Historia

Jacinto Canek: biografía, rebelión y muerte


Jacinto Canek (1730 – 1761), sobrenombre por el que es conocido José Cecilio de los Santos (o Jacinto Uc de los Santos, dependiendo del historiador), fue un líder indígena maya que promovió un levantamiento contra las autoridades españolas de la época en el pueblo de Cisteil, en 1761.

En una época en la que los indígenas no gozaban de educación, la inteligencia de Canek le llevó a formarse con los monjes que habitaban su zona. Esto le dio una base de conocimientos muy importante a la hora de analizar cómo era la vida de su pueblo.

No se trataba de la primera rebelión protagonizada por los pueblos indígenas mexicanos, que habían sido sistemáticamente apartados de su cultura y costumbres por la potencia colonial. Los españoles siempre trataron de quitarle importancia a estos levantamientos, señalando que eran protagonizados por pequeñas minorías de borrachos.

Canek consiguió poner en apuros al ejército hispano durante varios días, pero finalmente la gran diferencia en medios militares condenó la intentona al fracaso. Se ha considerado como un antecedente de lo que ocurriría un siglo después, con la llamada Guerra de Castas en el Yucatán. El escritor yucateco Emilio Abreu Gómez noveló los hechos en el libro Canek.

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Primeros años

El futuro líder indígena nació en Campeche en 1730. Su nombre real fue José Cecilio de los Santos, aunque otros historiadores afirman que era Jacinto Uc de los Santos. De ascendencia maya, su familia trabajaba para los franciscanos.

Fueron estos monjes quienes le dieron la oportunidad de estudiar, algo vedado para los indígenas en la época. Su gran inteligencia hizo que los monjes lo acogieran y comenzaran a formarlo.

Educación con los franciscanos

Jacinto aprovechó la oportunidad que le habían concedido y aprendió diversas materias con los frailes. Entre ellas, latín, teología, historia y gramática. Tras unos años, su maestro tuvo que desplazarse a Mérida y Canek fue con él.

Fueron precisamente los conocimientos adquiridos y sus dotes naturales lo que le hicieron empezar a tomar conciencia de lo mal que vivía su pueblo. Nada conformista, comenzó a preguntar y a protestar en voz alta, lo que le valió un serio aviso por parte de los monjes.

Esto no acalló al joven maya, quien siguió con su actitud. Al final, los franciscanos deciden expulsarlo del convento, considerándolo un indio rebelde.

Trabajo

Una vez fuera del convento, Jacinto se puso a trabajar como panadero. Durante varios años mantuvo esa ocupación, lo que le sirvió también para visitar parte de los pueblos del estado y seguir conociendo de primera mano la penosa situación de los indígenas.

Existe división entre los historiadores, pero algunos afirman que desde 1760 empezó a preparar una rebelión. Envió cartas para buscar seguidores y señaló enero de 1762 como la fecha elegida. La intentona fue descubierta, por lo que decidió adelantar el intento.

Fue durante ese periodo cuando se ganó el sobrenombre de Jacinto Canek, tomado del último dirigente de los itzaes, los últimos mayas que se resistieron a la Conquista. Proviene de la palabra Can-Ek, que significa “serpiente negra”.

Rebelión de Cisteil

Contexto

La situación económica, educativa y de derechos de los indígenas en la época de Canek los condenaba, sin remedio, a permanecer en la parte más pobre de la sociedad.

Durante todo el siglo XVIII sus tradiciones fueron casi exterminadas y la mayoría se veían obligados a trabajar en las haciendas en condiciones casi esclavistas.

Por eso, habían ocurrido ya varias rebeliones antes de la liderada por Canek. En las décadas siguientes aún estallarían bastantes más hasta llegar a la Guerra de las Castas, un siglo después.

Inicio de la rebelión

El pueblo de Cisteil, situado cerca de Sotuta, celebraba su festividad religiosa el 20 de noviembre de 1761. Cuando finalizó el acto, Jacinto Canek aprovechó para dirigirse a los vecinos que estaban allí reunidos. Hablándoles en maya, les arengó con las siguientes palabras:

“Hijos míos muy amados, no sé qué esperáis para sacudir el pesado yugo y servidumbre trabajosa en que os ha puesto la sujeción a los españoles; yo he caminado por toda la provincia y he registrado todos sus pueblos y, considerando con atención qué utilidad nos trae la sujeción a España, no hallé otra cosa que una penosa e inexorable servidumbre… El juez de tributos no se sacia ni con los trabajos que cercan en la cárcel a nuestros compañeros, ni satisface la sed de nuestra sangre en los continuos azotes con que macera y despedaza nuestros cuerpos”.

Canek los animó para unirse a su rebelión, asegurando que tenía poderes de taumaturgo. Igualmente, les contó que disponía de varios brujos a su servicio y que la victoria estaba profetizada en el Chilam Balam.

Prometió a los oyentes que los que resultaran muertos, resucitarían a los tres días. Por último, afirmó contar con el apoyo de los ingleses para su levantamiento.

Toma de la localidad y reacción española

El levantamiento fue todo un éxito en las primeras horas. Fácilmente lograron tomar Cisteil. Su único error fue dejar escapar a un fraile, Miguel Ruela, que fue quien avisó a las autoridades españolas de lo que estaba ocurriendo.

El fraile recurrió al capitán del ejército en Sotuta. Este, de nombre Tiburcio Cosgaya, no tardó en preparar un destacamento para acudir a Cisteil. Sin embargo, Canek y sus hombres ya estaban preparados: emboscaron a los españoles y varios soldados resultaron muertos.

En ese momento los rebeldes pensaron que su levantamiento podía triunfar. Canek se corona rey de los mayas y promete abolir los tributos, repartir las riquezas que se quedaban los españoles y montar una administración dirigida por los indígenas. La capital de esa nueva nación maya se encontraría en Mani.

Segunda batalla

Poco duró la alegría de los sublevados. Una semana después del levantamiento, los españoles organizan un gran destacamento compuesto por 2000 militares.

El ataque a Cisteil es brutal y unos 500 mayas mueren, por tan solo 40 soldados. Solo 300 hombres, entre los que estaba Canek, consiguen escapar del lugar.

Últimos días de Jacinto Canek

Los supervivientes de la batalla de Cisteil tratan de huir hacia Sivac. Por su parte, los españoles no estaban dispuestos a dejarlos escapar. En el propio Sivac, Canek es capturado junto al resto de sus seguidores. Todos son trasladados a Mérida.

La acusación principal a la que se enfrenta el líder indígena es la de rebelión. A este delito le añaden el de sacrilegio y haberse proclamado rey. El juicio sumarísimo no dura demasiado y es condenado a muerte.

Ejecución y escarmiento

Aunque el resto de sus partidarios atrapados también reciben condenas (algunos mueren ahorcados y otros son azotados o mutilados), la de Canek es particularmente cruel.

Según las crónicas debe morirse “atenazado, roto su cuerpo y después quemado y echada sus cenizas al viento”.

Sin llegar al mes desde que se produjo el levantamiento, el 14 de diciembre de 1861, Jacinto Canek es ejecutado tal y como dicta la sentencia en la Plaza Mayor de Mérida.

Si ya el modo de ejecutar a Canek debía servir como aviso a futuros rebeldes, los españoles no se contentan con eso. Cisteil, donde el levantamiento empezó, es incendiado y cubierto de sal.

 Referencias 

  1. Carmona Dávila, Doralicia. Durante una fiesta religiosa en Quisteil, Yucatán, cerca de Sotuta, Jacinto Uc de los Santos “Canek”, inicia una rebelión de indígenas mayas. Obtenido de memoriapoliticademexico.org
  2. CONAPRED. Canek, Jacinto – Biografías de personas indígenas y por etnias. Obtenido de conapred.org.mx
  3. Durango.net. Jacinto Canek. Obtenido de durango.net.mx
  4. The biography. Biography of Jacinto Canek. Obtenido de thebiography.us
  5. Yucatan Concierge. Jacinto Canek, The Mayan Hero. Obtenido de yucatanconcierge.com
  6. History.com Staff. Yucatan. Obtenido de history.com
  7. Patch, Robert. Maya Revolt and Revolution in the Eighteenth Century. Recuperado de books.google.es
  8. Yucatan Times. The Baker Who Would Be King. Obtenido de theyucatantimes.com