Tetraclinis articulata: características, hábitat, propiedades, cultivo
Tetraclinis articulata es una especie de conífera perenne de porte arbustivo que pertenece a la familia Cupressaceae. Conocida como araar, arar, alerce africano, ciprés de Cartagena, sabina mora, sandarac o tuya articulada, es una especie nativa del norte de África y sur de Europa.
Se trata de un arbolito de poca altura, forma cónica y copa densa, con ramas articuladas y comprimidas. Las hojas verticiladas de color verde presentan glándulas resinosas, son aciculares y punzantes cuando joven, aplanadas y triangulares cuando se desarrollan.
Es una especie monoica, los conos masculinos son alargados y compuestos por numerosas escamas polínicas opuestas, los femeninos de forma globosa cubiertos por cuatro escamas. El fruto es una piña acorazonada de textura leñosa en cuyo interior se localiza de 2 a 4 semillas aladas.
Se considera una especie emblemática de la región de Murcia, la única del género Tetraclinis, de escasa distribución, vulnerable y en peligro de extinción. El araar ha sobrevivido desde el Mioceno tardío y supone uno de los más importantes aportes de la península Ibérica a la biodiversidad europea.
En el norte de África, donde su población es más abundante, la madera de excelente calidad se emplea para la elaboración de tallas artesanales. La corteza contiene taninos que se utilizan en curtiembre, además emite una resina que tiene propiedades medicinales y se emplea para elaborar barnices y pegamentos.
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Árbol de porte medio, tronco de crecimiento erecto, corteza longitudinalmente estriada de tonos pardo-grisáceo o gris-ceniciento que mide entre 8-15 m de alto y 25-40 cm de diámetro. Las ramas erectas de crecimiento ascendente están provistas de ramificaciones articuladas formando una copa densa de forma cónica o irregular.
Las hojas escuamiformes están formadas por pequeñas escamas triangulares de 2-5 mm de longitud, dispuestas en ramillas péndulas y articuladas. Las hojas jóvenes son acículas finas y punzantes, las adultas dispuestas en cuatro verticilos, un par opuesto y aplanado, el otro par aquillado y más estrecho.
Los estróbilos masculinos de forma ovoide y color pardo-amarillento están cubiertos por numerosas escamas polínicas que miden entre 3-4 mm. Los femeninos de 10-15 mm y tonos verde-azulados, presentan cuatro valvas que se agrupan en un solo verticilo que se convertirá en el fruto. La floración se presenta durante el otoño y el invierno.
Los estróbilos femeninos acorazonados de textura leñosa están provistos de 4 escamas con un surco dorsal, maduran al verano siguiente en un fruto dehiscente de 2 cm de diámetro. En su interior se localizan de 2-4 semillas de 5-8 mm de largo por 1-2 mm de ancho, con alas dobles o triples que favorecen su dispersión.
– Reino: Plantae
– División: Pinophyta
– Clase: Pinopsida
– Orden: Pinales
– Familia: Cupressaceae
– Género: Tetraclinis
– Especie: Tetraclinis articulata (Vahl) Masters
– Tetraclinis: en nombre del género procede del griego «τετρά» que significa cuatro y «χλινη» que significa lecho, lo que se traduce en «cuatro lechos» o «cuatro lugares». En alusión de las cuatro valvas que conforman la piña.
– articulata: el adjetivo específico deriva del latín «artículos-i» que significa «artículo o artejo», con el sufijo adjetival «-atus, -a, -um» que indica «parecido». Lo que se traduce en «articulado o que posee articulaciones», en relacionado con el aspecto articulado de las ramillas.
Su hábitat natural se localiza en ambientes semiáridos, secos y soleados de clima subtropical, formando bosques abiertos en asociación con acebuches, coscojas, lentiscos, palmitos, pinos carrascos y sabinas. De manera silvestre establece una formación vegetal arbórea dispersa, donde predominan los matorrales, pastizales y herbazales de bulbosas.
Se desarrolla sobre diversos tipos de suelos, de preferencia de origen calcáreo, poco profundos, franco-arcillosos, bien desarrollados y permeables. Crece sobre laderas soleadas, colinas, taludes, barrancos, desfiladeros, ramblas, peñascos y pedregales, desde el nivel del mar hasta 1.200 msnm.
Especie natural de la costa occidental del Mediterráneo, Argelia, Marruecos y Túnez al norte de África, Murcia al sureste de la península Ibérica, Malta y Chipre. En España, las poblaciones silvestres se restringen a la sierra oriental de Cartagena en Murcia, en particular Calblanque, Escombreras, Fausilla, Monte de las Cenizas, Sabinar y Peña del Águila.
Las resinas obtenidas de sus hojas y ramillas contienen ciertos metabolitos secundarios que le aportan propiedades medicinales y terapéuticas. El araar es usado en herbolaria para aliviar diarreas, dolores menstruales y hemorroides, de manera tópica se utiliza para curar papilomas.
Su madera dura y resistente, ha sido utilizada desde la época de griegos y romanos en ebanistería y carpintería en la fabricación de muebles y tallas artesanales. La resina denominada «sandáraca», obtenida de hojas, ramas y corteza se empleaba para quemar como incienso en rituales sagrados y la elaboración de barnices, gomas y perfumes.
En la actualidad se emplea como un recurso paisajístico para restaurar y repoblar ambientes xerófilos y de fácil ignición en épocas cálidas. Es una especie que tolera el encharcamiento, resiste la sequía y las heladas ocasionales, siendo cultivada en jardines y parques mediterráneos por su porte y características particulares.
La propagación del araar se realiza por medio de semillas que pueden ser almacenadas por largo tiempo debido a su alto poder de germinación. Las semillas se obtienen de las piñas que han madurado al cabo de un año y son diseminadas durante los meses de septiembre y octubre.
Las semillas de 5-8 mm de largo por 1-2 mm de ancho, presentan una pequeña membrana persistente de 4-5 mm de ancho. No requieren tratamiento pregerminativo, pero la extracción de la semilla se realiza por secado al aire, cribado y separación densimétrica.
La siembra se realiza al inicio de la primavera sobre camas de germinación o envases forestales, utilizando un sustrato fértil, humedad y bien drenado. La germinación se inicia a los 10-15 días después de la siembra, cuando alcanzan los 10-15 cm de altura están listas para trasplantar.
El araar es una especie de lento crecimiento que se puede sembrar en campo a un marco de plantación de 4-6 m entre plántulas. No obstante, su sistema radicular es muy débil, por lo que requiere el máximo cuidado durante el trasplante, ya que tolera mal el proceso.
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