15 personas famosas con esquizofrenia (vivas y muertas)
¿Qué personas famosas han tenido esquizofrenia?
Las personas famosas con esquizofrenia abundan en diversos ámbitos del saber humano. Desde artistas hasta científicos y deportistas, algunos de ellos han sufrido esta enfermedad, o al menos se sospecha, ya que hay casos en los que no se puede demostrar.
La esquizofrenia se caracteriza por un conjunto de alteraciones mentales que desembocan en el cambio de personalidad, alucinaciones o la pérdida del contacto con la realidad.
Nota: no está claro si estas personas tuvieron enfermedades mentales. Lo que se comenta en este artículo está basado en acontecimientos y datos históricos, no en diagnósticos hechos por profesionales de la salud.
Personas famosas que pudieron padecer esquizofrenia
1. Eduard Einstein
La historia del hijo de uno de los mayores genios científicos de la historia no pasó desapercibida para los medios más amarillistas de su época.
Hijo de Albert Einstein y Mileva Maric, Eduard nació con una inteligencia superlativa, la cual recordaba a la de su padre. Sus estudios estaban plagados de éxitos y el joven apuntaba a lo que siempre había querido ser: psicoanalista.
Por desgracia, con tan solo veinte años tuvo que dejar de lado sus estudios debido a que se le diagnosticó esquizofrenia, llegando a ser internado en varias ocasiones para morir a los 55 años.
2. Andy Goram
El jugador de fútbol escocés estuvo en el centro de las miradas de diversos medios británicos durante varios años.
Tras su paso por varios clubes británicos, llegaría a los Glasgow Rangers como figura. Durante esa época, fue cuando se le diagnosticó al portero un trastorno esquizofrénico.
Famosos son los cánticos de la afición del Celtic, rival directo del Rangers, en los que se burlaban del guardameta: “Two Andy Goram, there’s two Andy Goram” (Dos Andy Goram, solo hay dos Andy Goram).
3. Lionel Aldridge
La estrella de fútbol americano Lionel Aldridge tuvo una carrera plagada de éxitos. Ya en su retiro en 1973, comenzó a trabajar como analista deportivo hasta que recibió un diagnóstico que cambiaría su vida: sufría esquizofrenia.
A raíz de aquel momento, comenzó una constante lucha a favor de las personas con problemas mentales hasta el día de su muerte, en 1998.
Lionel llegó a ocupar un puesto en la Asociación de Salud Mental de Milwaukee y en la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales.
4. Syd Barrett
Por todos es conocido que la actitud del cantante de Pink Floyd no era del todo normal. De hecho, las especulaciones con un posible síndrome de Asperger eran constantes, donde las drogas cobraban gran importancia.
Se afirmó la existencia de unos informes que le diagnosticaban esquizofrenia, algo que el músico nunca llegó a admitir públicamente.
Con el paso del tiempo dejó de tocar y los rumores sobre sus problemas mentales se acrecentaron. Finalmente, murió en 2006 a causa de un cáncer de páncreas, dejando un halo de misticismo sobre su figura.
5. Zelda Fitzgerald
La mujer de F. Scott Fitzgerald, autor de El gran Gatsby, sufrió durante gran parte de su vida esquizofrenia. Ambos protagonizaron la época dorada de los años veinte.
Sus ataques de paranoia eran constantes, sobre todo tras conocer la infidelidad de su marido. Ya en 1930, le diagnosticaron esquizofrenia. Llegó a estar internada en un centro sanatorio en Francia, donde estuvo en tratamiento con varios reputados doctores europeos.
Es ahí cuando comenzó una vida llena de traslados e internamientos (acudiría a centros de Ginebra y Alabama, entre otros).
6. Tom Harrell
El famoso compositor de jazz ha recibido infinitud de premios y reconocimientos a lo largo de su vida gracias a los más de 260 álbumes que ha grabado.
La esquizofrenia no supuso un problema para alcanzar la cima del éxito musical, aunque ahora bien, esto daba un giro de 180 grados cuando actuaba.
Diagnosticado con esquizofrenia paranoide a la edad de veinte años, en sus actuaciones se limitaba a subir al escenario con la cabeza agachada, tocar, y bajarse de la misma manera.
7. Jack Kerouac
El famoso escritor estadounidense es conocido, además de por sus obras, por ser uno de los fundadores de la Generación Beat y precursor del movimiento hippie.
Se alistó en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, pero a los pocos días le dieron la baja porque fue diagnosticado con una demencia precoz.
Al cabo de los años, recibió una nota en la que otro médico le explicaba que sufría tendencias esquizoides. Su muerte debido a una cirrosis hepática creó una leyenda en torno a su figura. Se decía que bebía alcohol para intentar acallar las voces que escuchaba en su mente.
8. Vincent van Gogh
La figura artística de Vincent van Gogh siempre ha estado envuelta en multitud de polémicas.
Muchos expertos en la materia afirman que el pintor postimpresionista sufrió esquizofrenia. Estas hipótesis han sido verificadas por un total de 150 médicos.
Prueba de ello eran diferentes episodios psicóticos que terminaron con su suicidio de un tiro de pistola a la corta edad de treinta y siete años.
9. Brian Wilson
El cofundador de The Beach Boys tampoco pudo librarse de este trastorno.
Causa de ello fue su infancia rodeada de drogas y alcohol. Cuando su padre murió, su enfermedad mental comenzó a brotar fuertemente. Pasó dos años recluido en una habitación de su casa entre drogas.
Intentó tirarse con el coche por un acantilado y enterrarse vivo, al mismo tiempo que admitía tener alucinaciones auditivas, escuchando diferentes voces en su cabeza.
A día de hoy se encuentra relanzando su carrera como artista, preparando nuevos discos y giras musicales.
10. Edvard Munch
El creador del famoso cuadro El grito también sufrió esquizofrenia, además de varios síntomas depresivos. Ejemplo claro de esto fueron sus palabras para describir su obra más emblemática y famosa:
“Estaba caminando por un camino con ambos amigos. Se puso el sol. Sentí un ataque de melancolía. De pronto el cielo se puso rojo como la sangre. Me detuve y me apoyé en una barandilla, muerto de cansancio, y miré las nubes llameantes que colgaban como sangre, como una espada sobre el fiordo azul-negro y la ciudad. Mis amigos continuaron caminando. Me quedé allí temblando de miedo y sentí que un grito agudo interminable penetraba la naturaleza”.
11. Virginia Woolf
Virginia Woolf tuvo un final desastroso: acabó suicidándose a consecuencia de un cuadro mental. Sufrió alucinaciones auditivas y cambios de personalidad que le llevaron a dichos hechos.
Los expertos y biógrafos indican que sufrió un trastorno bipolar, además de depresión profunda. Algunos comportamientos esquizoides pueden estar asociados a su enfermedad. Sin embargo, su producción literaria no se vio nunca interrumpida por estos trastornos, hasta su suicidio en 1941.
12. John Nash
Si has visto la película de Una mente maravillosa, es muy probable que te suene el nombre de John Nash.
Este matemático nació con una inteligencia superior a la de los demás. Pero con treinta y un años comenzó a manifestársele de manera clara el trastorno esquizoide. Su esposa describió su comportamiento como “errático”.
Por ejemplo, el propio Nash creía que todos los hombres que llevaban lazos rojos eran comunistas que querían acabar con él.
En 1959 fue ingresado en el Hospital Mclean, donde se le diagnosticó de manera oficial esquizofrenia paranoide.
13. Edgar Allan Poe
El autor de historias célebres como El gato negro o La caída de la casa Usher sufrió esquizofrenia.
También es cierto que no fue en un grado muy alto, pero fue algo que le marcó, y quién sabe, tal vez le ayudó a crear esos fantásticos textos que a día de hoy le han colocado como el creador del género de terror.
14. Megan Fox
La guapa actriz hollywoodiense ha admitido públicamente el padecimiento de esquizofrenia: “Desde que era una cría tengo alucinaciones auditivas, ilusiones paranoides y disfunción social. Sufro brotes de esquizofrenia”.
Además, teme acabar como Marilyn Monroe, una de sus mayores referentes, sobre la cual lee cada libro que se escribe sobre ella, para así poder comprender la naturaleza de su enfermedad.
15. Gene Tierney
Gene Tierney fue un icono del cine y teatro estadounidense de mediados del siglo XX. Con treinta años comenzó a sufrir problemas de concentración que afectaron notoriamente su carrera profesional.
Tras varias visitas al psiquiatra, fue admitida en el Harkness Pavilion de Nueva York, para ser trasladada más tarde al Instituto de Vida en Hartford, en Connecticut.
Recibió diversos tratamientos de choque, donde llegaría incluso a intentar escaparse de los centros en los que estaba siendo tratada.