Medicina

Enfermedad de Crohn: qué es, tipos, síntomas, causas, tratamiento


¿Qué es la enfermedad de Crohn?

La enfermedad de Crohn causa una inflamación crónica en el tracto gastrointestinal. Este padecimiento puede afectar a hombres y mujeres por igual y puede ocurrir a cualquier edad. 

La enfermedad se presenta en cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano, aunque es más común que se desarrolle en la parte final del intestino delgado y al inicio del colon.

Tipos

Hay cinco tipos de la enfermedad de Crohn:

– la ileocolitis, que afecta el colon y el íleon, la parte final del intestino delgado;

– la ileítis, donde también hay inflamación en el íleon;

– la enfermedad gastroduodenal, que afecta el estómago y el duodeno, la primera parte del intestino delgado;

– la yeyunoileítis, que se presenta en la segunda parte del intestino delgado;

– la colitis de Crohn, que afecta el colon. 

Es posible que una persona experimente diferentes tipos a la vez. 

Síntomas de la enfermedad

Generalmente, los síntomas de esta enfermedad se presentan en la niñez o en la primera fase de la adultez.

Entre las principales molestias están las siguientes:

– diarrea;

– dolor en el estómago y calambres;

– presencia de sangre al evacuar;

– cansancio;

– fiebre;

– falta de apetito;

– tener ganas frecuentes de ir al baño;

– pérdida de peso

Estos síntomas pueden ser constantes o aparecer y luego desaparecer durante semanas o meses. Es posible que en un principio las molestias sean leves y, conforme pase el tiempo, vayan aumentando, pero también hay casos en los que se presentan síntomas graves en poco tiempo. 

Debido a que algunos de los síntomas de la enfermedad de Crohn pueden confundirse con los de una intoxicación, malestar estomacal o alergia, es importante mantenerse atentos y consultar al médico si los malestares se repiten cada cierto tiempo.

En casos graves, el padecimiento puede provocar:

– fístula perianal, que causará dolor;

– úlceras en cualquier parte del tracto gastrointestinal;

– inflamación en las articulaciones o en la piel;

– problemas para respirar;

– incapacidad para ejercitarse debido a una anemia. 

Diagnóstico de la enfermedad de Crohn

Un médico puede solicitar análisis de sangre para detectar problemas de anemia o inflamación y también se puede utilizar una prueba de heces fecales, para ver si hay sangre en el tracto gastrointestinal.

En ocasiones se requiere hacer una endoscopia, para obtener una imagen interior del tracto, o una colonoscopia, para examinar el intestino grueso. 

Otra opción son las pruebas de imagen, como las tomografías o las resonancias, que permiten analizar con detalle áreas de los tejidos y de los órganos. 

Causas de la enfermedad

Todavía no está claro qué es lo que causa la enfermedad de Crohn, aunque hay especialistas que creen que se debe a una reacción anormal del sistema inmunitario.

Sin embargo, sí se sabe que hay factores que pueden aumentar el riesgo de esta enfermedad, como los factores genéticos, problemas en el sistema inmune o factores ambientales. 

Algunos estudios han señalado que la bacteria E. coli puede ser un factor que contribuye al desarrollo de la enfermedad.

Y también fumar se considera un factor de riesgo. 

Tratamiento para la enfermedad de Crohn

Actualmente, no hay una cura definitiva para la enfermedad de Crohn, pero sí es posible controlar sus síntomas con un tratamiento adecuado. 

Según la valoración del especialista, el padecimiento se puede tratar con medicamentos, cirugía o con suplementos alimenticios. En todos los casos, el objetivo es controlar la inflamación en el tracto gastrointestinal y reducir los síntomas.

Entre los medicamentos que podrían recetarse para esta enfermedad están los aminosalicilatos, que son fármacos antiinflamatorios que usualmente se recetan en el caso de síntomas leves. 

Los esteroides, como la prednisona, la budesonida y la metilprednisolona, se usan solo durante periodos cortos, porque pueden ocasionar efectos secundarios graves. 

Los antibióticos se utilizan en los casos en que hay presencia de abscesos o fístulas.

Y los antidiarreicos también pueden ser recetados cuando la diarrea sigue presente, a pesar de que la inflamación haya disminuido.

En todos los casos, es importante contar con la asesoría de un especialista para descartar otros padecimientos.

¿Cuándo se requiere cirugía?

La cirugía es necesaria en los pacientes que no han presentado mejorías significativas con los medicamentos y también en casos de complicaciones como abscesos, perforaciones, obstrucciones o sangrado. 

Remover una parte del intestino puede ayudar a mejorar el padecimiento, pero es común que la inflamación regrese a un área cercana a la que se extirpó.

La colectomía implica que se remueva todo el colón o el intestino grueso y en ocasiones requiere de un estoma, que es un procedimiento en el que se abre la pared del abdomen y se lleva la punta del intestino delgado hasta ahí, para que salgan las heces. No en todos los casos de colectomía es necesario el estoma. 

Remedios naturales y hábitos alimenticios

En algunos casos es posible que ciertos remedios naturales y un cambio en los hábitos alimenticios ayude a disminuir las molestias. Se pueden seguir estas sugerencias:

– Evitar los productos elaborados con trigo, como pasta o panes, especialmente si ya han causado problemas en el pasado. 

– Tampoco es recomendable ingerir alimentos fritos, ni lácteos o comida picante.

– Cuando se padece la enfermedad de Crohn, es probable que exista un desequilibrio entre las bacterias buenas y malas en el organismo, por lo que los probióticos pueden ayudar a recuperar el equilibrio. Algunas fuentes de probióticos son: yogures, kombucha, kimchi, miso, kéfir, pepinillos, chucrut y tofu. Si hay sensibilidad a los lácteos, es mejor no incluir el yogur. 

– También es buena idea incluir el consumo de prebióticos, que ayudan en el crecimiento de bacterias saludables para el organismo. Los prebióticos se encuentran en espárragos, plátanos, alcachofas y legumbres. Hay que incorporarlos poco a poco a la dieta, pues tienen un alto contenido de fibra, lo que puede ocasionar que algunos síntomas empeoren.

– No consumir alimentos inflamatorios, como el pan blanco y en general las harinas refinadas, ni refrescos o bebidas con mucha azúcar, como los jugos procesados, tampoco carnes rojas o embutidos, margarina o mantequilla.

– Optar por alimentos que ayudan a desinflamar, como el aceite de oliva, que se debe consumir crudo (por ejemplo, en ensaladas); espinacas, col y frutas como las fresas, arándanos, cerezas o naranjas. Es mejor consumir las verduras y frutas cocidas, para evitar problemas estomacales.

– Recurrir a terapias herbales puede ser de ayuda también, por ejemplo, con jugo de aloe vera para mejorar la digestión, pero debe administrarse con cuidado, pues en grandes cantidades puede causar diarrea.

– La cúrcuma tiene propiedades antiinflamatorias y la glutamina es un aminoácido que puede ayudar a mejorar el desempeño del intestino.

¿Se puede prevenir la enfermedad de Crohn?

Debido a que se desconoce la causa de la enfermedad de Crohn, no es posible prevenirla. Sin embargo, es importante que, si ya hay un diagnóstico de este padecimiento, se sigan algunos hábitos para evitar que empeore: 

– No fumar, pues se ha establecido que este hábito hace que los síntomas se agraven. 

– Seguir una dieta saludable, incluyendo alimentos antiinflamatorios, como los sugeridos en el punto anterior, y evitando todos los que pueden causar inflamación, como la comida grasosa, frita o muy condimentada. 

– Nunca usar antibióticos que no haya recetado un especialista, pues los síntomas pueden empeorar.

– Practicar alguna actividad física con regularidad, pues el ejercicio ayudará a mantenerse saludable.