Encuadre abierto en cine o fotografía: características, ejemplos
Se puede definir el encuadre abierto en cine o fotografía como una toma amplia cuyo fin es retratar no solo el entorno, sino el objeto o la persona que en este se encuentre. En ambas artes audiovisuales, este formato surgió con el propósito de colocar cierta distancia entre la representación y el espectador.
De esta manera, es posible expresar que el encuadre es el reflejo de un fragmento de la realidad que ha sido seleccionado por el artista para compartirla con la humanidad. Sin embargo, es preciso destacar que todo autor percibe el mundo empírico de manera diferente; por esto cada escena o imagen que se exponga transmitirá un mensaje distinto.
Entonces, el encuadre abierto se enfoca en la diversidad de perspectivas, porque no solo cuenta la visión que tenga el autor sino también la de los miembros del público, quienes exhibirán puntos de vista diferentes que se ajustarán a sus conocimientos y a lo que les haya inspirado el cuadro expuesto.
En ese sentido, se aprecia que el ojo humano es una especie de cámara fotográfica, y se centra en determinados detalles mientras omite otros. De ahí derivó uno de los inconvenientes que presentó este formato a finales del siglo XIX, que fue la cantidad de elementos o seres que interactuaban en una escena.
Dicho aspecto ocasionó que los espectadores no comprendieran el escenario retratado. Esto fue así porque la incorporación de tantos componentes en un mismo espacio causaba que el encuadre perdiera el sentido unitario. A partir de entonces se comenzaron a desarrollar nuevas técnicas que tuvieron como finalidad mejorar el enfoque vasto o la captura general.
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El encuadre abierto se caracteriza por poseer varios códigos de composición que buscan otorgarle un sentido concreto al elemento expuesto, ya sea una escena estática o con movimiento. Cada imagen representada debe expresar una o más emociones; el objetivo es que el público repudie o cree empatía con el escenario ideado.
De igual modo, este formato consiste en exponer la escena como una unidad. Al utilizar el enfoque general, los artistas procuran que cada elemento exhibido tenga coherencia y cohesión con el resto de los objetos que componen el cuadro elaborado.
Por eso el ambiente y el personaje deben percibirse de manera homogénea, debiendo evitarse que estén dispersos. Para conseguir esa uniformidad, los autores se valen de algunos métodos que son conocidos como planos, que tienen la finalidad de estructurar el marco fotografiado o grabado. Entre las principales técnicas destacan las siguientes:
Es el cuadro más utilizado por los cineastas y fotógrafos, ya que se emplea con el propósito de expandir la imagen y generar sosiego. Estas representaciones suelen ser equilibradas, por ello generalmente se usa para capturar paisajes o momentos grupales. Son retratos o reproducciones que trasmiten armonía.
Aun así, es conveniente subrayar que este formato también es utilizado en las publicidades en las que se aplica el concepto de espacio negativo.
Dicha técnica consiste en dividir el encuadre en dos: en uno de los bordes se sitúa el modelo y en el otro extremo se coloca el producto o un mensaje motivacional. Aunque estén fraccionados, estos retratos deben apreciarse como una totalidad.
El marco inclinado no es un plano popular, pero de este deriva el término “encuadrar”, debido a la posición vertical que adquiere la cámara cuando se pretende obtener una reproducción desde las alturas.
Se suele emplear con el fin de capturar las poses de los individuos que practican deportes extremos o para escenas de acción, en las que los movimientos drásticos sean el centro del filme.
Es el encuadre abierto que cuenta con mayor reconocimiento. Se identifica por mostrar un espacio rodeado por una multitud o un gran escenario en el que los personajes se minimizan o se aúnan al entorno. Tiene un rol descriptivo, pues con este formato se busca explicar qué está ocurriendo en el lugar detallado.
Vale precisar que gracias al plano general la escena puede obtener un valor dramático, cuyo objetivo es destacar la soledad o pequeñez del hombre ante el medio.
La toma media es aquella que abarca los torsos de los personajes y no sus figuras completas. Se manifiesta que este enfoque forma parte del encuadre abierto porque no deja de exponer el ambiente, que se une al estado de ánimo de los seres representados.
Este marco surgió en Norteamérica en las primeras décadas del siglo XX. Desde su nacimiento tuvo la finalidad de retratar la interrelación entre las figuras ficticias, motivo por el que se usa en las mayorías de las películas sobre vaqueros.
Destaca en aquellas escenas en las que los personajes están por iniciar un conflicto o una conversación. Este plano se caracteriza por sugerir firmeza.
Es justo señalar que el encuadre abierto es un método que sobresale en todos los filmes y en innumerables fotografías.
Los artistas utilizan este formato con el propósito de representar un hecho que haya transcendido en el mundo o para crear en sus obras una ilusión de realidad. A continuación mencionaremos algunas obras en las que esto se evidencia:
Esta fotografía en blanco y negro refleja un espacio devastado. El primer plano proyecta la mitad de una calle agrietada; mientras que el segundo muestra a una mujer acostada en posición fetal.
Solo se percibe el lado inferior de su rostro porque el cabello le cubre la nariz y los ojos. En el último plano se exhibe un paisaje en ruinas, impregnado de piedras y desechos.
El encuadre de este retrato es abierto porque su organización es amplia, consta de varios enfoques y el ambiente se vincula con el ánimo de la dama.
Esta cinta está constituida por un conjunto de imágenes abiertas, ya que la historia fue grabada en espacios naturales. Las escenas son estéticas y se componen de tres planos.
El objetivo de los escenarios es exteriorizar la inmensidad del desierto y la capacidad que tienen los personajes para unirse al medio.
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