Desarrollo científico: historia, características y ejemplos
El desarrollo científico es un término utilizado para hacer referencia a la evolución y progreso de los conocimientos científicos a lo largo de la historia. A su vez, el progreso técnico está vinculado con el progreso científico.
Así mismo, el concepto de desarrollo científico se ha sustentado bajo la premisa de que la ciencia, como disciplina, influye directamente en el incremento de la capacidad para resolver problemas; esto lo consigue mediante la aplicación de particulares y cuidadas metodologías que se suelen englobar bajo el enunciado de “método científico”.
No obstante, algunos expertos consideran que la ciencia no puede progresar de forma indefinida, por lo que podría existir el fin de la ciencia. Esto quiere decir que la disciplina científica, a pesar de que es partícipe del desarrollo de las técnicas humanas, no es inherente al concepto de evolución continua.
Existen algunos estudiosos de la ciencia que argumentan que el desarrollo científico es discontinuo, ya que se realiza de a saltos entre las décadas de la historia de la humanidad. Por lo que, según esta postura teórica, no se puede afirmar que el desarrollo científico es el resultado de una acumulación continua de experiencias y conocimientos.
Esta misma teoría afirma que el progreso científico es dinámico y revolucionario. Durante este proceso se van adaptando e introduciendo nuevas ideas, mientras que las ideas anteriores resultan restringidas o abandonadas en cuanto a sus posibles ejecuciones o aplicaciones en la contemporaneidad.
Uno de los defensores de este movimiento fue el científico estadounidense Thomas Samuel Kuhn. En su obra The structure of scientific revolutions (1962) demostró con acierto que el desarrollo científico no es un asunto acumulativo, sino que se trata de una serie de cambios de paradigmas, llamados por el autor “revoluciones científicas” porque son bruscos.
En consecuencia, cuando surge un nuevo paradigma, este se instala dentro de una comunidad científica siguiendo cierto progreso. Esta fase de progreso o desarrollo continúa hasta que surgen nuevas anomalías o fenómenos inexplicables que colocan en tela de juicio al paradigma que, según Samuel Kuhn, ya se había convertido en una “ciencia normal”.
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Según explica el autor Rubén Cañedo Andalia en su texto Breve historia del desarrollo de la ciencia (1996), no se puede establecer el comienzo exacto de la ciencia en un período determinado.
Sin embargo, se puede plantear de forma acertada que su surgimiento se originó a partir del momento en el que se descubrió o se estableció que algunos fenómenos eran la causa y otros eran el efecto.
A su vez, el autor considera que la ciencia fue una “consecuencia necesaria” que surgió de la división del trabajo social, luego de que la labor intelectual fuese separada de los desempeños manuales. Es válido indicar que este contexto significó un punto de corte importante que permitió el nacimiento de la ciencia.
A partir de ese momento, la actividad cognoscitiva se convirtió en una rama específica de ocupación a la que en principio se dedicó apenas un escaso grupo de personas.
Desde la Edad Antigua existieron sociedades más o menos desarrolladas que se preocuparon por comprender al mundo y sus fenómenos.
Algunas manifestaciones de estas civilizaciones pueden catalogarse como científicas y se encuentran enmarcadas en un período histórico que abarca desde el primer milenio antes de nuestra era hasta la revolución científica ocurrida en el siglo XV.
Esas manifestaciones constituyeron algunas de las premisas que involucran el desarrollo de la ciencia y se establecieron primeramente en las zonas del Antiguo Oriente, como Babilonia, Egipto, China y la India.
En esos lugares se racionalizaron ciertos conocimientos empíricos acerca de la sociedad y de la naturaleza. Esta racionalización fue lo que le dio paso a importantes disciplinas como las matemáticas, la astronomía, la lógica y la ética.
Este patrimonio desarrollado en las civilizaciones orientales fue obtenido y transformado por las poblaciones de la Antigua Grecia, quienes lo convirtieron en un sistema armónico y teórico. En esta región surgió un grupo de pensadores que dedicaron su vida específicamente a la ciencia, desligándose de la fuerte tradición mitológica y religiosa.
Desde esta época hasta la Revolución Industrial, la ciencia tuvo una función explicativa, por lo que su tarea fundamental consistió en proporcionar los conocimientos necesarios para ampliar el horizonte de la visión de la naturaleza y del mundo. Una parte esencial de ese mundo y de esa naturaleza es abarcada por el hombre mismo.
El paso decisivo para la estructura del pensamiento científico como disciplina e institución social surgió en la Europa Occidental entre el 1600 y el 1700.
Gracias a la corriente filosófica y social del capitalismo, la ciencia pudo romper con la visión de sí misma —heredada de la Edad Antigua— que la percibía como una actividad centrada en la comprensión y asimilación intelectual del mundo sin actuar directamente sobre este.
En consecuencia, la ciencia dejó de lado sus inclinaciones no participativas y se convirtió en el pilar más importante para el desarrollo de la evolución técnica que caracteriza al mundo moderno. Este período de transformación abarca desde la Revolución Industrial (XVIII y XIX) hasta nuestra época.
Revolución Industrial
Cuando se habla de Revolución Industrial se hace referencia a un conjunto de cambios y transformaciones que se desarrollaron en los ámbitos económico y social que definieron el origen del proceso de industrialización. Estos movimientos iniciales tuvieron su origen en Gran Bretaña, específicamente entre 1760 y 1820.
Por consiguiente, la existencia de la ciencia moderna es relativamente joven dado que no se produjo antes del nacimiento del capitalismo europeo.
La conciencia de este origen dejó una huella en el concepto de la práctica científica e instrumental que la vincula con la racionalidad económica; esta busca obtener ganancias máximas a través de la reducción de los costos de la producción.
Aunque se considera que en el siglo XV surgió la primera revolución científica, esta no estaba acompañada de la revolución técnica porque se desarrollaba gracias a los éxitos empíricos que se obtenían por la práctica.
Con el surgimiento de la producción maquinizada se gestaron las condiciones necesarias para que la ciencia se transformara en un agente activo dentro de la producción, convirtiéndose en un factor elemental para la conversión de la naturaleza.
En la actualidad, los logros de la ciencia se vinculan con la rapidez de producción dado que existe una menor cantidad de tiempo entre los descubrimientos científicos y su utilización en la práctica. Este proceso es conocido mundialmente como la revolución científico-técnica.
– La atención del desarrollo científico se enfoca en la población. Esto es así porque este tipo de desarrollo busca el progreso integral, sostenible y equilibrado de los métodos, herramientas y recursos humanos con la finalidad de satisfacer una exigencia básica o intelectual del hombre.
– La prioridad del desarrollo científico consiste no solo en atender las necesidades o requerimientos de una sociedad, sino también en fomentar el progreso de las comunidades científicas. En consecuencia, el desarrollo científico apela por el bienestar de la humanidad y por el cultivo de los valores científicos dentro de los campos de investigación.
– Los desarrollos científicos se caracterizan por su carácter transitorio y sustituible ya que, en palabras de Thomas Samuel Kuhn, cuando surge un nuevo paradigma o avance científico se cuestiona al paradigma anterior y se anula su utilidad en las prácticas actuales.
En la época actual se pueden observar varios ejemplos de desarrollo científico, siendo uno de los más comunes es el que tiene que ver con la disciplina médica. En esta rama científica es visible una serie de progresos notorios que han beneficiado al hombre y que han logrado de forma exitosa extender tanto su vida como su bienestar.
Anteriormente, las personas podían fallecer debido a enfermedades como la tuberculosis o el cólera. Gracias al desarrollo científico se ha podido encontrar no solo la cura para estos padecimientos, sino también las capacidades higiénicas para prevenir este tipo de acontecimientos que en una época pasada fueron fatales.
Otro ejemplo de desarrollo científico se puede percibir en el surgimiento de la microelectrónica. Esta tecnología fue creada en 1950 y permitió la instalación de satélites, telefonía y cámaras de televisión.
En años posteriores, la microelectrónica logró instaurarse en otros productos independientes como los relojes digitales y las calculadoras de bolsillo, logrando que su alcance fuera mucho mayor.
Este desarrollo científico está relacionado con la microelectrónica y permitió el nacimiento de la industria computacional.
Este avance consiguió el perfeccionamiento del chip de silicio, gracias a lo cual se permitió su producción en serie. A partir de este momento se empezaron a fabricar las computadoras personales que podían colocarse en un escritorio sin tener que estar vinculadas a un procesador mayor.
Como consecuencia de este importante avance se lograron realizar tareas que antes eran llevadas a cabo por las computadoras centrales, que se caracterizaban por ser mucho más costosas.
- Andalia, R. (1996) Breve historia del desarrollo de la ciencia. Recuperado el 9 de julio de 2019 de Scielo: scielo.sld.cu
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