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Salmonella enterica: qué es, morfología, ciclo vital, síntomas, tratamiento


¿Qué es la Salmonella enterica?

Salmonella enterica es una bacteria gramnegativa, perteneciente a la familia Enterobacteriaceae. Es una de las dos especies conocidas de su género, junto a Salmonella bongori.

Se reconocen seis subespecies de S. enterica (enterica, arizonae, diarizonae, houtenae, indica y salamae), que incluyen a más de 2.600 serotipos identificables a través de diferentes fórmulas antigénicas.

S. enterica es un patógeno intracelular facultativo que habita en el sistema gastrointestinal de animales y humanos. Es el agente etiológico más común de las enfermedades transmitidas por alimentos contaminados, y es una de las cuatro causas principales de enfermedades diarreicas a nivel mundial.

Un serotipo de la subespecie S. e.enterica produce fiebre tifoidea, identificada por la Organización Mundial de la Salud como un problema serio de salud pública, con 11 a 20 millones de personas contagiadas y 128.000 a 161.000 muertes cada año.

El suroeste de Asia, Asía central, algunos países de América del sur, y África subsahariana son las regiones más afectadas.

Morfología de la Salmonella enterica

S. enterica tiene forma de bastoncillo con flagelos peritricos (que se proyectan en todas las direcciones), a excepción de los serotipos gallinarum y pullorum. Su tamaño oscila de 0,3 a 1 micras x 1,0 a 6,0 micras.

Algunos serotipos de S. enterica, aparentemente los más virulentos, poseen fimbrias de tipo I, estructuras que le permiten unirse a las células del epitelio, más cortos que los flagelos y distribuidos uniformemente por toda la célula.

La estructura antigénica de S. enterica está compuesta por tres tipos de antígenos que pueden utilizarse para el diagnóstico de los serotipos: el antígeno somático, el antígeno de superficie y el antígeno flagelar.

Ciclo de vida de la Salmonella enterica

El ciclo de vida de S. entérica es fecal-oral. Esta bacteria habita principalmente en el tracto intestinal de humanos y otros animales. Los diferentes serotipos pueden ser específicos de un huésped en particular o pueden ser ubicuos.

A través de los excrementos de individuos enfermos, las salmonelas pueden diseminarse en superficies vivas (suelo, plantas) o inertes (agua, vidrios, polímeros, metales, etc.), formando biopelículas.

Estas biopelículas están constituidas por agregaciones de microorganismos rodeados de una matriz de sustancias poliméricas extracelulares y ácidos grasos que los protege de agentes antimicrobianos, biocidas, quelantes y toxinas.

Esto les permite sobrevivir por varias semanas en medios acuosos y por períodos más largos en el suelo, aun si las condiciones de temperatura, humedad y pH no son las más favorables.

Una persona sana puede contaminarse de S. enterica a través del consumo de agua contaminada o de vegetales regados con aguas contaminadas, o bien por la ingesta de alimentos provenientes de animales infectados, principalmente aves de corral y sus huevos, carne de ganado vacuno o porcino, o lácteos.

Metabolismo de S. enterica

Estas bacterias tienen un metabolismo fermentativo y oxidativo. Se desarrollan de manera óptima en condiciones de pH entre 6,6 y 8,2. No toleran concentraciones altas de sal.

Son capaces de fermentar la glucosa y otros carbohidratos, con lo cual producen ATP, CO2 y H2. También se alimentan de maltosa y maltodextrinas.

Son capaces de reducir los nitratos a nitritos, obtienen el carbono del citrato, producen H2S y descomponen el peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno.

Producen colonias de 2 a 3 um de diámetro (pasadas 18 a 24 horas), a excepción de algunos otros serotipos, que producen colonias enanas.

Patología

Una vez que S. enterica ingresa en un nuevo hospedero inicia su ciclo de infección a través del tejido linfoide.

Las bacterias se adhieren a las células epiteliales intestinales del íleon y las células M, induciendo en ellas un rearreglo de su citoesqueleto que desencadena la formación de grandes ondulaciones en la superficie permitiendo la endocitosis no selectiva, por lo cual las bacterias logran ingresar a la célula.

Así mismo, produce efectos citotóxicos que destruyen las células M e inducen la apoptosis en macrófagos activados y la fagocitosis en macrófagos no activados, por lo cual son transportadas a hígado y bazo, donde se multiplican.

Enfermedad y síntomas

En los seres humanos S. enterica puede causar dos enfermedades: la fiebre tifoidea, producida por S. enterica sub. enterica, serotipos Paratyphi, o la salmonelosis producida por otros serotipos.

La fiebre tifoidea se produce por una ingesta oral de al menos 105 células del serotipo Paratyphi, que infecta específicamente al ganado porcino. Los síntomas de la fiebre tifoidea son fiebre alta constante de 40° C, abundante sudoración, gastroenteritis y diarrea.

En este tipo de afección, las bacterias atacan los ganglios linfáticos mesentéricos donde se reproducen y ocurre la lisis de una parte de la población bacteriana.

Así, a través de los ganglios, se liberan bacterias viables y endotoxinas a través del torrente sanguíneo, generando una septicemia y produciendo fenómenos inflamatorios y necróticos.

La salmonelosis no tifoidea es causada por la ingesta de al menos 109 células de serotipos ubicuos de S. enterica, produciendo síntomas de diarrea, vómitos, calambres estomacales y fiebre.

Estos síntomas se dan de 12 a 72 horas después de la ingestión de alimentos contaminados, duran entre 4 y 7 días, y la mayoría de las personas se recuperan espontáneamente.

Tratamiento

Los casos de salmonelosis no tifoidea en que los síntomas no desaparecen espontáneamente pueden requerir hospitalización. En estos casos se recomienda la hidratación del paciente y la reposición de electrolitos perdidos por vómitos y diarrea.

La terapia con antibióticos no se recomienda en casos leves o moderados en personas sanas, debido al incremento en los últimos años de resistencias y multirresistencias a antibióticos en Salmonella.

Sin embargo, pacientes de riesgo, como bebés, ancianos, pacientes inmunosuprimidos y afectados con enfermedades de la sangre podrían requerir tratamiento con antibióticos.

Los casos de fiebre tifoidea requieren tratamiento con antibióticos. Actualmente, se receta la ceftriaxona (una cefalosporina) o ciprofloxacina (una quinolona), debido a que comúnmente han aparecido resistencias a ampicilina, amoxicilina, cotrimoxazol, estreptomicina, kanamicina, cloranfenicol, tetraciclina y sulfonamidas.

Incluso se han reportado variedades resistentes a las quinolonas. En casos de septicemia se ha utilizado dexametasona.

La OMS recomienda afinar las medidas preventivas en todas las etapas de la cadena alimentaria, tanto en el cultivo, cría, elaboración, fabricación y preparación de alimentos como en los establecimientos comerciales y en los hogares, para prevenir la contaminación por S. enterica.

Referencias 

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