Historia

Paz armada: qué fue, causas, características, consecuencias


¿Qué fue la paz armada?

La paz armada fue el periodo de la historia europea que comprende desde 1870 hasta 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial. El comienzo está marcado por la ruptura de los equilibrios continentales creados por el Congreso de Viena, tras las guerras napoleónicas.

Una de las causas de la desaparición de ese equilibrio fue la aparición de una nueva gran potencia en Europa, Alemania, al unificar los territorios germanos. El primer país afectado por ese acontecimiento fue Francia, derrotada en la guerra Franco-prusiana y víctima de las políticas de Bismarck para impedir que recobrara su influencia.

Por otra parte, existía una feroz competencia para lograr más dominios coloniales. Y el hecho de que los Balcanes, con Rusia y el Imperio otomano buscando controlar la zona, contribuía a aumentar la tensión.

Sin embargo, el nombre de “paz armada” proviene de que, durante esa época, las potencias mantuvieron la tensión sin llegar a enfrentarse bélicamente.

La política de alianzas entre ellas, más la carrera armamentista que todas emprendieron, evitaron, paradójicamente, la llegada de una guerra abierta. El sistema, no obstante, acabó por explotar con la Primera Guerra Mundial.

Causas de la paz armada

Nuevas potencias europeas

La unificación de Alemania y de Italia hizo que aparecieran en el mapa europeo dos nuevas potencias para competir con Francia, Gran Bretaña, Rusia y una alicaída España.

En el caso italiano, los choques se notaron más en la política colonial. En cambio, influyó mucho más la reunificación alemana, que se convirtió en el gran contrapeso a Francia e Inglaterra.

Uno de los políticos más importantes en la época fue Bismarck. Sus conocidos sistemas bismarckianos fueron una serie de alianzas destinadas a aislar a Francia y a consolidar la hegemonía alemana en el continente.

No obstante, las políticas de Bismarck no fueron expansivas, ya que se limitó a asegurarse de que sus enemigos no pudieran recobrar su poder. Esto cambió cuando el káiser Guillermo II llegó al poder y emprendió acciones más agresivas.

El nuevo káiser contó con el apoyo de los industriales de su país, ya que también existía una gran competencia en ese aspecto con los ingleses.

Fin del equilibrio surgido tras el Congreso de Viena

El Congreso de Viena, celebrado en 1815 tras la derrota de Napoleón, había rediseñado el mapa europeo. Los equilibrios creados hicieron que el continente mantuviera una estabilidad bastante considerable durante décadas.

Cada potencia tenía su propia área de control. Solo en ocasiones había choques entre ellas, pero generalmente se respetaban las posiciones de poder. Gran Bretaña, por ejemplo, controlaba el océano, mientras que Rusia puso sus ojos en el este y en el mar Negro.

Una de las zonas con más tensión eran los Balcanes, con los otomanos, los rusos y Austria-Hungría tratando de aumentar su influencia.

Por último, Alemania, además de por la unificación, se había visto reforzada por su victoria frente a Francia en 1870. Esto había dejado aislado al país galo, por lo que firmó un acuerdo militar con Rusia en 1892. Por su parte, el Imperio austrohúngaro también había puesto sus ojos en los Balcanes, como Rusia. 

El resultado de este tenso equilibrio hizo que todas las potencias comenzaran una carrera para modernizar sus ejércitos por el temor de una posible guerra.

Conflictos coloniales

Las potencias europeas también compitieron por conseguir posesiones coloniales, especialmente en África y Asia. El creciente imperialismo llevó a una carrera para dominar las máximas tierras posibles.

Italia, que pretendía dominios en el norte africano, se vio relegada en los diferentes repartos. En 1882, por ejemplo, Francia impuso un protectorado sobre Túnez aprovechando la debilidad del Imperio otomano. Los italianos reaccionaron aliándose en 1885 con Alemania y Austria-Hungría, tradicionales enemigos de los franceses.

Por su parte, Alemania intentó erosionar el dominio británico de los mares estableciendo colonias en Marruecos. Se trataba de controlar el paso entre el Atlántico y el Mediterráneo, de gran valor estratégico. Su maniobra no funcionó y causó una enorme hostilidad con Gran Bretaña y Francia.

Nacionalismo

En el plano ideológico, la aparición del nacionalismo exaltó los sentimientos patrióticos. Los románticos alemanes, en 1828, habían extendido la idea del individuo vinculado a una nación. Esta no solo se refería al término territorial, sino que se ampliaba a la cultura, a la raza e, incluso, a una historia común.

El nacionalismo contribuyó a la unificación alemana, con su idea de una nación para todos los de su cultura e idioma. Pero, también, provocó reclamaciones territoriales a países vecinos, con regiones con mayoría germana o que habían pertenecido a su país en algún momento de la historia.

Especialmente significativa fue la reclamación de Alsacia y Lorena, entonces en Francia. Alemania los anexionó tras la guerra Franco-prusiana y se convirtieron en un motivo más de enfrentamiento entre ambos países.

Los Balcanes

La mezcla de pueblos, religiones e idiomas de los Balcanes ha hecho que, históricamente, haya sido una región muy inestable.

En la época de la paz armada, los rusos y los austrohúngaros buscaban acrecentar su influencia. El dominador anterior, el Imperio otomano, estaba en decadencia, y otros países trataban de tomar su lugar.

Características de la paz armada

El periodo de la paz armada fue bastante contradictorio en algunos asuntos. Así, las potencias, con el imperialismo y el nacionalismo, mantenían una tensión pre-bélica que podía estallar en cualquier momento. Por otro, la sociedad pasaba por la época conocida como Belle Epoque, caracterizada por la frivolidad y el lujo.

Por lo tanto, mientras el crecimiento económico propiciaba este tipo de vida, las naciones mantenían una política de preparación para la guerra. La idea de las autoridades era “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

Política armamentista

Cada una de las potencias europeas se embarcó en una feroz carrera para mejorar sus ejércitos. Se habían creado alianzas entre bloques y el gasto militar creció exponencialmente en poco tiempo.

Durante la paz armada, esta carrera armamentista no era, en principio, para comenzar ninguna guerra. Se trataba de, por una parte, estar preparados para defenderse en caso de ataque, y, por otra, de disuadir al enemigo siendo superior militarmente.

Como ejemplo, se puede destacar la construcción, casi de la nada, de una poderosa marina de guerra en Alemania.

Alianzas múltiples

Las relaciones internacionales durante la paz armada se caracterizaron por las alianzas alcanzadas por las potencias. En teoría, todas afirmaban ser solamente defensivas, destinadas a mantener la paz.

Los historiadores distinguen dos periodos en este aspecto. El primero, con Bismarck dirigiendo Alemania, duró entre 1870 y 1890. El segundo acabaría con el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Durante estos años se formaron distintos bloques, con varios cambios de aliados. La Alianza de los Tres Emperadores, entre Alemania, Austria-Hungría y Rusia, dio paso a la Triple Alianza en 1882.

Mientras, Inglaterra y Francia también forjaron sus propios acuerdos. De esta manera, Europa quedó dividida en dos partes.

Consecuencias de la paz armada

Ya a principios del siglo XX, la tensión había llegado casi a su máximo punto. Gran Bretaña era, en esos momentos, la primera potencia mundial, impulsada por la Revolución industrial. Sin embargo, el crecimiento de Alemania la acercaba en todos los aspectos.

Primera Guerra Mundial

La consecuencia directa de la paz armada fue el estallido de la Primera Guerra Mundial. Se trató, en realidad, de la continuación por la guerra de las tensiones que ya existían anteriormente.

Austria y Rusia querían aprovechar la debilidad otomana para controlar los Balcanes. Los primeros pretendían expandirse hasta el Adriático, mientras los segundos apoyaban a los estados eslavos de la zona. En solo 5 años, se produjeron tres crisis que estuvieron a punto de iniciar la guerra.

Finalmente, el asesinato en Sarajevo del heredero del Imperio austrohúngaro el 28 de junio de 1914 fue el desencadenante del conflicto. Austria, con apoyo alemán, dio un ultimátum para investigar el asesinato, provocando la reacción de Rusia que pensaba que era solo una excusa.

La Primera Guerra Mundial comenzó con la declaración de guerra de Austria a Serbia, que recibió el apoyo ruso. Los alemanes se posicionaron con los austriacos y declararon la guerra a Rusia y a Francia. En pocos meses, todo el continente estaba envuelto en el conflicto.

Referencias

  1. Maeda Rodríguez, Alejandro. La Primera Guerra Mundial – La Paz Armada. Obtenido de gobiernodecanarias.org
  2. EcuRed. La Paz Armada. Obtenido de ecured.cu
  3. Montagut, Eduardo. La paz armada. Obtenido de nuevarevolucion.es
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  6. Sheffield, Gary. The Origins of World War One. Obtenido de bbc.co.uk
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