Papilas gustativas: características, tipos, localización
Las papilas gustativas son unas estructuras diminutas que se encuentran en la superficie de la lengua y que nos permiten detectar el sabor de todo lo que comemos; en pocas palabras, son las estructuras de la lengua responsables del sentido del gusto.
Gracias a las papilas gustativas podemos saborear y disfrutar de muchos alimentos diferentes y, además, podemos percibir cuándo un alimento está en mal estado o cuándo puede ser peligroso para nuestra salud, todo por su sabor.
La lengua, ese músculo que tenemos en el interior de la boca, no solo participa en el proceso de la deglución de la comida (tragar), sino que también nos ayuda a sentir la temperatura, la textura y el sabor de lo que comemos.
Índice del artículo
- 1 El sentido del gusto
- 2 ¿Dónde se encuentran las papilas gustativas?
- 3 Características de las papilas gustativas
- 4 Tipos de papilas gustativas
- 5 Referencias
El sentido del gusto se lo debemos, además de a otros sentidos como el olfato, a una serie de “abultamientos” -papilas – que se encuentran en la superficie de este músculo, en las cuales se agrupan una serie de receptores que nos permiten detectar 5 tipos de sabores:
- Dulce.
- Salado.
- Ácido.
- Amargo.
- Umami (“agradable” o gustoso).
De cierta manera, las papilas cumplen funciones muy parecidas a las de las neuronas, pues se encargan de traducir los estímulos gustativos a señales eléctricas que son transferidas hacia el cerebro a través de nervios sensoriales, y que pueden ser interpretadas por el cerebro como un sabor, es decir son órganos sensoriales.
Las papilas gustativas están principalmente en la lengua, pero también las hay en los paladares, en la epiglotis (que es una porción de cartílago ubicada antes de la laringe, detrás de la lengua), en los labios y en la cara interna de las mejillas.
Sin embargo, cuando se hace referencia a las papilas gustativas, generalmente se habla de las de la lengua, las cuales pueden clasificarse en cuatro tipos que no están distribuidos uniformemente sobre la superficie de este órgano, y es por esta razón que durante mucho tiempo se habló de las “regiones de sabores”.
La división de la lengua en estas regiones de sabores proponía que los sabores dulces y salados eran principalmente detectados por las papilas gustativas de la punta de la lengua, mientras que el sabor ácido era percibido en los márgenes laterales y el amargo en la parte más posterior de la misma.
No obstante, hoy en día se sabe que todas las papilas pueden captar los 5 sabores que existen: dulce, salado, ácido, amargo y umami. Sin embargo, algunas pueden percibir ciertos sabores más intensamente que otras, es decir, algunas tienen más o menos receptores especializados en recibir cierto tipo de información proveniente de los alimentos.
También hay que decir que la parte central de la lengua está desprovista de papilas gustativas sensoriales; en cambio, está repleta de un tipo de papilas que cumplen funciones mecánicas durante el procesamiento inicial de los alimentos, pero que no participan en la detección de sabores.
Esto significa que solo los extremos anterior, posterior y marginal de la lengua nos ayudan a saborear.
Las papilas gustativas son órganos sensoriales, es decir, son órganos equipados con un sistema de receptores. Estos receptores están “conectados” con nervios especializados en la conducción de información sensorial (en forma de impulsos eléctricos) hacia el cerebro.
Cada papila tiene el aspecto de un pequeño bulto carnoso sobre la lengua, y los cientos de receptores sensoriales o “botones gustativos” que tienen se caracterizan por la presencia de muchos vellos microscópicos o microvellosidades, que son las encargadas de enviar los mensajes al centro de mando en el sistema nervioso central.
En promedio, cada ser humano tiene unas 10.000 papilas gustativas en su lengua, las cuales son órganos que se reemplazan continuamente durante la vida, más o menos cada 2 semanas desde la niñez.
Sin embargo, el reemplazo disminuye casi completamente cuando llegamos a la vejez y el número de papilas funcionales de un adulto mayor puede rondar los 5.000, aunque este número puede variar mucho entre cada persona.
El número de papilas, además, está condicionado por el estilo de vida: los fumadores, por ejemplo, tienen menor número de papilas gustativas que los no fumadores.
Cada papila gustativa está equipada con una serie de botones gustativos, que nuestro cerebro necesita para saber qué estamos comiendo. Entonces, se dice que estos botones o receptores son las unidades primarias del sistema gustativo.
Cada botón gustativo está embebido en la papila carnosa a la que pertenece y tiene un pequeño poro gustativo que lo ayuda a comunicarse con el medio externo, es decir a entrar en contacto con las moléculas químicas responsables del sabor de los alimentos.
Estos botones están formados, además, por una gran cantidad de células muy comprimidas y apretujadas entre sí, junto con los elementos del sistema nervioso con los que están conectadas para enviar la información directamente al centro de control cerebral.
Dichas células son las responsables por el “sentido del gusto”, lo que quiere decir que son estas las que poseen los receptores que se encargan de traducir información química en información eléctrica.
Existen 4 tipos de papilas gustativas: las fungiformes (con forma de hongo), las foliadas (con forma de pliegue), las circunvaladas (redondeadas o caliciformes) y las filiformes (con forma de hilo).
Tienen aproximadamente 0.5 micras de diámetro. Se ubican especialmente en la punta y los bordes de la lengua y tienen más de un botón gustativo. La lengua de un ser humano tiene, en promedio, unas 190 papilas fungiformes, de las cuales cerca del 90% se concentran en los dos primeros centímetros de la punta.
Se observan como pequeñas crestas o pliegues, ubicados principalmente en los márgenes laterales de la lengua, junto a los molares inferiores. Tienen más de 100 botones gustativos.
La lengua tiene entre 6 y 10 de estas papilas, que parecen colinas (con forma de “V” invertida) de entre 2 y 8 mm de diámetro. Contienen la mayor parte de los botones gustativos de la lengua y son las papilas más complejas y grandes de la lengua; se encuentran en el tercio posterior de este músculo.
Están distribuidas en casi toda la superficie de la lengua y aunque se incluyen en esta clasificación, en realidad no tienen sensores gustativos, pues solo cumplen funciones mecánicas en la abrasión y el movimiento de las partículas alimenticias durante la masticación.
Se piensa que estas papilas participan también en la transducción de estímulos como el tacto, la temperatura y el dolor.
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