Habilidades sociales

Comunicación agresiva


La comunicación agresiva es un estilo de comunicación que implica el uso de un lenguaje verbal y no verbal combativo y poco amable, gestos exaltados y la manipulación para obtener beneficios personales.

Consiste en una forma de expresión de la violencia, la cual se manifiesta a través tanto del lenguaje verbal como del lenguaje paraverbal de la persona. Es el extremo opuesto de la comunicación pasiva y también se diferencia del estilo asertivo, siendo este último el más recomendado.

Adoptar este tipo de comunicación suele producir un intercambio de información unidireccional. Es decir, el sujeto que se comunica de forma agresiva simplemente presta atención hacía sus propias expresiones, resultando irrelevante el feedback proporcionado por el interlocutor.

Cuando diferentes participantes del proceso comunicativo utilizan la comunicación agresiva, el intercambio de información tiende a basarse en reproches e ideas preestablecidas de forma individual.

Características del estilo agresivo de comunicación

No escucha

La comunicación agresiva se caracteriza de forma principal por la ausencia de la escucha durante el proceso comunicativo. Esto quiere decir que los individuos que empelan este tipo de comunicación no escuchan a sus interlocutores.

La ausencia de escucha de la comunicación agresiva no hace únicamente referencia a la falta de escucha activa, sino que implica una ausencia completa de atención y comprensión sobre el discurso del interlocutor.

Objetivos personales

El hecho de que la comunicación agresiva no incluya la escucha entre sus elementos de funcionamiento no es en vano. De hecho, la ausencia de escucha responde a los objetivos que persigue el comunicador a través del intercambio.

En la comunicación agresiva solo se observan objetivos personales, por lo que el comunicador no presenta ningún otro fin que conseguir mandar los mensajes que quiere transmitir.

Ausencia de empatía

Finalmente, en la comunicación agresiva existe una ausencia total de empatía por parte del comunicador.

Más allá de que no se escuche el discurso del interlocutor, el individuo que emplea este tipo de comunicación tampoco presta ningún tipo de atención o preocupación sobre los efectos que puede originar su mensaje.

¿Cómo es una persona agresiva?

Conducta general

La conducta general del comunicador agresivo se caracteriza por demostrar superioridad a través de sus actos. El comunicador adopta una postura beligerante con el objetivo de que el interlocutor sucumba a su superioridad y adopte un rol obediente y sumiso.

Por otro lado, la conducta general del comunicado también se caracteriza por ser agresiva e imponente. Los comportamientos realizados no resultan neutros y tienen como objetivo incrementar la tensión de la comunicación para generar miedo y sometimiento a los demás.

Actitud

La conducta general del comunicador agresivo tiene como objetivo transmitir una actitud exigente y violenta. Esta actitud constituye la base de la comunicación, ya que el objetivo principal del proceso comunicativo consiste en transmitir una postura desafiante.

La actitud violenta se transmite a través de todos los mecanismos expresivos que tiene la persona, por lo que no se limita al empleo de la palabra.

De hecho, a menudo las actitudes exigentes de la comunicación agresiva se expresan a través de la entonación, los movimientos y el contacto visual. Mientras que el contenido verbal puede limitarse a ser correcto para evitar una confrontación directa.

Por este motivo, a la hora de determinar una comunicación como agresiva, resulta altamente relevante examinar qué actitud adopta el comunicador y qué tono emplea en su comportamiento.

Componentes verbales

Los componentes verbales hacen referencia al contenido lingüístico empleado en el proceso comunicativo. La comunicación agresiva, más allá de los motes empleados, se caracteriza por el uso masivo de imperativos.

Así mismo, se suelen realizar múltiples críticas al comportamiento de los demás y se suelen utilizar expresiones amenazantes. Estos elementos dificultan la expresión libre de los interlocutores y tienen como fin alcanzar los objetivos personales en el proceso de comunicación.

De forma habitual, en la comunicación agresiva se utilizan expresiones como “haz” “deberías” “mal” “harías bien de…”. Sin embargo, a veces se pueden emplear palabras más neutras en las que se hace referencia únicamente a aspectos personales y necesidades individuales.

Por otro lado, la comunicación agresiva se caracteriza por realizar múltiples preguntas a la vez. De este modo, el emisor transmite una gran cantidad de información a responder de forma conjunta, con el objetivo de que los interlocutores no sean capaces de hacerlo.

Finalmente, cuando los comunicadores agresivos son preguntados, suelen responder con otras preguntas o con respuestas que no guardan relación con la pregunta formulada.

Entonación

La entonación de la comunicación agresiva suele caracterizarse por ser elevada. El emisor suele emplear una voz fuerte, fría y autoritaria. Así mismo, suele ser habitual el empelo de gritos o entonaciones incrementadas durante el discurso.

El objetivo de la entonación radica en que esta sea más contundente y elevada que la de los demás. De este modo, la intensidad de la voz empleada puede depender en gran medida de la entonación utilizada por los demás.

En la comunicación agresiva, el emisor no contempla que el discurso de los demás obtenga más protagonismo que el suyo, ni a través del contenido ni a través de intensidad sonora.

Componentes paralingüísticos

Los componentes paralingüísticos definen una de las características principales de la comunicación agresiva: el tiempo y a la frecuencia del habla realizada.

En la comunicación agresiva, suele ser habitual que el emisor utilice un tiempo excesivo para hablar, monopolizando así la conversación.

El objetivo de este elemento consiste en dificultar las intervenciones del interlocutor, el cual tiene pocas ocasiones para tomar la palabra. De este modo, el comunicador agresivo evita la participación del receptor, ya que lo único que quiere es emitir su mensaje.

Por otro lado, los comunicadores agresivos no suelen realizar pausas ni mantener silencios a lo largo del proceso comunicativo por los mismos motivos que los anteriores.

Así mismo, resulta habitual el empelo de una voz enfática y elevada que permite interrumpir al interlocutor cuando toma la palabra.

Finalmente, cabe destacar que aunque la fluidez verbal de la comunicación agresiva suele ser adecuada, a menudo resulta excesivamente rápida, lo que hace que no resulte lo suficientemente clara y entendedora.

Componentes paraverbales

Finalmente, los componentes paraverbales también juegan un papel importante en el desarrollo de la comunicación agresiva. En este caso, suelen destacar tanto la expresión verbal como la postura corporal y los movimientos realizados mediante las extremidades superiores.

Por lo que respecta la expresión facial, este suele ser tensa. El ceño suele presentarse fruncido y se acostumbran a evitar las sonrisas y las expresiones de proximidad.

La mirada de la comunicación agresiva es directa a los ojos de receptor, además, esta suele resultar fija y penetrante, mostrando así actitudes desafiantes y de superioridad. A menudo la intensidad de la mirada fuerza al interlocutor a desviar la vista debido a la incomodidad que genera.

La postura corporal de la comunicación agresiva resulta intimidante. Normalmente no respeta la distancia íntima y la orientación con el interlocutor suele ser enfrentada.

Finalmente, la comunicación agresiva suele acompañarse de gestos y movimientos con las más intensos y abundantes. Estos suelen ser percibidos como amenazantes y cumplen una importante función en la expresión de la actitud del comunicador agresivo.

Ejemplo

La comunicación agresiva puede darse en múltiples contextos. Así mismo, puede ser efectuada por individuos distintos con rasgos de personalidad diferentes.

De este modo, no existe un único tipo de comunicación agresiva. Esta puede adoptar una forma diferente en cada caso, así como presentar elementos distintos en cada situación.

Con el objetivo de exponer las características de la comunicación agresiva y diferenciarla de los otras formas de comunicación, a continuación se presentan tres ejemplos comunicativos que se pueden efectuar en una misma situación.

“Una persona va a comprar y se da cuenta que el vendedor le ha dado mal el cambio, devolviéndole menos dinero del que debería”.

– Respuesta 1 (comunicación asertiva): “Me has dado cambio de menos, te he pagado con un billete de 20 euros y me has dado cambios de 10, no te preocupes todos nos podemos equivocar”.

– Respuesta 2 (comunicación pasiva) ” Perdona, me parece que me has dado cambio de menos, aunque no estoy seguro si he pagado con un billete de 20 o si era de 10″.

– Respuesta 3 (comunicación agresiva): “Oye, que te has equivocado. Te he pagado con un billete de 20  y me has dado mal el cambio”.

Referencias

  1. Davis, K. y J. Newstrom. (1987): El comportamiento humano en el trabajo: comportamiento organizacional, Ed. Mc Graw-Hill, México, 608.
  2. González Morales, Julio César. Autoexpresión y comunicación interpersonal en la Organización. Editorial Logos, Ciudad de La Habana 2005.
  3. Ludlow R. y Panton F. (1997) La esencia de la comunicación. México Ed. Prentice Hall Hispanoamericana, S.A.