, aquellos que presentan puntuaciones más altas en rasgos como la extroversión y la apertura a la experiencia también lo tienen más fácil para usar este proceso.

Por otro lado, algunas investigaciones apuntan a que la inteligencia emocional también ayuda a utilizar correctamente el pensamiento divergente. Esta relación es, además, de doble sentido: se ha comprobado que las personas que usan esta habilidad a menudo tienden a experimentar emociones más positivas.

No sirve para tomar decisiones

Cuando describió el pensamiento divergente y el convergente, J. P. Guilford los entendía como procesos complementarios, siendo ambos igual de importantes a la hora de tomar decisiones. Debido a ello, las fortalezas de cada uno de ellos son las debilidades del otro.

Esto implica que el pensamiento divergente es muy útil a la hora de explorar nuevas posibilidades, realizar procesos creativos y en general salirse de lo conocido; pero no es útil a la hora de tomar una decisión, encontrar una respuesta concreta a un problema, o solucionar una situación complicada.

El motivo es que, al utilizar el pensamiento divergente la persona no examina si sus ideas son buenas o malas, o si tienen una aplicación práctica en la vida real.

Por eso, una vez que se ha utilizado este recurso psicológico y se han encontrado varias alternativas, lo ideal es utilizar el pensamiento convergente para seleccionar la más útil o eficaz.

¿Cómo desarrollar el pensamiento divergente?

Debido a la manera en la que está estructurada nuestra sociedad, y la forma en la que funciona el sistema educativo, el pensamiento divergente no se fomenta demasiado en ningún ámbito. El resultado es que la mayoría de personas no es capaz de utilizarlo incluso en situaciones en las que podría resultar muy útil.

Y es que, en ámbitos de la vida como el laboral, el de las relaciones o el de la salud, muchas veces es fundamental ser capaz de salirse de lo establecido, buscar alternativas a lo que conocemos y explorar nuevas formas de actuar que puedan producir resultados mejores.

Por suerte, aunque el pensamiento divergente depende en cierta medida de rasgos psicológicos innatos, esta habilidad también puede entrenarse. Para ello, es necesario centrarse en cuatro áreas: fluencia, flexibilidad, originalidad y desarrollo. A continuación veremos en qué consiste cada una de ellas.

Fluencia

La fluencia es la capacidad que nos permite producir un gran número de ideas distintas a partir de un solo campo o elemento. Un ejemplo clásico de esta habilidad es el ejercicio de encontrar nuevos usos para un lápiz: alguien que tenga una alta fluencia será capaz de nombrar gran cantidad de ellos con facilidad.

La fluencia está relacionada en gran medida con los conocimientos y experiencias de la persona. Alguien que tenga mucha información almacenada en su mente lo tendrá más fácil para encontrar nuevas ideas sobre un mismo tema que alguien cuya experiencia vital sea más limitada.

Flexibilidad

La flexibilidad tiene que ver con la capacidad de relacionar ideas o campos del conocimiento que aparentemente no tengan nada que ver entre sí. Tiene que ver con la fluencia, pero la lleva un paso más allá: una persona con alta flexibilidad no se limita a enumerar nuevas ideas, sino a encontrar aquello que las une.

Originalidad

La originalidad va todavía un paso más allá de la flexibilidad y la fluencia. Las dos habilidades anteriores se centraban en reflexionar sobre los conocimientos ya existentes en la propia mente, ya fuese mediante la simple enumeración o relacionando ideas de distintos campos de una forma nueva.

La originalidad, por el contrario, consiste en crear ideas totalmente nuevas. Debido a ello, es mucho más difícil de dominar que las otras dos habilidades, y se trata de un proceso bastante más complejo.

Numerosas investigaciones se han llevado a cabo para intentar comprender la originalidad y la creatividad, pero estos procesos aún no se entienden bien.

Desarrollo

La habilidad más lógica relacionada con el pensamiento divergente es aquella que permite desarrollar las ideas a las que se ha llegado utilizando la flexibilidad, la fluencia y la orginalidad.

Sin la capacidad de desarrollo, sería imposible aplicar más tarde el pensamiento convergente para tomar una decisión o actuar de manera eficaz.

Ejercicios prácticos

Como ya hemos mencionado, a pesar de guardar cierta relación con componentes innatos como la personalidad o la inteligencia, el pensamiento divergente también puede ser desarrollado y entrenado de manera consciente. En esta sección encontrarás algunos de los ejercicios más eficaces para cumplir este objetivo.

Técnica Scamper

La técnica Scamper es un ejercicio pensado para desarrollar la creatividad y encontrar soluciones innovadoras para un problema. Consiste en modificar una idea a la que ya hemos llegado, aplicándole para ello una serie de filtros y cambios.

Algunos de los cambios que se pueden llevar a cabo son los siguientes:

– Modificar uno de los elementos de la idea.

– Combinar esta posibilidad con otras similares.

– Eliminar alguna parte de la idea.

– Tratar de aplicarla a una situación que no sea aquella para la que se desarrolló inicialmente.

– Sustituir uno de los elementos de la idea por alguno de otra alternativa.

Aumentar el conocimiento sobre un tema

Ya hemos visto que dos de las habilidades necesarias para desarrollar el pensamiento divergente, la fluencia y la flexibilidad, tienen que ver con la capacidad de acceder a información que ya poseemos sobre un tema, y relacionar distintos datos entre sí. Por eso, la forma más sencilla de mejorar esta habilidad es aumentando nuestros conocimientos.

Imaginemos a una persona que tiene que liderar un equipo de trabajo. Si nunca ha estudiado temas como liderazgo, habilidades sociales o persuasión, tendrá problemas para hacerlo de manera eficaz.

En cambio, si ha leído sobre el tema, ha acudido a clases o tiene experiencia práctica, no tendrá dificultades en encontrar soluciones innovadoras.

Por suerte, sobre casi cualquier tema que requiera el uso del pensamiento divergente existe una cantidad casi infinita de información a la que se puede acceder de forma sencilla. Cuantos más conocimientos se tengan sobre un área, más sencillo será llegar a conclusiones creativas y diferentes.

Mejorar la inteligencia emocional

El pensamiento creativo guarda una relación muy estrecha con las emociones, el autocontrol y la gestión de los propios sentimientos. Por eso, mejorar la inteligencia emocional puede ayudarnos a acceder a mejores ideas, a suspender el juicio y a ser más creativos.

Además, diversas investigaciones han señalado que el pensamiento creativo es más sencillo de utilizar en momentos en los que se está de buen humor. Para desarrollar las habilidades en este área, estudiar sobre temas como la asertividad o el control emocional puede ser de mucha ayuda.

Referencias

  1. “Divergent thinking” en: Science Direct. Recuperado en: 26 Abril 2019 de Science Direct: sciencedirect.com.
  2. “Divergent thinking” en: Creative Education Foundation. Recuperado en: 26 Abril 2019 de Creative Education Foundation: creativeeducationfoundation.org.
  3. “Divergent thinking” en: Exploring Your Mind. Recuperado en: 26 Abril 2019 de Exploring Your Mind: exploringyourmind.com.
  4. “What type of thinker are you?” en: Psychology Today. Recuperado en: 26 Abril 2019 de Psychology Today: psychologytoday.com.
  5. “Divergent thinking” en: Wikipedia. Recuperado en: 26 Abril 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.