Medicina

Epigastralgia (dolor epigástrico): síntomas, causas, tratamientos


La epigastralgia es el dolor que aparece en el abdomen, en el centro y justo por debajo de las costillas y el esternón. Mas que una enfermedad se trata de un síntoma y puede ser ocasionado por diferentes causas. 

Aunque en la mayoría de los casos la epigastralgia puede resolverse de manera espontánea y con tratamientos caseros, cuando esta dura mucho tiempo o no hay alivio lo mejor es acudir al médico a fin de realizar un examen detallado y así determinar la causa para poder tratarla.

En personas jóvenes lo más frecuente es que la epigastralgia aparezca asociada a gastritis (inflamación de las paredes del estómago) y enfermedad por reflujo gastro-esofágico (parte del contenido ácido del estómago se devuelve hacia el esófago haciendo que se irrite). 

En personas mayores es posible que además de las condiciones mencionadas anteriormente pueda presentarse úlcera gástrica, úlcera duodenal y en algunos casos hasta cáncer de estómago.

Si bien el problema que causa la epigastralgia suele encontrarse en la vía digestiva alta (esófago, estómago, duodeno), también es posible que algunas personas con enfermedad de la vesícula (vía biliar) o el colon (vía digestiva baja) presenten este síntoma.

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Síntomas y sus características

Hablar de los síntomas de la epigastralgia puede ser redundante dado que la epigastralgia es un síntoma en sí misma, de manera que lo más acertado es hablar de las “características del síntoma”.

En este sentido la epigastralgia se caracteriza por ser un dolor ubicado en la línea media del abdomen, en la parte más alta, justo por debajo de las costillas y el esternón. Coloquialmente algunas personas suelen describir el dolor como en “la boca del estómago” aunque este término es poco técnico y nunca se usa en el contexto clínico.

Las características del dolor en la epigastralgia son variables siendo lo más común que el dolor sea parecido al ardor (dolor urente) o a la presión (dolor opresivo).

Los episodios o crisis de dolor pueden ser esporádicos (unas cuantas veces al mes) o recurrentes (varias veces por semana), mientras que la duración de cada crisis puede ser de unos pocos minutos hasta prolongarse por varias horas.

La epigastralgia puede presentarse como un síntoma aislado o estar asociada a otros síntomas como náuseas, vómitos e incluso dolor retroesternal.

Causas 

Como se mencionó con anterioridad, la epigastralgia puede ser producida por múltiples causas siendo casi imposible describirlas todas en detalle, sin embargo un paseo por las más comunes permitirá tener una idea bastante clara de las enfermedades asociadas.

En líneas generales se puede decir que la causa principal de epigastralgia es la gastritis, seguida muy de cerca por la úlcera gástrica. En segundo lugar se encuentran la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la úlcera duodenal, seguidos en tercer lugar de enfermedades de la vesícula biliar (generalmente piedras o cálculos) y enfermedades del colon (intestino grueso).

Además de las condiciones comunes mencionadas anteriormente también pueden causar epigastralgia otras enfermedades o condiciones como el espasmo esofágico, la pancreatitis e incluso el infarto del miocardio.

Vemos detalladamente las causas más comunes:

Gastritis

Se entiende por gastritis a la inflamación de la pared más interna del estómago (conocida como mucosa) a consecuencia del efecto irritante de algún alimento, producto químico o medicamento.

Las causas de gastritis son muy numerosas aunque la primera y más frecuente de todas es el estrés. Cuando una persona está bajo mucha tensión física o emocional (conocido coloquialmente como estrés) se producen una serie de mediadores químicos que aumentan la acidez del jugo gástrico, haciendo que este sea capaz de irritar la mucosa del estómago.

Además del estrés algunos alimentos como el picante, consumido en exceso o de manera habitual, pueden irritar la mucosa del estómago, lo mismo que muchas bebidas, en especial el alcohol.

Por otra parte, muchos químicos, en especial medicamentos, pueden irritar la mucosa del estómago produciendo gastritis y por lo tanto epigastralgia. Por lo general el uso esporádico del medicamento no producirá mayores consecuencias, pero si el consumo se prolonga en el tiempo, por lo general los síntomas de gastritis aparecen tarde o temprano.

Independientemente de la causa todos los casos de gastritis presentan epigastralgia acompañada o no de otros síntomas como náuseas y vómitos.

Úlcera gástrica

Podría considerarse como el segundo paso en la evolución de la gastritis, ya que la úlcera gástrica se presentan cuando la inflamación es tan intensa que llega a erosionar la mucosa gástrica, produciendo una pequeña herida, la cual en lugar de cicatrizar tiende a empeorar con el tiempo.

La úlcera gástrica generalmente se asocia a epigastralgia, aunque también puede estar asociada a otros síntomas como vómitos, náuseas e incluso hemorragia digestiva superior (vómitos con sangre), siendo en estos casos muy importante consultar a un médico para corregir el problema antes que se presenten complicaciones serias.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico

En condiciones normales una vez que el alimento pasa del esófago al estómago se cierra una especie de válvula muscular conocida como “cardias” la cual impide que el contenido ácido del estómago pase al esófago.

Cuando este mecanismo de protección del esófago falla, parte del ácido gástrico pasa hacia el esófago donde produce una irritación e inflamación severa de la mucosa esofágica, ya que esta no cuenta con los mecanismos de defensa contra una agresión química tan intensa.

Si bien la mayoría de las personas con reflujo gastroesofágico son asintomáticas, cuando presentan algún tipo de manifestación clínica esta suele ser la epigastralgia, acompañada o no de dolor retroesternal.

Úlcera duodenal

Una vez que los alimentos son sometidos a la segunda etapa de digestión en el estómago, pasan al duodeno para la tercera etapa. El duodeno es donde comienza el intestino y el pH cambia de ácido a alcalino haciendo que la mucosa de esta porción del intestino delgado sea muy vulnerable a las agresiones químicas.

Así pues, es común que la mucosa duodenal se inflame dando lugar a la duodenitis (inflamación de la mucosa duodenal) y luego a la úlcera duodenal, ambas asociadas a epigastralgia.

Cáncer de estómago

De todas las causas de epigastralgia, esta puede considerarse una de las más preocupantes dado el riesgo que implica para el paciente.

Aunque asintomático en la mayoría de los casos, cuando presenta alguna manifestación clínica esta suele ser la epigastralgia. Por lo general las personas con cáncer de estómago tienen una historia de semanas o meses con dolor abdominal, el cual mejora con la automedicación, pero vuelve a aparecer aumentando progresivamente en intensidad.

Pueden presentarse otros síntomas aunque todos son inespecíficos, siendo necesario consultar con un especialista a fin de poder llegar al diagnóstico definitivo y establecer el tratamiento adecuado.

Diagnóstico 

El abordaje diagnóstico del paciente con epigastralgia debe basarse siempre en la historia clínica dado que las características, duración e intensidad del síntoma pueden orientar con mucha precisión hacia la determinación de la causa.

Por su parte, el examen físico rara vez aporta datos relevantes, por lo que es necesario realizar estudios complementarios para poder llegar a un diagnóstico definitivo.

De todas las pruebas disponibles la Endoscopia Digestiva Superior (EDS) es la más precisa, dado que además de permitir la visualización directa de la vía digestiva superior, también es útil para la toma de biopsias y muestras del contenido gástrico para estudios bioquímicos.

Como complemento y en casos muy raros puede ser necesario realizar un ecosonograma (ultrasonido) abdominal, en especial cuando se necesita descartar enfermedad asociada de la vesícula biliar; así mismo cuando se sospecha de enfermedad del colon puede ser necesario realizar una colonoscopia.

Tanto la EDS como la colonoscopia son estudios especializados que deben ser practicados por un gastroenterólogo entrenado y con experiencia.

Pronóstico 

El pronóstico de la epigastralgia va a depender en gran medida de la causa de la misma. En la mayoría de los casos el pronóstico de los pacientes con epigastralgia es muy favorable, dado que las causas suelen ser en su mayoría benignas.

Sin embargo, no hay que olvidar que las úlceras (tanto gástricas como duodenales) pueden llegar a sangrar, poniendo de esta manera en riesgo la vida del paciente; así mismo en los casos de epigastralgia secundaria a cáncer de estómago el pronóstico es menos favorable y va a estar asociado al pronóstico del cáncer en sí mismo.

Tratamiento 

En cuanto al tratamiento de la epigastralgia es importante señalar que el mismo se divide en dos tipos: tratamiento general y tratamiento específico.

Tratamiento general

El tratamiento general de la epigastralgia es aquel que se aplica a todos los pacientes a fin de aliviar los síntomas, independientemente de lo que esté causando el dolor abdominal.

Las medidas van desde cambios en el patrón de alimentación evitando el consumo de ciertos alimentos, pasando por prevención del reflujo (evitar acostarse inmediatamente después de comer) hasta el uso de diversos medicamentos destinados a mejorar los síntomas.

De los fármacos disponibles los más populares son los antiácidos de contacto, los cuales consisten en soluciones que se administran por vía oral para que una vez en la vía digestiva neutralicen el ácido gástrico y mejoren así los síntomas.

Por otro lado, están los inhibidores de la secreción ácida del estómago, siendo los más populares los inhibidores del receptor H2, como por ejemplo la ranitidina, así como los bloqueadores de la bomba de protones (omeprazol, esomeprazol, pantoprazol, etc).

Tanto los bloqueadores H2 como los bloqueadores de la bomba de protones inhiben la secreción ácida en el estómago, ayudando de esta manera a aliviar los síntomas asociados a la epigastralgia.

Es importante destacar que los analgésicos convencionales, en especial los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), no suelen ser de utilidad para mejorar el dolor y, por el contrario, pueden llegar a empeorar el cuadro clínico dado que los mismos suelen asociarse a irritación de la mucosa gástrica.

Tratamiento específico

El tratamiento específico de la epigastralgia va a depender de la enfermedad de base asociada a la misma, de esta manera el abanico de opciones es muy amplio, y va desde el tratamiento farmacológico con ranitidina u omeprazol para los casos de gastritis, hasta la cirugía extensa para los casos de cáncer de estómago.

En líneas generales el tratamiento específico es aquel destinado a mejorar o curar (cuando esto es posible) la enfermedad que está causando la epigastralgia, siendo este un tratamiento individualizado de acuerdo a las características clínicas de cada paciente en particular.

Referencias 

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