Biología

Trilobites: características, hábitat, reproducción, alimentación


Los trilobites fueron un grupo de artrópodos originados en la era Paleozoica, siendo muy abundantes durante el período Ordovícico. A pesar de que se encuentran extintos, constituyen uno de los grupos de animales más conocidos de la prehistoria.

La razón es la abundante cantidad de fósiles recolectados, los cuales han permitido establecer sus características morfológicas e incluso fisiológicas con más detalles que otros fósiles de su época.

Los trilobites abarcaban aproximadamente 4.000 especies, las cuales se encontraban distribuidas en unos 11 órdenes.

Índice del artículo

Taxonomía

La clasificación taxonómica de los trilobites es la siguiente:

– Dominio: Eukarya.

– Reino: Animalia.

– Filo: Arthropoda.

– Subfilo: Trilobitomorpha.

– Clase: Trilobita.

Características

Los trilobites fueron animales que pertenecieron al grupo de los artrópodos, por lo que eran animales complejos. Esto implica que eran eucariotas y pluricelulares, ya que sus tejidos estaban conformados por células que se especializaban en diversas funciones, ya sea la nutrición, la reproducción o la respiración, entre otras.

Al igual que ocurre con todos los artrópodos, se puede afirmar que los trilobites eran tripoblásticos, llegando a presentar en su desarrollo embrionario las tres capas germinativas: ectodermo, mesodermo y endodermo. A partir de ellas se originaban todos los tejidos del animal.

En lo referente a alimentación, los trilobites eran heterótrofos, con una amplia variedad de preferencias alimenticias. Además eran ovíparos de desarrollo directo, ya que para alcanzar la madurez total, debían atravesar por un proceso de mudas en el que se renovaba su exoesqueleto.

Respecto a la morfología de los especímenes de trilobites, se puede afirmar que presentaban dimorfismo sexual, teniendo el macho el pigidio más corto y teniendo las hembras un área más estrecha a nivel del tórax.

Morfología

El cuerpo de los trilobites era de forma ovalada y aplanado en sentido dorsoventral. Tal como ocurre con todos los miembros del filo Arthropoda, su cuerpo se encontraba dividido en tres tagmas: cefalón, tórax y pigidio.

Igualmente, a nivel superficial, los trilobites presentaban tres lóbulos, los cuales estaban delimitados por dos surcos. El nombre de esos lóbulos dependerá del segmento del cuerpo en que se presenta.

Es así como los lóbulos laterales se conocían como pleuras en el tronco y genas en el cefalón, en tanto que el lóbulo central se denominaba raquis en el tronco y glabela en el cefalón.

– Cefalón

Correspondía a la cabeza. Esta se encontraba constituida por la fusión de varios metámeros o segmentos. No presentaba evidencias externas de metamerización.

– Porción dorsal

El cefalón se encontraba dividido en tres lóbulos longitudinales: la glabela, de posición central y las genas, de posición lateral. A su vez, las genas estaban divididas en dos porciones: una móvil (lateral) que se denomina librigena y una fija (medial) conocida como fixigena.

Así mismo, el cefalón presentaba algunas suturas de posición transversal que constituían los lugares por los cuales el cefalón se separaba en el momento de la muda (ecdisis) del animal. Estas suturas podían ser de cuatro tipos: metaparias, opistoparias, proparias y gonatoparias.

Otro de los elementos característicos del cefalón es que presentaban una especie de prolongaciones, conocidas como espinas cefálicas. En número variable, se cree que estas tenían como función ayudar a proteger al animal.

A nivel del cefalón, específicamente en el borde exterior de la fixigena, se ubicaban los órganos de la visión. Los trilobites presentaban ojos muy bien desarrollados y eran de tipo compuesto.

Los fósiles recabados han permitido establecer que los ojos de los trilobites estaban conformados por dos lentes, uno rígido, que no podía modificar su forma para enfocar las imágenes, y otro un poco más flexible que si lo permitía.

– Porción ventral

La parte ventral del cefalón del trilobite presentaba una estructura que se denomina hipostoma. Esta recubría el área donde se encuentra la boca. No se ha establecido plenamente su función, sin embargo, muchos especialistas se orientan hacia la tesis de que el hipostoma cumplía funciones como aparato bucal.

Continuando en el área ventral, aquí también se encontraban varias antenas, las cuales se caracterizaban por ser multiarticuladas, de gran longitud y unirrámeas. Actualmente se estima que esas antenas tenían función sensorial, tal como ocurre con este tipo de apéndices en muchos grupos de artrópodos.

– Tórax

Era la parte del cuerpo que presentaba mayor longitud. Al igual que el cefalón, presentaba tres lóbulos: uno central (raquis) y dos laterales (pleuras).

Estaba conformado por un número variable de segmentos o metámeros, dependiendo de la especie. Hay algunas que podían tener tan pocas como 2 metámeros, hasta otras que incluso podían llegar a tener hasta 40 segmentos.

En cada metámero se originaban un par de patas a ambos lados del animal. Vale destacar que la unión entre un metámero y otro no era rígida, sino más bien flexible, lo cual permitía que el animal se enrollara sobre sí mismo como un mecanismo de defensa ante posibles depredadores.

Finalmente, el raquis, en su porción dorsal estaba recubierto por una especie de capa compuesta por algunos minerales, lo cual parece darle cierta consistencia resistente. En tanto que en su zona ventral también presentaba una capa, pero esta carecía de minerales, por lo que era más flexible.

– Pigidio

Era la porción terminal del cuerpo del trilobite. Estaba conformado por la unión de varios metámeros que, en apariencia, conformaban una única pieza. Siguiendo el mismo patrón del abdomen, de cada segmento se originaba un par de patas.

La forma del pigidio variaba de acuerdo a cada especie, de manera tal que es útil a la hora de reconocer y clasificar fósiles encontrados. En este sentido, los tipos de pigidio conocidos son 4.

– Isopigio: presentaba la misma longitud que el cefalón.

– Micropigio: su tamaño era mucho menor con respecto al área cefálica.

– Macropigio: era mucho más grande que el cefalón.

– Subisopigio: un poco más pequeño que la parte cefálica. Sin embargo, la diferencia no es tan evidente.

– Anatomía interna

En lo referente a la anatomía interna de los trilobites, solo se cuenta con conjeturas basadas en los fósiles recolectados, los cuales, en la mayoría de las ocasiones no se encuentran completos.

Sistema respiratorio

Se cree que, debido a que los trilobites eran animales exclusivamente acuáticos, su sistema respiratorio debía estar basado en branquias, al igual que el de los peces.

El órgano principal de la respiración de los trilobites se ubicaba en la base de los apéndices articulados (patas), siendo conocido como episodio. Funcionaba bajo el mismo mecanismo que las actuales branquias, filtrando el oxígeno del agua.

Sistema digestivo

En la actualidad, los especialistas coinciden en que el sistema digestivo de los trilobites era bastante simple. Estaba conformado por un tubo digestivo rudimentario, al cual se encontraban anexas algunas glándulas digestivas. Es de esperarse que estas glándulas sintetizaran enzimas para procesar el alimento.

Así mismo, nuevas evidencias fósiles han permitido establecer que había especies de trilobites que, en su aparato digestivo contaban con una especie de buche, algunos con glándulas digestivas anexas y otros sin estas.

Sistema nervioso

Se carece de datos de soporte para establecer de manera fehaciente como estaba constituido el sistema nervioso de los trilobites. Sin embargo, los especialistas plantean que este pudo estar conformado de la misma manera que el de los insectos. Es decir, por ganglios nerviosos interconectados entre sí a través de fibras nerviosas.

Sistema reproductor

Los fósiles recabados que conservan sus gónadas en buen estado son muy escasos. Por lo que ha sido suficientes para establecer, sin lugar a dudas, como estaba conformado el aparato reproductor de los trilobites.

Sin embargo, hace poco unos investigadores de Nueva York lograron encontrar algunos fósiles en los que la parte genital se encontraba bien conservada. De acuerdo a esto, los órganos genitales de los trilobites se encontraban en la parte posterior del área cefálica. Falta recolectar más fósiles para determinar si este es un patrón regular.

Origen evolutivo

Como es bien sabido, los trilobites son una clase que se encuentra extinta, por lo que todo lo que se conoce sobre ellos proviene de los fósiles que se han recolectado. Tomando en cuenta esto, los fósiles más antiguos que se han encontrado de este grupo de animales datan de la era Paleozoica, específicamente del período Cámbrico.

En vista de esto, se establece entonces este período como el punto de origen de esta clase de animales extintos.

Aún está en discusión cuáles son los antepasados de los trilobites. Sin embargo, en la fauna de Ediacara se han encontrado organismos que bien pudieron ser antecesores de los trilobites. Muchos de los especialistas que se han dedicado a estudiarlos coinciden en este punto.

Se sabe que al final del Cámbrico hubo una extinción masiva que acabó con un gran porcentaje de los seres vivos. Entre los trilobites, los que lograron sobrevivir fueron aquellos que se encontraban en los fondos marinos.

Esos que sobrevivieron se diversificaron y se desarrollaron nuevas especies a partir de allí. A lo largo de los diferentes períodos de la era Paleozoica siguieron desarrollándose, alcanzando su mayor esplendor durante el Ordovícico.

Hábitat

Los trilobites eran organismos netamente acuáticos, de manera tal que su hábitat natural era el fondo de los mares, especialmente en las aguas pelágicas. Sin embargo, conforme se fueron diversificando, también comenzaron a conquistar otros espacios dentro de los ecosistemas marinos.

Así mismo, los especialistas consideran que estos animales permanecían la mayor parte del tiempo enterrados en la arena del fondo marino, ya que no contaban con apéndices que les permitieran nadar. Igualmente podían desplazarse, aunque a un ritmo lento con ayuda de sus pequeñas patas.

Gracias a los diferentes registros fósiles se ha logrado establecer que, en la medida en que fueron evolucionando y hasta su extinción, los trilobites también se ubicaron en aguas un poco más superficiales y hasta costeras. Esto es lo que ha permitido conseguir la mayor cantidad de fósiles, los cuales han brindado una información valiosa.

Reproducción

Los registros fósiles han permitido inferir que los trilobites presentan el mismo tipo de reproducción que los artrópodos actuales. Es por esto que se puede afirmar que se reproducían de manera sexual, lo que implica la fusión de gametos sexuales masculinos y femeninos.

En este sentido, ocurría un proceso de fecundación, el cual no está muy claro si era interna o externa. Una vez ocurría la fecundación, la hembra producía los huevos, los cuales, se cree, eran incubados en una especie de bolsa incubadora que se localizaba en el cefalón del trilobite.

Ahora bien, de acuerdo a las evidencias recabadas, los trilobites presentaban varios estadios larvarios: prótasis, meraspis y holaspis.

– Prótasis: presentaban una forma bastante rudimentaria y simple, así como también un tamaño muy reducido. Además manifestaban ya un esqueleto mineralizado.

– Meraspis: era un estadio transicional en el que el trilobite experimentaba una serie de cambios, a través de los cuales crecía, sufría mudas y comenzaban a desarrollar su segmentación adulta.

– Holaspis: en esta fase se desarrollaba el último segmento. Además ocurrían otras modificaciones secundarias que tenían que ver con el desarrollo de ciertas ornamentaciones. También incrementaban su tamaño.

Alimentación

Los trilobites presentaban diversas formas de alimentarse. Estas estaban determinadas por la morfología del animal. En este sentido, estos podían ser: carnívoros, filtradores, suspensívoros o planctívoros.

La mayoría de las especies que se conocen eran carnívoras, siendo estas generalmente de gran tamaño. Se cree que permanecían enterradas en la arena al acecho de posibles presas. Para alimentarse, las capturaban con sus apéndices y, haciendo uso de las coxas (muy fuertes), las procesaban para luego introducirlas en su cavidad bucal.

En el caso de los filtradores, su morfología era ideal para retener el alimento presente en las corrientes de agua. Estos presentaban una cavidad grande que se localizaba a nivel del cefalón. Estas cavidades tenían una serie de agujeros, los cuales permitían retener las posibles partículas de alimento para ser aprovechadas por el animal.

Los suspensívoros tenían una dieta basada principalmente en algas o detrito. Finalmente, los especialistas consideran que los trilobites que eran planctívoros realizaban migraciones y se desplazaban a la superficie a través de la columna de agua para buscar alimento.

Extinción

Los trilobites experimentaron una serie de extinciones durante el período en el que existieron en el planeta. Al finalizar el Cámbrico hubo una modificación en las condiciones ambientales, marcadas por una disminución de los niveles de oxígeno y de las temperaturas de los océanos.

Esto trajo como consecuencia una notoria disminución de los trilobites. A esto también se le suma el aumento de animales depredadores de trilobites, especialmente los cefalópodos nautiloideos.

Posteriormente, en el período Devónico ocurre un evento de extinción masiva, el cual ocasionó la desaparición de muchos de los órdenes que integraban a la clase trilobita.

Los pocos que lograron sobrevivir se mantuvieron, intentando diversificarse hasta que a finales del Devónico e inicios del Carbonífero tuvo lugar otro proceso de extinción que acabó con otra gran cantidad de trilobites que habían logrado sobrevivir a la extinción del Devónico.

Finalmente, los pocos trilobites que quedaban se extinguieron totalmente durante la llamada Crisis del límite Pérmico Triásico, conjuntamente con muchas otras especies de animales. Esto se debió, posiblemente, a la modificación brusca y repentina de las condiciones ambientales, tanto en los mares como en los ecosistemas terrestres.

Referencias

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